Partida Rol por web

Han pasado tres meses desde que intentaste matar al principe, bueno conspiraste. No sabes aun que paso, todo esta nubloso. Solo recuerdas como todo tras saltar y alejarte se volvia mas normal, los disparos, correr y esconderte. Tampoco sabes nada del Sheriff es como si se le hubiera comido la tierra. Tienes que hablar con el principe, pero no puedes llegar a el asi como asi ahora esta mas protegio, el nuevo sheriff es bastante duro a pesar de su aspecto y el primogenito de tu clan digamos que mejor no provocarle. Lo unico bueno que salio esa noche, bueno para esa neonata es que consiguio el puesto de Gerard y que ahora es el centro de todas sus miradas, regenta todos los negocios del antiguo primogenito y todos se la rifan para que vaya a una de sus fiestas. Tal vez si hablaras con ella podrias conseguir que el principe te recibiera, solo hay que abordarla correctamente en algun lugar publico donde nadie pueda atacarte sin riesgo de romper la mascarada

El despertarme tal cuál me había acostado en la cama, me encuentro a Kesha mirándome con la misma intensidad de siempre. Cuando aprecia que empiezo a moverme me da un par de pequeños lametones en los dedos de la mano que enseguida utilizo para rascarle detrás de las orejas cariñosamente, cogiéndolo en brazos mientras salgo de la mullida cama doble.
Miro alrededor, la ropa que utilicé ayer desperdigada por el suelo al igual que los zapatos. Soy un desastre pero es que llegue demasiado justa de tiempo a casa...

Llevo a Kesha hasta la cocina, acariciándole la suave espalda mientras lo apoyo en mi pecho, dejándolo entonces en el suelo y rellenando sus platos, los cuáles sí mantengo en óptimas condiciones. Debe de ser una de las pocas cosas de toda la casa me parece... Vierto unas pocas gotas de mi propia sangre en su recipiente para el agua y entonces me voy a la ducha, preparándome para la "fiesta".
Esta vez no voy por voluntad propia, pero no debería costarme demasiado acceder a ella, estoy bastante acostumbrada a ese tipo de "situaciones sociales".
Intentaré encontrar a esa nueva primogénita de mala fama en ella, al fin y al cabo es un local, espero que esta vez haya más suerte que las otras en las cuáles no se encontraba presente.

Peino mi alborotada y rizada melena y después me pongo uno de mis muchos vestidos con minifalda y unos zapatos de tacón.
Casi perfecta para conseguir información de cualquier bobo. A veces deprime darse cuenta de la cantidad de homrbes que se dejan engatusar con tanta facilidad, pero supongo que mejor para mí.
Subo las persianas metálicas del piso con la apertura automática y entonces aparto las persianas normales.
No me conviene ni apetece cruzar el Manthys así que esta vez salgo por la ventana del comedor y bajo por las escaleras metálicas con un sonoro ruido metálico bajo mis pies, dirigiéndome al sitio en cuestión con paso ligero.

Caminas por entre las sombras de la ciudad camino del local, la verdad no parece nada del otro mundo es mas seguro que en tiempos de Gerard estaba mucho mejor cuidado. Cuando entras te invaden los olores de la sala, huele a una extraña mezcla, cerveza, sudor y perfume o tal vez solo es tu impresion. Luz mortecina y musica gaelica, extraña combinacion mientras los parroquianos beben cerveza negra.
Tras unos minutos en los que recorres la sala, la ves en un rincon sentada en una mesa hablando con algunos parroquianos que terminan marchandose un poco desilusionados. Va vestida de forma sobra, un jersey de cuello alto negro que contrasta con su palida piel, el pelo recogido en una trenza baja, con vaqueros y hay una rosa blanca a su lado recien cortada en sus manos una copa de cristal con un liquido rojo cualquiera pensaria que vino, pero el olor que te llega es de vitae fresca

Me esperaba algo más espectacular, lo admito... Pero al final resultará mucho más fácil e íntimo de lo que creía.
Fácil acceder a ella, no el convencerla pues somos muy dispares y si no me equivoco no debo caerle demasiado bien después de apartarla de su "pareja" en el pomposo baile de la fatídica noche.
En fin, eso no va a detenerme, me acerco a al mesa en cuestión igual de decidida que si me encontrara en mi propio local y tomo asiento en una de las sillas frente a ella sin esperar que me dé permiso.

