Partida Rol por web

Midnight Special

Angelo

Cargando editor
06/02/2019, 00:14
Virgilia Paolicchi

La abuela Paolicchi ensombrecie su rostro. Se vuelve seria y triste. Aparta la mirada bajando la cabeza y retira las cálidas manos de su nieto adoptivo. Se queda pensativa durante unos instantes en los que suspira profundamente.

-Entonces... Ves el futuro. Siento que hayas tenido que ver eso, Angelo. Es peor que el pasado. -Se queda en silencio, de nuevo y vuelve a suspirar. Angelo puede ver que por el rostro de la anciana se debaten varias emociones y no sabe cual es la que acabará saliendo al exterior. Esa mala experiencia contrasta con la belleza bucólica de la luz del atardecer que entra por los grandes ventanales, a través de los cuales se ve gran parte del paisaje de viñedos y las suaves colinas verdes al fondo, como pintadas en lienzo. -Bueno... No te has mareado, cariño, es fabuloso. -Virgilia sonríe ocultando cierta tristeza y pasa la mano por el ensortijado pelo del muchacho. -Además, puedes ver el futuro, eso es que ha evolucionado, tenemos que contárselo al padre Gennaro. ¿Y sabes qué?, no saldré sola a pasear por los viñedos. Así que acabas de ayudar a una persona con tu don, mio figlio. -Sonríe borrando su tristeza. -Tengo que ir a hacerme un chequeo médico. Alessia me lo lleva diciendo mucho tiempo y no le hago caso. Se va a alegrar cuando le diga que llame a ese doctor amigo suyo. 

La mujer se levanta de la silla y se dirige a la encimera de la cocina. Llena un vaso con agua. 

Cargando editor
06/02/2019, 00:30
Amadou

-¡Angeeeelo! -Se oye a Amadou llamar al niño desde la puerta de vidrio que da al campo exterior, con ese acento de mafia italiana con el que, a veces, lo llama. Seguidamente, abre la puerta y se queda en el umbral sujetándola con una mano. -¿Has acabado de merendar?, he terminado los deberes, ¿qué haces, te vienes?, tengo una idea que te va a gustar. -El niño se inclina un poco.-¡Hola, señora Paolicchi! -Saluda alegre. -¡Venga, macho, que se va a hacer de noche...!. Eh, vaya cara llevas, ¿ha pasado algo?.

Amadou lleva la ropa un poco sucia. Algo extraño, pues su madre es maniática de la limpieza. Amadou hoy no ha hecho deberes, ha estado en el campo haciendo, a saber qué. Alguna vez hace eso, miente sobre sus deberes para que Angelo le deje tranquilo. Aprueba siempre por los pelos y su amigo sabe que si se esforzara un poco más, sacaría notas mejores. Pero Amadou tiene otras prioridades. 

Cargando editor
07/02/2019, 15:45
Angelo Paolicchi

Estaba asustado. Observó a su abuela con un fuerte temor, pensando que ella podía morir. - ¿El futuro? pero, pero... - miró a su alrededor confundido quejándose en un tono justo de inconformidad. - ¡Yo no quiero ver el futuro abuela! - protestó el niño. En ese instante no veía la utilidad de saber que cosas malas le podía pasar a la gente.

La nonna intentó calmarle, al menos tenía razón en un punto, no se había desmayado y eso era de agradecer teniendo en cuenta lo dura que fue la visión para un chico de su edad. ¿Las visiones de futuro tienen distinto efecto en mi? - se preguntó interiormente.

El chico no conseguía salir de ese estado de angustia y preocupación. Pero lo que apuntó Virgilia a continuación le hizo ver las cosas de otro color. En todo ese tiempo Angelo se preguntaba como podía ayudar a los demás sabiendo lo que sabía. - ¿Tu crees abuela, te he ayudado a prevenir que pase lo que he visto sobre ti? - la mirada del niño se fue limpiando de negatividad y miedo y volvió a sonreír creyendo que aquello era verdad, que advirtiendo a Virgilia si salía a caminar sola y le pasaba lo que había visto, alguien estaría a su lado para ayudarla.  

Asintió más tranquilo. - Si, haz caso a Alessia. Tengo muchas ganas de ver al padre Gennaro y contarle lo que he visto. - ¿Qué noticias tendría para él? ¿Habrían más casos en el mundo que tuviesen el mismo don que Angelo?

Por el momento la voz de Amadou sacó a su amigo de esos pensamientos y volvió con alegría la vista hacia él, recuperando un poco la sensación de ser un niño, y no un bicho raro con extrañas capacidades que por motivos de edad no estaba preparado para controlar. - ¡Hola Amadou! - trató de no mostrar su preocupación, pero él le conocía muy bien y el gesto de una cara preocupada no se borraba tan fácilmente. - Si, vamos. - realmente Angelo no tenía hambre, y salir de la casa a tomar el aire era lo que necesitaba.

Se dio cuenta de que Amadou iba un poco sucio de tierra y se preguntó que habría estado haciendo por el campo aparte de los deberes, -si es que los había hecho-. Cuando salieron y no estaban a vista de Virgilia le contó la verdad. - Tengo esta cara porque he visto otra visión... Mi abuela se caía caminando por los viñedos y ... no se levantaba, se quedaba ahí tirada... - le daba miedo pronunciar la palabra muerte y asociarla a ella. - Cuando has llegado estábamos hablando de que puede ser una visión del futuro.  - frunció los labios y bajó la cabeza. - Pero no sé... - no le contó que existía el padre Gennaro ni que su caso iba a ser estudiado en el Vaticano.

Cargando editor
11/02/2019, 23:17
Narrador

Virgilia sonríe y asiente, alegre de ver que ha conseguido su objetivo: Tranquilizar a Angelo. Aunque ella no lo muestra, cierta preocupación ronda por su cabeza al saber que algo le sucederá pronto. Mientras bebe agua del vaso, en su mente aparecen imágenes de ella visitando al médico amigo de Alessia. No le agradan los médicos, no cree en ciertos campos de la medicina, pero si hay algo que quiere menos es preocupar a sus nietos, así que hará lo posible. A regañadientes. 

-------------

Cuando Amadou oye las palabras que le confiesa Angelo mientras caminan hacia los confines de la finca, Abre los ojos de par en par y la boca, con un gesto de sorpresa grandilocuente. 

  -¡Pero, qué dices! ¿¡En serio puedes ver el futuro!? -Pregunta Amadou, gritando más de la cuenta y visiblemente emocionado. Angelo se percata de que en una de sus mejillas se aloja una mancha de tierra que no había visto hasta ahora, y en una de sus manos tiene un rasguño con sangra seca. -Angelo, tío, estás evolucionando. Tus poderes están aumentando. -Mira hacia el suelo, pensativo y luego vuelve a mirar a Angelo con su rostro de emoción. -¿Y por qué no te acercaste a tu abuela para levantarla? ¿No has intentado hacer algo durante esas visiones?

Después de un rato andando por un camino de tierra entre dos campos de viñas, llegan hasta una arboleda que hace las veces de límite de los viñedos, aunque aún forma parte de finca. 

