Partida Rol por web

la verdad que si vendria bien descansar antes, pero no seria mejor llegar a la cueva y revisarla, no vaya a ser que no podamos descansar porque haya otros huespedes.- aunque las palabras me sonaban a verdad quien sabe si alguna alimaña o criatura estaba husmeandola ya.

- Sí, está un poco escondida, pero no creo que sea muy difícil llegar para que aprecien que no hay nadie más. Y si desean allí podremos hacer noche, hay comida y refugio sin inconvenientes.

Dicho eso, y viendo que la mayoría estaban de acuerdo, pasaron por alto la granja y siguieron camino. El febo iba dejando lugar a su antagonista y la oscuridad poco a poco le iba ganando a la luz, mas logran llegar a las cuevas aún con pequeños rayos en el horizonte que les permitía ver bastante bien por donde pisaban.

Tomando un pequeño desvío del camino principal, a no más de 500 metros logran divisar, bastante bien camuflado el campamento de los bandidos.

- Ven, aquí es. - dice Melaos orgulloso de haber cumplido su palabra.

En el mismo se veían restos de huesos alrededor de una fogata extinta y, en la entrada de una cueva poco profunda, unos camastros improvisados con paja y algunas mantas. Pero lo que más les llama la atención es una carreta que hay a un costado, la cual tenía una jaula encima de la misma, y dentro de la jaula hay un oso negro que, por lo que puede evaluar Anru que es el más capacitado en este tema, hace varios días que no consume alimentos y su nivel de deshidratación es considerable.

Al ver a los recién llegados, el oso, en lo que parece un último recurso de sus fuerzas y con ojos inyectados en sangre, probablemente por el hambre, se levanta y comienza a querer abrir la jaula con desesperación.

¿ Pero que demonios.... ? ¿ Habéis robado un oso....? Preguntó el enano a Melaos entre extrañado y malhumorado...

Creo que esto nos lo deberías haber dicho ¿ No crees...?

Mientras esperaba  la respuesta y al ver la desesperación del famélico animal, Galmor se acercó un poco a la carreta y desde cierta distancia tiró varias raciones dentro de la jaula para calmar al oso.

Anru caminaba detrás del grupo de bastante mal humor, la falta de descanso y el largo viaje, hacían que surgiera el temple de su padre, mercader acostumbrado a, negociar, con drows, duergars y otras razas de igual reputación. Sorprendido, el gnomo ve como todos aceleran el paso dentro del campamento, dirigiéndose a un punto que las guerreras y el clérigo no le dejan ver desde atrás, debido a su corta estatura. Algo más relajado por el acicate de la curiosidad, se acerca, esquivando a sus compañeros, hasta encontrarse con la horrible escena de un enflaquecido y desecado oso, por un instante se olvida del mundo que le rodea y se acerca a la jaula pese al peligro, estirando la diestra, sin alimento en la mano, pero con el dolor y empatía reflejada en el rostro. -Pequeño, ¿Quién te ha hecho esto? Comenta en tono paternal.

El enano se acerca lentamente a la jaula y tira un par de raciones de carne seca dentro de la misma, el oso, al notar esa acción ataca desesperadamente su alimento, devorándolo en cuestión de segundos. La saliva le caía por los costados de tal forma que parecía rabioso.

Por su parte, el gnomo trata de entablar un nexo con el oso, pero el cansancio y el desconcierto de este último se lo impide, la confusión, la mezcla de pensamientos, el miedo que inunda todo su cuerpo deshidratado impide al druida calmarlo.

En un intento por romper la jaula, el oso lanza un zarpazo contra los barrotes, pero estos son más resistentes de lo que parecen.

- Vaya, pensé que a estas alturas ya estaría muerto - se escucha de fondo por parte de Melaos.

El resto de los aventureros investigan un poco el campamento, corroborando lo que el bandido había dicho, había cuatro camastros improvisados únicamente y varios objetos robados aparentemente.

Atala ignoró al oso ya que algunos de sus compañeros estaban tratando de tranquilizarlo dándole de comer o con palabras. La muchacha se centró en la cueva en la que estaban y busco algo que les pudierá dar una pista sobre lo que había ocurrido en la cueva.

