Partida Rol por web

Mareas Oscuras - Crónicas de Transilvania I

Paris, Acto I: La Convocatoria

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20/11/2010, 21:04
Cordelia

- Tan solo se pide vuestro reconocimiento, si teneis problemas con ello sólo tendreis que avisarnos de que no nos reconocereis más y tomaremos las medidas pertinentes. Lo que Rosamund y Salianna decidan para con nuestro clan ya está siendo estudiado desde otros frentes, con otros enviados.

  No os tengais en tan poca consideración. Sois importante aquí, y nos gusta contar con el apoyo de los cainitas que mantienen su residencia. Lo ideal es que lo veais como un pacto de buena voluntad y de amistad.

 Sonrió de medio lado en lo que pareció un asentimiento a las precauciones de Evelin. Le señaló un lugar en el documento y esperó que firmase. Aquello sólo le afectaba a ella, almenos en aquel momento, y los Tremere había dispuesto otro tipo de mensajes para los demás cainitas de la zona. Aunque Dómine no tenía forma de saber que salianna no estaba entre ellos, puede que nisiquiera Isolda lo estuviera.

 Aquel papel tenía una validez incierta, una autoridad mínima o completamente insignificante. Aquello a fin de cuentas sólo era un trozo de papel. Pero Cordelia parecía interesada.

 Esperaría atentamente, supervisando la firma...si estaba deacuerdo con ello.

 - No temais, jamás traeríamos conscientemente peligros a estas tierras. Somos devotos del conocimiento y la sabiduría, sólo pretendemos ampliar nuestors horizontes. Preferimos la diplomacia y la prueba está clara en el esfuerzo que hemos hecho en llegar hasta aquí.

 Si Evelin no encontraba inconveniente había dispuesto firmar, una vez estuviese hecho de aquel modo Cordelia se haría con el papel y lo devolvería allá donde salió, algún rincón de su vestido. Estaba complacida pero mantenía el ceño ligeramente fruncido.

 De repente, se oyó un grito desgarrador, la voz era femenina y a la anfitriona no le costaría reconocer aquel quejido mortal como el de una de las doncellas. Cordelia no se sobresaltó, como si estuviese acostumbrada a los alaridos, pero buscó una respuesta en el rostro de Evelin Dómine, como si supusiese ya de antemano que era culpa suya. a pesar de eso, no dijo nada, manteniendo una excelente educación.

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20/11/2010, 23:01
Evelin Dómine

Cordelia pudo ver como incluso mi pecho se dilataba ligeramente a la vez que mis pulmones se llenaban de aire destinado a mover mis cuerdas vocales y responderle como la había estado haciendo hasta ahora, pero tras el grito, no salió palabra alguna de mi boca y mis ojos miraron en dirección al pasillo que llevaba a las habitaciones.

Fue entonces cuando mi ceño se frunció, y sería la primera vez que los invitados verían aquella expresión en mi rostro.

-Disculpadme un minuto...

Sin demostrar nerviosismo alguno me levanté y me encamine a las habitaciones en cuestión con el fin de averguar lo que estaba pasando, aunque mi instinto insisitía en darme pistas.

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20/11/2010, 23:24
Director

  Los gritos se continuaron, recorriendo la estancia. Todo lo demás era silencio, como si sólo aquel hecho sobresaliese en la noche. Cordelia permanecería allí sentada, sin la supervisión de ningún ojo. Si Jacob había escuchado aquello sin duda llegaría pronto para observar lo sucedido. ¿Qué pensaría el humano si llegaba a ver a alguno de los Usurpadores alimentandose de las doncellas?

  Los pasillos se hacían largos, gigantescos espacios entre los gritos y la posición de Evelin. La casa comenzó a acrecentarse, si simplemente caminaba, llegaría tarde, sería demasiado tarde para aquellos gritos. Y después de todo, eran un buen símtoma, pues mientras gritase, significaba que la doncella seguía con vida. Un último alarido recorrió los pasillos de la mansión, o almenos...pareció ser el último de todos cuantos aquella garganta pudiera entonar con su feminidad. Casi resultaban hermosos junto con los pasos de la baronesa Dómine, que contra las alfombras del suelo parecían gotas de sangre cayendo lentamente, tamborileando hasta la extenuación y su extinción.

 Otro grito permitiría a los que escuchan guardar la esperanza, casi puede oirse el corazón de la mujer latiendo y saliendo hasta sus labios para clamar ayuda, sin poder hacerlo con su voz, sólo con aquel horror. Mezcla de terror y dolor, expresando el mayor sufrimiendo que había sentido en su vida...se deteniene de nuevo...