-Mira, ven por aquí, te va a molar. -Amadou guía a Angelo a través los matorrales que previamente han sido pisoteados, hasta un minúsculo claro entre varios árboles. En ese lugar, el niño puede ver un proyecto de cabaña rudimentaria, sin techo, cuyas paredes son palés cubiertos por un plástico translúcido. -Lo sé, no la mires así, aún no está acabada. La verdad es que necesito que me ayudes a poner esas maderas como techo. Y luego le echamos el plástico por encima para cuando llueva. -Amadou señala una carretilla con maderas de distintos tipos, y plásticos, sacados de a saber dónde. De fondo, se oye el murmullo de un riachuelo cercano que lleva el agua que alimenta a todos estos árboles.

En ésto se ha entretenido el amigo de Angelo. 

-He avisado a Chiara y Leo para que vengan éste fin de semana. -El muchacho rodea la construcción admirándola. -Estaremos los cuatro y podemos jugar a algo, incluso pescar algún cangrejo ¿A qué mola? -Sonríe de oreja a oreja. Después mira al suelo, un tanto avergonzado. -Bueno... A ti te lo tengo que decir. Me gustan las dos chicas y quiero saber si yo le gusto a alguna. Más Leo, la verdad, porque Chiara... Bueno, es muy guapa, pero a mi me gusta mucho el sol y a ella no. No sé, ¿tú qué opinas?

 

Cargando editor
14/02/2019, 19:53
Angelo Paolicchi

Agitó la mano nervioso, pidiéndole que no gritase. - Baja el volumen, si alguien te escucha va a pensar que estoy loco... - A Angelo le atemorizaba y avergonzaba que su secreto se supiese, no era nada malo pero el chaval no sabía como manejarlo.

- Me parece que si. - comentó al amigo encogiéndose de hombros, no muy seguro de si estaba contento de que su poder estuviese evolucionado. A continuación miró con curiosidad la cara de Amadou observando que tenía tierra y un poco de sangre seca en la mejilla. Levantó una ceja y preguntó. - ¿Así que haciendo los deberes, eh? Tú la has estado liando por los viñedos. - dijo con una sonrisilla que disculpaba la mentira que le había contado. Sabía que su amigo era así de pillo algunas veces y no se lo tenía en cuenta.

- ¿Hacer algo con las visiones? - preguntó muy sorprendido ante la ocurrencia que había tenido. - Otras... - dijo petrificado. - Nunca se me había pasado por la cabeza moverme dentro de las visiones o intentar comunicarme con alguien. La mayoría de veces me quedo paralizado. - caminó pensativo hasta la zona de la arboleda que delimitaba los viñedos y allí vislumbró el ingenioso plan que tenía Amadou, que había estado construyendo a escondidas una "casita del árbol" en versión italiana, rodeada de matorrales.

- ¡Eres un máquina! - dijo riendo. - Tendremos nuestro propio refugio, un rincón secreto fuera del alcance de todos. - eran mayores para jugar a crearse una película imaginando que eran soldados pero a los chicos ese lugar les daría un poco de independencia. Angelo asintió a la idea de ayudarle y se puso a toquetear las maderas de la carretilla con ganas de ponerse manos a la obra.

Fue a sacar una colocando el resto en el suelo clasificando las maderas por orden de grosor y longitud cuando la confesión de Amadou le pilló totalmente por sorpresa dejándole bloqueado. La madera que sostenía en las manos cayó torpemente al suelo y Angelo le miró sin saber que decir.

- ¡Claro! ¡Me parece bien! - ¿qué a Amadou le gustaba Leo? Eso no podía ser bueno para Angelo después del beso que le había dado la niña. - ¿Y cómo has... pensado descubrir si le gustas a alguna?

Cargando editor
18/02/2019, 17:45
Narrador

Amadou se puso a echar una mano a Angelo con las maderas. 

 -Humm... Pues no lo sé, pensaba que me podrías aconsejar. He pensado en quedarme a solas con cada una de ellas. Y luego pues... No sé, darles un beso. Porque preguntar es mala idea, ¿verdad? También... Je, bueno, ésto me da un poco de vergüenza... He ensayado la forma de declararme, pero oí que, a Enzo, una chica le dio un bofetón por decirle que le gustaba y estoy un poco acojonado, la verdad. -Es cierto. El niño se muestra nervioso y acongojado. Traga saliva cuando termina de hablar. 

Una hora después, la cabaña está terminada y lista para el sábado. El sol se oculta tras las suaves colinas y sus rayos anaranjados entran en el claro a través de las ramas de los árboles circundantes. Algunas ranas se oyen croar junto al murmullo del riachuelo cercano. Un aire fresco corre por los viñedos, recordando que estamos en otoño. Los niños se acercan al agua para lavar sus manos y limpiar sangre seca de algunos rasguños. Amadou le comenta alegremente que la cabaña ha quedado estupenda y que para el día que vengan las niñas, tienen que traer música y golosinas. O, ya puestos, gofres de la nonna. 

-----------------

Esa noche, durante la cena, Angelo ve la tele con sus hermanos adoptivos y su abuela. Cuando la nonna prepara su deliciosa pizza, se cena en el salón grande, sentados en los sofás, donde se encuentra el enorme televisor. Flavio deja el canal de noticias internacionales en una de sus excursiones televisivas haciendo zapping. 

Angelo, junto a los demás, puede ver la noticia de la niña que parece encerrada. La está viendo de espaldas, desde atrás, en la silla de ruedas... Pero algo ocurre. Uno de sus flashes. 

Durante una décima de segundo, aparece frente a sus ojos la imagen de la niña vista desde el frente. La muchacha parece mirarle a los ojos. Después desaparece y la noticia continúa. Ha sido tan brusco, que Angelo da un brinco en el sofá. Los demás lo miran extrañado. 

 -¡Eh! ¡Cazzo! ¿Qué pasa? ¡Qué susto me has dado! -Dice, alterado, Flavio. 

La nonna y Alessia se miran y luego miran a Angelo. El niño puede percatarse de que ese flash ha sido de los suyos. Nadie más parece haber visto la imagen. Pero es extraño. Sólo una milésima de segundo y parece actual, aunque esa escena de la niña estaría grabada de mucho antes.

- -Andiamo, Flavio, esa boca. 

-Lo sé, nonna, disculpa. El mocoso éste me ha asustado. -Para relajar tensión, Flavio pasa su mano por el, siempre enmarañado, pelo de Angelo y lo remueve. Típico gesto suyo. Después da un enorme mordisco a su porción de pizza. 

Notas de juego

Supongo que habrás visto la última noticia de la escena Noticias Internacionales. Si no es así, es necesario que la leas, xD

Cargando editor
20/02/2019, 13:34
Angelo Paolicchi

¿Aconsejar yo? - pensó riéndose interiormente. Amadou no sabía lo que le estaba pidiendo. ¡Si él no tenía ni idea de como tratar a las chicas! Las mujeres con las que había tenido más relación eran la nonna y Alessia...

