Partida Rol por web

Mientras las cosas suceden, veo que Jonad lo ha logrado, por lo menos le ha echado valor, ahora quedamos el resto. Asiento hacia Girolamo tras su explicación.

-Por mí de acuerdo, cuando esté preparado cruzaré yo.

Mientras lo va preparando, agarro mi bastón y pensativo se me ocurre una idea. Con la cuerda superior, la rodeo con un abrazo y extiendo el bastón en ella para no caerme pase lo que pase. Luego simplemente trato de cruzar con cuidado pero a paso ligero, pues ya hemos perdido demasiado tiempo con el niño y los preparativos.

Tarde del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 16)

Hamil fue el siguiente en avanzar, quizá buscando que dejarán de achacarle al pequeño o bien que tomarán el problema como escusa para volver a insistirle en que regresará. Aunque algo era claro, el joven no tenía miedo de la aventura, eso se nota pues en todo momento durante el viaje se había mantenido firme, pero la duda estaba en el tema con los orcos, pues ya antes se había acobardado a tal extremo de tenerlo que ayudar.

Su andar fue lento y dificultoso, casi tanto como el de Jonad, y eso considerando que Jonad no había contado con la ayuda que Wendel ahora suministraba a aquellos que se atrevían a cruzar por aquella soga. Tras Durghall unirse a Wendel en el esfuerzo por separar las cuerdas para que estas sirvieran como un tenso doble pasa manos del cual apoyarse en el camino, Arvin fue el que decidió avanzar, aunque claramente con inseguridad pues su andar fue aún más trémulo que el de sus anteriores compañeros, llegando incluso a caer dos veces quedando apenas colgado de las axilas sobre las cuerdas que con gran dificultad daban mayor sostén Wendel y Durghall.

Arvin al final más de 3 minutos de esfuerzo, apenas se encontraba a mitad del camino, obstaculizando el paso de otros que esperaban tras él, aunque ciertamente nadie más había dado un paso al frente para avanzar y arriesgarse en el peligro.

Por fortuna, el pequeño explorador había conseguido aferrarse a las sogas en el último instante. Y ante la mirada expectante de sus camaradas, consiguió finalmente recuperar su posición y avanzar, aún con algo de dificultad y muy lentamente, hasta cruzar al otro extremo de la grieta.

Reponiéndose de inmediato de aquel susto, el parco norteño se apresuró a acudir en ayuda de Wendell, tirando de una de las cuerdas con todas sus fuerzas para que los demás pudieran aprovecharla como apoyo.

Concentrado en aquella tarea, que requería de un gran esfuerzo, apenas si prestó atención a los extraños artilugios que les ofrecía el gnomo, y solo atinó a responderle con un gruñido ininteligible de dientes apretados, a la vez que movía violentamente la cabeza de un lado a otro en un claro gesto de desacuerdo.

En verdad, no era que el dornita desconfiara del plan de Girolamo. Ni que despreciara los beneficios que aquellas pequeñas cuñas de metal pudieran traerles a todos. Pero el caso era que ya se había enfrascado en la tensión de las cuerdas, y por fin notaba que su esfuerzo y el de Wendel comenzaba a valer la pena. De modo que no quería arriesgarse a arruinar todo eso.

Manfred alentó al muchacho a pasar: - Vamos chico, ahora ya no hay casi problemas, yo estaré en este extremo y mis compañeros en el otro. Cuando pase Arvin te toca, demuestra que vales para seguir en el grupo, sé que puedes... 

Cuando llega mi momento de cruzar, me agarro bien a las cuerdas y comienzo a cruzar

- Fuerza Sarcosano - sin dejar de sostener una de las cuerdas, la otra la sostenía Durghall, el defensor no pudo menos que animar a Arvin al ver que este estaba a punto de caer - No puedes ser menos que un mediano - lo intentó alentar sin tener en cuenta que, hasta donde el sabía, los medianos eran famosos por su agilidad.

- Estamos perdiendo demasiado tiempo, debemos llegar a esas cuevas de un vez - insistió mientras pensaba en la forma de pasar las mochilas que algunos de sus compañeros dejaban a sus pies antes de cruzar "Supongo que lo mas sencillo será atarlas y arrojarlas sobre la grieta" se planteó mientras verificaba como se iba preparando el resto del grupo para cruzar por el inestable puente de cuerda que habían conseguido armar.

Siento que ando muy lento a través de las cuerdas, y en parte lo achaco a los nervios de todo el estrés, si a eso combino la sospecha y la importancia de llegar cuanto antes, la situación me esta sobrepasando cada vez más. Sin ir más lejos, mis propios compañeros están empezando a perder la compostura y todo, básicamente todo, depende de que nos mostremos ágiles y coordinados.

Las palabras de Wendell refuerzan mis ánimos y trato una vez más de que mis piernas respondan y cruzar cuanto antes.