  Evelin llega hasta las habitaciones tras ascender por las escaleras, el amplio pasillo sigue alargando las distancias de un hogar que parecía diminuto minutos antes, la puerta en la que debería estar Tenniac está abierta, se ve un brazo, de piel blanca como el rostro de la luna, trata de atrapar el aire, de aferrarse a algo, y acaba tomando la puerta.

 ¡algo tira de ella! La atrae con demasiada fuerza, y suelta su única salida, sellandola.

 Un nuevo grito, esta vez apagado por estar detrás de la madera se ahoga, y la baronesa llega hasta allí.

 La puerta cerrada puede abrirse sin esfuerzo, los pasos de Jacob, o de Cordelia, la siguen muy de cerca, pronto llegarán hasta ella. Al contemplar la habitación, ve a una de las doncellas tirada en la cama, tiene sangre en el cuello, apenas unas gotas dispersas por la superficie de su garganta, desmayada...o muerta, y con los pechos desnudos y su fruto al descubierto. La otra, no puede gritar, pero llora, sus lágrimas hacen que sus grandes ojos azules sean como cristales brillantes, brillan con terror. La siniestra de Tenniac sujeta su boca, y ahoga todo sonido procedente de la misma, la diestra tira de su cabellera hacia atrás, provocandole dolor.

  Impasible...alza la vista de su víctima hacia su anfitriona, interesado, sin arrepentimiento...y espera...

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21/11/2010, 02:42
Evelin Dómine

Los pasillos se hicieron largos, hasta que terminé corriendo por ellos, al llegar empujé la puerta con fuerza...

No había palabras para describir aquello, toda imagen positiva que Cordelia pudiera haber ganado en su favor, se había esfumado con aquella atrocidad.

Mi mirada inquisidora se clavó en los ojos del cainita, reflejo de mi ira, de mi repudia, de mi asco por aquel usurpador. Cerré la puerta tras de mi, impidiendo la entrada de cualquiera que siguiera.

-Soltad... ahora mismo... a esa doncella...

Le dije mientras mantenía mis ojos clavados en los suyos, sin parpadear, sin mostrar temor alguno y evitando calificativos... de momento. Esperaría a que cumpliese aquella orden imperativa, suficiente afrenta había cometido ya como para que siguiera empeorandolo.

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22/11/2010, 04:37
Tenniac

 Una pronunciada línea curva, una sonrisa de soslayo, una mirada irritante. Los ojos del usurpador se clavan en los de la toreador, sin temor de que realice juegos con el poder de su sangre como si estuviese seguro de que no sería tan estúpida, aunque, sin ninguna duda, se lo estaba pareciendo. La otra alternativa era únicamente que tuviese una fe y confianza ciega en ellos...pero algo le decía que no era así.

  Puede que en unos segundos de tensión por la mente de Evelin no sería extraño que pasase la imagen de Tenniac hablando, como si de un momento a otro fuese a hacerlo, a dar una sucia excusa de lo que había hecho. Sus labios estaban extremadamente rojos, y se separaron...pero no para hablar, sino para relamerse, como si en realidad degustase aquel momento.

  Mas...no habló. no hubo palabras, sólo hechos. Le tentó poder romper el cuello de aquella ramera, y no lo hizo. soltó su cabello, y en último lugar, su boca. La marca de sus dedos se corservaría por segundos en ella. No era tan hermosa, y nisiquiera la había desfigurado. Allí, no había pasado nada, y...si lo había hecho, era sólo culpa de la anfitriona. Su servicio había resultado lamentable, salvo como...tentenpié. Se deshizo de ella con suavidad, más de la que se le podría exigir.

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22/11/2010, 04:47
Director

 La mujer...¡gritó! y lo hizo casi hasta quedarse afónica. Tan pronto fue liberada de la presa de aquel demonio, tropezó cayendo de bruces contra el suelo. Sus manos aferraron la alfombra de piel mientras trataba de respirar, tras casi morir asfixiada por aquel alarido. Miró con el rabillo del ojo, paralizada, a aquel que parecía un niño, y el llanto rompió con el silencio que se había creado. Las lágrimas brotaron como rios que descendía hasta el suelo. Y gimió, sin fuerzas para gritar, como alguien que ha perdido la cordura y sin duda, su mirada era la de una lunática, la de alguien que ha perdido la razón y el rumbo de su vida.

  Se arrastró como pudo, y sin parpadear clavó su mirada en la Dómine. Pedía clemencia, pues bloqueaba su única salida.

