Partida Rol por web

Con toda la habitación cubierta de cuerpos mutilados, Phil contuvo una arcada producto de tanta asquerosidad, y sin mediar palabra, salió de la habitación directo hacia las escaleras, al pie de las cuales se plantó con sus dos ametralladoras en alto, listas para disparar.

- Parece que no va a ser fácil salir, Bien, pues también será difícil que nos cojáis. - pensó, apuntando al enorme grupo de zombis, que a codazos, descendía las escaleras guiados por el aroma de la carne fresca. - Bajad desgraciados, bajad y probad el sabor del plomo! - mascullo antes de apretar el gatillo...

Cuando el ex-policia terminó de disparar, y no por falta de objetivos, un ligero humo ascendía de los cañones de ambas ametralladoras, pero a cambio, a sus pies, derrumbados por las escaleras, yacían una docena de cuerpos, todos ellos agujereados en pecho, cabeza o estómago.

- Siguen bajando. - informó de nuevo en la habitación con sus compañeros, donde, paciente, recargaba su arma. - Pero en bastante menor número.  - agregó, listo para otro nuevo asalto.

A base del trabajo en equipo y a la desesperada de Nick, Ned y Josh, y a las mortíferas escupebalas de Phil, dos de las oleadas de zombies habían sido casi completamente neutralizadas. Sin embargo, el problema acecha en el piso superior en forma de corredores y de la siempre inquietante abominación. Incluso las escaleras que comunican ambos pisos albergan a todo un tropel de malolientes caminantes, haciendo camino al andar hacia esas armas de destrucción masiva del abnegado policía.

En el exterior más y más zombies de casi todos los pelajes aparecen desde todos los lugares posibles, incluyendo el cementerio. Aunque, por fortuna, ya todas las tumbas del cementerio yacen vacías, liberadas por fin de las maldades con las que el apocalipsis las había maldecido.

Josh ve los zombis que se internan en el comedor del sótano y viendo que sólo un gordo amenaza a sus compañeros decide ocuparse de la muchedumbre y arrancando su motosierra se dirije veloz a por ellos; - ocupaos de ese, yo me ocupo del resto.

No es que Josh sea un héroe; pero según que compañías no le interesa lo más mínimo y hace cuanto puede por alejarse del que considera su mayor peligro.

- Zona limpia, vienen mas por la escalera, voy a por el regalito de la otra habitación, que vayan bajando y nos los cargamos.

-¡Muy bien, chaval! ¡Así se hace! El buen hacer de Josh con la motosierra lo había impresionado, y no sólo porque ello supusiera que siguiera con vida. Se le veía un brillo especial en la mirada, confiaba en las posibilidades del grupo, sobre todo después de que Phil dejara las escalera casi completamente bloqueadas a base de cadáveres.

Animado por la pericia de sus compañeros, partió en dos a la horrible criatura que llevaba ya un rato acercándose a ellos desde la retaguardia, y se dio a la carrera por el sótano, agarrando todo lo que se le ponía al alcance. Una pistola por aquí, algo de munición por allá... ¡¡Síííí...!! Todas, todas para mí. ¡Si me cargo de municiones, Phil jamás dejará que esos zombies se acerquen a mí!

-¡No preocuparse por la munición, camaradas! -sacó bruscamente al pequeño comunista que llevaba dentro. ¡Ya me encargo yo de coger hasta el último cartucho!

Visto que la situación empezaba a mejorar, pero tampoco tanto como para relajarse, Phil vio como Josh empelaba su motosierra con una alta efectividad, y mientras Ned arramblaba con las cajas de munición, volvió a las escaleras, donde vació el cargador de sus armas por dos veces, logrando que la montaña de cadáveres que se acumulaban al pie de las escalones creciese con casi otra decena más de muertos.

- Nick, ven aquí a probar esa munición tuya, parece que ahí arriba aún hay unos cuantos de ese malditos zombies ansiosos por conocerte! - Phil dejó caer otro cargador vacío al suelo, y sonrió antes de volver a apretar el gatillo, lanzado otra ráfaga de mortales balas sobres los caminantes que lentamente bajaban las escaleras.

En un momento la habitación estaba llena de zombies, al siguiente solo quedaban entrañas malolientes y cachos de cerebro, todos se dispersaron a gran velocidad. Para ser un grupo tan diferente, no lo hacen nada mal.

- Nick, ven aquí a probar esa munición tuya, parece que ahí arriba aún hay unos cuantos de ese malditos zombies ansiosos por conocerte! 

