Partida Rol por web

Asiento al ver el trabajo de Akira.

-¿Has tenido en cuenta los seres no conscientes? Espiritus, fantasmas, y los animales? Hoy en dia entre la magia y la tecnologia es mas facil aun desenmascarar este tipo de conjuros...

Cierro los ojos y frunzo el ceño, aportando mi poder magico al conjuro ya existente. Era una tarea relativamente sencilla poder aumentar un conjuro bien realizado, por lo que tras emitir un aura de color carmesi oscuro abro los ojos con languidez, satisfecho.

-Listo. Volvamos con el resto. Espero que no hayan tocado mi bebida.

Sits comprendió facilmente que solo hacía mi trabajo, aunque debo admitir que su expresión inalterable me disgustaba. Un gesto de incomodidad se dibujó en mi rostro, pero pronto se desvaneció puesto que mi atención fue puesta en el trabajo de protección que los amos hacían.

- Ha mejorado muchisimo Akira-sama, aunque eso realmente no me sorprende.- tampoco me sorprendí por las habilidades de Kahei sama, era esperable considerando su experiencia.- si ya estamos listos aquí por favor permitanme acompañarlos nuevamente a la habitación.

Con paso firme y pesado comenzé a escoltarlos. Una vez hecho eso y a menos que hubiese alguna orden que lo impidiese me dedicaría a mis tareas diarias.

- Sits me pareció escuchar que Kana te llamaba.- acaricié por momentos la cruz que llevaba en el cuello y saqué un cigarrillo llevandolo a mi boca sin encenderlo, como quien tiene una chupeta. Eché una última mirada alrededor y ya más confiada continué mi camino.

Maria deja el pastel en una de las mesas y vuelve a salir aunque no le presto demasiada atención. A los pocos minutos vuelve a entrar con una taza llena de café. Tras pasar el umbral vuelvo a pulsar el botón rojo para que se cierre la puerta con un sonido metálico.

Giro la silla para ponerme de cara a la mesa donde está el pastel y la taza de café y me dispongo a desayunar. -De momento es ultra secreto. -digo con expresión misteriosa. -Ya te diré alguna cosa cuando esté casi terminado. -añado antes de tomar un sorbo de café. Tras dejar la taza encima del plato de la mesa cojo el tenedor y empiezo con el pastel. Mientras lo saboreo cierro los ojos para descansarlos un poco. Hoy tenía las ojeras más marcadas que de costumbre y la barba sin afeitar desde hacía un par de días, en conjunto, me hacía parecer bastante más mayor.

Aporreo la puerta de la habitación de Kenji.

- Amo kenji! Debería ir al salón con su tío y su madre!

Espero respues desde el interior y para acelerar mi taera grito:

- El señor Masataka-sama la ha espichado!

El amo Kenji parecía cansado y algo distraído del mundo exterior, aunque esto último no fuese demasiado raro... aún así, la joven criada lo veía demasiado tranquilo cómo para haberse enterado del incidente.

-Pero entonces... ¿no se ha enterado de que...?- Pero en ese momento, la voz de Kana suena informando del hecho con una perfecta delicadeza... digna de un jabalí. Maria se sonroja por vergüenza y aprieta los labios a la par que abre bastante los ojos. -Pu-pues... eso... su padre ha fallecido esta mañana. Dicen que por causas naturales.- La tensión del momento hace que la criada se ponga a punto de llorar, aún con la voz temblorosa, sigue hablando. -L-lo siento mucho... su madre dice que queda prohibidísimo hablar del tema en el exterior.- Hace una reverencia y espera la reacción de Kenji.

Vuelvo junto con el resto de la familia y el servicio y cojo mi vaso con desapasionamiento. Tras dar un pequeño sorbo me acerco a Aimi.

-Mi querida sobrina... -Sonrio tristemente.- Hacia tanto que no te veia, a ti o a tus hijos. Cualquier cosa que necesites... Sabes que puedes acudir a mi ¿No?

