Partida Rol por web

Cojo el dedo y lo aprieto moviendome muy deprisa que no lo has visto Tal vez la proxima vez te encuentres con el dedo en lugar de tu lengua, a lo mejor eres menos deslenguada la proxima vez Irina me levanto y llamo a mi acompañante con un gesto nos veremos pronto y espero que seas menos arisca, las chicas ariscas no consiguen nada

Camino hacia la salida tras sacudirme las botas en el suelo manchandolo de barro como los sillones y la cojo de la cintura riendome.

-Prefiero ser arisca a ser una fulana como tu novia- le espeto con sonrisa mordaz cuando ya empiezan a marcharse, dejando que se vayan y dejando claro que no quiero que ese tipo ni la mujer que lo acompaña vuelvan a entrar.
No tengo porque soportar a gente impertinente, no en mi local.
Una de las camareras se encarga de limpiar el pequeño estropicio que por suerte no ha sido para tanto, así que le doy las gracias con una sonrisa amplia y después de eso me dirijo al escenario para "desahogarme" cantando un par de canciones que me hacen subir la adrenalina casi tanto como cuando fuerzo la moto a más de 200 km/h.(*)

A la mayoría les gusta la actuación, también es verdad que les suele chocar ver a una chica como yo cantando heavy, supongo que es parte de la gracia del "espectáculo" así que suele interesarme mas la opinión de las chicas para este tipo de cosas.
Me acomodo en uno de los sillones vacíos y empiezo a mirar alrededor mientras mi mente divaga, sorprendiéndome a mí misma al recordar a ese tal Quentin.
Curioso, quizá me ha llamado más la atención de lo que yo misma pienso admitir.

Mientras cantas entra la mujer que estaba fuera del local de la toreador y se acerca a la barra para hablar con el barman entre aspavientos. Niega y mira hacia el rincon donde estaban sentados estos dos y saca un billete doblado para que se le suelte mas la lengua, al final cuando terminas la actuacion se marcha hacia la salida con paso rapido ignorando a todos los que intentan ligar con ella por la forma de vestir.

Me río abiertamente ante el par de intentos de ligue con una mujer que a pesar de su aspecto frágil se endurece con el cuero. A más de uno debe emocionarle esa idea y a mí me divierte.
Me acerco hasta la barra donde Liam, el encargado del "Manthys" y mi trabajador favorito, está encargándose de las copas. Muchas veces le confunden con el segurata del local, es más ancho que un armario ropero, su expresión suele ser dura y severa y su acento irlandés una maravilla.

-¿Estaba buscando a esos dos impertinentes de antes?- le pregunto mientras me siento en uno de los taburetes, cruzando una pierna sobre la otra con lentitud.

Si, por lo que parece, habian quedado aqui, pero no la han esperado. Tenia un acento raro y hablaba a veces con palabras, como esa novia que tuve que era española. Sus ojos me recordaron los de ella. Una chica muy guapa aunque algo fria dice mientras limpia unos vasos y sirve unas copas creo que volvera, a esa le van mas las tias que a mi, solo hay que ver la mira que te echo.

-¿Tenías una novia española? Curioso...- comento pensativa, aunque lo último va por lo de esa extraña mujer. Muy pálida, demasiado decidida. Y los dos lugares a los que ha acudido casi la delatan pero no puedo precipitarme, sólo mantenerme atenta.
Mis pensamientos se ven interrumpidos por el último comentario de Liam, ante el cuál no puedo evitar reírme abierta y sinceramente.

-La sinceridad te acabará matando, Liam... Habrá sido simple curiosidad, ya sabes que mi pelo llama mucho la atención. ¿Les dijiste que los eché? Por qué entonces sin duda fue por eso- afirmo con seguridad. Al fin y al cabo cuando salí del garito de Graziella ni siquiera me miró, así que no tendría demasiado sentido.

Vaya, crei que se lo habia contado sonrio mientras termino de servir si, se lo dije y me dijo que...no recuerdo bien, solo que estaba muy alterada, temperamento español se encoje de hombros asintiendo a un pedido Conozco esa mirada jefa, la he tenido yo con algunas tias, esa volvera a por tralla se lo aseguro. La va mas la limonada que al verano

Vuelvo a reírme negando con la cabeza mientras se encarga de servir una enorme jarra de cerveza con varios vasos a uno de los clientes.
-Eres único con tus expresiones, por eso eres tan divertido- admito encantada y con una sonrisa -Deja que vuelva, mientras no arme demasiado follón me da igual y si no ya me encargaré yo misma de echarla, ya lo sabes- me encojo de hombros para quitarle importancia al asunto. No sería la primera vez que consigo "convencer" a gente más corpulenta o tozuda que yo de que se marchen sin apenas oponer resistencia.