 - El...demo-ni....o....el de mo.... - explicaba musitando entre lágrimas, sus labios temblaban casi hasta que la saliba brotó de ellos, como miel, descendiendo muy lentamente y vertiendose al lado del calzado de la toreador. No había dudas de que había visto como Tenniac se había alimentado.

 - Pa-dre....Ma-dre.... - Pidió susurrando, clamandolo, pidiendo una clemencia que parecía ver muy lejos. - ..Pa-dre... - Repetía. - ¿Ayu..-da? - Pareció preguntar, incapaz de articular bien una palabra.

 golpeó el calzado de Evelin con la diestra, había tenido cierta brusquedad, pero todo su cuerpo temblaba, no era dueña de sí misma. Sólo deseaba escapar.

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22/11/2010, 16:04
Evelin Dómine

En mis ojos brotaba la ira, la indignación, una furia indescripirble hacia aquel cainita sanguinario, pero los gritos desesperados de una inocente fueron los que acapararon mi atención en primer lugar.

-Tranquila, todo ha terminado...

Dije a la vez que acaricié su pelo, perfumado expresamente para la ocasión, había calidez en aquel gesto, consuelo a pesar de la ira, protección a pesar del horror, ahora era mi figura la que se interponía entre el usurpador y ella... fue entonces cuando me volví a alzar para asesinar con una mirada llena de furia a aquel desgraciado.

-Tu, maldita bestia descontrolada, os ofrezco mi hospitalidad y mi propia casa en señal de buena voluntad, y es asi como lo agradecies, las bestias de la montaña son infinitamente mas civilizadas... ¡LARGO! ¡Fuera ahora mismo de mis dominios! ¡Ya no sois bienvenidos aqui! no sereis reconocidos por mas que lo que sois, criaturas que han perdido toda guía de Dios y todo rastro de razón...

Mi mano señalo la puerta inquisitibamente, sin apice de perdon alguno por aquella muestra de salvajismo y depravación, aunque dudaba que el perdón fuera algo en lo que estubiera minimamente interesado, ni mio ni de el Altisimo.

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23/11/2010, 13:03
Tenniac

 - ¡NooOOoOOO! - Gritó la mujer a los pies de Evelin sin encontrar consuelo alguno en sus palabras, si la rozase sólo reaccionaría como si el tacto de todo en aquella habitación fuera un latigazo. Se echó a un lado, alejandose de la puerta y de Tenniac, aferrandose las rodillas mientras jadeaba en un lastimoso llanto.

  Nisiquiera comprendía porqué iba a hacerle caso un demonio como aquel a su señora, ¡ni sus palabras que lo hacían todo aún más confuso! ¿acaso ella había preparado aquello? ¿Acaso era su voluntad que estuvieran allí con ese monstruo y esperase que no se comportase como tal? ¿Es qué su ayuda era la voluntad de Dios o había algo extraño en ella? ¿Igualmente demoniaco? Las lágrimas y el terror jamás le permitirían pensar con claridad, no mientras estuviera allí aquella criatura de la noche. Se tapaba el rostro como quitandose murcielagos de su cabello despeinado. Musitaba palabras sin sentido, estaba aterrada y no solo eso, parecía haber perdido la cabeza.

 Tenniac se levantó, no podía evitar sonreir ante el espectáculo, pero tuvo la cortesía de no carcajearse. Miró nuevamente a los ojos de Evelin Dómine y asintió con una educación cuidada. ¿Se mofaba de ella?

 - Como desee mi anfitriona. No haría nada en contra de su voluntad.

 Le respondió con la voz de un adolescente, prácticamente la de un crio. A su espalda, a medida que se acercaba a la puerta, la mujer tendida casi desnuda en la cama empezaba a tomar consciencia de si misma...almenos, seguía con vida, sin más rastro en su cuello que algo de vitae.

 Tenniac colocó la mano en el pomo de la puerta y abrió con suavidad, parecía terriblemente tranquilo. La muchacha seguiría gritando, y la recién despertada se llevaría las manos a las sienes como si aquello le molestase en su ya de por si aguda confusión.

 Se iría, y no se iría solo.

 Si la puerta llegaba a abrirse, allí se encontraría Jacob y tras él un par de doncellas que se tapaban los labios nerviosas con sus manos entrelazadas.

 

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24/11/2010, 00:09
Evelin Dómine

Esperé a que abriese la puerta y saliera, sin apartar la mirada de él un segundo, aquella mujer no se tranquilizaría hasta que aquel cainita estubiese lejos.

