Partida Rol por web

LVPERCALIA.

Las lupercales.

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12/02/2009, 01:05
Silvia Montes

Miro hacia donde Manuel me indica, veo la fachada de la casa. Tantos años y no había reconocido la casa de mi tía Rosario. Siento una pequeño pinchazo en el hueco donde habita mi corazón... Tantos recuerdos enterrados, tantas historias vividas... Con un suspiro aparto un poco a Alicia de mi cuerpo, la miro fijamente, buscando alguna otra señal de su malestar. Cielo, estamos ya en casa de tía Rosario, venga, un esfuerzo mas y podrás acostarte y descansar. Mi mirada se dirige hacia Manuel. Muchas gracias por habernos traído... Y encantada de haberle conocido, supongo que si se queda unos dias por aquí coincidiremos en algún sitio. Como ve es un pueblo pequeño. Digo dirigiendome con una sonrisa cansada a Francisco.

Abro la puerta de la furgoneta y me dispongo a bajar cargando con la maleta.

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23/02/2009, 22:58
Francisco Jose Gonzalez "Pacojó"

Cansado por el viaje observo todo lo que me rodea, nunca me habia sentido tan agotado, tengo ojeras a pesar de haber dormido y mi mirada se ha vuelto apesadumbrada y perdida, mi cabeza esta ausente y no paro de pensar en aquel rostro, en aquel anillo, en Helena, donde estara...Tengo que buscarla. Tengo que encontrarla...me comporto como si estuviese bajo los efectos del mono de una droga, necesiro saber que esta bien, que no la ha pasado nada.

La puerta abriendose hace que salga de mis pensamientos, alli esta silvia saliendo del coche, y la miro, la verdad es que me siento un poco incomodo en su presencia, mi reaccion no se como ha podido sentar a esta mujer...quizas piense que estoy loco...quizas lo este...

Si...el pueblo parece pequeño, creo que volveremos a vernos, o por lo menos espero, no me importaria tomar algun cafe con usted. sobretodo para pedirle disculpas por mi extraña reaccion en el coche, aunque ese cafe tendra que esperar, tengo que resolver una serie de dudas internas y encontrar a una mujer.

Miro a la niña no sin cierto temor de volver a ver esa cara...pequeña espero que no te haya asustado...lo lamento de veras....intento sacar mi mejor sonrisa.

Doy la mano a Silvia tambien a Jose, agradeciendole el transporte, y me dirijo hacia el ayuntamiento del pueblo.

Por cierto Silvia, mi movil es el 684143636 por si quiere localizarme.

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24/02/2009, 13:01
Silvia Montes

Una sonrisa amable asoma a mis labios mientras ayudo a bajar a Alicia de la furgoneta. Se coloca a mi lado, dándome la mano, la cual siento un poco fría y sudorosa. La miro con el ceño fruncido, me preocupa su estado de salud.

Distraídamente me vuelvo a Francisco, la preocupación que siento por mi hija hace que no le preste gran atención... Como? Sí, vale, vale... El móvil. Digo sin hacer el menor intento de apuntarmelo, después de su comportamiento siento un poco reparo, además... Para que iba a necesitarle yo? Bien, entonces ya nos veremos, espero que encuentre a la persona que busca... Hasta otra. Termino despidiéndome mientras que con una maleta bastante pesada en una mano, y mi hija en la otra me dirijo hacia la puerta de la tía Rosario. Llego ante la ella y suelto la maleta con un suspiro en la entrada. Antes de tocar el timbre miro a mi hija.

Venga, cariño, ahora podrás acostarte... Y sin pensarlo dos veces mas dirijo mi mano al botón del timbre y lo pulso...

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24/02/2009, 20:04
Director

La aldea se agazapa silenciosa bajo la lluvia.

Silvia se aprieta con su hija bajo el voladizo del balcón de la casa de tía Rosario, aguardando a que alguien venga a abrirles.

Francisco José, por su parte, abre el paraguas y cruza hasta la acera contraria y comienza a buscar las señas de un edificio público en el que poder informarse. Manuel comienza a circular, pero al ver la indecisión del viajero, se detiene a su lado.

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24/02/2009, 20:06
Manuel Orozco

El panadero abre un poco la ventanilla y le pregunta:

-Oiga, ¿a quién busca?