El resto de la noche me la paso ayudando en el local hasta que llegue la hora del cierre, espero que realmente Graziella cumpla su palabra y pueda explicarme ante Jackius, se lo debo.
Por el momento creo que mañana... Sí, llamaré a Thomas, mi contacto de las carreras. Espero que tengan algo planeado para mañana.

Duermes de un tiron, te despierta un golpe en la puerta, cuando abres es la tia de la noche anterior que te mira de arriba a abajo y carraspea sacando una nota de su guardapolvos que te tiende.

Cita:

Me incorporo con cierta lentitud pero cuando oigo el bufido que emite Kesha ante la extraña salto de la cama con agilidad, pretendiendo esquivar un posible ataque mientras ruedo por el suelo para entonces mirar alrededor, pero la mujer sigue ahí de pie mirándome así que carraspeo y me levanto cómo si no hubiera pasado nada aunque desconfiada.
Le quito la nota de las manos a cierta distancia, relajándome un poco más tras haberla leído.

-Admito que ha sido muy rápido... ¿cómo diablos has entrado?- le pregunto bastante intrigada en este punto mientras abro el armario buscando tan solo un poco para empezar a vestirme. No quiero hacerle perder mas tiempo del necesario a la mujer "estatua de hielo".
Al cabo de menos de 10 minutos ya estoy del todo preparada y dispuesta para seguirla. Intuyo que no será muy dada a la conversación.

Se entrar donde tengo que entrar asi que no te preocupes no he roto nada de tu bonito local digo mientras espero apoyada en la pared y miro a la gata sonriendo debilmente sacando un pañuelo del bolsillo cuando subamos a mi moto, te pondras esto, no quiero que sepas donde vamos y yo se lo concedo. en el movimento ves dos pistolas bajo los brazos. La voz es melodiosa y ademas tiene un cierto acento muy del este, lo has oido en rumanos y checos incluso en algunos yugoslavos.

Es muy extraño, Liam me dijo que era española y sin embargo de ese acento al de Europa del este hay un abismo.
Cojo el pañuelo chasqueando la lengua fastidiada, sin entender demasiado bien a que viene todo ese "cuento".
-Creía que eras española... Deduzco que no será en un Elíseo, creo que hubiera sido mucho más fácil así. Pero está bien, vamos allá- empiezo a seguirla dado que no me colocaré la venda hasta que esté sentada y sujeta a la moto en cuestión.

Atravesamos el local sin demasiados contratiempos excepto algún saludo, el cambio brusco de sonido y temperatura resulta hasta estimulante por unos pocos segundos.
-Todavía no has respondido a mi pregunta- insisto siguiéndola hasta el vehículo en cuestión.

¿Española? te miro incredula y la final golpeo la pared con furia murmurando algo en rumano tal vez No, soy rumana, por que naci alli nada mas. Si te vera en uno de los Eliseos pero no quiere que sepas en cual de momento. Te miro ante tu insistencia de reojo cuando montamos De la misma manera que tu puedes entrar en un sitio sin que te vean, todo aderezado con un poco de ayuda visual ademas de que tienen la mente un poco debil, faciles de dominar, si les pides que no te vean no te han visto. Arranco y espero a que te pongas la venda para alejarnos. El viaje no sabes cuanto dura ni hacia donde es por que nos movemos por muchas callejuelas hasta que nos paramos. Llegamos, al comienzo de todo Cuando te quitas la venda te ves a las puertas el Royal Albert Hall

Arqueo una ceja notablemente al verla golpear la pared con cierta furia pero me guardo las suposiciones para mí. ¿Hermanas gemelas que se llevan mal? por qué no, sería un buen melodrama sin duda. Auqnue probablemente en al vida real acabarían volándose la cabeza con sus pistolitas bajo el abrigo. No hay anda que tenga menos mérito que un combate con armas de fuego, luchan las pistolas por ti...
Subo a la moto y me vendo los ojos más conforme con su explicación aunque sigo sin saber cómo abrió la puerta y eso no me gusta. Tendré que reforzarla pues.

El trayecto transcurre con normal y cuando por fin paramos miro el inmenso Elíseo dejando escapar una pequeña risotada.
-Aquí podría haber llegado sola, pero supongo que también quiere "jugar"- comento recordando al heavy melenas de anoche. Podría apostar a que además nos reuniremos en el despacho en el que sucedió todo, pero no me importa porque no tengo nada que ocultar así que sigo a la mujer de mármol con la misma decisión que al principio mientras miro con interés los posibles "visitantes" del Albert Hall.

