Como se puede suponer existen una amplia variedad de idiomas en Transilvania. Siervos hablando valaco, campesinos hablando eslavo, húngaros hablando magiar y sajones hablando alemán pueden suponer muchas complicaciones para la crónica si los personajes son incapaces de comunicarse con ellos.
En busca de un ambiente de realismo, intentaremos adaptar este ambiente tan rico lingüisticamente a nuestra historia. Por norma general, cada punto en Lingüistica representa un idioma que habla el personaje (pero no necesariamente lee y escribe: estamos en el Medievo Oscuro). Aparte, se considera que cada personaje habla con total fluidez su lengua nativa (determinada en el momento de su creación). sería un punto a favor que todos los miembros de la cuadrilla tengan alguna forma de comunicarse (en una de las pruebas de juego, por ejemplo, los miembros de una cuadrilla sólo compartian un idioma, el árabe: era muy sospechoso, pero daba al grupo una gran ventaja sobre otros Cainitas).
Damos la posibilidad de asumir que un personaje que domina un idioma europeo puede estar algo familiarizado con otros idiomas del mismo grupo. A efectos de la crónica, hay cinco grupos idiomáticos principales (aunque se trata de una tosca simplificación). Los idiomas son:
Eslavo: En realidad una colección de dialectos, el eslavo se está convirtiendo en la lengua vernácula de europa Oriental. El eslavo del oeste se habla en las regiones de Bohemia y Polonia, y el del este en las llanuras rusas. En Bulgaria y Macedonia se habla el eslavo del sur. Un personaje que hable eslavo deberá elegir el dialecto que le sea familiar, aunque podrá entender los demás con una tirada de Inteligencia+Lingüistica a dificultad 6. Naturalmente, si su reserva de Dados de inteligencia+lingüistica es igual o superior a 6, se considera que esta traducción interdialectal es automática.
Hungaro: No le sorprenderá a nadie que este idioma sea el hablado en Hungría, como lengua materna de los magiares.
Rumano: el idioma de lo que algún día será Rumania se habla en esta época en Hungria Oriental (especificamente en la provincia de Pannonia)
Baltico: Como el eslavo, el báltico es en realidad un "cajón de sastre" que abarca las lenguas habladas en las regiones de Lituania y a lo largo del Mar Báltico. Hay varios dialectos distintos, pero a efectos del juego resulta más sencillo tratarlos como un idioma común. Puede hacer falta una tirada de Inteligencia+Lingüistica (dif 5-7) para entender a alguien de una región distinta.
Alemán: En realidad un idioma occidental, el alemán es la lengua de los colonos, mercaderes y vagabundos que llegan, cada vez en mayor número, del Sacro Imperio Romano. Dado que está más difundido que los demás idiomas de la región (¡e incluso fuera de ella!), es una excelente lingua franca para las Crónicas de Transilvania.
El francés, el castellano y el italiano entrarían en una misma categoría, con una dificultad de 7 en la tirada de Inteligencia+Lingüistica. Lo mismo ocurriría entre el turco y el finlandés. El idioma conocido como "Árabe" se aplicaria al kurdo, el persa y el armenio con la misma dificultad, como el griego y el latin entre si. Sorprendentemente, la dificultad para la tirada entre el eslavo y el rumano sería de 8, dados sus origenes distintos. Además, muchos de los Tzimisce de esta historia comparten una variante del rumano conocida como "valaco": se le considera una forma arcaica del rumano, y cualquier campesino que hable fluidamente este idioma lo entenderá con una tirada de Inteligencia+Lingüistica a dificultad 7.
El crecimiento de las ciudades en el Medievo Oscuro dentro de Transilvania es algo más rápida que en nuestro mundo. Esto puede atribuirse fácilmente a la influencia de los Cainitas; las ciudades más grandes significan rebaños más grandes; más comercio, más riqueza y así sucesivamente.
