Partida Rol por web

Tu orgasmo no paso inadvertido de la criatura la cual empezó a mover con mas fuerza sus caderas. No entraba todo el miembro, pero sentías como el glande besaba la entrada de tu útero una y otra vez pero por el tamaño era imposible que entrara dentro. -Humana...débil...tu sitio esta debajo. -Se relamió la Tobi la cual aumento el ritmo de sus caderas al sentir que podía hacerlo y que tu interior estaba ya cediendo a sus embestidas.

La electricidad hacia que llegaras al paraíso en algunas ocasiones, sus testículos golpeaban tus piernas porque por la distancia no llegaba a tu pelvis. Ella te aprisionaba con su cuerpo, no te hacia nada mas y su agarre era fuerte pero tampoco te hacia daño, solo quería asegurarse de que no te moverías como buena dominante que era. Conforme pasaban los segundos sentías como la criatura estaba cada vez mas y mas impaciente, algo duro te rozaba la espalda, estabas segura que eran sus pezones, se ponía nerviosa y quería hacer entrar mas su miembro en ti haciendo que te tirara a veces hacia delante por la presión pero sin ningún éxito, algo pegajoso bajo por tu cuello y podías entender que era su saliva.

El miembro crecio un poco en grosor en tu interior antes de que una oleada de semen cálido y espeso comenzara a bañar todo tu interior, de lo mas caliente mientras la criatura dejaba su miembro quieto en lo mas profundo que pudo. Soltó un gemido mientras olas de semen bajaban por tu entrepierna bañando tus paredes y su miembro, con la presión, saliendo hacia fuera sin control. Sus garras te hacían un poco de daño en las manos y por un momento viste mas de un chispazo en su cola pero se quedo totalmente quieta inseminandote antes de soltarte de repente y quitar su miembro pegajoso de tu interior.

Sin dejarte descansar agarro tu cabello y te empujo a su entrepierna, manchándote el torso del semen que habia en su cola y el suelo del nido dejándote justo delante de su miembro pegajoso por ambos fluidos. -Limpia. -Ordeno Tobi que se relamía por el éxtasis de haberse corrido.

Alay apenas si podía resistir, el placer que tanto esperaba la comenzaba a embriagar. Las paredes de su coñito cedían cada vez más y se amoldaban a la forma de la Tobi. ¿Volvería a poder disfrutar de una polla humana después de aquello? Le parecía dificil imaginar como algo tan pequeño fuese a satisfacerla en comparación a la monstruosa serpiente que blandía la criatura. Su interior no tenía resquicio alguno falto de llenarse, salvo su útero que parecía a punto de ser penetrado cuando las embestidas se volvían cada vez más bestiales. Los jadeos de Alay se intensificaban a cada momento.

Apenás si podía moverse en aquel agarre tan sólido que la inmovilizaba, pero trataba de arquear su cuerpo de forma que se adaptara a los movimientos de la Tobi. Su espalda se pegó a los pezones excitados de la criatura, disfrutando de la calidez y la suavidad de su pelaje. Inclinó la cabeza hacia atrás ligeramente, buscando ver la expresión de su amante salvaje, notaba su saliva bajándole por el cuello y su aliento pegado a ella.

- Ngnnnn ¡¡Eeeek!! - Aquel mar de sensaciones finalmente tuvo un final tan esperado cuando la Tobi comenzó a correrse en su interior. El semen de la criatura entraba con presión en su coñito, llenando por completo su útero, el cual parecía que iba a estallar. Esto sumado a la electricidad que salía de la tobi hizo que Alay llegara a un segundo orgasmo, bañando a la Tobi tanto con sus propios fluidos como del semen que se escapaba de su interior.

Las piernas le temblaban de forma violenta y se sentía completamente agotada. Pero lo peor de todo fue cuando la Tobi extrajo de forma tan directa su polla. Alay sentía un vacío interior incapaz de explicar, pero no tuvo tiempo para descansar, ya que la bestia la cogió por el pelo y tiró de ella.

- ¡Ay! - Se quejó, pero era lo único que podía hacer, su cuerpo no tenía energías para más y apenas podía mantenerse erguida, sentada sobre la cola de la Tobi mientras que de su interior seguía saliendo el esperma. La enorme polla de la bestia le golpeó la cara, pero la chica se sentía extraña, ya que aquello no le disgustó del todo. Se daba cuenta que su propio miembro, aunque erecto, no se aproximaba en lo más mínimo al de la Tobi. Además, el aroma a sexo se acrecentaba y podía sentir ese aroma extraño del semen de la bestia que la excitaba aun más.

