Partida Rol por web

Ahora tu espada estaba bañada en una película de veneno “mortal”, no era muy muy mortal pero hacia daño, y era lo suficiente para ti. Cuando te vio Lumina, se te quedo mirando un rato moviendo la cabeza de lado a lado, acerco su nariz a tu espada y enseguida la aparto con mala cara dando a entender que no le gustaba el aroma, tosiendo un poco. -Espada...peligrosa...- Pero sus ojos de todas maneras se fijaron en todos esos pequeños detalles que había en tu cuerpo y por alguna razón algo te daba a entender que a ella no se le engañaba con tanta facilidad, pero no quería arruinarte tu momento de jubilo.

Caminasteis por el bosque y finalmente encontraste un buen matojo de hierbas, tanto normales como algo mas extrañas unidas cerca, conseguiste la gran mayoría, era como que te estabas acostumbrando a recolectar hierbas así que cada vez era mas sencillo el hacerlo.

Con tanto movimiento el mediodía llegaba lentamente, el sol estaba en lo mas alto del cielo, tenias tiempo aun para seguir buscando, Lumina estaba siguiéndote aun mirándote con ojo critico pero sin decirte nada mientras recolectabais, que harías?

- Nos será útil - Le explicó a Lumina, tras ver su expresión de desagrado por la espada. En cualquier caso lo mejor sería que la mantuviera lejos de ella. Un mínimo corte y el veneno le empezaría a arder. Envainó su espada y siguió andando. De tanto en tanto lanzaba miradas fugaces a la felyne y la incomodaba con alguna broma o comentario, a pesar de que la chica no parecía demasiado conversadora. Finalmente algo captó su atención.

- ¡Allí hongos azules! - Emocionada Alay se adelantó a recogerlos, olvidando por un instante las preocupaciones por el estado de ánimo de Lumina. Ya solo le restaba conseguir unos lirios. No debería ser muy sencillo en teoría, los había visto crecer en claros donde el sol llegaba a pesar de los árboles, pero el problema parecía residir en que o bien estaban devorados por alguna riatura, o aplastados y no le servían. Pero aun tenía algo de tiempo, Lumina le acompañaba y el entusiasmo no se le acababa, aun. 

Se adentró un poco en el bosque, en una dirección distinta al día anterior con la esperanza de tener más suerte por allí. Ya no había hecho paradas innecesarias, se resignó a que su cuerpo olería a sudor el resto del día. Ya tendría tiempo de bañarse al regresar al poblado. 

- Uhg... grrrr - Con lo que no contaba era con las quejas de su estomago, apenas si habían desayunado y ahora el hambre volvía a atacarla. - Debímos haber traído algo de comer. Como sea no queda mucho... 

-Mew....- Saco de su mochila lo que parecía ser una barrita de cecina seca, pequeña pero nutritiva, por un momento parecía que iba a compartirla contigo antes de llevársela a la boca y empezar a degustarla, no parecía que le encantase pero la iba royendo conforme caminaba. -Previsión.- Como si te estuviera riñendo de alguna forma antes de ir siguiéndote. La comida de Lumina era su comida, tenias hambre y tal vez podrías encontrar algo de comer en el bosque que no fuera venenoso si así lo querías, pero por el momento aguantabas bien tu cuerpo estaba hecho para aguantar eso y mas.

Tu búsqueda de plantas te adentraba mas y mas en el bosque, tus fallos hacían que tus pasos perdieran de vista el camino, por donde estaba el sol era complicado el orientarse pero al menos, solo al menos, no habían criaturas que merodearan por allí aunque a lo lejos podías escuchar el crujir de las ramas de algo bastante mas grande que tu y no era una Pukei precisamente.

Alayne miró de reojo la cecina, aunque viendo que era tan poco no iba a pedir que la compartiese. Aun así, ante la regañina de la felyne, dejó que ella se adelantara unos pasos. Cuando estuvo fuera de la vista de ella comenzó a hacerle caras y gestos de burla

- Nghnnn! - murmuraba mientras que le sacaba la lengua y se estiraba los cachetes. Finalmente se aburrió de aquello y volvió a su tarea.

