Partida Rol por web

Más vale una buena espada que un mal destierro (II)

1. El Invierno

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28/09/2014, 23:10
Malena Bestregui
Sólo para el director

¡Ay mi buen don Manuel! maravillada me dejáis. Afortunada soy habiéndo yacído con vos, omne bello, fuerte et viríl. ─sonreíle mientras subíame el vestido et arreglábame los cabellos.

Pensaba pedirle, a modo de recuerdo, un mechón del su cabello. Más claro era que non era recuerdo lo que buscaba, sino fechizarle bajo mi voluntad como había fecho tiempo ha con don Diego. Empero entonces caí en la cuenta de que siendo omne de confianza de la señora, aquesta no tardaría en descubrir mi argucia y quizá montara en cólera por meter mi mano más allá de donde era menester. Ansí que dejé tal idea correr et simplemente díjele al caballero:

Buen Manuel, es hora de que marche. Abrid vos la puerta et asegurad que sea oportuna mi marcha, pues non quiero que nadie véame salir de vuestra alcoba. Lo último que placeríame es importunaros a vos et a vuestra noble imagen con un escándalo.

Una vez húbome dado la señal, marché a mis aposentes et esperé que tornara Diego o la señora mandárame llamar...

Notas de juego

Demasiado arriesgado pedirle un mechón de pelo. Finalmente me he mordido la lengua ;).

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29/09/2014, 09:59
Natxo de Otazu
Sólo para el director

- Ya te he importunado bastante. Gracias por todo lo dicho, mañana echaré un vistazo al lugar y marcharé de vuelta al Castillo. Gracias por vuestra ayuda...¡tomad! - saca de su bolsa diez maravedís -no es gran cosa pero espero que os ayude a pasar este crudo invierno- dice con una sonrisa.

El plan de Natxo es descansar y partir al alba al lugar donde estaba la casa de la señora para ver si encuentra algo de interés allí y si no, volver al castillo en seguida.

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29/09/2014, 10:40
Ladia De Taramundi.

- Podemos regresar al castillo, si así lo deseáis, mi Señor, pues dudo que algo más de información podamos sacar en este lugar. - digo, en respuesta a la pregunta formulada por el noble, mientras observo como se alejan los lugareños. - Lo que no sé, Don Diego, es cómo podemos demostrar que la esposa del Barón cometió tal atrocidad, si es que en verdad lo hizo, pues, hasta ahora, sólo tenemos rumores. Y aunque podamos demostrarlo, quizá todo sea inutil, debido a que, gracias a su posición, se alegue que le es permitido castigar, como crea necesario, a aquellos que han osado insultarla -

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29/09/2014, 11:11
Diego de Zúñiga

Había ya pensado en eso ─respondíle ─difícil a la par que peligroso será forumlar acusación alguna contra la señora. Más nos valdrá, al menos de momento, mantener boca cerrada et ojos abiertos.

Cabalgué entonces la montura, dispuesto a marchar de vuelta al castillo.

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29/09/2014, 11:49
Euxeo De Navallo (CI).
Sólo para el director

Picado por la curiosidad, y en contra de lo que el buen juicio me dicta, decido acercarme, lo más sigilosamente posible, hasta la puerta de la habitación.

Una vez allí, pego mi oreja a la misma, intentando enterarme de qué está ocurriendo en el interior, sin hacerme ningún tipo de idea previa, pues estás suelen dar lugar a errores. Lo que haga con aquello que descubra es algo que ya me plantearé después.

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29/09/2014, 12:02
Ladia De Taramundi.

- Así lo haré, mi Señor, así lo haré. - digo, mientras cabalgo detrás del noble, y un escalofrío recorre mi espalda.

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29/09/2014, 20:16
Viejo de Bureskunde

Agradecido me hallo buen señor... -te dijo el viejo-. Dormid aquí, por supuesto. Prepararé un buen fuego que dure hasta el alba, et no dudéis en acudir aquí si el tiempo es "impestuoso" y habéis de necesitar cobijo.

Entonces el tipo te preparó el jergón de la paja, justo después de que cenárais. Puso palos nuevos y secos y un tronco central en la chimenea que se convertiría en cenizas, pero duraría hasta que el amanecer llegara. Una vez en la cama, habiéndote quitado las protecciones y habiéndote despojado de tus armas, pensaste en todo este embrollo y en la rareza de sus sucesos, desde el primer día hasta este momento.

* * *

Al día siguiente, cuando te levantaste nada más amanecer, el hombre de Bureskunde se hallaba preparando un poco de fruta para el desayuno. Te la ofreció y la añadió con queso y algo de carne y pan. Tras despedirte de él, saliste a buscar la casa de la señora de Bureskunde. Allí estaba, al final del pueblo se veía el edificio ennegrecido al que no le quedaban ni los cimientos. Tras dar una vuelta, nada de interés viste, pues nada había que ver: y es que el fuego purifica toda la materia que cae entre sus lenguas... Sin más preámbulo, regresaste al castillo.
 