Pero mis movimientos son lentos, quiero acabar cuanto antes, empieza a pesarme en la conciencia de que quizás, no lleguemos a tiempo y una parte de la culpa sea mi propia torpeza.

Después de mi fallido intento por separar las cuerdas, entiendo que me agotaría demasiado en una tarea que no haría demasiada diferencia en la ayuda al resto. Dejo por tanto mis intentos y me preparo para recibir a los que estén llegando mientras observo a los que desean pasar al último.

"El último la tendrá más difícil."

Me preparo para tomar las cuerdas y tirarlas cuando llegue el momento, en caso de que las mochilas o Wendell no consiga llegar al otro lado por su propio pie, para darle la oportunidad de llegar con un buen tirón. Creo tener la fuerza suficiente para alzarlo sin problemas, por lo que me alisto. Estaré preparado por si llega la necesidad.

Tarde del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 17)

La situación con el sarcosano en la cuerda paso de ser preocupante a desesperante, lo que algunos habrían de recorrer en solo un puñado de segundos, a el le tomó cerca de seis muy largos minutos, tantos que hasta el pequeño Mika tuvo tiempo de tomar valor y cruzar por si solo, mostrando gran equilibrio pues llegó al otro lado en muy pocos segundos. Probablemente el pequeño no eran tan inútil, a fin de cuentas era uno de los cazadores del pueblo, uno de los pocos que quedaban.

Manfred avanzó tras Mika, y aunque no se demoró tanto tiempo como Arvin, la expresión de enojo de algunos mostraba ya la desesperación ante la falta de decisión y capacidad. Girolamo y Durghall cruzaron después y como si su hartazgo se manifestara en sus pasos, cruzaron en apenas algo más de diez segundos cada uno, prácticamente caminando con soltura sobre la cuerda.

Las mochilas fueron tarea de Wendell, quien, quedan atrás y cansado ya de la falta de comunión en el grupo opto por simplemente atar las cuerdas para que no quedasen paradas en las profundidades y las arrojo al otro lado, teniendo éxito en su tarea. Así, ya prácticamente todos se encontraban del otro lado, listos para continuar, solo Wendell quedaba detrás, aún con las cuerdas atadas a los postes.

Manfred avanzó tras el pequeño pero estaba tan pendiente del muchacho para que no se cayera que él mismo perdió el equilibrio, y gracias a un rápido reflejo pudo agarrarse a la cuerda en el último momento recuperando su posición inicial. Siguió avanzando aunque el desliz le había costado tiempo tanto para él como para sus compañeros, pero al menos no cayó del artificial puente que crearon. - Gracias por vuestras ideas, dijo una vez que hubo cruzado acercándose otra vez al muchacho y acariciando su cabello rápidamente como muestra de afecto, - muy bien Mika has demostrado tu valor eres un digno miembro de la compañía, le dijo al muchacho para darle ánimos y para que se viera como un miembro más del grupo.

El defensor se estaba poniendo cada vez más nervioso. Sabía que lo urgente era avanzar y una simple grieta se había convertido, lamentablemente, en una pérdida de tiempo.

Por suerte, pese a todas las demoras el grupo había conseguido pasar. Solo quedaban el, y las cuerdas, del lado equivocado de la grita. Con la mayor rapidez que pudo desató las cuerdas de los postes donde estaban atadas y se las anudó a su cintura, antes de dar unos pasos atrás y tomar aire, dispuesto a pasar de la misma forma que había hecho el enano.

- Agárrenlas con fuerza - grito antes de comenzar su carrera hacia la grieta. Con todo, preocupado por el tiempo perdido, su salto comenzó demasiado lejos del borde y fue capaz de darse cuenta, mientras aun estaba en el aire, que no llegaría a su destino.

Desesperado intentó, por lo menos, mantener sus pies por delante, con el fin de golpear en la pared de la grieta con los mismos, mientras esperaba que sus compañeros fueran capaces de ayudarlo a izarse.

He sido muy lento y eso lo vamos a notar, espero que no me guarden rencor, pero no esperaba que esa cuerda se tensara tanto. De todos formos, ver que el niño cruza sin más, me alivia un poco ya que es tiempo que ganamos.

Las miradas, salvo la de Manfred que mantiene la compostura por el niño, son un poema.

No es mi culpa que no todos hayamos nacido para artistas ambulantes y no voy a aceptar cualquier insinuación que diga lo contrario.

Noto que mis pensamientos no són positivos, y trato de relajarme, tenemos que ser cordiales unos con otros, y debo asumir mis fallos. Con un esfuerzo considerable, por mi orgullo, musito un "lo siento" por la tardanza.

Y és sólo entonces cuando me doy cuenta que tras el salto de Wendell, tiene problemas. ¡No puedo perder al hombre con el que más tiempo he viajado!