Una típica pequeña aldea transilvana puede no tener más de 200 habitantes, un camino de tierra, una iglesia de piedra, y unas cuantas casas de madera. A partir del año 1400, los hogares de muchos valacos, eslavos y otros pueblos oprimidos comparten un notable rasgo arquitectónico: las ventanas no dan a la calle principal. Los señores szeklers, por supuesto, tienen las residencias más ostentosas.
Las ciudades más grandes, como las siete principales, suelen tener una población de entre 3000 y 6000 personas. Más o menos a partir del año 1300, es común que el ayuntamiento esté en el centro de la ciudad: los lugareños construyen calles que salen como radios de este punto central, conectadas entre sí mediante otras calles que trazan circulos concéntricos. Los sajones tienen fama de ser sobrios y laboriosos, y es fácil distinguir sus casas. Los campesinos están distanciados, y a partir del año 1400 no son bienvenidos en muchas de las ciudades más grandes.
Como otro indicador de la diversidad cultural (y su maléfica influencia) en Transilvania muchas de las mayores ciudades tienen distintos nombres para cada grupo étnico. El nombre que uses para una ciudad puede ser muy revelador.
==FRENESÍ & RöTSCHRECK==
Provocación
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Dificultad
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Oler sangre (estando hambriento)
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3+
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Ver sangre (estando hambriento)
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4+
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Ser hostigado
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4
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Situación de peligro
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4
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Burlas maliciosas
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4
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Provocación física
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6
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Probar sangre (estando hambriento)
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6+
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Ser querido en peligro
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7
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Humillación declarada
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8
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Fuente apreciable de fuego cernana
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1+
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RöTSCHRECK:
El fallo en la tirada inicial o quedarse con cero éxitos en la tirada extendida, significa que el vampiro huye alocadamente del peligro, tomando el camino más corto hacia la seguridad y atacando a cualquiera que se interponga en su camino. También se puede gastar un punto de Fuerza de Voluntad para mantener el control o (si el personaje ya es víctima del Rötschreck) para dirigir sus acciones, quizá evitando atacar a un compañero de confianza. Un fracaso en la tirada inicial da como resultado que el personaje entre en frenesí y ataque la fuente del peligro.
Provocación
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Dif
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Encender una vela
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3
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Visión de una antorcha
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5
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Hoguera
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6
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Luz solar velada
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7
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Ser quemado
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7
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Luz solar directa
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8
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Atrapado en un incendio
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8
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==JURAMENTO DE SANGRE==
==TRADICIONES==
Gran parte de la autoridad de un príncipe proviene de las Tradiciones de Caín, o más correctamente de las así llamadas Antiguas Costumbres: la tradición en gran medida oral de códigos de conducta vampíricos heredados fundados en las Tradiciones. Las Antiguas Costumbres apuntalan la sociedad Cainita y son el único pacto social auténtico entre los demonios de la noche. Los Cainitas se atienen a un estricto sentido de la tradición, motivados por el miedo al castigo divino. Las Antiguas Costumbres son los restos del gobierno de Caín en Enoch; de aquí que sean respetadas pero no siempre seguidas estrictamente.
A pesar de todo, las Antiguas Costumbres forman el convenio en el cual se basan todos los príncipes (y señores) para legitimar sus pretensiones y derechos como príncipes. Las Tradiciones también figuran de forma prominente en la educación de los chiquillos. Muchos ancianos no consideran como vampiro a un chiquillo hasta que su sire le recita las Seis Tradiciones, sellando su pacto con Caín.
LA PRIMERA TRADICIÓN: EL LEGADO
==LEXTALIONIS==
El príncipe impone su autoridad por medio de la Lextalionis, el cuerpo de leyes vampíricas expuesto por Caín y expresado en las Antiguas Costumbres.
Transcripción de las Tablillas encontradas en Tihuta:
La transcripción de aquella copia en la Biblia de Monçada, no hay referencias en ninguna parte hacia ella, pero es una página bien integrada en el conjunto. La inscripción no parece original ahora que conoces las tablillas, y además, es incompleta.