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24/02/2009, 20:11
Director

Silvia puede oír cómo el panadero le está diciendo algo a Francisco José, pero las palabras se le escapan. Alicia, que no ha abierto la boca en todos esos minutos, la reclama:

-Mami, la puerta está abierta, ¿ves? –Y empuja la puerta de entrada, de hierro, para evidenciarlo.

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25/02/2009, 11:43
Silvia Montes
Sólo para el director

Miro sorprendida como mi hija me muestra como la puerta está abierta... "Vaya, no me había dado cuenta, ummmhh, que raro... " Intento recordar si tía Rosario solía dejarla así, aunque han pasado tantos años que no lo recuerdo bien. Bueno, cielo, venga, entremos y busquemos a la tía Rosario. Empujo la puerta y entro en el recibidor junto a mi hija. Al momento me embargan olores ya olvidados, olores que me recuerdan a mi infancia. Dejo la maleta en el suelo, y junto a mi hija empezamos a caminar hacia el interior de la casa, mientras con voz un tanto nerviosa voy llamando a mi tía. Rosario? Mis pasos se van encaminando hacia donde estuviera su dormitorio...

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25/02/2009, 15:25
Director

Silvia registra una serie de pequeñas reformas que se han ido llevando a cabo con el paso de los años: el pasillo alicatado, un pasamano de madera en la escalera que conduce a la primera planta… Pero la disposición de la casa sigue siendo la misma. La luz de la salita de estar está encendida: de ella proviene un sonido de estática. El respaldo de una silla caída queda a la vista. Hacia el fondo, donde está el salón, exposición de la suntuosidad de las gentes humildes, todo aparece oscuro. Una corriente desapacible fluye entre la puerta de entrada y la del ojo de patio que lleva a un pequeño cuarto de baño. Alicia tirita.

Notas de juego

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25/02/2009, 23:28
Francisco Jose Gonzalez "Pacojó"
Sólo para el director

Mis cejas caen sobre mi cara, y mi boca se cierra, mis sentidos perciben cierto distanciamiento de Silvia hacia mi persona, este hecho no debiera importarme, pero Francisco es una persona empatica que le afecta todo su alrededor, no puede pasar sin que nadie le acepte, por muy poco que la conozca. Francisco menea la cabeza como desartudiendose. En fin, tarde o temprano tengo que empezar a cambiar, ademas hay ahora otras cosas mas importantes que me atormentan.

Me doy la vuelta y cruzo la calzada, en busca del ayuntamiento, no se donde esta, pero la verdad es que no me importaria caminar un poco sin rumbo enfrascado en mis pensamientos.

Una voz interrumpe mis pensamientos, es Manuel que me pregunta a donde voy. Me giro y le respondo...no lo se muy bien exactamente, se supone que debiera ir a un pequeño asentamiento a unos nueve kilómetros, pasado el Cerro del Hierro, allí donde la antigua línea férrea termina, o en su defecto supongo que el ayuntamiento. Busco a la investigadora Elena Bizcocho.

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26/02/2009, 11:09
Silvia Montes
Sólo para el director

Un escalofrío recorre mi espalda al sentir la corriente de aire, miro a Alicia, preocupada por su estado de salud... "No sé por qué, pero el sonido que sale de la sala de estar me pone nerviosa." Desde donde me encuentro puedo observar la silla tirada en el suelo, no me da buena espina. Y si le ha ocurrido algo? Sé que estaba enferma, y lo que menos gracia me dará sería que Alicia viera un cadáver. Así que me vuelvo hacia ella. Cariño, ve donde está la maleta y espérame allí, yo no tardo. Voy a cerrar la ventana para que no te de esa corriente. Se que Alicia es muy inteligente, y difícilmente la puedo engañar... Observo como vuelve hacia la entrada, siento un nudo en el estómago al verla tan cansada... Me vuelvo y dirijo mis pasos hacia la puerta de la salita. Mi mano tiembla levemente cuando la acerco al pomo de la puerta. Temo que a tía Rosario le haya pasado algo, siento mi corazón latiendo fuertemente... "Venga, es un miedo irracional, ya verás como está bien..." Me doy cuenta que lo que me pone nerviosa es la oscuridad, junto a ese sonido estático... Con un suspiro, finalmente abro la puerta y busco a tía  Rosario con la mirada.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d100
Motivo: escuchar
Dificultad: 35-
Resultado: 62 (Fracaso)

Tirada: 1d100
Motivo: Estado Alicia
Dificultad: 35-
Resultado: 43 (Fracaso)

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26/02/2009, 12:13
Director

La salita está vacía. El ruido proviene del televisor, encendido y con nieve en la pantalla. Sólo se oye ese zumbido y el crepitar de la lluvia contra los cristales.