Subis las escaleras y en el recibidor esta Graziella con un vestido negro como si viniera o fuera a una fiesta, esta noche hay opera por lo que parece. OS hace un gesto y pasais al interior llevandote por un pasillo hasta uno de los palcos cerrado con cortinas donde hay alguien sentado en una silla de amplio respaldo de espaldas a ti. Hay dos sillas mas alli libres, una a cada lado de la principal.

Y sigo andando cómo una maldita autómata, me parece increíble la falta de respeto que está demostrando el príncipe, ¿desde cuando es tan cobarde? Anteriormente no hubiera necesitado a un jarrón colgando de su brazo, espero que no vaya a quedarse por lo menos, porque no me apetece en absoluto dar más detalles de lo necesario. A ella no, aunque de todas formas tengo que proponerle algo que me parece que la complacerá gratamente... de todas formas eso será igual.
Tomo asiento en una de las sillas libres, la cuál probablemente ya me vendrá "impuesta" por las indicaciones de mi guía.
Emito un pequeño gruñido, apenas perceptible, empezando a hartarme de que me lleven de aquí a allá como una marioneta. Me recuerda demasiado a otra situación, aunque anteriormente fue más sutil.

Giro mi cabeza y observo el sillón central, esperando encontrar en él a Jackius para saludarle con una inclinación de cabeza.

SEntado con un impecable traje negro, con un smoking para venir a la opera que lleva un rato comenzada y con las ventanas echadas. Te mira con una mano apoyada en uno de los reposabrazos y te indica que te sientes a tu lado mientras la puerta se cierra quedandote a solas con el y con Graziella que se sienta en la otra silla abstraida con la musica.

-Esperaba un poco más de confianza... No, no es la palabra adecuada. RESPETO, esa es. Te digo que quiero explicarte lo sucedido y no conforme con ni siquiera prestarme toda tu atención dejas que una novata se quede escuchando toda la conversación. Creo que no es el momento adecuado para llevar a cabo mi explicación, cuando de verdad quieras oírla volveremos a vernos- sin más que añadir vuelvo a levantarme de la silla.
Es Jackius, joder, ¿con quiene se cree que está tratando? Debería conocerme a estas alturas de sobra, así que apuesto algo a que me está provocando a propósito.
Pues que le jodan, no soy de las que da sin esperar nada a cambio. Me giro y me dispongo a atravesar nuevamente las cortinas de terciopelo.

EStas aqui por que ese novata me ha pedido encarecidamente que te escuchara y que te perdonara la vida tras mi atentado fallido escuchas mi voz grave sin que te dirija la mirada con tu aptitud solo me demuestras que yo tengo razon y no eres digna de ese respeto que me pides. Graziella por favor dejanos solos y pidela a Marizsa que se quede fuera atenta por si ocurre algo Cuando se levanta y nos deja solos espero sentado tu respuesta

-¿Desde cuando me tienes miedo? Sabes de sobra que puedes conmigo y con mucha facilidad, lo que quiera decirle a Graziella lo hablaré con ella pero no es lo mismo que quiero decirte a ti- digo como si fuera evidente, siguiendo a la toreador con la mirada hasta que abandona el palco para volver a la silla del principio, aunque me sigue pareciendo increíble que me obligue a reunirnos en este sitio.

-Quise hablar contigo antes pero es obvio que no he podido acceder a ti así que aquí estamos ahora...- se produce una pequeña pausa, no tengo muy claro como explicárselo pero será mejor no andarse con rodeos.
-Sabes cómo era Gerard, un experto manipulador y embaucador, dando su vitae a escondidas a sus propios neonatos para tenerlos controlados... Tú confiaste y del mismo modo lo hice yo, también sabes lo diestro que era con sus habilidades de "encanto"- empiezo a tamborilear con los dedos en el reposabrazos, ya que él no se molesta en mirarme hago lo mismo, dejando la vista vagar por las butacas y el escenario.
-No sé exactamente cuando empezó, pero sé que fue lenta y progresivamente para que apenas me diera cuenta hasta que ya me encontraba demasiado ligada a él. Cuando me separaba sentía ganas de estrangularlo porque sabía que algo no acababa de cuadrar, pero al volver junto a él de nuevo tenía y debía complacerle. Supongo que podía llegar a ser buena como perro de presa... - por fin me callo del todo y espero a que comente algo o me pregunte lo que quiera. Sólo quiero dejar las cosas claras y largarme, este no es el Jackius al que respeté y pro el que luché voluntariamente para su alzamiento.