Tu personaje nada puede haber oído de Lilith salvo quizás que dentro de los rituales ocultistas nocturnos y aquelarres de brujas en ocasiones se invoca su nombre como una divinidad oscura o un demonio. Para los cristianos dice poco en esta época. No tendrías constancia de su relación con el vampirismo.
Recuerdo también, que Razvan ha hablado de Lilith hace poco en un comentario referido a las tablillas.
- Es posible que alguno de vosotros haya oído hablar de mí, pero eso no es importante. Estoy aquí para reforzar vuestra memoria. No queremos que el paso del tiempo erosione vuestra concepción de lo que es real y lo que no. ¿Cómo? ¿Qué cual es mi nombre?
Me llamo Beckett, y esta es vuestra historia:
Iniciasteis vuestro viaje en algún momento del año 1190, en el mes de Diciembre. Algunos de vosotros tuvo que hacer frente a las inclemencias del tiempo para sobrevivir, otros, con menos suerte, tuvieron que zafarse de sus cadenas volviendose contra su sire, enlazando mentiras que duraban años o ganandose su favor. Todos hemos sido chiquillos, todos hemos vivido la esclavitud de la sangre, pero no todos hemos tenido la misma suerte ni existido en las mismas circunstancias. No, no todos hemos tenido las mismas oportunidades.
En el año 1191 todo cambió para vosotros. Impulsados por beber de la dulce miel de la independencia aceptasteis embarcaros en una empresa lejos de las comodidades de vuestros hogares, si es que eran realmente vuestros. La oportunidad llegaba en forma de carta, algo parecido a...esto:
La carta debería de haber pasado por numerosas inclemencias, pero había llegado, y lo había hecho desde las lejanas tierras de Transilvania, aunque en realidad, no. En realidad venía directamente desde Budapest, y allí se os instaba a ir. Puede que alguno tuviese sus dudas, pero cualquier cosa era mejor o más provechosa que estar al cuidado de vuestro sire, puede que os hubieseis ganado cierto reconocimiento, en cualquiera de los casos, nadie había oído hablar de vosotros antes, o no de una forma pública.
El Patrón era un cainita muy meticuloso y guardaba su identidad en secreto, no supisteis quien era hasta que aceptasteis su proposición.
Pero me estoy adelantando, de hecho, muchos aceptasteis embarcaros en el viaje y en la empresa en manos de este mecenas mucho antes de contemplar su rostro.
El viaje a Budapest, en el mejor de los casos, fue largo, pero sin contratiempos. Pronto la tierra rojiza con ese poder del que estaba impregnada debió de entumeceros el alma, o lo que quedase de ella. Eran otros tiempos. Viajasteis en carruajes, nada que ver con las comodidades actuales, pero por entonces era todo un lujo. Todo corría a cargo de ese misterioso patrón. Era realmente generoso.
Budapest era una ciudad impresionante, nada que ver con Paris, el ejemplo de la Europa más occidentalizada ¿o debería decir...civilizada? ...Es igual, seguramente recordeis el hedor a ganado de la plaza del mercado. Allí visteis por primera vez a una esclava que cambiaría mínimamente vuestros planes:
"¡Virgen e intacta, obediente y deseable! ¿Cuánto ofreceis por esta mujer?"
Fueron las palabras, quizás no exactas, de aquellos que la trataban como esclava, y quizás Sherazhina no era más que eso, una vulgar mercancía en un mundo oscuro y tenebroso.
Cabello como el ébano resbalando por sus hombros y su espalda, enmarañado y descuidado por el maltrato de sus opresores. Ojos profundos, de aspecto oscuro, embrujados mas con un brillo inquietante, deseable, como las arenas de los desiertos de las tierras orientales, plácidos pero peligrosos.