No podia soportar ver a mi familia tan afectada. Que yo fuera una persona fría no significara que tuviera sentimientos. Yo apreciaba mucho a mi familia. A todos y cada uno de ellos.

- Lo sé, me agrada que hayas venido tío.

Sin embargo no presto demasiada atención a Kahei pues tengo la mirada fija Yumi, su rostro se asemeja al que yo solía poner cuando me encontraba desorientada entre lo que sería real o lo que se quedaría en sueño.

- Yumi – le indico que se acerque a mí y le hablo con confidencialidad.- cuéntame tu sueño.

Ama Aimi, contesto ante su llamada, me acerco y escucho sus palabras a las cuales hago una reverencia y me tomo la osadia de acercarme lo mas posible para contarle mi sueño sin que nadie mas escuche.

Ama Tsuki, como usted sabe tengo a veces sueños premonitorios. Mientras intento hablar lo mas bajo posible para que solo mi ama me pueda escuchar.

Soñe con la muerte del señor Masataka, soñe que vuestro negocio peligraba, sus rivales van a aprovecharse de esto, apenas lo sepan. Sabotajes, extorciones, chantajes, espionaje, tobos y muchas cosas mas, una guerra se nos avecina Ama. Sin embargo el sueño no era todo claro ni real, como si aún no estubiera escrito y solo pediera de un hilo.

Si se me permite el atrevimiento mi Ama, tiene que fortalecerce inmediatamente y estar preparados para todo, cuente conmigo para lo que desee.

-¿Tío ha ido bien el hechizo?,- miro mi reloj, -un minuto.....-

Mientras seguía desayunando Maria empieza a hablarme cuando, de repente, puedo oír unos gritos desde fuera que dicen que tengo que salir ya que mi padre ha muerto. Miro a Maria con cara de sorpresa y miedo y, aunque al principio no lo creía, ella me lo confirma. Era un duro golpe. Tampoco es que tuviese una relación extremadamente cercana con mi padre pero eso siempre afecta mucho... o eso dicen. La verdad es que estaba triste, ¿y quién no lo estaría? Pero, no iba a llorar ni a lamentarme, a fin de cuentas, tenía mucho trabajo por delante.

Dejo el tenedor encima del plato aún con más de la mitad del primer trozo del pastel y me levanto de la silla. Me acerco a una mesa alejada y empuezo a rebuscar entre tornillos, papeles y piezas metálicas hasta que encuentro mi celular. Con ese aparato de última generación modificado y mejorado por mi podía controlar todos los aparatos que tenía en mi laboratorio y en la habitación aparte de otras funciones que son información clasificada. Me guardo el celular en uno de los bolsillos de la bata y me dirijo hacia la puerta metálica. -Sígueme. -digo secamente en un tono poco habitual en mi. Se podía ver como realmente si que me había afectado.

Salgo del laboratorio y sin siquiera cruzar la mirada con Kana me dirijo a paso pausado hacia el salón...

Me aparto unos pelos que caían por mi frente y me los coloco de nuevo bajo la peineta de mi moño.

- Yumi, yo he tenido el mismo sueño esta noche, y ahora que tu me lo confirmas solo queda prepararse para cuando vengan. Gracias por contarmelo.

Aunque intentaramos fingir que nada había cambiado, al parecer era imposible. Los chicos habían perdido un padre, la señora un esposo. Sin embargo mi habilidad para consolar a las personas era practicamente nula y entre ellos hacían un mejor trabajo. Por lo que luego de acompañar a los amos a la habitación no vi necesidad de seguir allí. Me pareció ver que algo turbaba al amo tora, pero seguro solo eran mis ideas.

Salí de allí y una vez estuve en el pasillo encendí mi cigarrillo, hace tanto que no lo hacía, normalmente solo lo llevaba y lo masticaba un poco. Me dirigí a la habitación de los más pequeños de la casa, exceptuando la del amo Kenji. Comenzando por la de Akira. Me dispuse a hacer la cama pero aunque lo intentara arduamente solo conseguí desordenarla aún más haciendo una bola con las sabanas. La muerte no debería afectarme tanto sin embargo lo hacía.