Que nadie más se acerque al oso.  pronunció el enano poniéndose frente a la jaula.

Melaos, ¿ No decías que había comida aquí? trae toda la que haya y dásela al pobre animal para que se calme. ¿ De dónde lo habéis sacado? Y dinos dónde guardais todo lo robado. Aquí parece que no hay muchas cosas de valor...

Galmor, ballesta en mano,  se quedó vigilando a la hambrienta criatura mientras esperaba a que Melaos lo alimentara. No se fiaba de que el oso pudiera salir de la jaula. los barrotes habían resistido una vez, pero quizás a la próxima no lo hicieran.

Por todos los dioses si que sois crueles. ¿Anru podemos hacer algo piadoso por el?- digo mientra miro la forma de que lo pudieran alimentar o algo. hasta que oye al enano hablar de lo robado- Deberia estar aqui en la cueva a menos que trabaje el semiorco para alguien mas, si nos lo decis sera mas rapido que tener que buscarlo nosotros. Claro esta- mientra miro al bandido y le guiño un ojo.
 

Con cara desconsolada, ante sus fallidas camaraderías con el oso, Anru da unos pasos atrás y contesta a Julianna. –Lo siento, la falta de descanso me impidió recuperar la estrecha comunión con la naturaleza, requerida para recibir sus dones. Como sea, solo podría crear algo de comida o agua, así como ayudarle a sanar las heridas que pueda tener, pese a lo que se pueda pensar, los druidas tenemos un vínculo muy cercano con toda la naturaleza, pero eso no nos hace domadores de criaturas. Enseguida se gira al preso, quien ya se apresta a buscar el agua y la comida. – Vamos Melaos, trae algo para calmar el sufrimiento del buen amigo, habrá que liberarle, pero no antes de tranquilizar su hambre y sed.

Sed, hijos míos, ah, la ignorancia. Le habéis dado raciones secas y el pobre animal lo que primero debe hacer para calmar sus ansias es beber. Ahora debe estar doblemente rabioso... ehem. Me da un poco de miedo acercarme. Esas zarpas parecen afiladas y creo que no me mira con agrado. ¿Quién se atreve? Fadrique mostró al respetable su odre lleno de agua hasta rebosar.

Mientras alguien se ocupaba del oso, Fadrique revisó a fondo toda la zona, por si había algo que se les hubiera pasado por alto.

El sacerdote tiene razón . Habrá que darle de beber también .  Melaos, trae un recipiente con el que poder darle agua. Pero de liberarlo nada por ahora. Este animal suelto por aquí puede ser un peligro para los granjeros. Si tiene jaula es que tenía dueño. Averiguaremos quien era y después ya veremos... 

A ver Melaos, cuéntanos como ha llegado este oso hasta aquí .

El dracónido miró fijamente al oso encerrado. No entendía cuál era el fundamento de tal acción, pero esa era otra cuestión. Se adentró en la cueva para entender encontrar algo que les diese una pista de lo que estaba ocurriendo. Registró los camastros y todo lo que pudiera pasar por alto. Pero en vano era la iniciativa pues no veía nada inusual.

- Pues, habíamos atracado justo una caravana que traía esta jaula con un jabalí, el cual estaba riquísimo, y esa tarde, como fortuna de los dioses se nos apareció el oso, así que lo atrapamos y nos lo íbamos a comer cuando se nos acabase el jabalí. - Melaos ingresa a la cueva y muestra debajo de los camastros de paja unos recipientes de cerámica con carne reseca ya de jabalí. - Hace unos dos o tres días que debe estar atrapado, y para darle agua primero hay que abrir la jaula... y .. y yo no voy a ir. 

Por su parte, el clérigo comienza a revisar el área junto con sus compañeros que no tienen la misma suerte que este último, y descubre, al final de la cueva, un pequeño cofre, el cual no cuesta mucho abrir, encontrando lo siguiente:

99 monedas de cobre, 74 de plata y 13 de oro. Como así también, haciendo un recuento mental, con las cosa que observa robadas, como cacerolas, candelabros, cubiertos, etc, llegarían alrededor de 100 piezas de oro más.