Solo cuando Tenniac estaba ya lejos en el pasillo indiqué a Jacob que entrara, mientras, me acerqué a la doncella que permanecía tumbada en la cama, probablemente estaba mareada tras perder quizá demasiada sangre. Limpié su cuello con un pañelo y coloqué sus ropas para tapar su pecho descubierto pero no la obligue a levantarse, sería mejor que permaneciese en cama hasta su recuperación, me preocupaba mas la otra mujer.

Cuando Jacob entró no tenía mas remedio que pedir su ayuda en aquel delicado momento.

-Jacob... necesito que por ahora te encargues, trata de calmarla, Dios sabe que a que vejaciones las habrá sometido ese desalmado, yo bajaré a lidiar con el resto de invitados y en cuanto termine vendré a ver a ambas.

Probablemente se sintiera mas calmada con sus compañeras alrededor y con mi siempre correcto criado.

Acto seguido, bajé de nuevo al salón para continuar con aquella charla con Cordelia, pero desde luego el giro en las negociaciones iba a ser, como mínimo drástico, aquel vastago había demostrado todo cuanto necesitaba aclarar respecto a este "pacto".

 

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24/11/2010, 03:41
Director

 

763- Alec Vulturi

 

Tenniac seguía allí, parado, con aquel rostro de autosuficiencia, aquellos ojos del color de la sangre. Una boca bien junta, una inexpresión indefinida. No parecía consternado, nisiquiera sentía temor por la acusación que había sufrido, ni vergüenza ante Cordelia después de poner en peligro, supuestamente, el pacto que habían venido buscando. Quizás porque no era tan importante mientras otros cainitas hubiesen aceptado.

 Cordelia ya no permanecía sentada, sino que estaba en pie junto al adolescente, parece que este se había cruzado con el anciano Elnor, pues él también estaba allí, abstraido con los objetos de la habitación, volviendo a revisar cada detalle, realmente parecía un vástago que centraba sus habilidades en la cognición. La cainita no sonreía, y mantenía el mismo semblante de ceño casi fruncido de siempre, miró fijamente a Evelin y esperó sus palabras sin adelantarse.

 Ella era la anfitriona, el documento estaba en posesión de Cordelia, pero a fin de cuentas, era ella la que decidía si deseaba echarlos como a perros de su casa o si se paraba a conversar y reflexionar sobre lo sucedido.

 Habían tenido poco tiempo, pero Tenniac ya había hablado con Cordelia, era evidente por la posición de ambos, eso...o les bastaba con miradas.

  En aquella posición bien podrían parecer inofensivos, puede que incluso inocentes, pero Evelin había visto todo. ¿Lo había hecho?

 Como capturados que esperan su ejecución habiendola ya aceptado se ierguen en medio de la sala...y esperan...no respiran, no se mueven, parecerían en verdad pálidos cadáveres sin corazón. Éste no latirá sin su consentimiento.

  Tal como si se adelantase a sus peticiones, Cordelia aseguró el contrato bajo su ropa, confiando en que Evelin atediera a razones y no se dejase guiar por la mala fortuna de unos actos que tenían una buena explicación.

 Mas no...no hablarían si ella no quería. ¿Acaso ya no creía que venían en son de paz?

Aquello se resumía en el mismísimo libre albedrio.

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24/11/2010, 16:40
Evelin Dómine

El sonido de mis pasos anunciaría mi inminente bajada de nuevo al salón donde esperaban de nuevo aquellos tres cainitas. Pero esta vez mi rostro era muy distinto, en el se diferenciaban emociones y sentimientos tales como la indignación, el enfado, la repudia...

Mis pasos me llevaron directamente ante ellos, sin tomar asiento, en su misma psosición y una distancia cercana apta para una franca conversación.

-Asi que esta es vuestra idea de discreción, de mesura, de busqueda de la paz, de convivencia... deseais ser reconocidos como dignos cainitas y nisiquiera sabeis alimentaros como personas civilizadas, el sanguinario espectaculo en el que habeis convertido la necesidad de la vitae es digna de animales, no de las cortes de Francia, y con ello me habeis faltado al respeto a mi, a Lady Rosamund, a la mismisima Isolda y cuanta hospitalidad os hemos ofrecido...

Detube mi avalancha de acusaciones con el mero fin de mantener la calma y las formas, dejarme llevar por la ira no era lo que Rosamund me había enseñado.

-Si teneis algo que decir, este es el momento, sino, devolved ese desafortunado pacto firmado y forjado en una mentira y volved por donde habeis venido.