Su nombre era Sherazhina y la salvasteis de algo peor que la muerte. Pero aquella muchachuela que logró zafarse de los vendedores de esclavos y se las ingenió para que os fijarais en ella, era una caja de sorpresas. Pronto descubriríais, pero no por entonces, que era una Basarab, una familia de la zona cuya sangre valía mucho más que la de cualquier otro mortal. Los tzimisce aprovechaban la fuerza de aquella línea de sangre para crear ghouls fieles, disciplinados, ghouls capaces de darlo todo sin pedir nada a cambio, atados más allá del tiempo y más allá de la sangre.
Junto a ella, os adentrasteis en el distrito del Castillo de Buda, pero antes de llegar un loco os asaltó, os advirtió de que "él" estaba a punto de despertar y además profetizó:
-Ocho signos de las noches venideras brillan en mi visión. Os veo en cada uno de ellos. Aunque nada puede ser impedido, si es posible transformarlo mediante los actos de unos pocos.
¡Id, hijos míos, y recordad mis palabras cuando se os pida un esquema. Zolot...miente. ¡Huid de sus visiones!
Prosperad y quizás entonces...
Pero aquello sólo fue entonces de tratar de echaros encima una turba de campesinos furiosos con antorchas. Aquel loco era Havnor, o así hacía llamarse, el Dios del rayo y el trueno. Pero no erais tan ingenuos...sabíais que se trataba de un malkavian, uno muy trastornado me temo.
Una vez en el lugar en el que habiais quedado de encontraros con vuestro futuro Patrón, muchos encontrasteis a vuestros sires allí o a sus enviados, todo estaba dispuesto para que aceptaseis esa oferta. Pero el patrón no se presentó, en cambio, encontrasteis a un vástago llamado Tiberu. Él os informó de todo, se os encargaba la responsabilidad de alzar una antigua torre. Sabríais más tarde que allí donde se alzara la que ibais a construir yacía una más antigua propiedad de la familia Basarab y bajo su cuidado. Era, antaño, una torre de madera y un incendio la había echado completamente a perder. Se encontraba en el paso de Tihuta, un paso fronterizo por el que a lo largo de la historia toda clase de bárbaros orientales habían tratado de penetrar en la tranquila Transilvania. Era la primera y quizás única defensa fronteriza en aquel paso natural, ahora...indefenso.
Tiberu no era un hombre civilizado, bueno, ya no era un hombre. Sus ropajes se describen como propios de nobles, pero su alma era inexistente y su cuerpo era o almenos olería como el de una bestia. No me gusta hablar mal de los que comparten la maldición conmigo, pero aquel gangrel trataba de aparentar algo que no era. No era una persona civilizada. Pero se comportó con vosotros.
Os explicó todo, respondió a vuestras preguntas y os señaló una ruta a través de la cual no sólo llegaríais a Tihuta, sino que conoceriais finalmente a vuestro Patrón. Tiberu, servía a Radu, príncipe de Bistritz, un voivoda de la época. Para los que lo hayan olvidado, un voivoda es algo así como un príncipe, un soberano de su tierra, no hay que olvidar que los tzimisce dicen estar en aquella región desde el principio de los tiempos, antes que los Tremere, que los gangrel en aquellos maravillosos bosques o incluso que los nosferatu. Pero no es el momento de discutir sobre quien tiene derecho sobre quien en esas tierras, la historia apenas sí a comenzado, ya tendremos tiempo de saber como los ventrue trataban de borrar a todos de la región con su labor civilizadora, o de como los Tremere ascendieron como uno más entre los clanes que hoy en día conocemos, bueno...o decimos conocer.
Tiberu os entregó carruajes para viajar, y en ellos cargó recursos suficientes como para cargar con todos los gastos que conllevara alzar una torre de roca sólida. Lamentablemente el itinerario no fue tan sencillo como esperabais. Una parada desafortunada os condenó a viajar con pocos efectivos durante el día y ser vulnerables ante una emboscada bien tendida. Mitru, el cazador, otro de mis hermanos, pero no tan civilizado como Tiberu, no admitía que pasaseis atravesando sus bosques sin permiso. Asaltó con ghouls vuestros carruajes y aquello estuvo a punto de costaros la no-vida.
