Partida Rol por web

Mini-Fantasy

Capítulo I: Bluria.

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08/09/2007, 10:14
Director

Ha sido un día cansado en la ciudad; día de mercado. La plaza estaba abarrotada, y tú has sacado provecho de ello vaciando algunas bolsas y aceptando algunos tratos.

En los buenos tiempos, el mercado solía seguir en la plaza hasta bien entrada la noche, pero hoy han recogido los tenderetes antes de que oscureciera. Tú has seguido "trabajando" tres o cuatro horas más, y has terminado en una taberna habitual tomando unos tragos. El día ha ido bien, y ahora descansas en una habitación individual en el piso de arriba.

La sala, de muros de piedra y mortero, tiene una sólida puerta de madera con un cerrojo, y un ventanuco sobre el tejado del porche cubierto por una pesada cortina corrediza de piel oscura. También tiene un catre de madera y colchón de paja y un orinal bajo él. El único otro mobiliario es un brasero que calienta e ilumina el lugar con sus brasas.

Estás intentando conciliar el sueño boca arriba sobre el catre, con el colchón amoldándose cómodamente a su cuerpo. Poco a poco, el sueño se va a poderando de tus agotadas extremidades.

Y entonces un grito agudo te espabila inmediatamente. Suena al otro lado de la puerta de madera de tu habitación, y viene seguido del estrépito de una bandeja de madera callendo al suelo y de los pasos apresurados de alguien, (¿la camarera?), que huye.

De repente, todo se llena de un desagradable olor a leche cortada.

Extrañado, te levantas del colchón para escuchar un tremendo golpe en la puerta que la hace temblar en su marco. Puedes ver cómo el cerrojo metálico se dobla un poco, antes de notar otro tremendo golpe. Alguien o algo muy fuerte está intentando entrar en tu habitación.

¿Que es lo que harás?.

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08/09/2007, 10:27
Director

Hace apenas una semana que llegasteis a Bluria, pero es evidente que aquí pasa algo extraño. Las desapariciones se suceden en el puerto y en la ciudad, durante las horas de oscuridad. Piensas en ello mientras descansas en uno de los ábsides de la catedral de la Ley escuchando el sermón del Alto Inquisidor.

El vulgo abarrota la gigantesca y oscura estructura iluminada por miles de velas, vestidos con sus mejores galas. Que por supuesto no pasan de ser pobres trajes de lino.

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08/09/2007, 10:35
Alto Inquisidor Arako Arthesus

Gesticulo con fuerza, alzando mis manos hacia el oscurecido techo de la catedral, mientras mi oratoria mantiene a la gente ensimismada, asintiendo a mis palabras con expresiones de fé.

- ¡Y yo os digo¡. ¡El Caos está entre nosotros¡. ¡Vigilad bien a vuestro vecino, a vuestra familia, a vuestros amigos¡. ¡Porque en verdad pueden haber sido manchados y mancillados, de forma que sólo el fuego y la espada podrán salvarlos¡ -

La gente se alza conmigo, levantan sus manos.

- ¡Tened cuidado con las tentaciones, y recordad¡, ¡El Caos es destructor y maligno¡, ¡Tanto el que se mueve en la oscuridad, entre nosotros, como el que prospera impune, sucio, fuera de nuestras murallas¡. ¡Los pueblos no humanos, esos obscenos enanos que se arrastran en las montañas lejanas¡. ¡Esos promiscuos elfos que retozan en los bosques¡. ¡Todos ellos¡. ¡Todos son una amenaza, un peligro, y odian la prosperidad del Imperio y de nuestra Santa Iglesia¡. ¡Todos ellos deben ser erradicados sin piedad¡ -.

La gente grita enfervorecida, se mueve, se empuja, y el ambiente dentro de la catedral se caldea.

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08/09/2007, 10:47
Director

Notas de juego

Te marchas antes de que terminen los oficios de la tarde. El Alto Inquisidor necesitará descansar, pues mañana temprano tiene una audiencia con el Condestable de la ciudad.

Sales a la ciudad para cumplir sus designios. Él te encomendó la tarea de vigilar las calles, de descubrir lo que sucede en ellas. Y qué mejor que hacerlo por la noche, cuando los ciudadanos se esconden en sus casas, asustados, y las sombras recorren los callejones.

Vigilante, envuelto en tu pesada armadura metálica, caminas lentamente por el paseo marítimo. Las calles aquí están empedradas, y tus pasos resuenan entre la niebla junto al rechinar de tu armadura.