- Ehm... - hasta esa parte tutto bene, pero lo que vino después despertó en Angelo un calor intenso en su pecho, algo parecido a la rabia que no era otra sino celos al saber que Amadou tenía pensado besar a Leo. Angelo tenía edad para estar enamorado de una chica pero no sabía hacia donde dirigir y como controlar sus emociones. - Si les das un beso a cada una seguro que se enfadan. ¿Sabes?. Porque... si la otra se entera de que también le has besado se sentirá mal al pensar que no significa nada especial para ti. Alguna de las dos te tiene que gustar más... - ¿se podía ser más bueno? Hasta ahí llegaba la capacidad del chico para luchar por quien le gustaba. La amistad estaba por encima de lo que sintiese.

Tras un rato de trabajo colocando las maderas ambos contemplaron su cabaña con una sonrisa en la cara. Música y dulces parecía una buena combinación para invitar a las chicas y pasarlo bien. Lo que ocurriese el sábado quizás cambiase su perspectiva respecto a quedarse callado y no decir lo que sentía por Leo.

***

Por la noche tocaba cena con la familia y disfrutar de la pizza casera que cocinaba la nonna. Estaba junto a sus hermanos adoptivos sentado en el sofá comiendo sin prestar mucha atención al televisor, pero solo hasta que vió la noticia internacional de una niña vista por detrás cuya imagen se había transmitido a muchos hogares estadounidenses independientemente del canal de emisión. Relacionaban el hecho con otra noticia de la que Angelo no tuvo conocimiento hasta ese momento. La electricidad se había venido abajo en varias ciudades y nadie sabía porque.

De repente le vino el flash de esa niña pero vista de frente, llena de cables. Su cara era lo peor, además pareció que le devolvió la mirada como si de verdad pudiese verle. No había visto a nadie con tanto odio en los ojos. Angeló saltó de la silla asustado y cuando volvió en si la mano de Flavio estaba en su pelo dándole vueltas a sus rizos. Miró descolocado a todos y se levantó de la silla. - ¿Lo habéis visto? - se acercó al televisor y lo tocó nervioso. - No creo que sea una broma. - dijo muy serio. - Han secuestrado a esa niña y no está bien. - su mirada se fue a la nonna y Alessia. Flavio no sabía nada de su don pero Angelo estaba nervioso y no se controló. - ¡Le he visto la cara!

 

Notas de juego

La había leído en su momento pero he tenido que repasar :)

He optado por abrir un poco el personaje porque creo que puede sacar algo positivo si Flavio se mete con él, igual que con el tema Amadou-Leo.  

Cargando editor
22/02/2019, 14:45
Narrador

Tanto Alessia como Virgilia se muestran incómodas. 

 -Angelo...

 -No... Déjame a mí, nonna. -La muchacha interrumpe a su abuela y se levanta del sofá para dirigirse hacia Angelo. 

 -¿Pero qué haces? -Dice Flavio. -Por desgracia, hay mucha gente secuestrada ahora mismo en el mundo, no podemos ir a salvarlos, ja, ja, ja, é pazzo. Que la ha visto, dice. -Comenta, mirando a la nonna, la cual le devuelve la mirada, seria. Flavio también se pone serio. -Andiamo, nonna, ¿qué he dicho? ¿No es verdad?... -Al ver el rostro de la anciana, el muchacho se calla. Mira hacia su plato y murmulla. -No entiendo nada. Nada.

-Angelo, vamos, anda. Ven conmigo. -Alessia agarra a Angelo por el brazo, cariñosamente. 

-¿Ma che cosa...? ¿Qué pasa aquí? -Mira desconcertado a Virgilia y también a Alessia y a Angelo. 

-Ja, ja, éste Angelo... ¿No estás muy mayor para esos juegos? Anda, termina la cena. -La nonna cambia de estrategia.

-No, nonna. Viene conmigo a la cocina un momento. 

-Me estáis ocultando algo. Ale... -Continúa Flavio, con cara de circunstancia. Mira a la Virgilia de nuevo. -Nonna... No me lo puedo creer.

A pesar de que Flavio es más diligente, frío y brusco, Alessia, más cariñosa, paciente y dulce en el trato, se atreve a desafiar a Virgilia con más frecuencia. El muchacho respeta a su abuela sin límites, como un soldado a su general. Alessia, sin embargo, lleva el cauce de una situación usando otros medios. Es capaz de ser muy persuasiva sin que uno se dé cuenta. Se podría decir que forman un equipo ideal. 

-Flavio, no digas eso, no te estamos ocultando nada. Ha debido de ponerse nervioso por algo, ya sabes cómo es. -Dice Alessia, intentando tomar las riendas de la extraña situación e ignorando las intenciones y voluntad de Angelo. -¿Vamos, Angelo? Échame una mano a traer el postre. -Otra mirada fugaz entre Virgilia y Alessia.

Notas de juego

Me parece perfecto, me gusta mucho cómo los estás llevando. Eso sí, Alessia y Virgilia no saben nada de eso... Así que actúan en consecuencia. ;)

Cargando editor
22/02/2019, 16:16
Angelo Paolicchi

Nunca fue capaz de entender porque Flavio le trataba con frialdad y le decía cosas desagradables. Nunca se atrevió a preguntarle la razón directamente a él, y mucho menos a Alessia y a su abuela. Estaba agradecido de que le hubiesen acogido pero era evidente que Flavio no le quería.

Lo único que el niño alcanzaba a deducir por su actitud hacia él es que no le gustaba su forma de ser, había algo en Angelo que disgustaba mucho a Flavio pero no sabía qué era, porque él se consideraba un buen chico y nunca había mostrado su enfado hacia sus desprecios encubiertos en forma de broma.

El gesto habitual de revolverle el pelo como si nada pasase se iba a acabar esa noche. Había aceptado que las pullas de su hermano mayor se le clavaran hasta dentro del corazón haciéndole daño, porque él si le quería, pero estaba harto de soportar esa carga en su propia casa. La casa de los Paolicchi también era su casa le gustase a él o no, por lo menos hasta que la abuela viviese. Angelo no tenía que pedir permiso para vivir en ella ni tampoco disculpas.

 

 

- ¡¿Por qué te ríes de mi?! - gritó a Flavio nervioso con los ojos humedecidos. Angelo no era esa clase de persona, el conflicto no iba con él, tenía las emociones siempre a flor de piel y no era capaz de mantenerse frío como otra persona. - ¿Qué te he hecho, Flavio? ¿No me porto siempre bien? ¿Por qué me odias tanto? - se puso rojo y sus ojos se abrieron a las lágrimas. Un llanto puro y desgarrador se apoderó de él. El llanto de un buen niño que no entendía porque su hermano adoptivo no podía quererle aunque solo fuese un poco.

Alessia ya estaba cerca de él en ese instante cuando explotó y Angelo se abrazó a ella escondiendo la cabeza en su pecho mientras temblaba y sollozaba sin entender porque la vida parecía tan complicada para él. Que le había hecho al mundo, que delito había cometido al nacer para ser castigado con un don que le impedía ser normal como los demás niños y crecer sanamente.