-Buenas noches, Graziella. Lamento... "importunarte"- digo mirando de reojo alrededor. Parece obvio que no puedo importunarla dado que no parece demasiado ocupada en estos momentos.
-Sólo te robaré unos pocos minutos de tu tiempo, necesito que hablemos... Hace meses que intento ponerme en contacto con el Príncipe para explicarle lo sucedido Aquella noche pero parece una tarea imposible...- apoyo una de mis manos en la mesa, tamborileando con los dedos ligeramente en un gesto de cierta impaciencia todavía contenida. Apuesto a que se hará de rogar, suele ser un gesto típico de los pretenciosos toreadores.

TE miro cuando te sientas y hago un gesto con una de mis manos a alguien o algo en la sala. Le doy un sorbo a la copa mientras te miro y escucho. Dejo la copa a un lado mientras pongo el codo sobre la mesa y apoyo la barbilla suavemente sobre los dedos de la mano mientras juegeteo con mi anillo de la otra mano con gesto ausente. Tras un rato hago un gesto al camarero para que traiga otra copa como la mia que deja delante tuyo.

No te preocupes, es vitae humana, no soy Gerard y en cuanto a Jack. Le acaba de llamar con un diminutivo o son amigos o hay algo mas ahi. Doy un nuevo sorbo a mi copa Hablare con el, tengo una reunion para la proxima fiesta en uno de los Elisios y la verdad la vamos retrasando todo lo que podemos pero al final tendremos que hacerla solo para que no piensen nada.
Te miro a los ojos y brillan un momento ¿Has hablado con Vincent? seguro que le apeteceria mucho tener el final de esa conversacion que mantuvisteis en el despacho aquella noche suspiro Si me comentaras que paso seguro que podria convencerle

-¿Vincent...?- le pregunto bastante perdida, aunque enseguida caigo en que debía ser ese vástago tan tremendamente aburrido y poco interesante al que seguí a través de la ventana. Niego con la cabeza.
-No creo tener que dar explicaciones a ese tal Vincent, pero sí a Jackius. Creo que después de tu comentario sorbe la copa tendrás una ligera idea de cómo era Gerard- miro de reojo el vaso, pero de todas formas no me fío, todos los toreadores son "engatusadores" natos, sobretodo cuanto más poder tienen y la ínfima atracción que siento hacia ella parece dejarlo patente. De todas formas necesitará algo más que unas buenas tetas para impresionarme.

-Usaba su presencia cada vez que estaba con él, al principio de forma sutil, apenas perceptible. Apuesto a que bebí de su vitae sin percatarme en alguna ocasión y eso le facilitó tremendamente las cosas. Fui demasiado confiada... Creía que por el hecho de ser ambos primogénitos podía dejarme llevar un poco. Me equivoqué, cuando quise darme cuenta ya era tarde, me manejaba cómo a su títere, me sentía tan apegada a él que quería concederle todo lo que me pidiera, pero sin embargo cuando me alejaba esa sensación se desvanecía y me encontraba confusa...- me quedo callada unos instantes, dandome cuenta de que he ido frunciendo el ceño, así que vuelvo a relajar la expresión y el cuerpo.

-Me gustaría poder explicárselo a Jackius con más detalle, él sabe dónde encontrarme y sabrá que le digo la verdad... ¿se lo dirás?- le pregunto mirándola con fijeza a los ojos. ¿Cómo fiarme de ella? Y sin embargo no tengo muchas alternativas.