- Recuéstate - Le pidió la chica, con un hilo de voz agotada. Sin esperar su respuesta y no muy segura de si le haría caso o no, se inclinó hacia adelante, sosteniéndose de los muslos de ella para comenzar a lamer de arriba a abajo. No era una labor sencilla, ya que el miembro era más largo de lo que parecía, sobre todo si debía llegar hasta los testículos, los cuales parecían algo menos llenos que en un principio. La chica chupo con ganas aquel semen y se lo tragó todo. Tal vez debido a que no había desayunado nada le pareció que era lo más delicioso que había probado en su vida. Incluso ascendió hasta el glande y comenzó a succionar mientras que masajeaba el tronco con las manos para sacar hasta la última gota.

Te esforzabas, te esforzabas para poder atenderla y la Tobi parecía mirarte divertida, disfrutando de lo que había conseguido, de su nueva presa. Mas que recostarse, se tumbo de lado, en todo momento rodeándote con su cola como si fueras una presa mas mientras tu atendías su miembro. Su semen era mas oloroso y con un sabor mas penetrante que el de un humano, pero aun asi el sabor no era desagradable, era diferente ya que la textura era propia de su raza.

El miembro en ningún momento bajo de tamaño y parecía estar dispuesta a inseminarte de nuevo, aunque no pudieras tener criás era una “macho” y ella quería perpetuar su especia. Riendo paso su mano por tu miembro sujetándolo con fuerza dando un ligero tirón antes de soltarlo. -Humana débil...- Relamiendo cada palabra que te decía, humillándote para que al menos en tu cabeza supieras que en su nido ella mandaba. Seguramente te penetraría, te obligaría a cabalgar y tu historia acabaría siendo la de una aventurera que había sido sometida por una bestia. Pero por fortuna no estabas sola.

Las orejas de la Tobi se pusieron muy erectas mientras miraba hacia arriba visiblemente enfadada, tu escuchaste un ligero chasquido, un silbido muy muy suave antes de que de pronto...Bum! Un explosivo lumínico ilumino el cielo haciendo que la Tobi se pusiera como en guardia, dándote un fuerte golpe porque se había levantado de repente, lanzándose como hacia arriba para atacar a la luz. Bum bum bum! Mas explosiones que empezaron a rodear el nido, pero aquel golpe te había dejado noqueada prácticamente, el cuerpo de la Tobi casi te había arrollado, junto con su miembro. Lo ultimo que escuchaste fueron un montón de maullidos y unas manos que tiraban de ti.

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Te despertaste en tu cama, te encontrabas desnuda y alguien te había lavado, tu armadura aun rota se encontraba cerca de ti y tu espada reposaba a un lado. No había nadie en tu casa pero la luz se filtraba por la ventana, al moverte podías haber pensado que era un sueño pero tu vagina dolía un poco y al tocar notabas que aun estabas un poco dilatada por el miembro de la Tobi, no, no había sido un sueño, pero alguien te había rescatado.

¡Eh! - Se quejó de aquel tirón imprevisto en su miembro, pero no podía hacer nada más. Aun no. Tenía que esperar el momento adecuado, cuando la tobi se durmiese o se fuese de caza. Pero todos sus esfuerzos parecían en vano y en lugar de agotar a la Tobi lo que hacía era agotarse ella. Ya apenas si sentía las piernas y su coñito ardía con aquel semen espeso corriendo en su interior. Además se sentía débil tras todos los golpes y electrocuciones  que había sufrido a lo largo del día. Y de más estaba mencionar la falta de desayuno. 

Mientras que estaba pensando como salir de aquella situación, todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. El golpe de la Tobi la arrojó hacía atrás, golpeándose entre las raices. Las explosiones no tardaron en llegar, pero para entonces ya veía todo borroso. Para cuando oyó los maullidos, su mente aliviada empezó a desvanecerse. Todas y cada una de las partes de su cuerpo le reclama a gritos que tenían derecho de desmayarse. Y Alay se desmayó.