¿Estais seguros de no recordar las quemaduras del sol en vuestra piel mientras los sirvientes de Radu luchaban por salvaros?
Quizás algunos no tengais que recordarlo. Por ardides del destino sobrevivisteis, o quizás gracias a vuestra habilidad. No hay registros sobre lo sucedido, si lo habeis olvidado...realmente lo lamento, siempre me pareció una parte de la historia interesante, y me ha generado curiosidad. ¿Cómo huir con los carruajes a través de un camino completamente bloqueado? Por más que lo pienso no logro encontrar la solución.
Supervivientes. Pero todos los recursos echados a perder. El fuego en los carruajes acabó con criados, soldados, madera, ropas y..por supuesto, los recursos. Aunque algunos acabaron en manos de Mitru, estaban en su territorio, ¿recordais? Eran suyos por derecho, además de un botín de guerra perfectamente justificado.
Caminar no era una buena opción, pero no teníais muchas otras. Teníais heridos, se dice que no dejasteis a ninguno atrás. Pero el sol amenazaba con salir un día más, y ya habíais sobrevivido a la luz del día, pero no podíais seguir haciendolo si avanzabais. Afortunadamente, por casualidad, un aliado viajaba hacia Bistritz. Myca Vykos, un tzimisce de la región, viajaba para encontrarse con su amigo y aliado Radu, príncipe de Bistritz, vuestro Patrón. Os lo ofreció todo. Ropas de la mejor calidad que pudiese encontrarse en aquel recóndito lugar, transporte, todo a costa de sus recursos y de su propia comodidad, atención para los heridos...incluso se manchó su perfectas grebas en el barro por vosotros. Myca era un cainita inusual, era hermoso como humano no había visto jamás el mundo conocido, delicado, entregado pero inspiraba seguridad y fidelidad a los suyos.
Os presentó ante Radu en su castillo y gracias a él incluso después de haber perdido todo lo que Radu os había dado, os recibieron con los brazos abiertos.
Radu expuso que había mucho que hacer en Tihuta, había que construir una torre si, y esperaba que el primer piso estuviese levantado en menos de un año, pero no se conformaba con eso, deseaba construir una fortaleza, una como la que tenía en su principado, un ejemplo de defensa y solidez que ningún incendio pudiese quebrar.
Os ofreció transporte, y os entregó provisionalmente unas tierras con sus gentes para que administraseis el terreno. Allí sufristeis vuestra primera baja, una traidora os abandonó, y Rosamund tendría que tomar medidas si quería recuperar su honor perdido.
Al llegar a Tihuta encontrasteis que la soledad en lo alto de aquel risco, no era tal. Había una entorcha y su luz bañaba el cuerpo de un hombre maltrecho, despeinado y vestido como un soldado. Incluso tenía sangre en su armadura, sangre fresca...
Cavaba con las manos y un tablón, cavaba como si no hubiese un mañana. Estaba sucio, pero no sudaba.
Cuando Anatole reparó en la presencia de los visitantes, dejó caer, de súbito, su imporvisada herramienta. La madera chocó desde la altura de su diestra con la dura piedra que obstruía el descenso de un par de escalones aislados. sonaba hueca, como una centella en la inmensidad de una calmada tormenta.
Sus ojos se clavaron en la que había tomado la iniciativa. Escrutando su semblante sin curiosidad, más bien con una devoción cercana...familiar...era igual que cuando dos amigos de la infancia se reencuentran. Anatole parecía entusiasmado, aunque se comportaba con movimientos pausados y controlados, fáciles de seguir con la vista para cualquiera de ellos, no quería suponer una amenaza.
Se acercó un paso, dejando atrás la antorcha y la imporvisada madera. Con las manos desnudas, algo llenas de barro. Las agitó exclamando:
- Benditos sean los que vienen en la gloria al lugar de las revelaciones.