Me arrimo al borde, gritando:

-¡Agárrate al bastón, te izaremos! -se lo extiendo esperando que le de tiempo a cazarlo, al mismo tiempo que me giro y grito a los demás- ¡ayudadme!

Hay bastón suficiente para que varias manos lo agarren.

Viendo que las caras están un poco desanimadas por el tiempo perdido, podría haber incluso incidido en que no me hubieran hecho caso desde un principio, pero eso no llevaría a ningún lado, solo a malos entendimientos y situaciones que podrían ser desagradables.

Dando unas palmadas vamos, vamos, chicos, que ya estamos al otro lado y a nadie le ha pasado nada. Ahora apretaremos el paso, y listo. De nada sirven las caras larga. Lo hecho, hecho está y ahora toca apretar el culo y el paso, que todavía tenemos que ganar la partida a ese legado presuntuoso. según voy dando las palmaditas, me voy acercando a uno y a otro, asintiendo con la idea de aliviar la culpa de aquellos que pudieran haber sido más lentos.

Ya solo faltaba Wendell, y no dudaba de que lo lograría. Su capacidad física era impresionante, y si el enano había podido, seguramente las fuertes piernas del prospector también le permitirían pasar al otro lado. 

Cuidad.....digo abalanzándome hacia la grieta cuando veo que Wendell se ha quedado un poco corto en el salto, haciendo un amago para agarrarle, más instintivo que útil, pues si lo hiciera, seguramente me arrastraría con él.

Tras un salto, Wendell se precipitó a las profundidades de la grieta sin que nadie de sus compañeros pudiera evitarlo, pero el ereño por suerte estaba atado a la última cuerda que había quedado con él, y con ésta, sus compañeros pudieron detener su caída. El poste al que la cuerda aún estaba atada les daba un fuerte sostén, por lo que solo tuvieron que halar de él hacia arriba para que, por fin, tras más de treinta minutos, todos estuviesen ya del otro lado, listos para continuar con su viaje y su misión.

Tarde del 2° de Halail del año 101 de la edad oscura (Turno 18)

La marcha continuó a través del camino alto hacia las cavernas de la lagrima caída, no había señal de los orcos y el legado de momento, pues estos al ver tomado el camino más largo, en aquellos momentos aún estarían lejos, o al menos eso esperaban los héroes. Una treintena de minutos después de haber sorteado el problema de la grieta en las altas colinas, el grupo empezó un nuevo descenso algo empinado a través de las duras y filosas rocas del camino, lo cual aminoró su paso, pero aún les permitió avanzar a buen ritmo.

Hamil comentó en aquellos momentos si todo aquello era normal, estaban avanzando entre colinas y terrenos difíciles. Quizá se habían equivocado de camino, o quizá les habían engañado y aquel camino no era el más corto. Hamil insistió en ello un tanto, pues consideraba que, con tanta subida y bajada, era claro que un camino plano habría sido más rápido, o al menos ese era su parecer.

Para aquellos momentos, el grupo llego a un bosque, un amplio bosque ya cerca de las fronteras con las fatas. El bosque de montaña no era muy espeso, pero si lo suficiente como para albergar mucha vegetación y vida en los alrededores. El camino, de nuevo cobró una forma reconocible para Ulfrin, pues, aunque estaba ya olvidado por los años y mucha vegetación se había apoderado de él, en aquellas piedras sueltas en el sendero, el enano pudo reconocer la artesanía de sus antepasados. No era la mejor obra de su raza, pero claramente para él, era un camino hecho por y para los enanos.  

El pequeño contratiempo  había quedado atras con algún que otro susto, pero finalmente solo les había llevado mas tiempo del esperado, mas no tenían que lamentar perdida personal o material... bueno o eso esperaba, lo ultimo era algo que debería confirmar cuando pararan y pudiera verificar la integridad de su equipaje.

Ahora avanzaban a buena marcha por el dificil sendero y Hamil dejaba entrever su dudas por la dureza del camino o eso le parecia entender al buen montaraz que seguía sin quitar los ojos del escarpado terreno.

El resto del camino fue relativamente bien, y me alegro de que entre todos pudieramos izar a Wendell. Es lo malo de cuando llevas tiempo con alguién, formas lazos, te encariñas y entonces su muerte te supone un duro golpe. A veces me pregunto si es por eso que mi madre y yo tenemos este estilo de vida, ¿tememos la muerte?

A medida que vamos entrando al bosque fronterizo, mi vista se posa en el enano y en Jonad, creo que ambos són los más adecuados para liderar a partir de aquí, por lo menos en el aspecto geográfico.

Pero, aunque mis pasos les siguen esperando asi no entorpecer más con retrasos adicionales la marcha, no puedo evitar pensar en emboscadas o trampas para animales esperandonos por aquí. Mis sentidos se centran, especialmente en evitar que nos metamos en un nuevo lío, quizás incluso en adelantarnos a él.