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Despertó horas, o quizas días después. No estaba segura, pero lo primero que cruzó por su mente fue que era agradable hacerlo. Aun notaba cierto ardor entre las piernas, producto de haber alojado a aquel enorme intruso durante... No estaba segura de cuanto tiempo había pasado teniendo sexo con la Tobi, pero se sintió mal por eso. Lumina estuvo sola en el bosque y tuvo que tomarse muchas molestias para salvarla.

- ¿Lu? - Alzó un poco la voz y miró a los alrededores, pero no obtuvo respuesta ya que no había nadie por allí.

Intentó incorporarse y su cuerpo se resintió pero aun así necesitaba hacerlo, de modo que con gestos de dolor la muchacha se incorporó para descubrir que aun estaba desnuda. A pesar de haber pasado las últimas horas de sus recuerdos satisfaciendo y dejando satisfacerse por una bestia poco racional, el hecho de pensar que Lumina la había visto desnuda la cubrió de pudor y fue corriendo a coger su armadura. Seguía averiada en varios puntos, pero trató de remendarla lo mejor posible con lo que tenía en la casa para que al menos le sirviese de vestimenta.

Lo que más alivio le trajo a la muchacha fue hallar su espada. El tiempo que había pasado alejado de ella le habían recordado lo mucho que apreciaba aquel objeto, recuerdo de su madre. No volvería a separarse de ella, pensó mientras que se ajustaba en cinto. 

Con andar patoso decidió salir de la casa e ir en busca de Lumina. Le debía un gran agradecimiento por haberle salvado la vida. Si no la encontraba en los alrededores se dirigiría directamente al gremio.

Vestida de la mejor forma que podías, un poco mas de remiendo no te mataría pero de todas maneras cumplía su función de taparte un poco, empezaste a caminar en busca de Lumina. Era de mañana, no era temprano podías ver que el sol estaba buen arriba así que fácilmente podrían llegar a ser las once de la mañana. No veías nada extraño hasta que al acercarte en lo que era el gremio empezaste a escuchar un poco mas ya de ruido.

Al entrar la escena era extraña, había como un par de mesas ocupadas todas ellas por felynes, pero no felynes cualquiera. Todas iban armadas con armaduras de piezas de monstruo y a su lado reposaban armas como las que podrías llevar tu, dos de ellas iban con ballesta pesada, una con una larga lanza y tres con espadones casi tan grandes como ellas, todas estaban comiendo unos filetes de pescado que tenían delante y al entrar tu todas las miradas se te clavaron.

Pero solo duro unos segundos, sentiste las miradas penetrantes de las felynes antes de que pasaran de ti y volvieran a lo que estaban haciendo, cerca de la barra podías ver a Lumina con un trozo de pescado en la boca comiendo tranquilamente mientras que la encargada levantaba la mano para saludarte.

-Menudo susto que nos has dado, suerte que el equipo de rescate estaba cerca.- Refiriéndose a las Felynes. -Te encuentras bien? Ayer Lumina vino corriendo diciendo que te habías perdido y no te encontraba.

Alay llegó desarreglada hasta el gremio, pero al menos no olía mal gracias a quien la hubiese lavado durante sus horas de inconsciencia. El sonido en el interior la emocionó por un instante, suponiendo que se trataría de nuevos aventureros, o quizás algún comerciante o trabajador que quisiera asentarse en la zona. Pero aquella emoción se diluyó enseguida cuando entró. El peso de las miradas de las felynes la intrigaban y le hicieron notar cierto recelo o reclamo en ellas. Como si les debiera dinero o algo peor. 

Al ver a Felicity y a Lu trató de apartar al grupo de guerreras felinas de su mente y se dirigió hacia ellas. Las saludó agitando la mano y se detuvo a pocos pasos - Te estaba buscando, Lu. Quería agradecerte por haberme salvado. ¡Además rescataste mi espada! - Estaba a punto de mostrarse más efusiva con la felyne, pero al instante las palabras de la encargada le cortaron el rollo.

- ¿E-Equipo de rescate? - Alay parpadeó confusa, pero enseguida se volvió a fijar en las Felynes, comprendiendo al instante lo que significaban esas miradas de antes. El rubor le cubrió por completo el rostro hasta adquirir la tonalidad de un tomate. - Si, bueno... Tuve un pequeño problema con un árbol y un monstruo gigante. Una Tobi Kadachi estaba algo temperamental y me cogió en mala posición. 