Bienvenidos, hermanas y hermanos; soy Anatole, buscador de lo que se perdió y volverá de nuevo a las manos de los agentes escogidos de Dios.
Vuestra llegada es la señal que he estado esperando mucho tiempo. Aunque aún faltan dos de vosotros...
- El campo está en barbecho, aguardando a los que buscan la semilla de la sabiduría enterrada en sus lugares ocultos. Debemos apresurarnos, pues está próximo el tiempo en que todos necesitaremos palabras de consejo.
Juntos pondremos las señales en el camino de la salvación.
Para el malkavian francés, Anatole, erais enviados de Dios, ¿no es así? Erais los elegidos del Altísimo. Pero Anatole no estaba solo, Lucita estaba con él. Siempre con él...jamás se separaba. Entre las sombras, en la oscuridad, observando sin decir nada. Ella creía ciegamente en Anatole, o quizás no tan ciegamente y sin embargo, le seguía y asentía.
La pareja de cainitas no estaba interesada en la torre o en la fortaleza, sabían que la vieja estructura mordida por las lenguas de fuego hace tantos años, escondía secretos que Dios, el mismísimo Dios, había conservado allí para vosotros. Él sólo era quien debía guiaros hasta el mensaje del Altísimo, sabía que debajo de la torre se encontraba alguna clase de...pergamino, de escrito, algún mensaje para los elegidos de Dios.
Sherazhina, la Basarab demostró entonces que el destino es caprichoso. Ella sabía como acceder a la biblioteca bajo la torre, había estado allí, cuando aún era una niña, había contemplado la biblioteca y su entrada entonces y la recordaba. Gracias a su ayuda, encontrasteis facilmente una entrada apartando tan solo unas maderas y algo de tierra acumulado bajo las cenizas.
En el interior de la vieja biblioteca los libros estaban ajados, rotos o se convertían en polvo al tacto, pero en ella encontrasteis unas tablillas, unas tablillas que me intrigan. Lucita y Anatole os ayudaron con la traducción, eran cainitas capaces. Se ofrecieron a ser vuestros aliados, Anatole era servil como ninguno, erais los elegidos y el ayudaba a los elegidos del Señor.
Pero pronto tuvieron que retirarse. Anatole tenía visiones profeticas que le eran enviadas directamente a su cabeza, decía que...por el Altísimo. Y Lucita lo acompañaba como un guardían vigilante. Nunca comprendí bien el razonar de esa cainita.
Administrasteis vuestros recursos, congregasteis vuestra mano de obra y esperasteis al prometido arquitecto por parte de Radu. Zelios llegó una noche trágica en la que otros dos compañeros os abandonaron. Los lupinos habían visto una amenaza en los leñadores de vuestro campamento, en la civilización que llevabais a un lugar olvidado de la faz de la tierra. El coste fue...cuantioso.
Y ahora, otros aliados llegan para suplir a aquellos que no fueron suficientemente fuertes. Pero esa, es una historia que me gustaría contar...más tarde.
Zelios prepara una fortaleza sin igual, y a todos vosotros, os esperaba un esfuerzo tal que conllevaba mucho más de lo que imaginabais por entonces. Viejos conocidos...nuevos problemas...
Vuestra no-vida es como un libro de historia.
Apuntes:
Tiberiu: Enviado de Radu, representante suyo en la primera reunión junto a nuestros sires u otras compañías.
Mitru "el cazador": Supuesto dueño de los bosques y los que nos han asaltado a traición.
Radu: Nuestro "patrón", el que da las órdenes e instrucciones sobre la construcción en Tihuta.
Tablillas: Así, dejo escritas las verdaderas visiones que puedo recordar y me ciño a la Senda que he escogido.
Sólo yo de entre todos conoceré la verdad, y esto será mi escudo y mi lanza.
Exaltado seré en el tiempo de los Días finales. Incluso el Padre se inclinará ante mi poder.
Que los inferiores guerreen unos contra otros, escuchando las profecías que ya he visto.
¡Necios todos!
