Partida Rol por web

El enano se dirigía decidido hacia el último enemigo hasta que éste se puso en pie y sacó su enorme hacha. En ese momento la imponente figura del semiorco se irguió como la de un gigante y Galmor quedó atenazado por el miedo sin poder moverse ni pronunciar palabra alguna. Las piernas empezaban a fallarle y le costaba sostener su martillo por los incontrolables temblores de sus manos. 

- Coooo,coooo,coooo,.... COOOREEEEED!!!!!!

El semi Orco se mantiene impasible ante sus atacantes, sabe que no se puede mover, pero también sabe que no pueden ni acercarse ni hacerle daño... nota el temor en sus ojos, en todos ustedes.

Una sonrisa sarcástica aparece en su rostro, es una sonrisa de satisfacción... de poderío y de una inmensa autoconfianza. 

- Así que ustedes quieren detenernos... - dice con voz calma pero cargada de amenaza - Quiero ver como lo intentan.

Notan como sus músculos comienzan a hincharse... más de lo que ya están. Las venas de los brazos se hacen mucho más notorias, Todos excepto Anru y Atala podrían jurar que sienten como la sangre fluye a través del bandido, como si escuchasen los frenéticos latidos de su corazón bombeando toneladas y toneladas de adrenalina en su torrente sanguíneo.

Los ojos terminan de inyectarse de sangre y notan como por la boca comienza a caer una especie de baba espumosa, la cual da la sensación de estar no solo ante un adversario poderoso, sino también de enfrentarse a un perro rabioso cargado de ira y enojo.

Ante esta dantesca imagen, Atala intenta frenéticamente dispararle con su ballesta, consiguiendo, en su euforia, apretar muy fuerte el gatillo de la misma, trabandola y dejandola inservible hasta tener un poco más de tiempo para repararla. 

intentando retroceder, mientras me alejo lo bastante del alcance del arma del semiorco mientras intento mover para ponerme en una buena posicion para el ataque, pero los nervios que me han despertado el semiorco no veo que me voy enredando mas en las lianas que hay en el suelo y me voy quedando inmovilizadas por ellas.

El dracónido se acercó al semiorco y queda impresionado por al mirarlo. Heskan no podía entender porqué de su flaca voluntad y no alcanzaba a entender la turbación que le causaba esa mirada furiosa.   Por unos instantes vaciló y sus manos trémulas estaban como paralizados. Trató de sobreponerse y actuar, pero algo en su interior helaba su sangre. Sobreponiéndose, Realiza una serie de movimientos con sus dedos mientras entonaba una frase breve:

- RRRggr Drakahggr Sonah gruagh

De sus dedos bota una energía relampagueante, Heskan se aproxima al semiorco para tratar de tocarlo. Cuando penetra por la maraña es incapaz de continuar.

- ¡Por todos los dioses!

Fadrique permaneció a la vista, pero lejos, donde pudiera salir corriendo si el tipo se liberaba. Miró como el dracónido se quedaba tontamente liado y meneó la cabeza.

Ya si eso te curo, pero esperaré a que estés herido, Heskan.

La situación se había vuelto critica, el semiorco se encontraba babeante y furioso, era evidente que de romper las enredaderas que le sujetaban las piernas, de principio el buen Galmor estaría muy cerca de pisar la línea oscura de la vida, en sus venas, Anru sintió fluir la misma desesperación que le había invadido cuando los drows cercaron su hogar. Un aliado, un amigo, él ahora no era un pequeño, debía hacer algo, su cuerpo lo sabía, su naturaleza obscura lo sabía mejor, el instinto de los que han vivido en peligro toda su vida, no fue sino un ligero movimiento de su mano zurda en dirección a los ojos del enemigo… -¡Tu furia nublara tu vista hasta el punto de la negrura total! – Grito.

Viendo que dos de sus compañeros entran en la zona que Anru ha convertido en una zona casi impracticable y que el resto de sus compañeros parecen haberse quedado paralizados de miedo ante el semiorco, Atala comienza a rodear la zona de las enredaderas sin entrar en ella e intenta espabilar al enano.

¡Vamos Galmor! ¡ESPABILA! Un guerrero enano machacaría a cualquier orco que se le pusiera delante.

El Semiorco comienza a hacer notar su descomunal fuerza al inflar sus músculos, con lo que las lianas que lo tenían aprisionado, poco a poco se van rompiendo y desgarrando, al punto en que no son más que restos marchitos en el piso.

Al ver esa inminente reacción del Bandido, Anru deja de lado su conjuro y comienza a concentrarse para otro, en este caso uno que nada tiene que ver con su conexión con la naturaleza, sino más bien con su raza en particular. 

A diferencia de los conjuros anteriores, una ráfaga de negrura comienza a rodear al SemiOrco hasta posicionarse frente a sus ojos. El descontrol de este al notar que su visión se nubla y posteriormente queda en una negrura total hace saltar saliva y que comience a moverse cual perro rabioso que desea descuartizar a cualquiera que se le ponga en frente.