Mis ojos miraron a ambos por igual, con una determinación que en apariencia y en verdad eran inquebrantables. ¿Que argumento justificaría tal atrocidad?...

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24/11/2010, 17:40
Cordelia

- Tenía entendido que era Francia un lugar en el que reinaba la igualdad y la diplomacia, el libre albedrio y porqué no la inocencia. Sin embargo, creo que también proliferan los juicios de valor rápidos, los prejuicios y también las falacias y acusaciones sin fundamento.

  Cordelia sacó el tratado nuevamente a la vista de todos y en una explosión de llamas lo consomió hasta el punto que apenas pudieron apreciarse cenizas, las pocas que restaron en su mano se deslizaron sobre su palma sin resistencia mientras la inclinaba para caer inevitablemente al suelo como motas de polvo, lentamente, muy lentamente...

 - No deseamos el mal para esta tierra, mas no desespereis. No nos acercaremos a vuestros dominios. Teneis mi palabra.

 Cordelia parecía natural, y por primera vez su ceño no estaba frucido, incluso sonreía.

 - Nos iremos inmediatamente sin causar molestia alguna. Aunque le recomiendo encarecidamente que hable con su doncella, seguro que la historia que acaba relatando cuando se tranquilice le resulta de interés. Para mi persona, almenos, así ha sido viendo las reacciones que ha provocado en vos y también en nuestra causa.

  Es una pena que hayamos estado tan cerca de llegar a un acuerdo. Pero no podemos detenernos a lamentarlo por mucho más tiempo.

 Cuidese Evelin Dómine, estoy segura de que no le espera una existencia nada sencilla...

 Después de aquello y con una sonrisa amplia de conformidad y compasión asintió en una disimulada reverencia, la misma que Tenniac y Elnor hicieron...y se prepararon para marchar. No necesitaban a nadie que les abriese la puerta, ni tampoco que les echase por la fuerza...finalmente se rendían, se iban, aunque se alejaban...satisfechos.

Notas de juego

Perp+Alerta dif 6 (vista) si sacas almenos dos éxitos verás al fraile observando desde lo alto de las escaleras (y obviamente puedes interaccionar con él)

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24/11/2010, 19:57
Evelin Dómine

Les seguí con la mirada sin responder a sus palabras, pues trataba de negar lo que había visto con mis propios ojos. Error por mi parte no hacer caso de mis instintos antes de que se produjese el daño.

Con notable mal humor me giré, y pronto mis ojos encontraron en lo alto de las escaleras al padre Lucien, echo que tampoco me gustó.

Me acerqué al pie de las escaleras con el fin de no tener que levantar la voz mas de lo debido.

-No recuerdo haberle dado permiso para estar presente en esta reunión, padre.

Subiría para encontrarme con él cara a cara, ademas, había quedado con Jacob para ayudarle con el incidente, y esas escaleras eran el unico camino.

- Tiradas (1)
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24/11/2010, 20:28
Padre Lucien

- No pretendía faltaros al respeto después de todo lo que habeis hecho por mi, mi Señora.

 El Padre Lucien se inclinó respetuoso temiendo quizás las represalias de su mala fortuna, daba por obvio que sólo había sido una coincidencia desafortunada que no debía llevar a la anfitriona de aquella reunión y a aquel humilde fraile a ninguna disputa innecesaria.

 Bajo su brazo derecho portaba un libro, asiendolo con la mano con preciado cariño, sonrió en aquellas circunstancias igual que podía no haberlo hecho, y trató de que sus palabras brotasen fluídas y claras de su garganta.

- Coincidía que me disponía a emprender nuevamente mi camino hacia el norte y deseaba salir de su dominio, no sin antes, claro está, despedirme de vos y ofreceros un presente.

 El fraile mostró el libro, no era más que una biblia algo ajada por el paso del tiempo.

 - Me gustaría que conservase esto, estoy seguro de que le servirá de guía en los momentos dificiles. Es lo único que puedo ofrecerle además de mi crucifijo y mis sandalias, y de todo ello, creo que es lo más útil y preciado que llevo conmigo.

 Lo tendió esperando que lo recogiera, a decir verdad, no aceptaría un no por respuesta.

 - No desearía molestar, y sospecho que hoy ha sido una noche atareada para su persona. Si tengo su permiso me iré, con la esperanza de que quizás, algún día, volvamos a encontrarnos en otras circunstancias.

 Le sonrió conciliador.

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24/11/2010, 23:37
Evelin Dómine

Me froté suavemente la frente, consciente de que mi mal humor no devía manifastarse con aquello que no tenían culpa.

-Oh... entiendo...

