Partida Rol por web

El cielo esta cubierto de nubes cuando dejáis atrás Boise y ponéis rumbo a Atwodd Acres. El recorrido es corto y bien señalizado, aunque circuláis rodeados de árboles gigantescos y oscuros movidos por ráfagas de viento repentinas. Parece que va a llover en cualquier momento.

Atwood Acres es algo más grande que Boise e incluso que Treakhill, pero sigue siendo un pueblo pese a todo. No parece haber llegado a ese límite difuso en el cual cristalizaría en ciudad. Las casas son bajas, las calles cuidadas y la gente es parecida a la que habéis encontrado hasta ahora, personas que os miran de vez en cuando. Es imposible que no se haya enterado del asesinato del niño y sus miradas dan prueba de ello.

La carretera se bifurca en dos, un carril continúa avanzando en linea recta alejándose de la población mientras que el otro se introduce en el pueblo. Tomáis el segundo camino que no esta alquitranado y poco después os cruzáis con un niño montado en una vieja bicicleta que se aparta de la carretera para dejaros pasar y observaros. Os giráis por inercia para verlo y un poco más adelante veis un viejo cartel de madera que indica la bienvenida a Atwood Acres que en cuestión de segundos rebasáis dejándolo atrás.

Bienvenido a Atwood Acres.
Población actual: 666 personas.

John no puede evitar fijarse en el número de personas con el que cuenta la localidad, el destino tiene un sentido del humor bastante desagradable. Espera por el bien de los aldeanos que sean de buenas costumbres y sepan cuidarse por sí mismos. Espera no tener que levantar más cadáveres aquí. 

Sheriff Hamilton, qué cree que deberíamos hacer? Pasamos por la oficina de policía con la que ya hemos hablado, o nos dirigimos al resto del poblado a buscar información, supongo que habrá algún bar donde estén los parroquianos reunidos a esta hora de la tarde. 

...a esta hora de la mañana, nunca es demasiado temprano para empezar a beber en un pueblo así. 

Creo que debemos pasar por la comisaria, si ahí no encontramos al sheriff le avisaremos por radio.

John arranca el coche y se deja guiar hasta la comisaría, el pueblo parece tranquilo, y la comisaría ...

La imagen del pueblo no os llama demasiado la atención. Al fin y al cabo es un pueblo como cualquier otro, aunque este sea algo más grande. Se puede ver desde la carretera buena parte del pueblo que incluye las casas y algunos comercios como un supermercado, un bar, el cementerio, un banco, el ayuntamiento que es el edificio más alto y en el que se puede ver la bandera américana, y por supuesto la oficina del sheriff.

Hay gente por la calle pero aparte de observaros con curiosidad no se acercan a vosotros ni tampoco os saludan con una sonrisa. Sin duda no debe gustarles que vengan desconocidos y más aún en coche oficial.

No es que veas mucha gente pero te percatas de que la mayoría viste el negro en sus ropajes y te parece que al menos una buena parte de la gente va hacía el mismo sitio.

Hamilton aparcó el coche al lado de la comisaría.

Bueno vayamos a ver al sheriff- Dijo sin darle importancia alguna a la actitud de la gente. Sabía que la gente de su pueblo hubiera hecho lo mismo de darse las circunstancias. De hecho cuando llegaron los federales su llegada despertó toda clase de rumores 

El paseo en coche hasta la comisaría resulta mucho más rápido de lo que el agente Schnautz se esperaba. Antes de que le de tiempo en pensar que estarán haciendo sus compañeros el vehículo estaciona delante de la comisaría del sheriff.

Un hombre de mediana edad, que parece estar en sus últimos tiempos de fortaleza física os saluda. Sin sonrisas, sin levantar la mano ni ningún gesto amistoso. Tan solo una mueca en su cara y retirarse las gafas de sol para veros mejor.
Sale por la puerta acompañado de un hombre mayor, con sobrepeso, larga melena morena y tener cara de haberle tocado venir a trabajar en su día libre.

Hamilton, jodido cabrón, ¿Me vas a explicar que mierdas ha pasado en tu pueblo? ¿Solo te acompaña "este" de los que envío el FBI esta noche?

No hay mucho más de lo que te he contado por teléfono, salvo que tenemos razones para pensar que el próximo sitio donde actue es aqui. He venido para prevenirte y echarte una mano, tal como tu haría si los papeles estuviesen invertidos.