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26/02/2009, 12:27
Manuel Orozco

Manuel frunce el ceño y explica:

-¿A unos nueve kilómetros, pasado el Cerro del Hierro? Nueve kilómetros, más o menos, es lo que hay desde esta aldea a San Nicolás, y el Cerro queda entre medias, si es a eso a lo que se refiere. Ahora bien, aquí sí hubo una excavación, un poco más hacia el sur –hace un ademán hacia el final del pueblo, allí donde se distinguían aquellas crestas rojizas e irregulares-, pasado el cementerio, pero creo que ya acabaron: lo dejaron acordonado y creo que los turistas lo pueden visitar. Me parece que fue el verano pasado. De todos modos, aquí ayuntamiento no hay. Para esas cuestiones, hay que ir al Cerro. En donde si puede usted preguntar por la investigadora es en aquella casa de allí –Manuel señala de nuevo- ¿Ve aquel Ford Scort verde en esta misma acera? Pues la casa que está enfrente, esa creo que la alquilaron. Y ahora discúlpeme, que tengo que descargar varias cajas en el bar del final de la calle –y diciendo esto, baja la ventanilla rápidamente y hace avanzar el coche.

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27/02/2009, 13:20
Silvia Montes

"Que tonta que soy... Me he asustado por nada..." Perdida en mis pensamientos me acerco al televisor y pulso el botón de apagado. "Seguro que tía Rosario se fue a dormir y con lo mayor que está no se dio cuenta de que se lo dejaba encendido." Me acerco a la ventana y la cierro para que deje de haber corriente de aire. "Bueno, será mejor que vaya a ver si está en su dormitorio. " Ahora más relajada me dirijo hacia las escaleras para acceder a la planta superior y de esta manera poder encontrarla. Antes de subirlas me asomo a la entrada para comprobar que Alicia se encuentra donde le dije, y poder ver su estado...

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27/02/2009, 20:15
Director

La niña está sentada sobre la maleta, junto a la puerta y mira a su madre sin decir una palabra cuando ésta, tras levantar la silla, sale al pasillo y comienza a subir los escalones de mármol. Justo en la pared de enfrente se encuentra colgado un espejo: el reflejo de sí misma que le ofrece la inquieta. El cabello se le pega al cráneo, está pálida y en sus ojos asoma un principio de inquietud. Avanza por el breve pasillo, hasta el recodo, donde esquinadas se agazapan dos puertas. La de su izquierda, entreabierta, conduce al dormitorio de su tía, mientras que hacia la derecha el pasillo tuerce hasta el fondo de la planta, un pasillo tenebroso que muere en otra puerta.

Silvia empuja la hoja y entra en el dormitorio principal. En el rincón más alejado, cerca de una ventana, está la cama de su tía Rosario, una cama con armazón de hierro sobre la que reposa un bulto cubierto con una sábana blanca.

Sólo se escucha el repiqueteo pertinaz de la lluvia.

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28/02/2009, 11:43
Silvia Montes
Sólo para el director

Subiendo las escaleras puedo observar mi reflejo. Veo los rasgos del cansancio perfilando mi rostro. Tsk... Intento aguecar un poco el pelo utilizando los dedos. No demasiado contenta con el resultado, continúo subiendo las escaleras. Por fin llego ante la puerta del dormitorio, la abro y miro en el interior. Veo el bulto en la cama... "Ummmhh! Que raro que todavía esté durmiendo, si que debe estar enferma la pobrecita." Recuerdos de mi niñez se agolpan en mi mente, una solitaria lágrima empieza a rodar por mi mejilla, al recordarla llena de vitalidad, en la cocina haciendome tortitas para desayunar mientras me amenaza con la cuchara de madera por alguna trastada que hubiese hecho. Para no asustarla la llamo desde la puerta, aunque mi voz suena casi en susurros... Rosario... Tía Rosario... Al no obtener respuesta me voy acercando a la cama... Ya hemos llegado. Hemos tenido un viaje muy largo y...