No estaba segura de tomar un presente de alguien que tan poco lleva consigo, pero tan poco educado sería rechazarlo, como no agradecerlo.

-Le agradezco el detalle, padre Lucien.

Tomé la actitud de alguien que esta a punto de pedir algo pero que está eligiendo las palabras.

-Verá, la verdad es que ha sido una noche dificil, y quisiera pedirle algo antes de que se marchara. Una de las doncellas está... aterrorizada, parece que uno de mis invitados se propasó con ella, si pudiese ayudarnos a que almenos con su bendición dejara a un lado ese terror, le estaría muy agradecida. No retrasaré mucho su marcha...

Con su presente en mi mano esperé su ayuda, era una petición sincera, quizá a la doncella le ayudase mas ahora la presencia de un hombre de Dios.

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25/11/2010, 02:20
Padre Lucien

- No acabo de entender como mi presencia podría ayudarla, pero...lo intentaré. Aunque soy un hombre devoto y dedicado al Altísimo, no sé si sabré elegir las palabras.

 Suspiró respirando reflexivo...

 - En cualquier caso no puedo negarme a ayudar a quien pueda necesitarme, y hablo tanto por vos como por la doncella. Hoy en día hay demasiados demonios sueltos, y creo que es mejor que la gente no confunda a los demonios con otras entidades...que nos son...más familiares, si vuesa merced me entiende.

 Vayamos. Seguramente sólo necesite hablar, con suerte podremos convencerla de lo que ha visto.

 Pues el Padre Lucien había atado cabos muy rápidamente, los cainitas no eran un secreto para él, aunque no dejaba de ser un humilde siervo del Señor, un mortal sin más capacidad que sus conocimientos para solucionar un problema tan grave. Creía entender que no se encontraría con una situación dificil....

 Lucien acompañaría a Evelin escaleras arriba, y situado en una estratégica posición a su espalda, esperó a ver todo desde fuera.

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25/11/2010, 02:25
Jacob

- Lo que cuenta...es horrible. ¿Es cierto que aquel hombre era una criatura de la noche?

 Jacob los recibió en la puerta, todas las doncellas estaban en el interior, cada una de ellas más pálida y asustada que la anterior, guardaban silencio como corderitos antes de que el granjero vaya a dar cuenta de ellos, se había vertido sangre aquella noche, podía verterse mucha más...

 Jacob también parecía afectado, no estaba familiarizado con esa clase de sucesos y era algo que lo perturbaba sobre manera, no estaba mucho mejor que las doncellas, pero permanecía estoico aún cuando lo que deseaba en aquel momento es estar cerca de su familia y protegerla de aquellos de los que hablaba aquella mujer.

- No...entiendo que...

 Pero no explicó sus temores, no era quien para inmiscuirse en los asuntos de su señora y no lo haría. Trató de aconsejarla:

- Por algún motivo cree que vos lo preparó todo y que sabía de que se trataba. He intentado convencerla de lo contrario pero me ha sido imposible.

Sólo de pensar que nadie relacionase a su señora con una criatura corrupta del averno hacía que Jacob se enfureciera...terminó encogiendose de hombros, era un hombre bastante resuelto y solía tener facilidad para tareas similares con la gente de a pie, aquello sobrepasaba su capacidad de convicción.

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25/11/2010, 20:58
Evelin Dómine

Hablé en voz muy cuidada ante Jacob, consideraba que almenos a él, en algun momento debería darle algun explicación de los sucedido, pero no sería aquella noche.

-Entiendo, Jacob, no debes preocuparte, es mi deber como señora velar por tu seguridad, la de tu familia y de todos cuantos trabajan aqui de lo que sea que os amenace, esta noche no he podido cumplir enteramente con ese cometido, hablaremos de lo sucedido en otra ocasión. Ve a descascansar, la noche ha sido larga.

Antes de que se fuera pregunté el nombre en concreto de la doncella aterrorizada, luego entré en la habitación junto al padre Lucien, no pediría que nos dejasen a solas, pues quizá las demas doncellas tambien necesitaran alguna aclaración.

Me acerqué a la cama donde se hayaba Chloé* y aun respetando cierta distancia pregunté con voz suave.

-Chloé, dime, ¿que ha sucedido en aquella habitación?

Quería conocer los detalles, y cierto es que su encuentro  a solas con las dos doncellas era cosa mia, pero me había procupado, incluso en momentos de tensión, de no decir nada que indicara pleno conocimiento de su naturaleza con el fin de no provocar aquella desconfianza en mi. El "beso" llevado a cabo con moderación es motivo de placer y ensoñación, jamas deseé ningun mal para aquellas doncellas.