-Voy a enseñarte lo que hace esta maravilla. Hciendo un par de disparos deshizo al resto de muertos que avanzaban por las escaleras

En esta ocasión los ánimos se caldean en el exterior de la casa a base de corredores y más corredores que se unen al asedio. Aunque, por suerte, lo que a lo lejos parecía una abominación se quedó en un zombie especialmente obeso, pero que es posible matar con armas convencionales. Tan sólo quedan ya un par de masificaciones importantes de comecerebros, aunque la agilidad de los corredores es algo a tener en cuenta.

Siguiendo en su línea de rapiña descarada, el muy flipao no fue capaz de conformarse con coger la maldita munición. ¡No...! Tuvo que ponerse a rebuscar en unas bolsas de basura que había por allí tiradas. Fue entonces cuando, nada más rasgar el plástico de la primera de ellas, una cabeza de zombie salió con la boca abierta de par, dispuesta a lograr que el hocico de Ned le sirviera de merienda-cena. Por fortuna, lo más que alcanzó a morder fueron las gafas del barbudo, a quien casi le da un paro cardíaco allí mismo.

-¡Aaaaagh! ¡¡Muere, muere, muereeeeeeeee!! -chilló en tono sobreagudo mientras descargaba cartucho tras cartucho sobre el grotesco engendro. Acto seguido pasó otra de las páginas de su libro de jugadas maestras, echando a correr como un poseso hacia la seguridad del grupo. Qué cierto es eso de que es bueno separar la basura...

Josh recoge al fin su preciado tesoro y sale de la habitación; - listo; ya he recogido el paquete; - siempre quise decir eso como en las pelis.

Se encamina a la escalera y se queda quieto al ver al masteodonte que quiere bajar por ellas; - joder que asco de bicho; sin pensar y con el corazón a cien rebusca en la mochila y saca el molotov el cual arroja escalera arriba acabando con la mole y los corredores que le acompañan, luego y tras asomarse al último peldaño y ver la que se avecina decide bajar y dejar que sean otros los que se ocupen de ello.

- Por allí vienen mas, ahora os cojo; les hace señas para que se vayan mientras se lía su preciado canutillo; - decididamente esto va que te cagas para los nervios; da una gran calada poniendo los ojos en blanco a causa del placer.

Después de ver como extinguían la vida de los nuevos inquilinos con el coctel molotov, todo iba sobre ruedas, los ruidos persistían pero no eran tan agobiantes. Era el momento perfecto para hacerse con todas las cajas de munición que pudieran encontrar.

-Pero que diablos es esto....,es como un cacharro de esos que usan en los hospitales...que asco

Con las escaleras limpias de engendros, o al menos de engendros vivos, Phil ascendió los escalones de dos en dos, sorteando cadáveres, y ya arriba, se preparó para recibir a la horada de zombies que deambulaban por la casa y que se habían librado del purificador fuego lanzado por Josh.

- No os quedéis ahí abajo, arriba, hemos de salir de esta casa cuanto antes! - les gritó a sus compañeros mientras se aseguraba que amabas ametralladoras estaban cargadas. Y mientras esperaba, rebuscó en un pequeño armario, donde lo único útil era un pequeño paquete de arroz. - Menos es nada. - se dijo antes de guardarlo.

Aun conjurada la amenaza de la abominación, de alguna forma las cosas tomaron un brusco giro a peor cuando los corredores se apresuraron a tomar posiciones, rodeando por completo la fatídica casa junto al cementerio. Por si ello fuera poco, sendas avalanchas de caminantes se desencadenan desde el Oeste y desde el cementerio. Con o sin abominación, las cosas no parecen estar mucho mejor que antes...

Sin detenerse ni un segundo -bueno, sí dedicó unas breves miradas codiciosas al extraño artilugio encontrado por Nick, imaginándose cómo podría sacarle provecho a esa sierra tan molona-, continuó su carrera hasta que consiguió dar alcance a Phil y a Josh. ¡Cosa que hizo justo al mismo tiempo que una pareja de zombies!

Sacó su escopeta de inmediato, pero en aquellas escaleras no había forma de maniobrar, así que lo único que hacía era darle golpecitos con el cañón del arma a sus compañeros, intentando en vano encontrar ángulo para poder disparar. ¡Dejad un poco de sitio, coñe, que mi amiguita está muy delgada, y casi no ocupa nada!

Impelido a abandonar aquel imposible más por la mirada asesina que le dedicó Phil cuando le clavó la escopeta en las costillas que por miedo a poder herir a alguno de los otros, dirigió entonces su dudosa precisión hacia el descansillo de la escalera. En él, y tras un par de disparos un tanto erráticos, el único rastro de zombies que quedó fueron unos cuantos cachos de carne rellenos de plomo. La frase le gustó tanto que estuvo a punto de gritarla en voz alta, pero se temió una mala reacción del poli y del quinqui, que estaban aún forcejeando con los nuevos invitados. Mejor me la guardo para la próxima vez...