Notas de juego

Me está quedando un niño muy sensiblero pero a mi me gusta que sea así, xD. Igual tendría que haber sido Angela, jaja.

Si más adelante hubiese una segunda partida con ellos de mayores también seria interesante :) o tal vez contemples que pasen unos años y juguemos con ellos de mayores aquí.

Cargando editor
26/02/2019, 15:31
Narrador

Flavio mira a Angelo con el rostro muy serio, casi asustado. El muchacho es poco expresivo, pero se adivina cierta sospecha de que piensa que se ha sobrepasado. Durante un momento parece no saber qué responder a la molestia de Angelo. 

 -Venga, Angelo, no te pongas así. Sólo bromeo, no sabía que te molestaba, no es para tanto. -Contesta mientras gesticula con las manos al estilo italiano. 

Virgilia se pone de pie. 

 -¡Ya está bien! Angelo tiene razón. Desde el principio no lo quisiste en esta casa, ¿te crees que no me doy cuenta? Ese dolor lo llevo aquí dentro. -La mujer está alterada y Angelo puede verla como a una anciana, como si estuviera más débil de la cuenta a pesar de lo fuerte que es. 

-Nonna, no. No es eso, es sólo que... -Flavio le contesta sentado aún en el sofá, mirando hacia arriba, hacia el rostro de Virgilia.

-¡Es como yo digo! No me rechistes. -La nonna se pone colorada. Flavio se calla durante un momento.

-...Me he asustado, nonna, no me esperaba eso. ¿Tú ves normal la reacción de Angelo a la... -Sigue Flavio.

-¡Flavio! Me estás cabreando y no voy a tolerar estos tratos. ¡Sois hermanos! ¿Capisci? ¡Hermanos! -Flavio guarda silencio durante otro rato y mira a Angelo. No parece muy alterado, pero las ganas de seguir contestando no han desaparecido. Alessia mira la escena en silencio. 

 -Vamos, Angelo, ve a la cocina. Ahora voy contigo. -Le susurra al niño durante la pelea de Flavio con la abuela.

-No me merezco ésto, nonna. No me lo merezco. Estoy sorprendido con lo que está ocurriendo y no entiendo nada. -Flavio contesta a su abuela, de nuevo, bajando la cabeza, apartando la mirada de Virgilia.

-¿¡Es que no te he enseñado modales!? -La anciana, alterada, apunta con el dedo acusador a su nieto. -Soy vieja, pero no imbecille. No te hagas el idiota conmigo, ¿capisci? ¡No pensé que llegaría el momento en que me tratárais como a una vieja idiota, siendo condescendientes! -Virgilia aumenta su enfado. Siempre fue una mujer fuerte, generosa y orgullosa. Fue capaz de llevar todo hacia adelante y no consentirá que la menosprecien y la traten con condescendencia, por muy mayor que sea, mientras esté en sus cabales. 

-Nonna, no te alteres más... -Interrumpe Alessia, preocupada.

-¡Pide disculpas a tu hermano! -Continúa la anciana sin hacer caso a Alessia.

-Andiamo, nonna, no creo...

-¡Ahora, cazzo! ¡Y no vuel... Ahhh... -El rostro de la mujer se vuelve pálido y se lleva una mano al pecho. Seguidamente cae sobre el sofá, aún consciente.

-¡Nonna! ¡Nonna! ¡Alessia, ayúdame, vamos a meterla en el coche! ¡Nonna! -Flavio se levanta como si tuviera un resorte y se acerca a su abuela a atenderla. 

-¡No! ¿Qué le pasa? Maledizione... -Alessia se acerca corriendo también mientras Virgilia, con la mano en el pecho, mira al techo con los ojos abiertos de par en par y el terror dibujado en su rostro. -Es mejor que llamemos a una ambulancia, Flavio.

-No, tardará mucho en llegar... -Responde Flavio.

-¡Pero tienen medios para atenderla! Debe estar en reposo, parece un infarto, Flavio. Abuela, tranquila, respira, no te alteres, respira tranquila, relájate lo que puedas para que el corazón trabaje despacio. -Interrumpe Alessia.

-No puedo dejar que se muera, Ale, agárrala por ese brazo, la sentaremos en el coche. Escúchame, será un momento y tardaremos en ir al hospital lo mismo que la ambulancia tardará en venir hasta aquí. 

Los dos se miran, midiéndose. Como si miraran a su otro yo, al lado opuesto de su personalidad. 

-Está bien. -Dice Alessia. 

-¡Angelo, toma las llaves de mi coche, abre la puerta trasera e inclina el asiento delantero hacia adelante! -Ordena Flavio al niño. Seguidamente, los dos agarran a Virgilia, uno de cada brazo, de forma que pueda caminar despacio y sin hacer esfuerzo. 

Si Angelo decide obedecer a su hermanastro, Virgilia será llevada al coche, entre quejido y quejido, con náuseas, introducida en el vehículo y los dos hermanos se marcharán, a toda velocidad, a través de la carretera secundaria que lleva hasta Arezzo. Alessia pedirá a Angelo que se quede en casa, se mantenga en contacto y que si tardan, se vaya a dormir.

Cargando editor
02/03/2019, 20:14
Angelo Paolicchi

El niño se agobió al instante cuando la nonna y Flavio se enzarzaron en una discusión que no debía haberse producido pero que tarde o temprano tenía que estallar.

Miró asustado a una y otro con un revoltijo de nervios en su estómago dando vueltas. Los reproches de Virgilia fueron subiendo de tono mientras Flavio intentaba quitarle hierro al asunto mostrando su asombro por la actitud de su abuela defendiendo a Angelo, pero la verdad era que la nonna tenía razón. Ella lo había sabido desde el principio y Alessia también. Angelo no era de su sangre y su hermano adoptivo no quería hacerse cargo de él si algo le pasaba a Virgilia.   

La anciana impuso la voz sobre la de su nieto y le recriminó que no la tratase como a una vieja inútil que no se enteraba de nada. Angelo no estaba contento con la situación, respiraba ansioso y se sentía culpable por todo lo que había desatado con su comentario. No podía estar bien viendo el estado de nervios de Virgilia.

- Por favor no os peleéis por mi culpa. Yo... no quiero que estéis enfadados. Sois familia y yo no soy nada, no soy nadie en esta familia. - pidió llorando el chico, usando un tono de voz triste como lo que allí estaba pasando. Su hermana adoptiva le pidió que fuese hacia la cocina pero Angelo no quería moverse. La abuela exigió que Flavio se disculpase y ocurrió lo que nadie quería. La subida de tensión provocó un ataque al corazón a Virgilia y todo se precipitó para mal.

- ¡Nonna, Nonna, no te mueras por favor! - gritó Angelo corriendo a su lado para cogerle la mano mientras sus hermanos adoptivos discutían que hacer, si llevarla en coche al hospital o llamar a una ambulancia. Después de todo lo que había pasado por su culpa, se limpió las lágrimas y asintió a Flavio sin tardar en hacer lo que le había pedido. Abrió el coche y esperó a que metieran a la anciana en la parte trasera. - ¡Lo siento mucho Nonna! - siguió llorando pensando que se iba a morir.