- Si terminamos esta misión le pediré a Felicity que nos prepare una cena más deliciosa que un poco de carne seca ¿Qué te parece? - Fue comentándole mientras que su mente se llenaba de la idea de grandes piezas de carne jugosa, queso fundido, verduras marinadas y toda clase de deliciosos platillos. 

Tal vez fue por estas ideas que le distraían que olvidó buscar las plantas que necesitaban o quizas simplemente había escogido un mal camino. El caso es que siguieron alejándose del sendero y las hierbas parecían no querer aparecer frente a ellas.  Finalmente Alayne se detuvo observando los alrededores, estaba algo confundida ya que no sabía si habían estado acercándose a ese rugido que oyeron antes.

- Tal vez deberíamos buscar un sitio alto como para orientarnos... Aunque no se si hay montañas por esta zona - Le comentó a Lumina, aunque estaba claro que se planteaba esa interrogante a si misma. Finalmente se quedó observando un enorme árbol y pensó que tal vez sería buena idea escalarlo para mirar a su alrededor.

- ¡Esperame aqui, no me tardaré! - Encaró hacia el grueso tronco y comenzó a subir, o al menos lo intentó. 

Por fortuna para ti, porque no sabias como podía reaccionar, Lumina no vio tus burlas pero si que movió las orejas como si estuviera escuchando que estabas haciendo algo raro detrás de ella, de todas maneras no intervino y continuo comiendo lo suyo. -Vale...- Fue su escueta respuesta ya que por el momento, aunque te habías esforzado y eso era digno de elogio, no había visto que acabaras con ninguna misión del gremio, así que dudaba bastante que pudieras pagar una cena abundante.

De todas maneras te habías perdido un poco y tenias la idea de trepar para poder encontrar un lugar alto para orientarte. Lumina se sentó en el suelo y se te quedo mirando el como subías las ramas mientras olfateaba el aire. -Veo tu ropa interior.- Te dijo desde abajo, seguramente se había intuido algo de las burlas.

Podías ver el final del bosque y muy muy a lo lejos una columna de humo que suponías que podía ser la chimenea del gremio, eso si, te habías desviado muchísimo y tardarías un buen rato en salir del bosque, tenias tiempo claro, pero eso no quitaba el hecho de que te habías desviado.

Eso podía haber sido todo, ya tenias lo que querias que era una dirección pero mientras estabas sujeta a una de las ramas escuchaste el sonido de las hojas moverse cerca de ti y enseguida unos ojos clavándose en ti con gesto de malas pulgas. Su cuerpo estaba recubierto como de un pelaje que recordaba mucho a espinas, era totalmente blanco con tintes azulados y por un momento, jurarías, que desprendían chispas. Abrió sus fauces y mostró una hilera peligrosa de dientes mientras que se movía de rama en rama con gracilidad, como si flotara antes de enrollarse en uno de los troncos con su larga cola y quedarse mirando.

No solo podías ver eso, tenia un cuerpo esbelto, fino y delgado pero en su entrepierna reposaba un buen miembro ya que la criatura era tal vez mas larga que la Pukei pero no mucho mas larga asi que el tamaño era proporcional, pero no estaba erecta, estaba tranquila por el momento, quitando que la criatura te miraba mal claro.

- Tsk - Aly bufó y se giró para sacarle la lengua a Lumina a mitad de la escalada. - ¡Y yo he visto la tuya!

Tan pronto como encontró una rama segura donde hacer un alto se subió los pantalones, que como siempre estaban cayéndose, y ajustó el cinto. Posteriormente reanudó la marcha hasta que al fin logró alcanzar la copa del árboles y tener una visión de los terrenos a los alrededores. Se sorprendió de ver lo sencillo que resultaba orientarse desde allí arriba. Aquel sitio desde el que ascendía humo era el poblado y un poco más allá, a la distancia estaría la pradera. Estaba lejos, pero al menos sabía que ruta seguir.