Suspiró tratando de calmarse, pero la sola idea de las felynes la hayan visto desnuda, y atendiendo las necesidades de aquella criatura, no era del todo agradable. Lo único que la tranquilizaba era saber que las gatas parecían ser criaturas poco conversadoras. Con algo de suerte la noticia no se extendería demasiado.

- Estoy bien, supongo. Pero desde que estoy aqui aun no he podido terminar una sola misión. No se que diría mi madre al respecto.- Concluyó con desánimo. De pronto tenía ganas de volver a la cama y quedarse allí todo el día, pero no podía hacer eso. ¿Qué dirían de ella si además de aquello también se empezaba a decir que tan facil se había rendido?

Negando para sí alzó la vista hacia Felicity, tratando de recuperar la compostura y la determinación. - Voy a necesitar algunos materiales para recomponer mi armadura ¿Crees que podría comprartelos a tí? Ya sabes, hebillas nuevas, algunos parches de cuero, aguja, hilo, esa clase de cosas. Tal vez descanse unos días antes de volver al bosque, pero tengo una cuenta pendiente con las kelbis de la pradera y aun te debo unos cuernos.

-Meeeew....- Te maulló Lumina al acercarte a ella a modo de saludo moviendo una de sus orejas mientras seguía a lo suyo, parecía que la recompensa que le había dado la encargada a todas las felynes o Baba quien sabia era el pescado. Pero no parecía disgustada contigo, te saludo de aquella manera extraña pero tampoco podías esperar nada tipo “voy a saltar a tus brazos”, las felynes eran diferentes a ese tipo de comportamiento.

-Pues por lo que he oido de Lumina, te has enfrentado a una Pukei y has salido victoriosa, pero por lo que he oído también te falta algo de convicción. Se que es duro el haber heredado esto de repente pero si, tal vez unos días para reflexionar te vengan bien, o tal vez te venga bien volver a alzar tu espada contra las criaturas. Por consejo personal, optaría por la segunda opción, porque cuanto mas dejes aparcado el trabajo, quizás luego no vuelvas a ser la misma. -Te dijo con toda sinceridad mientras iba a buscar el pergamino de tu misión para corroborar lo que ella ya sabia. -Te acuerdas que te dije que tenias tiempo? Ese tiempo a pasado, este contrato ya no vale.- Mostrándoselo, te había dado tres días, pero ya los habías consumido todos. -Porque no te olvidas de este? Parece que te puedes enfrentar a cosas mas grandes, no a una Tobi pero si a cosas grandes...veamos...que tengo por aquí.

Empezó a mirar los pergaminos y te saco dos, uno que mostraba una criatura azulada y la otra una criatura marrón bastante grande. -Aquí tengo dos contratos, una para una Velocidrome que campa por la llanura, otra para la caza de una Barroth que esta se encuentra en las montañas. Por la armadura no te preocupes, te puedo dar un par de recambios, el gremio suministra esas cosas no te las voy a cobrar.

- Si, derrotamos a la Pukei... aunque luego no tenía donde poner su veneno, así que ya se debe haber evaporado de la hoja de mi espada. - Replicó la muchacha algo más animada. Su mirada se posó sobre los dos pergaminos que tenía Felicity y se inclinó hacia adelante para echarles un vistazo meticuloso.

- Realmente pensaba en descansar del bosuqe, pero no quería decir que no fuera a salir a otros lados. Uhm... la montaña o la pradera suenan bien para mi. - Ambos contratos se veían dificiles, pero al menos ya no estaría perdida en el bosque. Aunque lamentaba no haber cumplido con las fechas de entrega del anterior contrato en la pradera supuso que podría darse a si misma una nueva oportunidad. Cogió el papel en el que detallaba el pedido de caza de la Velocidrome y se lo enseñó a Lumina. 

-¿Que dices, Lu? ¿Tienes ganas de más aventuras y peligros? Prometo que esta vez no te dejaré sola. Hehe - Se llevó una mano a la nuca, pero ya estaba decidida a ir con o sin la felyne, de modo que se incorporó y se volvió a Felicity. - Tomaré esas piezas de repuestos que mencionaste. Arreglaré como pueda mi armadura e iré a cazar a Velocidrome. 