Cargando editor
07/03/2019, 18:29
Narrador

Cuando Angelo entre en casa, después de que sus hermanastros lleven, a toda velocidad, a Virgilia al hospital, notará el silencio del hogar en la noche. Solo interrumpido por el viento otoñal y el televisor, que aún se encuentra encendido en el salón. Los restos de la cena reposan sobre la mesa baja de madera noble, que hace las veces de mesa de café cuando Virgilia invita a sus amigas o a algún cliente especial. Terrible momento para quedarse solo, y más, a posteriori de su última visión. 

Las horas pasan y Angelo no recibe noticias de Alessia o de Flavio. No sabe si es buena o mala señal. Se hace tarde y llega el momento de dormir. 

Cuando el muchacho se acueste en la cama para dormir, le resultará difícil conciliar el sueño debido a las recientes emociones. El fin de semana se presenta con demasiados interrogantes. ¿Se recuperará la nonna? En caso de que pueda ir a la cabaña con sus amigos, ¿qué ocurrirá con Amadou y Leo? ¿Y con Leo y él? Como colofón, el lunes tiene una cita con el padre Gennaro que abre más interrogantes. Definitivamente, no es fácil dormir con todo eso en la mente.

El niño pasa más tiempo del deseado dando vueltas y vueltas en la cama, inquieto, hasta que recibe un mensaje:

 Ale

 

 

Angelo, la nonna está bien. Flavio vuelve a casa, yo me quedo a pasar la noche con ella hasta que se   estabilice. Que descanses, Muack.

Es agradable ver que Alessia le habla como a un adulto y que ha sabido que el niño estaría nervioso y no podría dormir. 

Una incógnita resuelta. Algo que ayuda a dormir a Angelo en ésta madrugada. 

--------------

Pero después de tantos sobresaltos mentales, algo ha despertado en el interior de Angelo. El sueño de esta noche, como los hechos ocurridos durante las últimas semanas, marcará un antes y un después en su vida:

Las primeras imágenes muestran lo que parece un oscuro túnel urbano. Una vía de metro abandonada, iluminada por luces de una hoguera cercana. Las paredes están cubiertas de moho y se oyen voces lejanas incrementadas por el eco. Angelo mira hacia el suelo y ve que camina sobre el lugar donde debería haber una vía y no la hay. Es extraño que el lugar parezca estar abandonado, pero hay vida. Voces, basura, y luces lejanas y hogueras. En las paredes reposan letreros metálicos cubiertos de óxido, antiguos, como del siglo pasado, escritos en perfecto inglés. Contrastan con la tipología de letra actual, escritas también en inglés, sobre bolsas de plástico y latas de refresco que hay esparcidas aquí y allá. Las imágenes terminan pasando a un fundido en negro. 

Las siguientes muestran una azotea, en lo alto de un edificio desde el que puede verse una ciudad. El muchacho mira a la derecha y ve a un niño, a su lado, mirando hacia la lejanía. Angelo no sabría decir si es chico o chica. Tiene el pelo rubio, liso, a media melena, es delgado, de piel clara y parece cabreado. Fundido en negro.

La pequeña ventana desde el interior de un avión. Fuera puede verse una isla. 

El avión vuela en dirección a esa isla y, a través de la ventana, se puede apreciar cómo atraviesa las nubes y, el trozo de tierra que flota sobre el mar va haciéndose más grande y nítido hasta que se vislumbra una pista de aterrizaje. Angelo mira a su derecha y a su lado está sentada la que cree que es su madre. Ese rostro que el muchacho ha visto en varias ocasiones, en sueños. La mujer lleva un bebé en brazos. Es distinto al rubio que vió en la anterior ocasión. Éste tiene la tez más oscura y el pelo negro. Angelo observa que el bebé lleva un pendiente, por lo que parece ser una niña. Todo se vuelve negro, de nuevo.

La misma azotea de antes, ésta vez el cielo muestra el anochecer. Angelo mira a su izquierda y ve un chico castaño, de ojos claros, no muy alto. Su rostro se muestra inquieto, pero después sonríe. Angelo puede ver cómo ese niño se convierte en el mismo Angelo. Por un momento, tiene delante a un clon sonriente de sí mismo. 

Uno no elige lo que sueña ni durante cuánto tiempo ¿O es cierto eso que dicen de que se puede llegar a controlar lo que sucede? En cualquier caso, la noche pasa y Angelo despierta casi al mismo tiempo que vibra su móvil.

POM, POM

 -Eh, Angelo, ¿estás despierto? He preparado el desayuno... Ehm... Te espero abajo. Hoy estamos solos. -Un silencio. Poco después, se oyen los pasos de Flavio bajar las escaleras, desde detrás de la puerta de la habitación de Angelo.

Si Angelo mira el móvil en éste momento, verá que tiene un mensaje.

  Chiara

 

 

Buenos días, Angelo! :DDDDDD Te he despertado? Me dijo Amadou que hoy quedábamos en tu finca, pero no sé cómo ir. Me puedes mandar la ubicación? Pufff, mi madre casi no me deja :(( no entiendo por qué me protegen tanto. Ya no soy pequeña joder. 

escribiendo...

Ah, Leo viene conmigo, pasa a recogerla mi padre, así que iremos juntas. Ciao!

Casi se interrumpe con uno de Amadou. 

  Amadou

  

 

Angelico! Hoy es el gran día. Ya lo tengo casi todo preparado... Tú tranquilo, eh? Sigue durmiendo que ya lo termino yo :P

Notas de juego

Los dos chicos que ves en tu sueño son, respectivamente, Trenty y Joss. No he puesto imágenes para no spoilearte. Como sueño que es, es un poco onírico, pero algunas cosas son reales, :P

Cargando editor
09/03/2019, 16:02
Angelo Paolicchi

Las emociones de Angelo se parecían a una montaña rusa. No podía dejar de pensar en su nonna, en lo que su actitud había provocado en la familia que le había acogido, poniendo su vida en riesgo por puro egoísmo. Por mi culpa ha tenido un infarto.

Metido en su cama, enroscado como un ovillo dejó que su tristeza saliese hacia afuera, unas pocas lágrimas de culpa asomaron por sus ojos. Quería dejar de ser un problema para los Paolicchi, porque eso es lo que era, un problema. Por primera vez el niño tuvo pensamientos negativos y preocupantes, pues fantaseaba con desaparecer del mundo en el que vivía para no estorbar más a los demás.

Finalmente el cansancio le pudo pero antes de cerrar los ojos rezó por la nonna un padre nuestro para que se pusiese bien. A cambio del favor divino pidió que algo malo le pasase a él. En ese instante un mensaje de Alessia le avisó que Virgilia había sobrevivido y salió del bucle en que se había metido. Cogió el móvil y se limpió las lágrimas. Tecleó un mensaje breve.

Siento mucho lo que ha pasado. Un beso a las dos y que durmáis bien.