Llevas vigilando las calles varios días, pero nunca ha sucedido nada. Los pocos transeúntes con los que te cruzas se apartan asustados, haciéndote reverencias. Saben que representas a la Iglesia de la Ley: su símbolo, la mano de la Ley, está grabada en tu coraza.

De repente, un grito agudo llega entre la niebla que desdibuja los bordes de la calle. Te dirijes hacia allí cuando ves salir despavorida a una muchacha de apenas dieciséis años de una taberna. La camarera corre como loca, gimiendo y llorando, sin control, hasta topar contigo. Te das cuenta de que tiembla violentamente, y tiene una mirada de terror en sus ojos. Señala con el dedo la segunda planta de la taberna, fuera de control.

- Lo.. Lo.. Lo he visto... Lo he visto... un... monstruo... -. Luego, sus ojos se mueven hacia arriba, y se desmaya callendo como una marioneta al suelo empedrado. (A menos que tú la cojas y la aterrices más suavemente, claro).

¿Que harás?.

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08/09/2007, 11:08
Luxio Mandrell

El golpe en la puerta me sobresalta. Me levanto de golpe y cojo el cinturon y el chaleco que habia dejado al lado de la cama, me los coloco a toda prisa y saco el cuchillo de su funda.

No creo que una camarera tenga fuerza para echar la puerta abajo, asi que seas quien seas me has cabreado! Nadie despierta a Luxio cuando duerme!!!

Con lo bien que me ha ido el dia.

Me quedo a un lado de la puerta, esperando que quien sea se canse de golpear y se vaya, o bien entre y poder dar el primer golpe.

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08/09/2007, 11:24
Director

Era una noche de tormenta hace dos meses, y tu barco se hundió, pero no lo hizo sólo. No recuerdas si luchabais contra ella o si intentabais rescatarla, pero una lujosa galera bluriana también se hundió.

O eso te han contado.

En la galera iba la primera familia de Bluria: el Condestable, su mujer, y su primer hijo. Todos ahogados, desaparecidos. Y de la tripulación de tu barco sólo sobreviviste tú.

A tí te encontraron en la orilla, medio muerto. Tus ropas y tu aspecto te delataron como extranjero, y todos te apuntaron con el dedo como responsable de la muerte de los gobernantes de la ciudad. ¡Sólo en el Imperio se respeta la Ley¡. ¡Vosotros, los extranjeros, sois adoradores del Caos¡. Así te gritaban.

Pasaste dos semanas encadenado en las mazmorras de una de las Atalayas de la ciudad, hasta que el único superviviente de la familia que permanecía en tierra, terminó su luto.

Cuando entró en la celda húmeda y vio como te tenían encadenado, ordenó que te soltaran inmediatamente. Es curioso que aquel joven gobernante, que sin duda era el que más había sufrido con la muerte de sus padres y de su hermano, fuera también el único que no te culpara nada más verte.

En las sobrias pero confortables estancias de la Atalaya le explicaste tu falta de memoria al nuevo Condestable de la ciudad. Él te visitó en muchas ocasiones, intentando encontrar respuestas. Y quizás buscando también a alguien con quien poder hablar de algo que no fuera la terrible situación de la ciudad y las nuevas responsabilidades del mando que habían caído sobre él.

En un mes os habíais hecho amigos, y bebíais juntos mientras tú le explicabas lo que recordabas de tu lejano hogar. El joven gobernante resultó ser una persona comprensiva y de buen corazón, aunque agobiada por las responsabilidades y por la falta de respuestas.

Hasta que un día te dio la libertad.

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08/09/2007, 11:33
Taltos, Condestable de Bluria

Sentados a la mesa, con un tablero de Shaitan delante, me masajeo el puente de la nariz antes de mirarte directamente, de forma franca.

- Dices que te llamas XV. Y que vienes de muy lejos, y no recuerdas nada. Yo no sé quién eres, pero te he conocido en este mes y medio, y no creo que seas un asesino. Puede que tu barco atacara a mi familia, pero tú no eres el responsable -.

Me levanto, y empiezo a caminar en círculos alrededor de la mesa.

- Escucha, XV. La ciudad está patas arriba. La gente desaparece, la pesca escasea, un nuevo Inquisidor ha llegado a la ciudad, y yo no puedo ocuparme de todo. El Capitán de la Guardia está intentando averiguar algo sobre la muerte de mi familia, pero todas las pruebas están en el fondo del mar, frente a nuestras costas -.