Ya, claro. Pero dime... ¿De que se trata? ¿Un grupo de locos satanistas? ¿Un demente fugado de un manicomio? - pregunta el sheriff acercándose más a vosotros dos.

Más bien parece la obra de un solo hombre, alguien con algún tipo de desviación, pero lo más importante es que le ha cogido gusto y no va a parar hasta que le detengamos. No me había encontrado nunca con nada parecido

De pronto una voz resuena por la radio en el canal de emergencias.

¡Aquí Crawford! ¡Se ha colado en el velatorio! ¡Hay gente gritando! ¿Qué coño les está haciendo? ¿Me oís? ¡Voy a entrar a por el hijo de puta! ¡VENID AQUI YA!

Maldito hijo de puta! - Gruño.

Aqui Hamilton, vamos enseguida.

Hamilton miró a su amigo, no hacía falta decir nada. Acto seguido Hamilton salió corriendo hacia el coche

Un velatorio... Claro! Por eso había tanta gente de negro dirigiéndose al mismo sitio. 

John salta al coche y arrancando el motor y empezando a acelerar justo a tiempo para dejar que su compañero salte en el asiento del copiloto. Si esperar indicaciones algunas sale a todo gas hacia donde había visto que se dirigían los pueblerinos. 

Será mejor que te vayas preparando, no sé si en estos lares hacéis uso a menudo de la pistola, asegúrate de que está bien engrasada. 

La voz del sheriff de Atwood Acres es fuerte y vigorosa llamando a su gente. Rápidamente os ponéis todos en marcha hacía el cementerio sin más dilación.

Ese tiempo en la oficina lo había dejado un poco oxidado, puede que hiciese tiempo que no conducía como loco por la ciudad, pero sus reflejos y la capacidad para concentrarse en momentos críticos no lo había abandonado.

El agente Schnautz conduce con celeridad y precisión. En un momento dado os cruzáis con un viejo que estaba cruzando la carretera y debe pegar un frenazo para no atropellarlo pero por fortuna el hombre se aparta para dejaros pasar al ver que lleváis puesta la sirena policial.

Por detrás vuestra viene el sheriff pero no se atreve a adelantaros, al fin y al cabo vais al mismo sitio y no se trata de una carrera.

Finalmente las viviendas desaparecen dando paso a la carretera que sale del pueblo y junto a ella un desvio que conduce hacía un pequeño camposanto rodeado de una vieja verja de metal de apenas un metro de altura. Cerca del cementerio se encuentra la iglesia que tiene sus grandes puertas cerradas y podéis escuchar claramente el sonido que hace la campana al ser usada repetidamente. En un momento distinto tal vez podrías hablar sobre porque se usa el sistema de hacer sonar una campanada para la una y otra campanada para las trece horas. Pero hoy no es ese día, y por el ruido que lleváis escuchando deberian ser más de 24 campanadas.

El cielo está encapotado cuando llegáis al lugar. Lentamente, comienzan a caer las primeras go­tas, pesadas y densas adelantandosé a la tormenta que esta por llegar. La tranquilidad del bosque golpeado por las primeras go­tas contrasta con la atención que desplegáis hacía el recinto. 

No tardáis más de un minuto en alcanzar el lugar y entonces podéis ver una pequeña edificación adjunta a la iglesia que debe ser donde se hacen los velatorios. Paráis el vehículo a unos 50 metros de la iglesia, junto a otros vehículos muy cerca de la carretera pues una pequeña valla de madera recorre el lugar.

Al salir del vehículo el sonido de la lluvia, el bosque y de la gente os llega de golpe como si hubieráis estado a salvo y a buen recaudo dentro del vehículo pero ahora se hubiera desatado el infierno sobre la tierra. Algo que viendo a la gente que tenéis delante y sus reacciones no dejariáis fuera de vuestras posibilidades...

Podéis ver como la gente huyes despavoridas en cualquier dirección pero volviendosé a mirar hacía atrás para comprobar si los siguen, un vecino vomita incontrolablemente en el césped de la iglesia algo más allá de donde estais, y gritos de horror se escuchan desde el interior del pequeño tanatorio.

La lluvia comienza a mojaros poco a poco.