 

 

Al despertar por la mañana la cabeza de Angelo daba vueltas. Estaba empapado en sudor, le costaba acompasar su respiración y moverse. Había tenido un sueño tan extraño, y a la vez tan vívido... la sensación en su cuerpo era que se había desplazado hacia aquellos lugares remotos que había visto con tanto detalle, además los niños cuyos rostros no conocía le hicieron dudar sobre si verdaderamente existían. Todavía sentía una mezcla de sorpresa y miedo cuando recordó el pasaje del sueño donde uno de ellos se convertía en él y le sonreía.

Angelo pensó que aquel sueño debía de tener algún significado oculto porque su supuesta madre también aparecía en él con otro bebé. Quizás su don había evolucionado otra vez. El infarto de la nonna le había sido revelado, no en el escenario de los viñedos como había visto en la visión, pero a fin de cuentas sucedió.

- ¡Si, estoy despierto! ¡De acuerdo Flavio! - respondió de forma marcial y automática a su hermano adoptivo, como lo haría un militar hacia un superior. Su cabeza estaba concentrada en el sueño y desayunar con Flavio iba a ser sin duda complicado. Cogió su cuaderno de dibujo y unos lápices y bajó al salón. Quería dibujar lo que había visto pero no tenía ni un momento de tranquilidad. El móvil le vibró con notificaciones de whatsapp que no miró. Ni siquiera se quitó el pijama.

Entró en el comedor con la mirada baja y se sentó en la mesa. No sabía bien que decir a su hermano pero se esforzó por ofrecer una disculpa sincera.  - Yo... siento lo que pasó anoche. El disgusto que le dí a la nonna. - frunció sus labios disgustado. - No quería que nada le pasase a ella... lo siento. - más allá de las disculpas no se sentía con capacidad para hablar abiertamente con Flavio de lo que le había reprochado. 

Notas de juego

En el siguiente post dibujará lo que ha visto y responderá a los whatsapps, que ahora mismo está turbado y no da para más, xD.

Cargando editor
14/03/2019, 00:06
Narrador

Flavio está en la cocina y, poco después, aparece en el comedor con una bandeja en cada mano. Las deja encima de la mesa y coloca una delante de Angelo. La otra, en el asiento de enfrente y se sienta. 

Angelo puede ver que Flavio le ha preparado un desayuno bastante completo: Un tazón de leche, cereales, cuatro tostadas, mermelada, Nutella y un zumo de naranja. Para Flavio es mucho más simple y similar al que toma todos los días: Un tazón de leche con miel, copos de avena, un kiwi, un café espresso y un vaso de agua. Quizás no tiene claro lo que Angelo prefiere y no ha querido arriesgar, quizás intenta hacer las paces a su manera. 

Entonces, Angelo habla primero y se disculpa.

 -Ejem... -Carraspea Flavio, con la mirada puesta en su bandeja. -No te disculpes. No ha sido tu culpa. -Continúa con la mirada baja, sin mirar a Angelo directamente. -En parte, no es culpa de nadie. Esas cosas pasan, la nonna es mayor, y... En parte es culpa mía por discutir con ella. -Posa sus brazos sobre la mesa, a ambos lados de su bandeja y mira al niño, serio. -Angelo. No me gustas, es la verdad. No estoy de acuerdo en que estés con nosotros y si a la nonna le ocurriera algo, Dios no lo quiera, no me hace gracia compartir nada contigo. Pero yo no tomo esa decisión, igual que no es decisión de nadie tener un hermano. La nonna lo decidió así y respeto su decisión y te respeto a tí. -Hace una pausa, y antes de que Angelo diga algo, continúa. -Sé que eres listo y que te puedo hablar como a un adulto. No puedes pedirme que sea tu amigo, pero como hermanastro y familia, sí que puedo ejercer. Igual te pido. No necesito tu amistad fraternal ni que finjas nada. No nos caemos bien... No pasa nada. Cada uno por su lado y si necesitas algo, aquí estaré. Tal vez, el tiempo cambie las cosas, pero ahora es así. No estoy enfadado contigo- -Otra pausa. -¿Vale? -Baja la mirada, de nuevo, con el rostro sereno y empieza a desayunar. No sin antes echar una mirada fugaz a los útiles de pintar de Angelo, sin decir ni una palabra más. 

Cargando editor
14/03/2019, 15:43
Angelo Paolicchi

Al niño no le pilló de sorpresa lo que Flavio le dijo, no del todo. Durante años había demostrado que su presencia le incordiaba en la casa ya que él no había elegido adoptarle, la única diferencia ahora era que lo había verbalizado y Angelo ya no tenía dudas de que esa relación nunca sería fluída y afectuosa por parte de los dos.

- Gracias por... el desayuno. - respondió educadamente, pues una cosa no quitaba la otra, y Flavio le había sugerido mantener una relación cordial. Cogió un puñado de cereales de chocolate y los echó dentro de un tazón con leche caliente. Los removió pensativo con la cuchara. De su parte no estaba de acuerdo con lo que había dicho sobre que no hacía falta fingir un amor fraternal, Angelo nunca había fingido, le tenía estima de verdad, pero no dijo nada al respecto porque sintió que sus sentimientos estaban fuera de lugar y no valía la pena. Cuando él creciera seguramente entendiese mejor la posición de Flavio. - Está bien. - dijo asintiendo. - Supongo que no hace falta parecer cercanos delante de la nonna porque ya sabe como pensamos cada uno. - dió una primera cucharada a los cereales y siguió desayunando tranquilo.

Cuando terminó de comer ayudó a recoger la mesa y guardar lo que había sobrado para la merienda. Se sentó en el sofá y sacó todo lo que necesitaba para dibujar a las personas de su sueño.

Cerró los ojos y se concentró en los rostros de los niños, su supuesta madre y la bebé del pendiente. Sus manos trabajaron rápido con los lápices de distinta intensidad, creando las sombras y brillos de sus facciones.

 

 

 

Pasó toda la mañana dibujando y cuando terminó su trabajo, observó el collage de su sueño plasmado en una sola hoja. Miró uno a uno a todos y la pregunta más evidente se formuló en su cabeza. - ¿Existís realmente? Me llamo Angelo Paolicchi, tengo 12 años y vivo en Arezzo. - repitió aquel mensaje con la esperanza de obtener alguna respuesta. Después revisó su móvil y respondió a los mensajes de Chiara y Amadou.

Angelo escribiendo...

Que va, ya estaba despierto Chiara, xD, perdón por responder ahora tenía cosas que hacer. Hemos quedado en mi casa para enseñaros una sorpresa, es genial que vengáis las dos! :D. Te copio la dirección más abajo.


Angelo escribiendo...

¿Que estás tramando Amadou? xDDD ¿seguro que no quieres que te ayude? si te hace falta alguna cosa dímelo :)

Cargando editor
18/03/2019, 21:58
Narrador

Angelo no está seguro si las personas con las que ha soñado existen o están vivas, pero envía un mensaje mental a los destinatarios reflejados en sus dibujos. De momento, no sabe si ha tenido éxito, el tiempo lo dirá. 