Alay simplemente repararía su armadura, comería algo y se dispondría a partir. De momento no tenía dinero suficiente para comprar nada a Baba, pero al menos gracias a Felicity pudo poner a punto sus protecciones de cuero. Volvió a la casa solo para tomar su espada y recogerse el cabello en un lazo. Estaba lista para una nueva caza.

-Son lugares con un riesgo menor, fuiste a lo valiente hacia el bosque, admiro ese ímpetu que tienes, pero admiraría mucho mas que volvieras sana y salva. Pues si te decides por esta...- Cogió el pergamino y lo sello conforme habías aceptado la misión. -Ya sabes los términos, dos días para cazarla, es una criatura grande, nunca va sola, si necesitas prepararte es un buen momento para hacerlo.

A lo que le dijiste a Lumina, era como si no le hubiera molestado, al menos visualmente, que la hubieras dejado atrás. Movió un poco su orejita cuando le dijiste si estaba preparada y se levanto aun con su trozo de pescado entre sus dientes, como si se tratara de una recompensa bien merecida. No tardaste demasiado en arreglar la armadura, tal vez una hora y la verdad es que quedo no como nueva pero si muy decente, valdría para unas buenas aventuras mas, no era necesario el cambiarla al menos no de momento.

El tiempo que tardaste en llegar a la llanura no fue mas de dos horas, junto con la hora que habías estado arreglando la armadura y todas las preparaciones previas, eran mas o menos las cuatro de la tarde. Tenias unas buenas horas de luz, podías usarla para buscar a la criatura, de noche te seria mas complicado, no imposible, pero si complicado. Lumina llevaba ya su cuerno en su espalda reposando y se te quedo mirando. -Rastrear, yo no se. -Volvió a confirmar algo que ya mas o menos sabias por el bosque, quedaba en tu capacidad el encontrar a tu presa.

Tras aquellos minutos reparando su armadura Alay decidió que ya no podría dejarla mejor y tendría que valerle así como estaba. Tal vez en un futuro podría comprarse una nueva, pero de momento era con lo que contaba. Sin más dilación se dispuso a iniciar la marcha y junto a Lumina partieron hacia la pradera.

El camino le resultaba familiar de su anterior aventura por aquella zona, de forma que pudo relajarse un poco y conversar con la felyne. Aunque eso en la mayoría de los casos significaba recibir silencio en respuesta o tan solo unas escuetas palabras.

- Esto será sencillo. Nos acercaremos por ahí y buscaremos huellas. Con algo de suerte también podré cobrarme mi venganza contra esa Kelbi - Alay seguía hablando, sin dejar que nada la desanimara. Parecía que rápidamente se había recuperado de la derrota con la Tobi, al menos anímicamente, y avanzaba a paso despreocupado y firme.

De tanto en tanto elevaba la vista al cielo, asegurándose que no estuvieran desperdiciando horas de luz, pero todo indicaba que iban por buen camino y a excelente ritmo. Se imaginó regresando a tiempo para la cena y eso la impulsó a acelerar la marcha con una sonrisa.

Finalmente llegaron a una zona de pastizales altos y enormes extensiones casi sin árboles a la vista. Allí se detuvo para dedicarle unas últimas palabras a su compañera antes de enfocarse completamente en la tarea. También escuchó lo que Lumina tenía para decirle, que como de costumbre no era mucho.

- Uhm... Es facil, es facil. Las huellas de los kelbis son semicirculares por las pezuñas, pero para los velociprey tenemos que buscar marcas con dedos y garras. No debería ser difícil distinguirlas. De lo que tendremos que cuidarnos es de ver que no vaya en grupo y no arrojarnos de cabeza sin pensar. 

¿Lo bueno de ese sitio? Allí no había árboles donde las criaturas pudieran ocultarse demasiado y emboscarles. Alay no se demoraría más. Con su renovado entusiasmo se inclinó sobre la hierba y comenzó a avanzar a la par que apartaba matorrales y analizaba cada palmo de terreno, en busca de huellas o algún rastro más mundano, como las heces de la criatura en cuestión.

Encontraste por suerte el rastro de la Velocidrome lo que agilizo mucho tu caza, podrías haber estado dando vueltas durante mucho tiempo por aquel lugar, pero tuviste suerte y ahora estabas bien encaminada. De hecho no tardaste demasiado en encontrar su nido, pero por el camino Lumina pregunto. -Porque Kelbi?- Ya había escuchado varias veces lo de la Kelbi y estaba ligeramente curiosa por tanta obsesión con esa especie.