Mirando al oso, y pensando que es lo que se puede hacer por este caes en la cuenta de que uno de tus compañeros es un clérigo, y así como sus favores pueden hacer sanar tus heridas, capaz que también pueda hacer lo mismo con el maltrecho animal. Tal vez, al curar sus heridas su dolor merme y su furia amaine. 

Atala no encuentra nada en la cueva, pero ve a Fadrique que acerca un cofre se acerca a él a mirar lo que hay. Cuando Atala ve el botín que tenían guardados los bandidos se dirige a Melaos. ¿Cuanto tiempo lleváis aquí asentados para reunir tantas cosas? ¿A quien se lo habéis robado?

Tras esto vuelve a mirar en el cofre para ver si encuentra algo que puedan utilizar.

¿ Cómo que no vas a ir? Irás donde te digamos!! Contesta enojado Galmor a Melaos con cara de muy pocos amigos.

O sea , que te pasas robando y golpeando a las gentes de aquí, intentas acabar con nosotros, nos pides clemencia para no matarte por tus castigables actos, nos dices que te portarás bien , bla, bla, bla.... y ahora te crees en disposición de decir donde vas a ir o no?? Irás donde te digamos y harás donde te digamos. Si fuiste capaz de enjaularlo serás capaz de darle de beber, por las buenas o por las malas!! Le espetó Galmor amenazante. 

Voy a ser bueno y Te voy a dar alguna opción antes de que tengas que entrar.

Mete el recipiente vacío entre los barrotes y déjalo pegado a ellos para poder llenarlo desde fuera.*

Deja el recipiente con agua bien pegado a la jaula para que el oso pueda sacar la lengua por los barrotes para beber.**

Mientras yo lo distraeré con la carne, a si que aligera antes de que se la coma. Yo de ti me esforzaría por hacerlo bien, porque si no tendrás que entrar... Insinúa Galmor mientras coge el trozo de carne para dejar el recipiente vacío.

En enano espera a que Melaos esté preparado para distraer al animal con la carne por el otro lado de la jaula. Con precaución y bien protegido por su escudo el enano se dispone a darle de comer al oso.

- Oiga señor enano, yo accedí a ayudarlos, a guiarlos y a traerlos hasta aquí. De ahí a ser su esclavo personal es otro tema completamente distinto, y prefiero pasar mis días tras las rejas completo, que vivir con un brazo menos. Ya me he arrepentido de hacer lo que hice, les doy todo lo que tenemos, les expliqué que no se podía razonar con nuestro líder sin tener que sufrir alguna agresión que ponga en peligro nuestras vidas. Ve el oso, el semiorco lo atrapó solo con sus manos y sin ayuda de ningún arma. Por los mil infiernos que no me acercaré a esa jaula. - después se vuelve a Atala para responderle - cerca de 2 o 3 meses, han pasado varias caravanas en ese tiempo y se pudo tomar provecho de las mismas. Igualmente ahora no me sirve nada de esto, así que tomen lo que quieran... es suyo.

JAJAJAJA se rió Galmor sarcásticamente y con una sonrisa claramente  irónica y su tono de voz grave y rudo pronunció

Muchas gracias sr. Melaos por darnos tan amablemente estos objetos robados que ya no necesita y por acceder a guiarnos hasta aquí, sin su ayuda seguro que no lo habríamos logrado...

NO hagas que me enfade más todavía!!! que pasa, que porque te hemos tratado bien hasta ahora ya crees que eres libre y que has cumplido la pena por tus delitos? Si te piensas que con 4 llantos y mucha palabrería te vas a librar de cumplir tu condena vas apañado y encima diciendo lo que puedes y no hacer. Pero como te atreves....! El enfado del enano aumentaba en cada palabra Te libramos del semiorco, te perdonamos la vida, te sacamos de la prisión y me vienes con esas??Te estoy dando oportunidades para que la justicia del lugar sea laxa contigo y me vienes con que ya has hecho esto y lo otro y que no quieres perder el brazo.... A caso te crees que alguno de los aquí presentes quiere perder su brazo!!!?? Muy bien si no vas a colaborar más volverás a ser un prisionero a la espera de ser juzgado.  

Y Galmor sacó los grilletes para ponérselos de nuevo a Melaos. Ayudadme con éste mentecato...