Todos abíamos salido corriendo para conseguir salir de la casa de los horrores, de la casa junto al cementerio. Iban cargados de munición y de armas de todo tipo. Los refuerzos de los muertos vivientes no podrían seguir caminando, o al menos eso era lo que todos pensaban. No paraban de salir zombis muy rápidos, era como si todos los de alrededor vinieran a visitarles.

- Joder no habrá más sitio donde ir, sino cabemos en la puta escalera; y es que las quejas de Josh no estaban sin fundamento, aparte de sus compañeros había un corredor con ellos.

- Voy a limpiar un poco; arranca su motosierra y es tan aparatosa que casi cercena el brazo del poli a la par que el torso del zombi; - perdona; le dice con rintintin antes de salir hacia la siguiente habitación y encararse en un duro cuerpo a cuerpo con otra marea de zombis; - vale, todo libre por aquí, poli, haz tu trabajo y que rujan esas metralletas.

Siguiendo el rastro de muertos dejados por la motosierra de Josh, Phil observó al grupo de engendros que se amontonaban en la siguiente sala, y antes de que el porreta se decidiera a continuar con su carnicería, dio un paso al frente alzó sus dos armas.

- Tomate un descanso chaval, o ese cacharro tuyo acabará por atrancarse. - le dijo, solo un segundo antes de apretar el gatillo de ambas armas, liberando una mortal ráfaga de plomo. Serio, el expolicia hizo un segundo disparo, tras lo cual dejó caer al suelo los cargadores vacíos de las ametralladoras.

- Bien, y ahora con cuidados, aún oigo a esos desgraciados, así que habrá más por la casa.

Tras el genocidio zombie perpetrado por la extraña pareja, y por difícil de creer que pueda resultar, las cosas no mejoran demasiado en los aledaños de la casa maldita. Un muro de corredores, primero, cierra el paso hacia la puerta, y más allá un muro aún mayor de caminantes se interpone entre los abnegados supervivientes y su única vía de escape. Sin embargo los hados han sido amables con ellos esta vez, y sólo un puñado de zombies se deja caer por la zona como refuerzo. Pero la mayoría de ellos son rápidos: ¡cuidado!

- el descanso me lo tomaré cuando la palme; mientras hay trabajo por hacer; arrancando la motosierra nuevamente se encarga del zombi que los acecha para seguir abriéndose paso por la habitación de abajo y acabando con los corredores.

Echa un vistazo al poli quien lo mira estupefacto y tras apagar su bendita compañera saca su escopeta y de dos certeros disparos acaba con otro par de la habitación de al lado.

- esos os los dejo a vosotros; mientras me vendaré el mordisco de antes.

Dicho y hecho mientras espera a que sus compañeros le despejen el camino exhala un par de caladas que con tanto ajetreo casi se le ha consumido sin apenas catarlo.

- Eh poli, quieres una caladita y pasarte al lado oscuro?.

-Que no pare el movimiento venga, vamos.

Un auténtico exterminio era lo que quedaba de los visitantes indeseados.

Al llegar a la altura del joven, comprueba que aun estando apunto de entorpecer el avance de unos corredores, el hace como si nada y se pone a fumar.

-Jejejeje, que locura de gente

¡Bingo! -exclamó alborozado al descubrir, en medio de aquellas escaleras, una mira telescópica totalmente compatible con ese rifle que todavía no se había molestado en utilizar. Pero eso no importaba: ¡dos pistolas son siempre mejor que una!

Ahora que el grupo estaba acabando con zombies a diestro y siniestro, y no había que preocuparse por sorpresas desagradables, Ned se movía con soltura y decisión. De esa guisa llegó hasta donde estaban los demás.

-Ahora decid "patata". Y, efectivamente, esos tres rápidos no lo fueron tanto como para evitar quedar retratados en otros tantos cartuchos que impactaron contra ellos deliciosamente. En la habitación de al lado, Ned se relamía de gusto. Con una extraña cara que intentaba imitar la dura frialdad de un Terminator cualquiera, escupió al suelo sin que casi le saliera saliva al hacerlo y animó a Phil.

-¡A por ellos, que son pocos y cobardes! Bueno... Mitad y mitad -se retractó, cosa muy poco schwarzeneggeriana, por cierto-, porque ser aún son bastantes... Pero bueno, tú ya me entiendes.