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28/02/2009, 14:15
Director

No se produce ningún sonido, ningún movimiento. Bajo la tela blanca, Silvia puede distinguir una sombras rosáceas a la altura del rostro que no han llegado a calarla.

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02/03/2009, 12:49
Silvia Montes
Sólo para el director

Un escalofrío recorre mi espalda... Siento como mi corazón empieza a bombear la sangre con más prisa. Restriego mis manos sudorosas por el pantalón, intentando encontrar el valor que me falta al sentir el roce de la tela. "Pero será posible? A que viene este miedo?" Casi riéndome de mi misma, de mi actitud inconsciente e irracional, cojo el borde de la sábana y dándole un tirón descubro el cuerpo que se encuentra debajo. Aunque en mi mas profundo interior no paro de repetirme "que sea la tia, que sea la tia..." Como una monotonía...

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02/03/2009, 21:09
Francisco Jose Gonzalez "Pacojó"

Escucho atonito las palabras del hombre...aquella imagen terrorifica en verdad me ha afectado demasiado, confundo terminos, y empiezo a sentirme un poco asustado...muevo la cabeza de nuevo para intentar desaturdirme.

Muchas gracias por todo... digo Manuel ante su marcha.

Las palabras de Manuel me confunden mas todavia, acaso no estaba Helena en esas excavaciones, porque me dice este hombre que ya han terminado estas....estare confundido...o quizas no....Manuel acaba de partir en su coche e intento dirigirme lo mas rapido posible a aquel cerro que señala, tengo mucha sed debido al calor que siento, algo muy raro puesto que no deja de llover en este pueblo andaluz. Ante mis duda de si sere capaz de recordar todo lo anterior, o estare confuso, voy apuntando todo lo que me ha dicho Manuel en mi cuaderno de anotaciones, hasta que llego a la puerta de la casa que Manuel me señalo, me paro y analizo la casa, las ventanas, y si se ve alguien desde la calle en el interior a traves de la puerta principal.

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03/03/2009, 09:15
Director

Debajo del mentón derecho, en el cuello de la tía Rosario falta una lasca del tamaño de un naipe, hay una oquedad por la que asoman unos vasos ajados. La sangre se ha acumulado en ese lado del colchón, con pericia, y la parte superior del cadáver parece flotar en una piscina nauseabunda. Las manos, crispadas, se extienden hacia ambos costados. Los ojos están en blanco, los párpados quedaron entornados, la facies quedó suspendida en una expresión de espanto.

La tía Rosario yace ante los ojos de Silvia, con el cuello desgarrado.

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04/03/2009, 01:47
Silvia Montes
Sólo para el director

AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!! Un grito desgarrador sale por mi garganta, mientras la sábana resbala de mis entumecidos dedos, cayendo al suelo y dejando al descubierto el cuerpo. Doy dos pasos hacia atrás, sin poder apartar la mirada de mi tía. Lágrimas ardientes empiezan a correr por mis mejillas. Miro hacia los dos lados, alternativamente, buscando algo a lo que agarrarme, cualquier cosa que me haga escapar de esta visión. Siento como el aire escapa de mi pecho, como si fuera un viejo tren al que le cuesta subir una cuesta. Llevo mi mano derecha a la zona de mi corazón, el cual late a un ritmo casi doloroso. Por la mente me pasa la imagen de mi prima Carmela... Seguro que ha sido ella, no puede haber sido otra.... CARMELAAAAAAAA!!!

Siento como el dolor, la consternación le dan paso a la rabia, una rabia que me come por dentro. Con la mirada desenfocada giro sobre mis talones, dirigiéndome a trompicones hacia la habitación que compartí con ella hace tantos años. Me embarga una furia que es capaz de hacer cualquier cosa, por mi mente pasan imágenes de Carmela desgarrando brutalmente a nuestra tía. Estoy a punto de llegar a la puerta cuando mi pie tropieza con la alfombra que hay en el pasillo provocando que termine en el suelo. Por un momento me quedo en silencio, respirando aceleradamente y recuperando poco a poco mi sentido común. Imágenes de mi tía pasan por mi mente y rompo a llorar desconsoladamente...