Notas de juego

Réstate esas monedas ;)

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29/09/2014, 20:25
Manuel Pérez

El caballero Manuel Pérez había quedado satisfecho. Y mucho. Hacía demasiado tiempo que no intimaba con doncella, no por ser hombre de gran religiosidad, sino que por ser mano derecha del Barón et en estando sirviendo durante la ausencia de aquella semana a doña Ontatxu, que había sido requerido para la vigilancia en doble intensidad: y es que había que acallar y deshacer los miedos y rumores de la baronía por sucesos tan terribles como el incendio o la muerte del caballero Robert, y lo cual requería vigilancia en extremo. Et menos mal que el caballero tenía a sus tres hombres que lo ayudaban, sin contar la mesnada de don Sancho, a tales oficios.

Tras colocarse un poco sus ropas, mirarte firmemente y tragar saliva (no se sabía si de arrepentimiento por indiscreción o por embriaguez hedónica) se acercó a la puerta, la abrió con cuidado y se percató de que allí no hubiera nadie. Ya ibas a salir cuando de repente te tomó, sin que te dieras cuenta del brazo, agarrándotelo.

Te juro que encontraré a quienquiera desprestigiar a la Señora o a don Sancho -dijo, sabiendo que te habías ofrecido a cualquier petición de doña Ontatxu-, dalo por hecho. Adiós, querida. Luego cerró la misma y pareció no salir durante un rato, para evitar miradas indiscretas...

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29/09/2014, 20:33
Director

La oreja, puesta en la madera de la alcoba del torreón, te mostró por los sonidos algo carente de poca evidencia. Estaba clarísimo: Malena y un tipo, el caballero Manuel Pérez, estaban retozando en la alcoba de éste. Los gritos en el interior eran muy discretos, como si tomaran precauciones suficiente para no ser oídos, mas una persona en estando cerca (casualmente, como tú) podría oirlos perfectamente. En ese momento nadia había por allí, sólo tú te percataste de ello.

Una vez acabaron, oíste calma, una pequeña charla indescriptible, y luego comprendiste que abrirían la puerta. Te alejaste de allí y en el patio de armas te agachaste tras el pozo, que no andaba lejos del torreón oeste. Viste salir a alguien: era Malena, con su particular vestido verde, el cual andaba colocándoselo de cintura para abajo mientras andaba, rauda al interior de la fortaleza. Del caballero Pérez, nada de nada. Sería mejor conservar ese secreto.

Notas de juego

Nota: Malena (y el jugador que la lleva) no sabe que has fisgado y que la has visto salir de la habitación del caballero.

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29/09/2014, 21:09
Director

Ladia y Diego: Cabalgásteis hacia el castillo. Desde Echauri, la fortaleza de su bien fornido y valiente señor (porqué dudarlo) se hacía de ver ya desde el lugar en el que estábais. No tardasteis mucho en regresar, aunque la fría nieve acumulada en el camino hacía mella en vuestras bestias, pues el paso era ahora lento aún más en la inclinación de la casa del de Landarria. Una vez allí, el barón, a través del caballero Manuel Pérez, mandó redoblar la vigilancia en el castillo, y no tardó en preguntaros sobre vuestra visita a las localidades (no especificó cual) con motivo de la ronda que hicístes, mas no ahondó en lo que hubiéradeis hecho allá. El día no tardó mucho en irse, et ya reencontrados Ladia y Euxeo, así como Diego y Malena, se percataron que el caballero de Otazu, Natxo, no estaba. El pastor y el pardo estuvieron conversando un poco sobre su estancia ese dia, y las dos mujeres ayudando en algunos quehaceres diarios de las cocinas.*

Fue al día siguiente cuando el noble santiaguista regresó, presumiblemente de cuidar los caminos y viajeros del camino del norte hacia Santiago. Lo hizo al alba, mas éste se reencontró con los otros cuatros unas horas después, pues ambas parejas aún no habían despertado cuando Natxo cruzó las puertas.

Un día más se cumplía vuestro voto de protección y custodia de Echauri, su Barón y sus caminos.

Notas de juego

*: Como véis, Ladia y Diego regresan el mismo día que parten fuera del castillo, pero Natxo duerme fuera de éste y regresa al amanecer. De ahí que le diera al "forward" para ambos dos, y así coincidirlos con Natxo.

Ya estáis todos juntos, podéis hacer un último post antes de cambiar de escena (comentar cosas o lo que queráis). Deciros que las nieves invernales se derretirán en la próxima escena, ya que cambiamos de estación. ;)

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30/09/2014, 09:01
Natxo de Otazu

Una vez hubo dejado a su caballo sin arreos paciendo tranquilamente, se hubo despojado de su armadura y demás, se presentó en el patio donde estaba el resto y se acercó a ellos con una sonrisa haciendo visera con las manos para protegerse de los súbitos rayos de sol que penetraban oblicuos hacia el patio.