El nido de la Velocidrome no estaba demasiado oculto, pero si separado de lo que era la llanura principal, estaba en una especie de nido de huesos que se había montado junto con ramas, hojas secas y algo de hierba para hacerlo cómodo. Dos velociprey estaban jugando entre ellas como mordiéndose y retozando ligeramente en el suelo mientras su madre las miraba, y esa era tu presa.

La velocidrome era grande, no exageradamente pero era como dos veces una Velociprey, tenia las escamas brillantes, unas uñas largas como cuchillas y al sonreír podías ver sus dientes peligrosamente afilados. Miraba atentamente a sus criás y podías notar como tenia un bulto en su entrepierna no había demasiado a destacar de ella.

Estabas a una buena distancia, podias hacer algo antes de que te detectara, la cuestión, era el que.

Alay detuvo su avance al oir a Lumina expresar su pregunta. Por un momento se sorprendió de haber podido captar al menos un poco la curiosidad de la felyne y con ánimo se dispuso a contestarle.

- Tengo una deuda pendiente con una de ellas. Tenía que conseguir dos cuernos, pero solo pude agarrar uno. Además de.. la humillación por la derrota. Se que algún día tendré mi venganza - Apretó un puño y lo agitó frente a si mientras que observaba a un punto impreciso del horizonte, como si pudiera ver a sus rivales allí. 

- Vamos, no deberíamos estar lejos. - Añadió un instante después al percatarse de la escenita ridícula que estaba montando. Y estaba en lo correcto, tras avanzar unos cuantos minutos más dieron con el nido de la Velocidrome. Tal y como habían sospechado no estaba sola, pero las velociprey que la acompañaban parecían bastante jóvenes, aun así podrían ser una molestia. 

Alay le hizo un gesto de silencio a Lumina y comenzó a avanzar semi-agachada entre los pastizales, procurando pasar desapercibida. Al igual que había hecho días atrás, buscó un punto desde donde el viento soplara en dirección opuesta y avanzó por allí. Pronto estuvo en un posición ideal y se arrojó a por las criaturas. La espada de Alay destelló en el aire con un veloz movimiento. El primer tajo fue contra una de las crías, buscando dejarla fuera de juego al instante.

Luego se volvería hacia la madre lista para entablar ahora una batalla dos contra dos. - ¡Vamos Lu! ¡Formación de combate! ¡Esta pelea es nuestra!

-Kelbin...no agresivas...algo harías...- Comento como si no fuera con ella como arqueando una ceja antes de ponerse en posición porque tu ibas a atacar. Tu golpe, tu sigilo, todo fue perfecto. Tu espada se hundió en el pecho de la velociprey haciendo que su hermana saltara hacia atrás, pero no lo hizo asustada si no que sus bífidos ojos empezaron a como rasgarse de mas mientras te miraba, dispuesta a combatirte. -Humana...maldita...- Salto la velociprey que la viste a la legua el como se acercaba a ti, fue muy sencillo el esquivar su ataque y desviarla pero a quien no te esperabas era a la madre.

Las garras de la Velocidrome te rasparon gran parte del torso y de tu costado antes de que su cola golpeara tu cuerpo haciéndote volar unos metros hacia atrás, notabas el golpe, había sido duro y certero mientras la criatura te miraba altiva, relamiéndose. No sentía ningún tipo de pena por su criá muerta, te miraba como lo que era, una cazadora y ahora tu eras su presa. -Reemplazaras...la cria...con tu vientre...- Relamiéndose de forma altiva mientras rasgaba el suelo con sus uñas y te mostraba sus dientes afilados.

Detrás tuya, como si fuera motivación, sentiste como Lumina golpeaba con su cuerno el suelo como indicándote que estaba en posicion para tocar en cualquier momento. El combate había comenzado, tu te habías llevado una presa y ella se había llevado un buen castigo hacia ti, era hora de ver hacia que lado se decantaría la balanza.

El potente impacto de las garras le hizo apretar la mandíbula. Cayó hacia atrás y rodó por la tierra, pero no tardó en incorporarse para volver al combate. Una vez más posicionada frente a Lumina cogió su espada con ambas manos. Había perdido la ventaja inicial, pero aun tenía mucho que dar de sí.