Notas de juego

*Me inventé el nombre de la doncella, cambialo si prefieres otro.

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25/11/2010, 21:49
Director

 - Proceded con cuidado. - Pidió el Padre Lucien cuando Evelin se aproximaba. No deseaba tener que lamentar un ataque de las doncellas a la cainita, aunque si se diese un caso así, él defendería a dómine si fuera necesario. Jacob agradeció las palabras de su señora y volvió con presteza junto a su familia en su búsqueda para comprobar que se encontraban bien, temía que aquel demonio volviese a tomar represalias contra la casa o contra ellos, quizás prediendole fuego a toda ella.

  Las doncellas aterradas observaron al hombre de fe, su presencia era tranquilizadora, no tanto como la de Evelin después de lo que habían sospechado de su relación...aún así era acusaciones sin fundamento real, su palabra contra la de Jacob y quizás la suya. Trató de tranquilizarse, y cuando fue a hablar, la afectada tragó con fuerza saliba y las lágrimas brotaron de sus ojos nuevamente. Era frustrande, doloroso para ella. La mujer de la que se había alimentado no recordaba nada, y aunque se acariciaba el cuello y estaba más pálida de lo normal, no parecía haber sufrido daño alguno. Se sentiría débil por un tiempo...había bebido suficiente como para que se desmayase pero no para matarla. Estaba fuera de peligro.

 - yo.... - Comenzó Chloé - Yo sólo quería que también se fijase en mi.... - Su compañera de habitación y experiencia limpiaba ahora sus lágrimas, respiraba con frustración, con una interrupción constante por parte de su diafragma - él me dijo que no entrase. Que sólo quería que estuviera ella...! - Abrió los ojos y recayó, escondió su rostro en los senos de otra de las doncellas y la abrazó, mirandola apenas de reojo, sin atreverse, pues había hecho algo malo, prosiguió. No deseaba que su señora la castigará...pero...pero...no debía decir mentiras. - Y yo me quedé fuera esperando. Dijo que no me fuese lejos...que...me...llamaría después. Pero...pensé, pensé que podía hacer algo para que me prefiriese a mi. Que sólo me decía aquello para que no me sintiese mal. ¡Yo sólo quería llamar su atención! Hacerlo bien para que se interesase...y...y....entonces....así....mi padre...estaria...snif...orgulloso porque....

 no pudo continuar...llanto tras llanto...necesitó unos segundos en los que el Padre Lucien se aproximó, su tácto era cálido, sostuvo su mentón y la separó de las demás, la acarició la mejilla y le dedicó una sonrisa transmitiendole que no pasaba nada.

 - Cuando entré... - continuó entre lágrimas y sollozos - ¡había sangre! ¡Bebía de ella! ¡Louisa sangraba por el cuello y el lo lamía con depravación!

 ¡Era el demonio! ¡no tengo dudas! ¡Vi el mal en sus ojos!

 ¡entonces grité! ¡Y el me dijo que no lo hiciera, que pronto lo olvidaría todo! ¡Yo me asusté y traté de huir! Pero antes de que pudiese salir por la puerta me atrapó! ...Trataba de mirarme a los ojos, ¡para embrujarme y aprovecharse de mi! ¡para forzarme! ¡Era un demonio! entonces...cerré los ojos...y forcejeé con él, casi...casi logro escapar, pero tiró de mi cabello y...

 Me dijo que obedeciese a los deseos de mi señora. que fuese sumisa con él, que no me haría sufrir de ninguna forma...¡pero ya lo hacía! ¡creía que había matado a Louisa! y yo...yo era la siguiente...¡estaba tranquilo! ¡era el demonio!

 Y entonces...como yo no paraba de gritar, puso su mano en mis labios, y no pude hacerlo. Entonces....

 Señaló a Evelin con la diestra...

 - ella llegó...y...le hizo caso...yo...

 Evelin no la tranquilizaba, aunque tampoco la turbaba, simplemente sentía confusión hacia ella...no sabía que pensar. Todas allí habían escuchado ya por dos veces aquella historia, y todas compartían cierto temor ante su señora, ante los intereses y los fines de ellas. ¿Por qué sólo contratarlas durante una semana? ¿Era todo un plan para ella? Así lo pensaba Louisa, que se sentía débil, sucia...forzada...aún cuando era consciente de que aquel hombre no se había aprovechado de ella en ningún momento, y siempre fue respetuoso aunque no ocultara su lascivia.