- A las buenas de Dios. ¿Cómo están sus mercedes? ¿qué tal ha ido todo por aquí? ¿alguna novedad? yo por mi parte he estado acometiendo la protección de peregrinos a salvo de los bandidos, mas he de decir que los caminos son de momento seguros y no muy transitados en estos momentos.

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01/10/2014, 12:54
Malena Bestregui

Novedad ninguna, don Natxo ─respondíle al noble. ─Ya sabedes como es la vida en el castillo; calmada e incluso... monótona ─que iba a decir aburrida, más quizá non hubiera sonado bien.

Entonces sonreí: ─Lo cual es de agradecer. El calor de aquestos muros et la hospitalidad de los señores de Landarria son el mayor bien que puéda uno haber, pues el invierno por aquestas tierras es duro como el mesmo hielo que trae...

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01/10/2014, 12:59
Diego de Zúñiga

Encomiable labor la vuestra ─alagué al santiaguista ─ojalá hubieren más caballeros de valor et devoción como vuesencia. Caminos seguros es algo que todo omne debiere poder disfrutar sin temor de ser asaltado con fin de robarle a uno hasta las botas ─negué con la cabeza, girándola de lado a lado como gesto de mi desagrado ante tan deplorables actos. Siempre pensé en el bandidaje como un acto vil y rastrero.

Por nuestra parte, Ladia et uno mesmo habemos paseado por las villas cercanas conosciendo aquestos parajes. ─díle nuestras nuevas ─. Que ya era menester estirar las piernas, pues tantos días entre aquestos muros entumecen el cuerpo et la mente de cualquiera.

Más la visita a Echauri fue... interesante...

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01/10/2014, 13:17
Euxeo De Navallo (CI).

- Me alegro de volver a veros, Don Natxo, y agradezco a la Divinidad el que haya cuidado de Vos mientras faciáis vuestro trabajo, cuidando de aquellos peregrinos que, a pesar de este tiempo, recorren los caminos - digo, sonriendo. - Como bien os ha comentado la Dama Malena, pocas son las novedades que podemos contaros aquellos que nos hemos quedado entre estos muros, bajo la hospitalidad del Barón-

Después, dirigiéndome a Don Diego, digo: - Mi Señor, ¿qué podéis contarme de vuestra visita, junto con la mía esposa, a las localidades cercanas?. Ladia, por prudencia, no ha querido contarme nada, tras vuestra llegada. -

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01/10/2014, 14:20
Diego de Zúñiga

Credo, buen Euxeo, que lo que vuestra esposa quiera contarvos es cosa suya, et sólo suya ─respondíle con una sonrisa forzada.

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01/10/2014, 14:48
Ladia De Taramundi.

- Por favor, Don Diego, os ruego que no malintrepretéis la pregunta de mi esposo. Si desea conocer lo acontecido durante nuestro viaje, no es por desconfianza, mi Señor, y si yo no quise decir nada, tras nuestra llegada, es porque pienso que os corresponde, a Vos, el privilegio de narrar lo que en Echauri nuestros ojos vieron - digo, rápidamente, tras la contestación del noble, después de haber saludado a Don Natxo.

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02/10/2014, 00:57
Diego de Zúñiga

Pues... ─miré en derredor, asegurando non hubiera allí oídos indiscretos más allá de los presentes ─que lo que más impresionóme, allá en Echauri, fue la casa de los Vinicio. Ardida hasta sus cimientos. ─persignéme entonces al recordar aquello et imaginar la horrible muerte de quienes allí hubieren fenecido.

Et que la vox populi de Echauri... ─et allí quedéme, pues non quise repetir dentro de los muros del castillo lo que decíase en los pueblos aledaños.

Miré a don Natxo: ─Supongo sabedes de lo que fablo, don Natxo. Que en los caminos habrán de decirse tales rumores...

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02/10/2014, 10:41
Natxo de Otazu

Conmovido por las palabras tan benévolas para con su persona no podía evitar que la sonrisa se le borrase del rostro, mas no le quedó otra que adoptar una postura tensa al escuchar tanto comedimiento acerca de lo acontecido. Si aquello era así sería por algo... grave.

- mejor será que demos un paseo por el campo señores. Nos vendrá bien a todos...

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02/10/2014, 21:04
Director

Notas de juego

Sí, sí: id y decíos lo que tengáis que decir, sin problema, pues en el cambio de escena pasarán semanas o incluso algún més y quizá no proceda rememorar algo de tanto tiempo atrás. Tenéis libertad en ese sentido.

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03/10/2014, 00:22
Diego de Zúñiga

Asentí a don Natxo et seguíle fuera junto a Malena...