- Demonios, no se que me pasa- un puñetazo a la pared no bastó para tranquilizarme. Me senté en la cama con el rostro  entre las manos esperando recuperar la compostura antes de continuar. Siendo que estaba sola y que no esperaba que nadie me encontrara ni siquiera me preocupe de sentarme como una señorita.

Asiente un poco cuando Yaeko menciona que lo estaban buscando, dirigiéndose con todo el grupo a la sala donde esta reunida la mayor parte de la familia. Abre la puerta silenciosamente para no interrumpir las conversaciones, caminando calmadamente hasta situarse detrás de la silla de Aimi. Sus ojos amarillentos escanean la sala, manteniendo el rostro cálido e imperturbable hasta llegar a Tora -Quería algo de mí, Señor Tora?- Pregunta con un tono suave, como si no hubiera ocurrido nada a su alrededor. En cierto modo, no comprendía porque tanto drama por una muerte...pero claro, pensamientos como ese le habían llevado a ser reeducado...

-Si, claro que si. Antes de que nadie se marche voy a comunicar algo a toda la casa y Yaeko aquí en esta sala hasta nueva orden.- En ese momento llegan los tres que faltan y me dirijo a todos.

-El señor de la casa ha muerto y esta casa ahora mismo es débil, los amos vamos a tener una reunión de emergencia porque en cuanto salga a la luz que esta familia no tiene jefe todas se nos lanzaran encima para devorarnos como miseros carroñeros que son.- Miro uno por uno a todos.

-Durante la reunión que tengamos quiero a Yaeko atendiendo la reunión, a Sits como vigilante de la casa, quiero que una sombra sea capaz de saber donde estas ya que la seguridad es primordial y al resto que la casa este perfecta y reluciente, cuando se enteren de todo tendrán que venir a mostrar sus respetos y su dolor por nuestra perdida.- Cuando me giro Yaeko no esta. me levanto salgo a la salida de la sala para molestar lomenos posible a los de dentro y pego un grito ensordecedor y furioso -YAEKOOOOOOOOOOOO VEN AQUI INMEDIATAMENTE- tras el grito vuelvo a entrar en la sala, -que alguen se quede atender la reunión de los que esten aqui menos Sits.-

Asiente suavemente ante la comunicación, manteniendo un rostro algo más serio para no parecer completamente frio. Y consiguiendo un gran resultado. Su rostro se cubre con la sombra del dolor por la muerte del amo mientras una de sus manos se coloca sobre el hombro de su ama, dirigiendole una suave mirada de comprensión y afecto

La mirada se mantiene unos pocos minutos antes de que Tora continúe, alzándose para extenderse hacia él, dejando salir un cálido suspiro. No es que le importara demasiado en realidad...pero debía aparentar que le había afectado como al rostro, al menos con todos los amos en ese estado de . Las noticias en si no le eran nuevas, había estado entre esos carroñeros no hacía demasiado tiempo y claramente, cuanto más rápido fuera el ataque más posibilidades había de cogerles desorganizados. Al menos eso es lo que creerían.

Alza una ceja ante la petición. No es que fuera algo demasiado diferente a su trabajo habitual de todos modos. -No habrá problema con eso señor...Nadie notara mi presencia. Y descuide, la casa estará perfecta, como siempre. La cafetería de hecho esta ya preparada.- Informa, haciendo una pequeña reverencia -Me aseguraré de que todas las puertas y ventanas estén cerradas y que haya suficientes canapés para el velatorio. ¿Quiere que elija también prendas adecuadas para la despedida del amo?-

Maria obedece la orden de Kenji y comienza a seguirle cual perrito faldero, con ambas manos al frente y expresión preocupada. -Está bastante afectado... es normal, la muerte de un padre es lo que tiene.- Piensa mientras da unos cuantos pasos apresurados para ponerse más a la altura de su amo.

-¿Se encuentra bien...?- Pregunta mirándolo a los ojos.