Decidió bajar con movimientos cuidadosos, pero justo en ese instante fue que la presencia cercana le sorprendió. Casi trastabilla ante la visión de la Tobi Kadachi, pero logró sujetarse en el último instante. Paseó la vista por la criatura, desde su mirada asesina, pasando por aquella hilera de dientes afilados, las chispas en su cuerpo y terminando en la monstruosa polla que colgaba entre sus piernas. Todo en ella parecía peligroso.

- Yo... y...ya... ya me iba. Solo pasaba por aqui juntando plantas y... - Una gota de sudor comenzó a pasar por la frente de la muchacha, sabiendo que se había metido en una posición peliaguda. Si intentaba luchar con esa criatura allí sin lugar a dudas terminaría cayendo de cabeza por tener que soltarse. De modo que intentó aprovechar el tiempo que le habían dado para bajar del árbol, con la esperanza de que la Kadachi no decidiera seguirle si ella no le molestaba.

Por un momento se preguntó si sacar la espada con veneno la mantendría alejada, pero no podía arriesgarse a que recibiera una provocación así. Debía llegar a tierra, donde en el peor de los casos no estaría tan en desventaja que luchando en los árboles.

Empezaste a bajar, tu pensabas que lo estabas haciendo con elegancia y con cuidado, pero en realidad te estabas enganchando con todas las ramas que te podías cruzar y llego un punto en el cual, tenias un brazo sujetando una rama, un pie colgando, otro apoyada en la rama que faltaba para no caerte y tu segunda mano en el aire, básicamente, te habías quedado clavada en medio del descenso de la escalada porque estabas mas pendiente de la criatura que de por donde ibas.

Ademas, por el bajar, se te estaba empezando a subir un poco la armadura por la parte del vientre y se te veía gran parte de tu vientre plano y el inicio de tus pechos, pero nada que no pudieras arreglar en un momento. Aun así Tobi no parecía que se lo estuviera creyendo demasiado.

-Plantas...en las alturas...humana...estúpida...- Dio un salto quedando muy cerca ya de ti, no podías combatir contra ella en el estado donde estabas y mucho menos subida a un árbol, podía sentir el aliento de Tobi cayendo por tu cuerpo.

-Tira tu arma...o te mato...- Te exigió la criatura mirándote muy de cerca, tenias varias posibilidades ahora que era el descender rápido para intentar tener espacio para combatir, convencerla o someterte a su voluntad.

Alayne bajaba a toda velocidad, siempre atenta a los movimientos de la Tobi, o eso creía. De pronto sus movimientos se detuvieron en seco cuando no encontró punto de apoyo con su pie derecho, tropezó y cayó sobre unas ramas, quedando atrapada entre ellas. Era un posición bastante incómoda, ya que su coraza de cuero se había elevado tanto que sus senos casi escapaban por debajo. En el afan por sujetarse de algo había ido a enganchar su brazo derecho sobre otro cúmulo de ramas y la armadura le impedía zafarse con facilidad.

- No... verás... solo estaba verificando el terreno. No es mi intención molestarte. Ya me iba he...he... - Mientras hablaba tratada de desengancharse de forma disimulada para seguir bajando, pero cada movimiento que hacía parecía guiarla a una dolorosa caída y de pronto tuvo a la Tobi tan cerca que aquello se volvió inútil.

- ¿Mi arma? Si, claro, no pensaba usarla... - Forzó una sonrisa nerviosa, aunque era cierto que no pensaba usarla. ¿De qué le serviría en aquella situación? Lo mejor sería deshacerse de la carga y esperar a que Lumina la viera e ¿Hiciera algo? Parecía difícil que la felyne la sacara de esa situación esta vez. Llevó la mano libre hasta el cinturón y lo desenganchó para que se deslice con el peso del arma y caiga al suelo.

El único problema ahora era que también se le caían los pantalones. Alay tuvo que flexionar la pierna que estaba colgando para evitar que bajen mucho más allá de su pubis y sus nalgas, pero la pierna empezaba a cansarsele. Cuando tuvo a la Tobi practicamente encima notó su aliento contra su rostro. La muchacha recorrió con la mirada el cuerpo de la criatura para darse cuenta que incluso era más grande que la Pukei. Aun en tierra tendría problemas para lidiar con ella, pero así como estaba las probabilidades de ganar hubiesen sido nulas. 