Acercándose a tí, Taltos te pone la mano en el hombro. - Te propongo algo. Eres libre. Yo no creo que fueras el culpable de lo sucedido. Pero a cambio, quiero que intentes recordar, que intentes encontrar al responsable de lo que pasó. Tú eres el único superviviente conocido del naufragio, pero puede que hubiera más, y que ahora estén en la ciudad. Puede que alguien aquí pagara a esos Reyes-Esclavistas de los que hablas para que atacaran el navío y asesinaran a mi familia. XV, quiero que encuentres al responsable. A cambio, te doy tu libertad -.

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08/09/2007, 11:35
Director

La Atalaya se encuentra sobre las montañas que sirven de protección a la ciudad. Cuando sales, al anochecer, puedes ver bañado por la luna un impresionante panorama; hacia el interior, las praderas y los bosques se extienden hasta el horizonte. Hacia la ciudad, las farolas de gas muestran un tapiz envuelto en una neblina ténue.

Te devuelven tu espada y tu protección larga de cuero, y comienzas tu camino hacia la costa. Primero, te cruzas con algunos hombres de guardia en el camino terroso que baja de la Atalaya, y finalmente llegas a la zona de viviendas, en la que apenas ves un alma.

Todo está oscuro, silencioso y nublado, y tus pasos resuenan huecos contra el empedrado a medida que te internas en la ciudad. El camino de la Atalaya lleva hasta una plaza, en la que una figura embozada te saluda con la mano. Cuando se acerca, descubres que es el mismísimo Condestable de la ciudad.

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08/09/2007, 11:40
Director

Te cuesta descorrer el maltrecho cerrojo, pero cuando lo haces, el apestoso olor a leche cortada lo inunda todo.

Iluminado por el brasero, una cosa espantosa se encuentra frente a tí. Nunca has visto nada parecido. Es una figura apenas vestida con unos pantalones, húmeda, abotargada, hinchada como un ahogado y cubierta de líquenes verduscos. Su rostro es una ruina, con unos ojos tan hundidos que ni se ven, y unos labios inmóviles, de los que sale un gemido horrible, apenas articulado: - Eees miiooo, miioo...-.

El corpulento espanto alza sus manos hacia tí, y descubres que sus dedos rígidos y retorcidos acaban en largas uñas de aspecto óseo.

La cosa, sea lo que sea, te ataca.

Off rol; Normalmente, para agilizar las cosas, seré yo el que haga las tiradas que necesite en los combates. Sin embargo, esta escena está pendiente del posteo de Tairus, así que como la cosa irá lenta si quieres vete haciendo tú una tirada de ataque, (y de daño si aciertas).

Un saludo¡

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08/09/2007, 11:41
Luxio Mandrell

Lo que haya intentado echar la puerta abajo no lo consigue, cosa que me alivia. En ese momento pienso en el tabernero y la gente que aun quedaba abajo cuando me fui a dormir.

Mierda! Sera mejor echar un vistazo a ver que ha pasado.

Parece que sera una noche muuy larga.

Me giro hacia la puerta y la abro con precaucion, por si aun hubiera algo ahi.

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08/09/2007, 11:44
Luxio Mandrell

Al abrir la puerta y encontrarme frente a esa cosa extraña digo.

Quien o que eres y a que has venido aqui?!

Me pongo en guardia, por si la respuesta es un ataque a traicion.

Notas de juego

Je, je. Si, mi conocimiento es un poco nulo.

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08/09/2007, 11:58
Luxio Mandrell

Al ver que el monstruo me ataca, levanto el cuchillo y le ataco con fuerza. El cuchillo le hace un pequeño corte que no mataria a una mosca.

Mierda, no deberia haber bebido tanto!

Notas de juego

Hecho! Esta bien?

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08/09/2007, 12:00
Director

Off rol: También deberías haber tirado el daño ;). Ya lo hago yo.

Llevas muchos años luchando en la calle para que un monstruo babeante te asuste; aprovechándote de su evidente torpeza, tomas carrerilla para lanzar un machetazo brutal, descendente, que se hunde en el hombro de la criatura unos veinte centímetros, inmovilizándole el brazo (6 Pv).

En vez de sangre, ves salir una espesa melaza de color rojo oscuro que fluye lenta y maloliente, mientras él, confuso, se mira la herida como si no le doliera.

Luego gira el rostro hacia tí, y sigue con su letanía; " ees miiioo ", mientras intenta sacarte los ojos con la garra que le queda. Tú consigues agarrarle la húmeda extremidad, y lo único que logra es arañar tu antebrazo profundamente, (1 punto de vida).