Sonrio ante el comentario y miro hacia un rincon Se lo que hacia, he visto, oido y leido cosas sobre Gerard, demasiadas no muy buenas. le doy otro sorbo a la copa mirando el fondo ya vacio con gesto serio Yo prove solo una vez su vitae, fue sin saberlo pero nunca consiguio nada de mi, digamos que era demasiado fuerte para el o no lo intento con la suficiente fuerza, tal vez no era importante para el. En cuanto a Jack se lo comentare y te enviara a alguien para ir a un lugar neutral para la reunion, ire yo misma a avisarte si no te incomoda mi presencia alli. vuelvo a dirigir la mirada hacia ti y sonrio suavemente No me mires asi, hace mucho que sabemos donde te ocultas pero no ha lanzado una caza de sangre contra ti, esperaba que tu fueras a por el como el anterior Sheriff

Entorno los ojos sin disimulo. Demasiado fuerte para él, tengo que hacer une esfuerzo para no descojonarme en su propia cara pero prefiero saltarme esa parte, habría que verla despues de un mes en presencia de Gerard, no quedarían de ella ni las cenizas.
-Me parece bien. En ningún momento me he escondido, he permanecido en mi local así que eso debería darle una ligera idea de que si realmente quisiera perjudicarle ya lo habría hecho. O me hubiera largado directamente- me levanto de al silla dado que hemos hablado lo que debíamos acordar y poco más de interés puede ofrecerme.
-Gracias por tu atención, espero recibir noticias pronto...- le devuelvo una ligera sonrisa y entonces me giro saliendo del local con paso brioso, cómo siempre.
Ha sido fácil... diría que incluso demasiado, me esperaba perder más tiempo en esto y eso hace que desconfíe un poco.
Acabo por sacudir la cabeza intentando convencerme de que todo irá bien mientras desciendo por la calle sin prisas, deteniéndome en los escaparates de algunas de las tiendas capitalistas que adornan la ciudad antes de volver mi "hogar dulce hogar".

Ten cuidado escuchas cuando te levantas y tropiezas conmigo, voy un poco zarrapastroso con las ropas un poco raidas, barba de varios dias y una sonrisa extraña en la boca. Te señalo a la cabeza trazando una linea recta No, no eres ella, no me sirves, necesito que seas la elegida. me rio con una risa nerviosa y miro a Graziella sonriendola bobamente mientras se levanta he sido bueno y no le he hecho nada aun te lo prometi...

Nos veremos Irina, espero tener noticias pronto de Jack y ... me callo al ver con quien tropiezas y me levanto para acercarme Quentin tendrias que estar con Mary, sabes que no tienes que salir de casa aun no. La ultima vez sabes que paso le ayudo a sentarse y se bebe la copa con sangre de un sorbo relamiendose despues Si necesitas que te lleven, le puedo pedir a mi chofer que te lleve hasta el local o a donde quieras y se que no le harias nada a nuestro principe
La primera vez que le nombro por su titulo y acompañado con una extraña acentuacion.

-¿No te sirvo? Vaya, qué lástima- comento con una sonrisa traviesa sin cortarme en absoluto mientras le miro de arriba a abajo divertida.
Pobre hombre, va hecho un desastre, pero aún así tiene algo atrayente. Quizá sea el propio hecho de que no le importe en absoluto el aspecto que ofrece.
Arqueo una de mis delgadas cejas al oír lo que dice Graziella, parece que hable con un niño de cinco años, encerrado y con "Mary". Esto cada vez suena más a alguien con trastornos mentales pero quién sabe, cualquier cosa es posible en las noches que nos rodean. La verdad es que ese tipo de "detalles" no me importan mucho generalmente.

-Eres muy amable pero no es necesario, prefiero dar un paseo ya que me sobra tiempo...- les dirijo un último vistazo y entonces sí me marcho, memorizando los nombres mencionados. Nunca se sabe cuando puedes volver a oírlos...

Graziella te sonrie y vuelve a centrar su atencion en Quentin sentandose a su lado mientras le intenta peinar mientras el resto de la gente les ignora.
Cuando te diriges a la puertas pasas al lado de un chico con un par de rosas en las manos que te sonrie guiñandote un ojo y que se adentra entre la gente. Fuera hay un par de motos y una mujer que te mira un segundo antes de volver a apoyarse en la moto mirandose las uñas y limpiandoselas con una navaja mariposa.

