El bosque es oscuro y fantasmal, regado de sombras. A cada paso, parece que unos ojos amarillos os buscan y vigilan. El sosiego no conoce lugar entre esta enramada. Y vuestras almas se empapan de ese sentimiento.
Camino, observando con nerviosismo todo lo me rodea, con la espada y el escudo en ristre, apartando la maleza que me pueda molestar por el sendero, no me detengo, no es que tenga miedo por lo que vi, sólo es curiosidad, por saber que demonios ocurre en este sitio.
Mi corazón late a un ritmo muy superior al que debería pero no pierdo el tiempo en intentar relajarme, en vez de eso apresuro el paso.
Frente a tí, medio oculto entre la bruma, divisas con dificultad el gris pelaje de un lobo. Sus ojos amarillos relucen en la semioscuridad, fijos en tí. Con un ligero trote, echa a caminar, mirándote cada pocos instantes.
El bosque es oscuro y fantasmal, regado de sombras. A cada paso, parece que unos ojos amarillos os buscan y vigilan. El sosiego no conoce lugar entre esta enramada. Y vuestras almas se empapan de ese sentimiento.
De entre las sombras surge una forma cuadrúpeda y peluda, de oscuro gris vestida. Su aullido os reverbera en las entrañas, y su mirada, fija en vuestros ojos, llena de congoja vuestros corazones. Su trote es ligero, su forma física, perfecta. A pocos pasos de donde partió, se gira a miraros de nuevo.
-Fenris?- Sale cual susurro por mi garganta, sin apenas creerme estar frente a él. Si es él...
Aprieto la empuñadura de mi espada ante la aparición del enorme lobo. Es una bestia terrible a la par que perfecta. Thor...auxílianos... Mascullo entre dientes, evitando llamar demasiado su atención. Y no soy el único entre mis compañeros, también Askar susurra algo.
Cuando aúlla, se me hiela la sangre. El miedo toma forma en mi mente, forma y nombre: Fenris. Pero, paradójicamente, en vez de lanzarse sobre nosotros se da la vuelta y se marcha. Antes de desaparecer se vuelve a mirarnos...y me parece que nos sonríe.
Freno un poco el paso, camino lentamente, no aparto mi mirada de aquel espectral ser que veo, después de lo ocurrido con la niña ya nada me asusta pero no puedo evitar sobrecogerme cada vez que fijo mi mirada en sus ojos de color de la gualda.
Aferro fuertemente la espada y el escudo, no quiero entrar en combate pero menos quiero arriesgar. Intento flanquear al "lobo" sin darle la espalda en ningún momento.
Odin nos protegerá. Comento en un susurro ante las caras y voces bajas de mis compañeros. Espero a ver la reaccion del lobo y cuando veo que este emprende la marcha se confirma mi pensamiento, Odin siempre protege a sus hijos valerosos.
Cuando tu paso aceleras e intentas superar al lobo, su mirada te sobrecoje de nuevo. Parece de puro fuego e ira, y con ella te conmina a seguirle. Cada paso que adelantas, un gruñido recibes de advertencia. Cada paso que él avanza, te sientes impelido por los espectrales ojos a seguirlo.
La bruma os envuelve, paso tras paso, un pie tras otro. Pie tras garra.
Como reacción a vuestra palabras, la lupina forma frena su paso y vuelve a aullar. Una parte de vosotros, aquella que por derecho propio es hija de Loki, se regocija con las palabras de aliento que os llegan a través de los colmillos de la bestia. Sin embargo, la racional hija de Odín, teme por vuestras vidas, y más aun, por vuestros inmortales espíritus.
Superando todos mis miedos inciales, camino hacia la gran bestia, que permanece quieta en el camino. Nos mira de un modo peculiar, inteligente,... parece que nos quiere decir algo. Avanzo hacia ella con paso lento pero firme, manteniendo mi mano cerca de la empuñadura de mi acero. ¿Por qué esta criatura se comporta así? Parece que nos invita a que le sigamos... pero la joven de la caperuza nos previno sobre ella... Bueno, veamos cómo reacciona...
Cuando estoy a menos de 10 pasos del lobo, me detengo y le hablo: Escucha lobo. ¿Qué vienes a buscar? ¿Qué nos quieres comunicar? Compórtate como animal o como bestia divina pero, por Thor, compórtate de modo alguno... o por lo menos muévete del camino. Dicho esto, no sigo avanzando hacia él, me quedo a los 10 pasos, esperando su reacción.
Tirada: 1d8(+5)
Motivo: Valor frente al Lobo
Resultado: 7(+5)=12
He tirado para ver cómo reacciono ante el enorme lobo. Considero superado el chequeo.
Caminé tras oled, me acerqué hasta los 5 pasos y me arrodillé
Tirada: 1d8(+7)
Motivo: Valor
Resultado: 3(+7)=10
Bueno tu dirás corro como una perra o sigo andando con la mirada fija en el lobito (he tirado Valor, como modificador)
El enorme lobo negro mueve el rabo ante vuestra sumisión. La baba cuelga de sus colmillos, que parecen dispuestos a desgarrar vuestars gargantas como mero divertimento.
Con un ladrido y un rápido cabeceo, os indica que le sigais.
Continuas andando hasta que la bruma os envuelve a ambos. El paso se ralentiza, y te cuesta respirar. El aire está quieto, expactante, cargado de maldad.
Poco a poco, casi imperceptiblemente, el lobo se va disolviendo en la niebla del bosque. Sin darte cuenta, vuelves a estar solo.
Superada la tensión de los momentos de incertidumbre, camino tras la bestia. Sabía que algo nos quería decir... este animal no es normal. Al pasar junto a Ragnar, le golpeo en el hombro, para que se levante.
Arriba brodir, la bestia nos pide que la sigamos. Mantén tu instinto preparado y tu espada dispuesta, quién sabe que nos espera allá donde nos lleva.
Miro a mi alrededor desconcertado.
-"Por todos los dioses, ¿Qué ha sido eso?"
Cuando me aseguro que nadie (ni nada) esta a mi alrededor, continuo viajando con presto paso en la dirección que aquella niña con visión de muerte me indicó.
Eso sí ahora si que no guardo le espada ni el escudo, ni de coña vamos.
Seguí al lobo, con el hacha en las manos.
Vuestos pasos os sumergen en la bruma poco a poco. Al cabo de unos minutos, delante de vosotros solo podeis ver el rabo de lobo. O quizás eso es todo lo que queda de él. En la bruma se disipa, dejandoos solos en medio de la nada.
Al ver cómo el lobo se disipa abandonándonos en medio de la bruma, saco mi espada y me ajusto el escudo. Ahora sí que parece que esto se pone feo...
Miro a mi alrededor, observando las sombras y movimientos que pudiesen venir desde los árboles del bosque.