Off Rol; Puedes volver a golpear, pero yo interrumpo hasta que postee Tairus, y además tengo que recoger un poco mi zulo ;)).

Edito; perdona, sí tiraste el daño, pero yo leí el mensaje antes de que lo hicieras, a partir de ahora daré más tiempo para postear ;)

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08/09/2007, 12:53
Luxio Mandrell

Notas de juego

Supongo que al llevar el chaleco y el escudo no me llega a hacer daño, no? Mmmm... vale, no dije nada de cojer el escudo.

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08/09/2007, 13:09
Director

En realidad da igual, ya que el daño mínimo es 1. Me explico:

Si cogiste el escudo:

Daño 2 - Protección 2= 0, pero daño mínimo 1.

Como no lo cogiste:

Daño 2 - Protección 1= 1.

Te lo apunto en notas.

;)

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08/09/2007, 13:14
Luxio Mandrell

Notas de juego

Vale, gracias! Ahora lo tengo mas claro. Habra alguna manera de recuperar pgs? Pociones o cosas asi.

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08/09/2007, 13:16
Director

Claro, los seres vivos recuperáis 1 punto de vida por noche de descanso. Las pociones existen, pero en este universo la magia no es tan común como en d&d, y no se venden en la "Tienda de pociones marca ACME". Por último, siempre puedes buscar a un clérigo que te eche una mano. Me da que pronto vas a ver uno.

Ale, mensaje editado para que no tengas escudo XD

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08/09/2007, 13:49
Tairus Miners Colks

Cojo a la probe chica asustada y la pongo en el suelo suavemente, me señala el segundo piso de la taberna, me dispongo a ir empueñando la maza de metal en la derecha y el escudo en la izquierda, si verdad hay un monstruo se va a topar con el hombre menos indicado...

Notas de juego

Seria una estupidez morir en el principio, espero una buenas tiradas de dados xd.

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08/09/2007, 15:21
Director

Notas de juego

Posas con suavidad a la muchacha en el suelo, y luego te dirijes a la taberna. El primer piso no es más que una sala común iluminada por braseros, que actualmente está vacía; fuera quien fuera el dueño, o se ha marchado, o ha dejado la posada en manos de la joven camarera.

Unos bloques de madera están insertos en una de las paredes, formando los primitivos travesaños de una escalera que lleva hasta el segundo piso. Corres hacia él, y cuando te asomas llegas a tiempo para ver algo horrible en el pasillo; una figura apenas vestida con unos pantalones, húmeda, abotargada, hinchada como un ahogado y cubierta de líquenes verduscos. Su rostro es una ruina, con unos ojos tan hundidos que ni se ven, y unos labios inmóviles. Está frente a una puerta que acaba de abrirse, y susurra algo alzando sus garras, preparándose para atacar.

De repente, como una furia, ves a un hombre delgado y de cabello largo salir de la habitación al pasillo y lanzarse contra el monstruo. Lleva un machete en la mano, y le lanza un golpe descendente que penetra unos veinte centímetros en el hombro de la criatura.

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08/09/2007, 15:26
Director

Os encontrais en el pasillo de la posada; Luxio casi ha cercenado uno de los brazos del monstruo, cuando puede ver al fondo del pasillo la llegada de Tairus, embutido en su armadura de acero.

La cabeza despeinada de uno de los huéspedes aparece por un momento saliendo de una puerta, pero tras ver el panorama decide volver a meterse dentro.

La criatura se gira hacia Tairus, y cuando fija su mirada en el símbolo de su coraza pega un alarido quejumbroso y se lanza contra él, descontrolado, soltando el brazo herido de su oponente.

Luxio aprovecha su libertad para dar un tajo que penetra en el cráneo del monstruo. Éste se para en seco, estupefacto. Un hilillo resbala de su boca paralizada, y lanza una última mirada de gratitud por terminar con su existencia. Luego cae de rodillas, y finalmente se derrumba en el suelo sin vida.

El pasillo parece ahora silencioso y tranquilo, aunque el intenso olor a leche cortada que expide la criatura sigue invadiendo el aire. Ambos os mirais, sin conoceros.

Tairus, es evidente que esta criatura, o varias como ésta, podrían estar detrás de las desapariciones... sin embargo no eres capaz de identificar a qué especie pertenece.

Luxio, ¿por qué a tí?. A esta infeliz monstruosidad le hubiera sido mucho más fácil atacar a cualquier transeúnte nocturno que penetrar en la posada hasta tu misma puerta. ¿Quizás te buscaba a tí en especial?. ¿Por qué?.

¿Que haréis ahora?...