Notas de juego

Por esta vez no pasa nada, pero tuviste un momento en el que debias haberles preguntado el nombre si deseabas saberlo, no resulta obvio que lo sepas si no te has preocupado. Dada la situación y la posibilidad que tienes de preguntarle a Jacob en privado, no tiene importancia. Llamemosla Chloe si quieres, no tengo inconveniente.

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27/11/2010, 18:12
Director

  El Padre Lucien había demostrado ser sutil y habilidoso con sus palabras, en minutos, entre Evelin y su persona consiguieron que todas y cada una de las doncellas pensasen que precisamente quien las había protegido de aquel mal era su señora que guiada por la voluntad de Dios había conseguido expulsar a aquel hombre y aquellos que viajaban con él. Pronto la amabilidad y honraded de la toreador se ganó su lealtad. Una vez solucionado el problema y con la promesa sobre la sagrada bíblia de que no hablarían de lo sucedido en aquella fatidica noche Lucien se dispuso a marcharse. Ya habiendo concedido un regalo a su anfitriona continuó su marcha sin mirar atrás como aquel que sabe, de algún modo, que jamás va a regresar.

  Evelin enviaría una carta a Rosamund con las conclusiones sacadas en aquella reunión, expresando la falta de respeto de sus invitados y su carencia de capacidad para mantener el orden y la mesura. La palabra de Evelin en aquel asunto era muy importante para su sire pues la conocía bien y sabía que Evelin era una condenada con disposición a la creencia en Dios y que se regía por su doctrina de una forma pía y desprendiendo una santidad inusitada.

  Jacob había conseguido contratar, a los días siguientes a todas las doncellas, pues no relacionaba el asunto de la visita con la alimentación de aquellas criaturas, y con ello, Evelin pudo disponer de gente suficiente para mantener toda la mansión limpia y ordenada. Era imperativo mantener cerca a las doncellas contratadas para que no tuviesen la oportunidad de romper el juramento, si hablaban Evelin podría meterse en problemas por un tiempo, y aunque no serían de fácil solución jamás podrían acabar con su determinación. Pasaron años en los que todo permaneció tranquilo. Incluso estuvo en las cortes con Isolda y Rosamund, lugares donde el pecado podía herir la sensibilidad de la última de los Dómine, pero la presencia de aquellas que le entregaron la eternidad compensaba cualquier cosa.

  No muños años más tarde, en 1197 año de nuestro Señor y después de estar una larga temporada sin saber nada de Rosamund recibió una carta, que como aquella vez, Jacob le entregó.

 Chiquilla mía, comenzaba, Por favor, reunete conmigo en la plaza del mercado, cerca de los almacenes en el Distrito del Castillo de Buda, el quince de abril. Era otoño, y la distancia hasta Buda era considerable, aquella carta, sin duda, había llegado con cierto retraso. Allí debía encontrarse con otros vástagos, como ella, en la que se le encomendaría una tarea importante. "Vuestro futuro quedará asegurado si realizais la tarea que os asignaré. Espero verte en la décima hora de la noche"

  La firma era, sin lugar a dudas, de su sire.

 Las personas alrededor de su hogar comenzaban a preguntarse como aquella muchacvha no envejecía nunca, y aunque llevaba una vida similar a la de reclusión de algunas mujeres de Dios, se veía obligada, aunque sólo fuera por necesidad, a pasear entre humanos, a alimentarse de sus sueños, de sus experiencias...y sobretodo, de su arte.

 Era el momento de partir, y el viaje no sólo sería largo, también le llevaría mucho tiempo, puede que no volviese tras aquellas paredes en mucho tiempo, aunque eso no impediría que se llevase todo cuanto pudiese serle útil.

 Las doncellas al servicio de la casa y Jacob decidieron seguirla allá donde fueran, no sería así en el caso del hijo y la mujer de su fiel criado, que se ocuparían de mantener aquella casa y de mantener el recuerdo de los Dómine para que no se perdiesen sus propiedades, su título y sus conocimientos.

Notas de juego

Cuando te vas de la mansión te sigues los criados, cuentan como Rebaño a 3 (entre 15 o 25 sirvientes) Aunque no ganas este trasfondo computa como tal. Accederán a que te alimentes de ellos (en principio solo tu) porque piensan que Dios tiene una misión para ti en la Tierra y ha dispuesto que así sea, lo entienden como un acto de fe que además les resulta placentero (No puede ser malo algo que te hace sentir bien...)

 Si prefieres que no te siga nadie y se queden todos en la mansión sólo especificamelo.

 -Continuamos en Buda-Pest-