  Amadou

 

 

Que morro tienes, tío... xDD. ¡Era coña! ¡Claro que quiero que me eches una mano! Me has dejado solo y te quedas tan pancho, xDDD

escribiendo...

Aunque, ya, da igual, ellas tienen que estar al llegar. ¡Ah, trae algo dulce de tu abuela! Lo que pilles por ahí, que está todo buenísimo, ;P

escribiendo...

Nada, no te preocupes, os espero aquí. Así les enseñas el camino. Que nervios, macho... :SS

  Leo

 

 

¡TOC, TOC! ¡Hola, Angelito! :DDDDD

escribiendo...

Creo que hemos llegado, pero la puerta está cerrada. ¿Vienes a abrirnos? :DD

Flavio, que se había marchado a preparar sus cosas para ir a relevar a Alessia al hospital, aparece en el salón con una mochila. Se asoma a través de los cristales de la enorme y elegante puerta de entrada. 

 -Eh, parece que ha venido alguien ¿Tu sabes algo, Angelo?

Cuando el niño le responda, Flavio se dirigirá al portero automático y abrirá, muy amablemente, la cancela para que entre el vehículo del padre de Chiara, después de saludar al hombre. 

-...No sabía que teníamos invitados. Bueno, tened cuidado si entráis en casa. Me voy al hospital. Después vendrá Ale. Ciao. -El joven sale de la casa y se dirige, con una sonrisa, a saludar al padre de Chiara y hacer de relaciones públicas. La imagen es lo primero que entra por los ojos y Flavio lo sabe. 

Independientemente de si Angelo sale a recibir a las niñas o no, Flavio se marchará, en su "GLA" dorado. El padre de Chiara, conforme con la situación y la buena imagen del joven, se marcha contento y dice a Chiara la hora a la que regresará a por ella. Después de un momento, Chiara, Leo y Angelo estarán solos y podrán dirigirse hacia la cabaña donde les espera Amadou. La albina está especialmente guapa y sus gafas de sol le dan un aire travieso. Leo, más natural, también luce guapa y resplandeciente, a los ojos de Angelo.

Una vez que lleguen allí, después de recorrer el camino entre viñedos, oirán música que irá aumentando el volumen paulatinamente, según se acerquen. 

Angelo ve cómo Leo se lleva una mano a la frente cuando ve que Amadou luce gafas de sol que se antojan innecesarias. Chiara abre la boca, sorprendida, al ver la rudimentaria edificación. 

 -¡Ooh, Amadou, cómo mola, ja, ja, ja! Qué bien os lo habéis montado. -Comenta la niña de pelo blanco.

 -Ja, ja, mola, ¿eh? Me alegro de que os guste. -Amadou se acerca, educado, a dar dos besos a sus amigas. El chico parece haber crecido un par de años ésta mañana. 

Cunado todos se reúnen en el interior, observan que Amadou tiene una mesa preparada con varios tipos de snacks y refrescos. Amadou muestra, como si de un tesoro prohibido se tratara, una botella de amaretto "Lazzaroni" sustraída de su casa. Si Angelo ha traído algo de su casa, Amadou le indicará dónde dejarlo. La música surge de un altavoz bluetooth conectado al móvil del niño. 

 -¡Si, es genial, chicos! Espero que podamos venir más a menudo. Por cierto, bonita casa Angelo, éste sitio es... maravilloso. -Dice, mirando al exterior, a los viñedos bañados por el sol, a través de la portezuela mientras bebe un refresco de cola.

-¡Pues claro, siempre que queráis! ¿Verdad, Angelo? -Contesta Amadou.

-Eh, Amadou, ¿bebes cosas con alcohol? -Pregunta Chiara, curiosa, apuntando con su vaso de naranjada hacia la botella de amaretto. 

-Qué va. Pero la vi abandonada en casa, sé que mi hermano dice que está muy bueno con granadina y la he traído por si lo probábamos, ja, ja. -Ríe, nervioso, el amigo de Angelo.

-Yo... lo probé una vez. En una fiesta en casa, del vaso de mi madre cuando no miraba. -Habla Chiara y se sonroja, algo que se nota demasiado en esa tez blanca. -Amarga un poco, pero está bueno. Mi madre le había echado lima y otra cosa roja, creo. Sabía como el caramelo de las piruletas, ja, ja. 

-¡Uuuh, qué secretos guarda Chiara, ja, ja, ja! -Comenta Leo rodeándola con un brazo, amistosamente, y provocando que se sonroje aún más. Todos ríen. -Pues yo nunca lo he probado, y no sé, me da un poco de palo. Tendríais que convencerme, ja, ja, ja. -Mira a Angelo, de reojo, durante un par de segundos. 

Cargando editor
25/03/2019, 14:28
Angelo Paolicchi

Angelo escribiendo...

Lo siento tío! pensaba que lo tenías todo bajo control, xD s___s pero vale no hay problema, miraré en la cocina a ver que encuentro. La nonna siempre cocina dulces de sobra :D. Te veo ahora, no tardarán en llegar!

El mensaje de Leo le puso nervioso, aunque ya estaba nervioso de antes por todo lo que había sucedido en su casa. A eso se sumaba las intenciones de su amigo Amadou queriendo probar suerte con ambas chicas. ¿Se iba a quedar de brazos cruzados como un idiota mirando como le robaban a la chica que le gustaba? Angelo se había enfrentado a cosas peores, pero a esa edad declarar tus sentimientos a quien te gusta no era nada fácil.

Angelo escribiendo...

Hola! si, ahora voy a abriros, esperad un segundo, que estoy con las manos en la masa :DD

Estaba poniendo los dulces de la nonna envueltos en papel de aluminio y unos platos de papel de cuando celebraban cumpleaños, cuando sonó el timbre de la puerta. - Son mis amigas! Puedes abrirles Flavio? - le pidió atareado mientras lo metía todo en una cesta de mimbre que usaban para los picnic. Además cogió unas cocacolas. - Estaremos bien. - asintió conforme a lo que le dijo su hermano adoptivo. - Vale, saluda a Alessia de mi parte y a la nonna, tengo muchas ganas de verla. - el trato entre ellos era más frío que antes pero igualmente cordial.

Después de eso salió a recibir a las chicas, que habían llegado especialmente guapas. Se fijó en Leo, su pelo estaba recogido por un lado con un pasador de color azul claro del mismo tono que su vestido. Nunca había visto a Leo tan guapa. - Ciao chicas. - les saludó feliz con una sonrisa. Hubiera querido decirles lo guapas que estaban en ese momento pero era muy tímido para hacerlo. - Vamos, acompañadme. Amadou está esperándonos en un lugar secreto. - rió cargando la cesta con comida y las guió por los viñedos, siguiendo la música de fondo hasta donde estaba la cabaña.

La cara de poker que se le quedó a Angelo cuando vió a Amadou desenvolverse tan bien con ellas dándoles dos besos fue épica. ¿Cómo podía ser tan torpe? ¡Él no lo había hecho! Su amigo le llevaba mucha ventaja.