Gracias a mi ardid, no conocen los verdaderos signos, sino meras sombras de lo que será.
Que tiemble el mundo cuando llegue a mi poder y majestad, pues gobernaré sobre nuestro Padre, sobre la Madre que auxilió a nuestro Padre, sobre el reino de Seth y, si, sobre el mismo Dios.
¡Que comience el reinado de la sangre!
Anatole: Malkavian profeta. Cree que somos los elegidos de Dios, nos ayudó a encontrar las tablillas.
Lucita: Acompañante de Anatole, posible Lasombra. Misteriosa y silenciosa, parece "fiel" seguidora del Malkavian a pesar de no compartir sus creencias.
Havnor: Dios del rayo y del trueno. Malkavian profético. Le "conocimos" antes de la reunión con nuestros señores seguido por un buen grupo de gente que parecían adorarle. Nos advirtió de que "él" estaba a punto de despertar y además:
-Ocho signos de las noches venideras brillan en mi visión. Os veo en cada uno de ellos. Aunque nada puede ser impedido, si es posible transformarlo mediante los actos de unos pocos.
¡Id, hijos míos, y recordad mis palabras cuando se os pida un esquema. Zolot...miente. ¡Huid de sus visiones!
Prosperad y quizás entonces...
Zolot: Según Havnor no debemos confiar en él.
Zelios, "el maestro constructor": Es el arquitecto prometido por Radu, vuestro Patrón. Ha llegado a Tihuta con la intención de facilitaros vuestra labor, es un erudito y sabrá guiar vuestros pasos en la construcción de la fortaleza.
Aleksei: Uno de los ghouls al servicio de Radu, os sirve desde que os encontrarais con Tiberu en BudaPest, es fiel y terriblemente útil, sabe algo de construcción y es un buen capataz para los analfabetos campesinos que comanda a la hora de retirar escombros o comenzar a preparar las ideas de Zelios.
Sherazhina: Miembro de la familia Basarab, una humana que encontrasteis en Budapest, tiene sangre noble y está muy dispuesta a ayudar como pago por haberle facilitado la libertad. Fue clave para ayudaros, junto a Anatole, a encontrar las tablillas de la biblioteca de la torre de Tihuta.
Myca Vykos: Un apuesto tzimisce de la región al que debeis un importante favor, os ayudó cuando todo estaba perdido y ha sido muy amable con vosotros en todos los aspectos.
- Me sorprendo nuevamente echando la vista atrás para tratar de comprender los hechos del presente. Hasta ahora no lo había entendido. ¿Era esa referencia a la marea algo importante? Sin duda...el agua les llegaba al cuello. Sus decisiones eran más importantes de lo que jamás pensaron.
Oh...¿estais aquí de nuevo? Rememoraba los costes de vuestras equivocaciones y los alivios que trajeron vuestros aciertos:
Radu no se había mostrado especialmente interesado en si habían encontrado algo en Tihuta...lo cierto es que estando bajo el control de Vilhelm, no tenía sentido preocuparse. Vilhelm estaba más atado que cualquier otro al tzimisce en ese momento, porque Radu mantenía cautivo a su sire y si el gangrel quería disponer de su no-vida como quisiera tendría que obedecer. Aunque empezase a cansarse de la sumisión y los favores. Vosotros no lo sabíais, pero Radu envio agentes para registrar la torre en busca de secretos. No era algo que se pudiese reprochar, Radu era un vampiro prudente y no estaba en la cima por cometer errores...aunque había cometido uno, subestimaros. Lucita y Anatole no mencionaron las tablillas, la clave quedó en manos de Sherazhina, como una especie de herencia no legítima de su hermano Razvan. Las copias originales ahora estaban repartidas por igual entre los vástagos que participaron en la construcción de Tihuta, incluidos ya Diana y Leo, tablillas antiguas con simbolos ininteligibles para alguien sin la clave tallada en la tablilla de oro. Debían tener siempre muy presente la traducción que Lucita e Isabella les habían facilitado...
