En los límites del claro, dilucidais que la extraña forma que hay es la casa que buscabais. No e smuy grande, poco más que una choza, pero es el objetivo que perseguiais al entrar aquí.
Allí está. Por fin. Acerquémonos. Sonrío y empiezo a caminar en dirección a la cabaña, con la espada aún desenvainada. Quién sabe qué peligros nos esperan tras los árboles... o dentro de la casa....
Portando mi espada y mi escudo sigo a Oled.
Con un poco de suerte descubriremos de qué va todo esto
Si os acercais sigilosos, tirad Latrocinio. Si os acercais como las vacas, avisadme.
Tirada: 1d8(+5)
Motivo: vacas (latrocinio)
Resultado: 5(+5)=10
xD
Gunnar comienza a caminar todo lo sigiloso que puede hacia la choza.
Tirada: 1d8(+4)
Motivo: latrocinio
Resultado: 2(+4)=6
vaya un ladron.
Tirada oculta
Tirada: 1d8(+6)
Motivo: Percerp vieja
Resultado: 6(+6)=12
Tirada: 1d8(+1)
Motivo: Latrocinio
Resultado: 6(+1)=7
Voy hacia la casa... como una vaca tranquila XD
Eché a correr hacia la casa con el hacha alzada y gruñendo, ansiaba sentir la sangre corriendo por mi arma.
Corro hacia la casa
Me muevo sigiloso, cual gacela, con el hacha en ristre...
Tirada: 1d8(+4)
Motivo: Latrocinio
Resultado: 8(+4)=12
Joder, Ragnar ha resuelto la duda por vosotros. Mete más ruido que un elefante en una cacharrería.
Corriendo llegas a la puerta de la cabaña sin oposición. Cuando estás al lado de la puerta, una voz te para.
-Buenas, bravo guerrero. Deberías bajar el hacha, ya que en mi morada no te va a ser necesario. Mejor dicho, ¡bájala!
Mientras todos medís vuestras fuerzas y vuestra agilidad, intentando ser uno con el entorno, Ragnar vuela cual cuervo por el claro. Corre enarbolando el hacha de guerra a la máxima velocidad que le permiten sus piernas.
Cuando llega a la casa, simplemente para en seco delante de la puerta.
Al ver cómo Ragnar pasa a mi lado a la carrera, salgo corriendo detrás de él. Somos vikingos... el peligro y el riesgo es parte de nuestras vidas...
Corres detrás de Ragnar hacia la puerta, ignorando los dones de Loki en pro de la fuerza de Thor y el valor de Balder. Sin embargo, llevas tus armas enfundadas.
A pocos pasos de la puerta cerrada de la cabaña está parado Ragnar, sin inmutarse ante nada. Te extraña ver que ha enfundado su hacha.
De dentro de la cabaña sale un canturreo bajo.
Miré a la anciana
-¿Quién te crees que eres para darle una orden a un hijo de Odín?-
Sencillamente soy yo, eterna e inmutable. Soy la que nació vieja, la que ve el mundo a través de su ojo. Pasad, pasad, aunque mis hermanas no están.
Sin un solo ruido, la puerta se abrió ante vosotros. Daba paso a una estancia humildemente adornada, pero llena de madejas de hilo. Enfrente de la puerta hay una chimenea con un fuego encendido. Sentada delante de ella, una vieja acaricia a dos enormes lobos, a los cuales ya conocéis.
Entro junto a Ragnar y tras la anciana en la cabaña. Algo me dice que no sólo entramos en una simple choza, sino que entramos en un lugar más místico, más trascendental, más antiguo. Parece que este lugar haya salido de los sueños, que sea un capricho de los dioses...
Al acceder al cuarto donde descansa la anciana, veo cómo las bestias lupinas del bosque se sientan al lado de ella. Eran dos lobos, mascullo entre dientes. La verdad es que nada de esto tiene sentido... Me quedo de pie enfrente de la vieja, atento a los movimientos de las dos bestias.