- Los matare!!! Los matare a todos!!!! - dice en descontrol total mientras se mueve sin rumbo aparente, aunque siempre sin soltar su enorme hacha.

Aprobechando la maniobra de Anru me acerco por la espalda y le intento golpear pero mis miedos aun son lo bastante fuerte como para no acertar ningun de los dos intentos. Aun asi me sigo moviendo para mantenerme en una posicion en la que no recaiga en mi su furia.

Fadrique comenzó a desplazarse hacia donde estaban Galmor y Atala, mientras no perdía ojo al tipo ese medio grillao que decía que les iba a matar a todos. La idea era que fueran un obstáculo entre él y el pirao y, además, tenerlos cerca para curarlos cuando fuera necesario.

Ante la ceguera del SemiOrco Heskan aprovecha para castear uno de sus conjuros. Lamentablemente por el temor que aún le incurría su enemigo no pudo hacer una flama lo suficientemente importante como para hacerle daño.

Una vez conseguido su propósito, el gnomo se mueve hacia Galmor en un intento de hacer de parapeto entre el enorme bárbaro y su compañero. –Hermoso me voy a ver cortado por la mitad por el bruto este.

Mientras sus compañeros siguen lanzadole hechizos, Atala llega hasta Galmor e intenta hacerle reaccionar.

¡VAMOS GALMOR! ¡MUEVETE! Es que los enanos se asustan con tanta facilidad. Le dice mientras lo zarandea.

Tras esto Atala se da cuenta de que Fadrique y Anru también se han acercado a Galmor y que las enredaderas de Anru han desaparecido, pero ahora el semiorco tiene la cabeza envuelta en unas tinieblas impenetrables. Al ver esto Atala piensa que ahora podrá atacarlo con la espada y encima Julianna esta ahí por lo que saca la espada y el escudo se dispone a atacar al semiorco.

Atala intenta espabilar a Galmor, que está completamente aterrado. Sus ojos miran al infinito y los gritos de la joven solo resuenan en su cabeza como truenos en una tormenta. El enano está atrapado en pensamientos del pasado...Todas las historias de crueles muertes perpretadas por los orcos contra su clan le vinieron repentinamente a la cabeza. Sus abuelos, cuando no querían que hiciera algo  siempre asustaban diciéndole: " ....o vendrá un orco y te comerá" El pequeño aprendiz  siempre corría despavorido a refugiarse tras la puerta de la herrería, pero el orco nunca llegaba. Pues bien, el orco que tanto temía y que nunca llegó acaba de aparecer frente a Galmor , atenazando todo su cuerpo y dejándole totalmente aterrorizado esperando a que llegue frente y se lo coma, cumpliendo así el cometido que durante tantos años tiene pendiente.

Los compañeros sean unidos... cita el dicho, y así fue, varios de los aventureros se acercaron hasta el paralizado enano y tratan de sacarlo de su estupor, mas les fue completamente imposible, en sus ojos perdidos en el tiempo se ve correr y esconderse por los dichos de sus abuelos, que si bien ahora sabía eran una mentira para que se porte bien, se ha materializado justo en frente a él en el momento menos preciso. 

Mientras tanto, el SemiOrco se mantienen en movimiento errático y dando hachazos sin sentido, para un lado y para el otro, a pesar de su estado fúrico sabe que, si se queda quieto, va a ser un objetivo fácil... y un descendiente de los míticos guerreros jamás caerá en batalla como si fuese un frágil animal.

Intentando esquivar los hachazos aleatorios, viendo un buen lugar en una de estas envestida al aire, le clavo la daga en un punto vital y despues repito el mismo proceso un poco mas al lado, con la segunda daga, luego doy un paso mas para evitar que intente golpear donde estube golpeando.

El dragonborn trata conjurar nuevamente, pero los movimientos erráticos de su enemigo hace que su rayo de fuego no logre impactar en el mismo.

(Usado por el Master)

Fadrique permaneció en el sitio, tras los guerreros, muy asustado. Ya que todavía no había habido sangre, que era su especialidad, se dedicó a conjurar sonidos y aromas imitando los movimientos de combate de sus compañeros. Así podría confundir más al tipo ese tan violento.

Selene, cuida de los tuyos, te lo suplico, fue en este caso la breve oración que dirigió a su maza ceremonial.

El gnomo apenas y podía creer que su amigo se encontrase paralizado por el semiorco, hasta el punto de no haberse movido un ápice, sin dudarlo se mantiene frente a él y prepara su bastón listo para descargarlo sobre el bárbaro apenas se acerque, pero guardando silencio para evitar guiar al enemigo contra ellos. –Vamos Galmor, reacciona, necesitamos tu ayuda para contener a esta bestia o al menos enfocarnos en atacarle en lugar de protegerte.