-¡No nos rendiremos! ¡Cubreme Lu! - Sabía que la felyne sabría que hacer, despues de todo las curaciones eran su trabajo. Por otro lado Alay recibiría los golpes y los propiciaría.

- ¡Ya veremos quién deja preñada a quien! - Con aquel grito de batalla algo extraño se lanzó una vez más contra su rival. Las alimañas eran más rápidas, pero Alya contaba con la ventaja de su espada, la cual utilizaba como si se tratase de una extensión de su cuerpo, de forma que pudo arrojar dos tajos casi en el acto.

Falló su primer golpe, pero lejos de detenerse el segundo no se hizo esperar buscando corregir las falencias del primero.

-Mew!- La gata soltó un fuerte maullido como si te hubiera escuchado y una vez mas hizo danzar su cuerno hacia arriba, haciendo que la bolita que tenia en ella empezara a emitir un sonido de lo mas agradable, cosa que hizo que recuperaras parte de tu fuerza.

Pero estabas tan ensimismada por la música que casi lo que hizo se deshizo rápidamente cuando la velociprey que habías lanzado a un lado te mordió una de tus piernas haciéndote una herida superficial una vez mas pero cada vez parecía que te tenían mas rodeada. La Velocidrome intento golpearte con su cola pero solo tuviste que levantar tu espada para que su cola se quedara como bloqueada en el aire entre tu filo y ella, mirándote con rabia.

-Humana como conejo...mi niña te violara durante semanas...- Relamiéndose ella sin temerte para nada, aunque aprovechaste ese momento para darle un buen corte, aun así no penetraste demasiado en su piel, no le habías hecho demasiado, pero era un comienzo, habías marcado a tu presa, si insistías caería.

¡Iaaauuch! - La pequeña lagartija la había tomado desprevenida. Cuando se quiso dar cuenta tenía los colmillos oprimiéndole el cuero de las botas, aunque no llegaban a penetrarlo por completo. Agitó la pierna para intentar quitarsela de encima, no podía perder el tiempo con la cría, teniendo a la madre por alli furiosa. Pero apenas si pudo moverse con la carga de la pequeña y su ataque de espada pasó bastante lejos de su objetivo.

- Si se me pega tanto así me la llevaré de mascota a la aldea, maldita sea. - Volvió a agitar la pierna hasta que por fin se pudo liberar de la cría de velociprey. Pero ahora debía asumir una postura defensiva o le pasarían por encima entre ambas. Se concentró, respiró profundamente y luego exclamó con fuerza. 

- ¡¡ORAAAHHH!! - La muchacha tensó los músculos y enfocó su mente para sacar toda su energía de sí, tratando de recuperarse de los ataques y volver al combate con la mente más centrada. No parece ser muy efectivo, pero ella se ve animada y eso.

El intercambio de golpes fue bastante desastroso tanto por tu parte como por la de la Velocidrome, su criá apenas llego a rozarte, de hecho salto en el momento en que tu te lanzaste a por la madre y simplemente paso de largo.

Tu espada se quedo parada en las afiladas garras de la criatura que intento morderte pero sin éxito por el tamaño de la espada y el espacio que había entre las dos, ambas tuvisteis que retroceder mientras ya la Velocidrome empezaba a tensarse de mas.

-Hablas mucho...- Empezó a rasgar el suelo con sus garras, parecía que se estaba preparando para hacer algo.

Alayne esquivó a duras penas los ataques de la bestia y luego retrocedió para alejarse de sus fauces. La cría le resultó sencilla de ignorar de momento y se concentró en la madre, que parecía más peligrosa con sus afiladas garras. Aquel intercambio de amenzas no parecía agotarse aunque seguramente ya se les estaría secando la garganta a ambas tras tanto palabrerío.

- ¡Si tu empezaste! Pero te haré callar!! - Tras la queja, la chica se lanzó hacia adelante. Aprovechando que la Velocidrome se había inclinado a rasgar el suelo con las garras dio un salto con el que intentó caer sobre la espalda de la velocidrome. De inmediato comenzó a golpearla con su espada repetidas veces en la cabeza, mientras que la montaba como si se tratase de un toro en un rodeo. 

¡¡Uohhh!! Mira Lu, ¡Sin manos! - Exclamó a la par que aporreaba a la pobre lagarto e intentaba mantener el equilibrio sobre ella.