- Amadou es quien tuvo la idea de levantar esta genial cabaña, yo solo le ayudé a montarlo. - confesó riendo. Ya en el interior de la cabaña Angelo intentó pensar fríamente en lo que podía pasar y como debía actuar si quería demostrarle a Leo cuanto le importaba.

 

 

Sacó de la cesta los dulces (sobras de buccellato y panforte) y los puso junto a los snacks y refrescos sonriendo mientras los demás hablaban sobre la botella de Amaretto. - Son dulces caseros de mi abuela, probadlos luego vale? os gustarán. -  Leo le contó lo que le parecía su casa y el contestó alegre. - A mi también me gusta mucho, es antigua y lleva mucho tiempo construída, desde hace generaciones. El paisaje de los viñedos es lo mejor, aquí nos sentimos libres. - ¿pero que haces tío, que haces soltándole este rollo? ¡Espabila! - ¡Y claro! - miró a Amadou a continuación. - ¡Venid siempre que queráis, tenéis las puertas abiertas!

Estaba tenso, necesitaba un poco de inhibición para soltarse y tener valentía. Leo bromeó con Chiara sobre probar el alcohol y le miró de reojo cuando le dijo que no se atrevía. Entonces Angelo reaccionó. - Ehm... si quieres lo probamos a la vez Leo, yo tampoco lo he probado nunca, y... me gustaría ver a que sabe. - si le decía que si, invitaría a la niña a dar un paseo a solas con él por los viñedos.

Notas de juego

No se la va a llevar Amadou, no señor!!! xDDD

Cargando editor
30/03/2019, 00:50
Narrador

 

A mi también me gusta mucho, es antigua y lleva mucho tiempo construída, desde hace generaciones. El paisaje de los viñedos es lo mejor, aquí nos sentimos libres.

 -Sii, qué guay. Qué envidia, además estáis los dos aquí juntos y podéis jugar o lo que queráis. -Leonora mira los viñedos mientras habla y se imagina a ella misma en la situación de Angelo.

-------------------

Al oír la proposición de Angelo hacia Leo, Amadou se lleva la mano a la frente en un gesto exagerado parecido a la sorpresa. 

 -Ostras, ¿ya vais a empezar con el alcohol? -Ríe, aunque Angelo conoce a su amigo y sabe que lo que le gustaría es que estuvieran un poco más con las cosas que él ha traído. Seguramente planeaba que el amaretto fuera para el final. 

En respuesta a Amadou, Chiara coge un buccelatto y lo mete en la boca del amigo de Angelo, de sopetón, produciendo que sus próximas palabras queden ahogadas. Amadou mira a la joven masticando dificultosamente para hacer desaparecer el obstáculo de su boca, con una sonrisa pícara y vengativa. Entonces Chiara ríe a carcajadas, pone las manos delante, en defensa, y se aparta un paso hacia atrás. 

 -Ja, ja, ja... No, por favor, ja, ja. -Suplica, bromeando, Chiara.

-Ja, ja, ja, qué bueno, Chiara ¡A callar, Amadou! No toques a Chiara si no quieres vértelas conmigo. -Amenaza Leo y arruga la nariz y saca la lengua a Amadou. En seguida, se acerca a la mesa y coge la botella de amaretto. Se gira hacia Angelo. -Pero a la vez, ¿eh? -Le advierte. 

El niño nota que está un poco nerviosa. También advierte una mirada de soslayo que proyecta Amadou durante un segundo, mientras se llena un vaso con cola. 

-¡Todos a la vez, venga! -Habló Chiara.

-Si que os ha gustado la idea del amaretto, ja, ja, ja. -Amadou coge un par de vasos de plástico y unos hielos. -¿Tienes vaso, Angelico? 

Cargando editor
03/04/2019, 23:19
Angelo Paolicchi

Sonrió mientras sus amigos disfrutaban de los dulces y bromeaban entre ellos. El gesto de Amadou llevándose la mano a la frente le obligó a no retrasar más el momento y lanzarse con un par. Ya no me puedo echar atrás.

- Si. - dijo intentando sonar confiado y valiente. - A ver, llénalo Amadou, hasta arriba. - le pidió a su amigo para beber del vaso y demostrarle a Leo que se lo iba a tomar todo. Angelo había probado el vino y le gustaba pero ese tipo de licor no estaba seguro.

Miró con una sonrisa divertida a Leo y asintió. - Venga vale, todos juntos. - dijo aguantando durante unos segundos el licor en la mano, acercándolo a su nariz y notando el olor fuerte a alcohol que desprendía. - ¿A la de tres? - miró a todos sus amigos que se prepararon también sus copas. - ¡Arriba, abajo, al centro... y adentro!

Glub glub glub. El licor se deslizó por su garganta, Angelo aguantó la respiración y se lo tragó notando como el sabor le parecía algo agridulce y fuerte. Al terminar cerró los ojos tratando de tragar el resto de la bebida que aún sentía en su boca y labios y miró a sus amigos sonrojado y riendo. - ¿Os gusta este sabor? a mi, no sé... creo que prefiero el del vino de la hacienda.

Casi instantáneamente Angelo notó que el alcohol surgió su efecto y empezaba a acalorarse. - Ehm... creo que necesito tomar aire. - miró especialmente a Leo. - ¿Quieres venir a dar un paseo? - soportó como pudo esos segundos de nerviosismo frente a sus amigos y esperó la respuesta de Leo. La niña aceptó, y antes de salir de la cabaña envolvió en unas servilletas algunos dulces. - Vamos. - le dijo sonriendo animado.

 

 

En el exterior mientras paseaban y comían los postres de la nonna, Angelo aprovechó para contarle que tipo de uva cultivaban en la finca, cuando era el tiempo de cosecha y como se hacía la vendimia antiguamente. - Hoy en día el zumo de las uvas se prensa con máquinas modernas, pero antes se hacía manualmente. Mi nonna de pequeña se metía en un lagar, un gran recipiente de madera donde pisaba las uvas junto a otros familiares y empleados de la hacienda. - a continuación el chico se acercó a una de las parras y cortó un racimo de uvas, dándole unas cuantas a Leo. - Es de mala educación coger algo que no es tuyo, pero estás con alguien de la familia Paolicchi. - sonrió. - Pruébalas, éstas están dulces.

Cargando editor
08/04/2019, 18:42
Narrador

 -Ja, ja, es que nos hemos tomado un vaso de golpe, mezclado está mejor. -Comenta Chiara con unos mofletes enrojecidos que le dan un encanto especial.

 -Mmm... Pues a mí me gusta. Sabe a piruleta, es verdad, Chiara. Algo fuerte, pero mezclado hubiera estado mejor. -Responde Leo, con una sonrisa, a medida que saborea el espeso licor.

Amadou, por su parte, muestra una sonrisa estúpida mientras mira a todos. 

Después, Angelo sale de la cabaña acompañado de Leo. El muchacho no lo sabe, pero su amigo se ha quedado sorprendido para mal, al ver que se ha llevado a la niña a dar un paseo. Le ha mirado con una mezcla de sorpresa y preocupación... Tal vez, celos. Aunque lo que ocurre en la cabaña, ahora no es cosa de Angelo.