No puedo evitar quedarme algo asombrada ante el cumulo de personajes extraños que se empiezan a reunir el pequeño local, parecen ser abejas atraídas por la miel en forma de curvas y palabras amables. Casi resulta divertido, ¿serán ciertos los rumores? Lo que sí es verdad es que se puede convencer a muchos con ello, no me cabe duda, y hace bien, ya que puede.
El chico de las rosas entra animadamente, adivina a quién debe ir a visitar no resulta difícil así que me río despreocupadamente y le devuelvo el guiño como si le conociera de toda la vida.

Miro a la mujer un momento ya que no pega en ese sitio ni con cola pero sus asuntos pendientes tendrá con una primogénita.
Me encojo de hombros y finalmente sigo mi camino.
"En mi local también habrá gente que tenga ganas de verme", pienso para mis adentros con una sonrisa ladeada.

Vuelves a tu local, el camino te parece mas comodo incluso mas tranquilo si cabe. En la puerta hay mucha gente, incluso un tio de dos metros con melenas que te mira antes de entrar cogido de la cintura de una pelirroja y se van a un rincon donde se sientan y se encienden un par de cigarros mientras les llevan unas cervezas y escuchan musica aunque puedes escuchar que no les gusta mucho...

Realmente el tipo en cuestión no me llama demasiado la atención puesto que entran decenas cómo él a menudo en el local, pero la verdad es que me irrita un poco lo que le oigo comentar con la fulana que lleva al lado.
Me mosquea y empiezo a insultar, menos mal que sólo es mentalmente. Tengo que intentar solucionar eso aunque no estoy segura de que sea capaz. O quizá simplemente no me importa.

Creo que será mejor que me distraiga un poco así que simplemente me voy a una de las mesas donde están plantados un grupo de anarquistas que vienen casi cada noche.
Ya les conozco a todos así que me siento con ellos y me distraigo con sus tonterías, poniéndonos más serios de vez en cuando cuando debatimos sobre noticias y las ideologías de cada uno.

TE guiño un ojo sonriendo mientras sigo agarrado de mi acompañante. La susurro al oido algo mientras se rie y se levanta para ir al baño mientras pido otra cerveza y pongo los pies sobre la mesa manchandola con mis botas llenas de barro.

Me levanto de la mesa y ayudo un rato a mis chicos detrás de la barra, pero parece que el tipo alto quiere "jugar", o simplemente le gusta llamar la atención.
Sea lo que sea no le va a resultar tan fácil, al menos no en mi local.
Me acerco hasta su sillón y miro sin disimulo sus botas sobre la mesa antes de devolverle una mirada directa y segura de mí misma.

-Tesoro, no puedes poner las botas sobre la mesa, al menos no cuando las llevas tan llenas de mierda- le digo de forma algo tajante. No quiero que piense que por acercarme a él pretendo algo más, algunos lo creen, debe ser el típico síndrome de "macho" prepotente.

Si tan llenas estan de mierda por que no las limpias digo con gesto serio mirandolas dado otro sorbo a la cerveza antes de golpear una bota contra la otra y dejar que caiga barro sobre la mesa si pago yo decido donde poner los pies y en cuanto al local he visto tugurios mejores en la ciudad, hasta la musica dormiria a los muertos

-Y si tan poco te gusta porque sigues aquí, nadie te está obligando que yo sepa- eso me toca los huevos. Que se presente aquí cómo si el local fuera suyo y se queje. ¿Acaso es masoquista o sólo idiota?
Me acerco más a él y me inclino chupándome el dedo corazón mientras encojo los demás hasta que sólo queda ese levantado.

-Lárgate de aquí antes de que me mosquee de verdad- le espeto en tono autoritario mientras le bajo las piernas de la mesa con un empujón rápido.
Los clientes ni se inmutan, saben que "se reserva el derecho de admisión" y puedo echar al que se me antoje, normalmente sólo lo hago si realmente son un incordio.