No se volvió a saber nada más de Havnor en ese periodo de tiempo, y aunque Lucita confirmó su naturaleza vampírica y también reconoció sus dones proféticos, le quitó importancia con sus palabras.
Zelios revolucionó la arquitectura del lugar. Resumiremos la construcción de la torre, todos esos años en el primero. Sin fondos, era imposible alzar el primero de los pisos y en ese momento Myca Vykos, como en anteriores ocasiones llegó para ofreceros un respiro. Con nuevos fondos, aún cuando Zelios quería un pago que no fuese simple dinero, gracias a vuestro buen hacer lograsteis conformar al patrón y con él a todos aquellos que os protegían desde la sombra.
Pero...¿A qué precio?
Vykos os entregó la mitad de un anillo. Cuando recibieseis la otra mitad tendríais que devolver un favor, fuese este cual fuera. La ventaja clara era que si no llegaba a necesitar su ayuda nunca, los fondos habrían sido los más rentables de vuestra historia. Myca no era problemático, pero a uno le llega la muerte definitiva en el momento menos pensado. Algunos de vosotros confiabais en que algo así ocurriese y la deuda expirase finalmente. El futuro hablaría pronto sobre eso.
En el caso de Zelios, a pesar de las frecuentes visitas, hubo un momento de paz. Fue tal que perdisteis la pista del arquitecto. De tratarse de un simple mortal ahora podría estar muerto y vuestra deuda con él, de nuevo, habría sido saldada sin problemas. Nunca es tan sencillo, pero lo que queda, como un hecho, es que cada uno de vosotros heredó un feudo, o más bien, se ganó a pulso un principado en aquellas hostiles tierras del occidente oriental.
En el último año, y antes, tras la invasión de las hordas mongolas, vuestros feudos se ven atacados por una fuerza natural desmedida tanto como para suponer que no es un simple capricho de la naturaleza. Fuertes llucias y tormentas, inundaciones, la muerte del ganado y decenas de cultivos echados a perder. Para el fin de los tiempos y el nombre del responsable se oye entre susurros en los callejones nocturnos: Kupala.
...Svarog, Byelobog y, sobretodo, el dios-demonio Kupala,
cuya estirpe lleva la locura a la misma tierra. Con su oscuro corazón
desgarrado, se dice que el demonio descansa bajo los Cárpatos, embrujando
la tierra y extendiendo la corrupción entre todos a quienes alcanza su terror. Se susurra
que el demonio duerme, reuniendo fuerzas para alzarse en terrible cólera cuando despierte.
Su abrasadora maldad puede verse en la creación de la legendaria flor de fuego sagrada de Kupala,
de color rojo sangre, con la que los hechiceros pueden atar o liberar demonios.
El culto dedicado a este odioso espíritu ofrece sacrificios al demonio, asesinando niños por su sangre pura
e inocente, que el demonio consume. Así fortalecido, la corrupción
de Kupala se extiende todavía más, llevando la locura a su paso. Los temblores de tierra, las
tormentas que destruyen hogares y cosechas, los huracanes que arrasan campos y bosques,
todos hablan con la voz del mismo demonio. Quiera Dios que descubramos...
rezaba un fragmento de un antiguo libro que Isabella encontró en su biblioteca. Teníais que hacer algo, teníais que actuar o perderiais todo aquello por lo que habeis luchado y puede...que algo más.
Reunidos en el castillo de vuestra compañera Isabella debatiais sobre las posibilidades cuando el tablero de aquel juego se presentaba tan difuso que resultaba fácil perder las pistas encontradas en el pasado. Algo se agitaba en el mundo y más bajo la tierra de Rumania...
Lucita y Anatole os visitaron en ocasiones, pero hace mucho tiempo que no sabeis de ellos, nada salvo los rumores que hablan de Anatole como un desquiciado diabolista que ha descendido en las generaciones cometiendo amaranto.
- ¿Qué hicisteis entonces? o más bien...¿por qué?