- ¿Ya puedo irme? - Preguntó sin muchas esperanzas, apenas si podía moverse, aunque cansada de estar allí colgando su mano libre intentó buscar algún punto de apoyo de forma algo imprudente y sin pensar. Aunque eso significara sostenerse de la criatura. 

Tu situación no estaba mejorando, para nada, ahora no estabas armada cediendo a las exigencias de la criatura la cual miro bien como te desprendías de tu arma. En cuanto lo hiciste, con una gracilidad, propia de su especie empezó como a saltar de rama en rama mirándote, dando una vuelta a tu alrededor antes de volver a estar delante. No era estúpida, en sus ojos podías verlo, podía ser como la pukei si pero se cuidaba muy bien de que no llevaras mas armas.

Tu ropa te dejaba en mala situación también, se podía ver la linea de tu pelvis dibujada en un pantalón que empezaba a sentirse de lo mas holgado, tus pechos estaban a punto de salir por culpa de la rama y la Tobi se daba cuenta de todo eso.

Con su cola te atrapo por el vientre, era una sensación extraña, si era pelaje, pero era duro y enseguida sentiste la necesidad de no moverte demasiado porque aunque era un pelaje que parecía suave en parte, cada vez que veías una chispa recorrer este, parecía que estaba a punto de erizare como lanzas. Sin decirte palabra tiro de ti y empezó a recorrer los arboles, no te decía nada y si tu le hablabas ella no te respondía, te tenia bien atrapada y tal vez no era la mejor idea del mundo el intentar zafarte pero tenias esa opción ya que de momento la cola no estaba erizada y tenias una oportunidad de destrabarte y caer al suelo.

Alay dejó que la Tobi le analizase por los cuatro costados en busqueda de más armas. No tenía ninguna extra, de modo que no estaba preocupada al respecto. Tal vez cuando se cerciorase de ello la dejaría ir. La posición empezaba a dejarla bastante incómoda y quería liberarse de aquellas ramas, aunque en aquellos momentos no quería alarmar a la criatura. 

Finalmente la paciencia pareció dar sus frutos cuando la Tobi la liberó de la prisión de las ramas tirando de su vientre con su poderosa cosa. El tacto llamó la atención de Alayne, pero procuró no entrar demasiado en contacto con aquello, después de todo no estaba segura de que efectos podría tener.

- Gracias, es muy amable de tu parte - Dijo en un comienzo, relajada por ya no estar colgada de mala manera y pensando que la Tobi había accedido a dejarle ir. Ser alzada por el vientre era sin lugar a dudas menos incómodo que estar colgando de un brazo, pero pronto se dió cuenta que la Tobi no parecía tener intenciones de soltarle. Desde su posición pudo mirar hacia arriba, reparando en el enorme miembro de la criatura y empezó a suponer para que la quería. 

- O...¡Oye! que tengo cosas que hacer. ¡No puedo ir contigo! - No podía perder el tiempo así. Si se dejaba capturar, Lumina quedaría sola e indefensa en el bosque. La bestia no le prestaba atención, de modo que no tenía más opción que escapar. Con ese pensamiento trató de meter un brazo entre la cola de la Tobi y su vientre y luego hizo fuerza para lograr así que le liberase. El único problema, y con el que se encontró tan pronto su cuerpo quedó libre es que no tenía más punto de apoyo.

Empezó a caer gritando desesperada, aquello iba a ser doloroso. - ¡Kyaaah!

Te soltaste de la cola, de hecho en cuanto lo hiciste la Tobi paro en una rama cercana mientras tu caías al suelo, con seguramente alguna consecuencia dolorosa, escuchaste el rugido de la criatura mientras te miraba caer. Pero tuviste mucha suerte o mas bien habilidad, después de cogerte de una rama, de otra, amortiguando la velocidad y con un ultimo salto apoyando tus piernas en el tronco del árbol conseguiste saltar sana y salva al suelo, te dieron ganas de tocarte por todas partes para asegurarte de que no te habías dejado nada arriba porque había sido algo impresionante, por fortuna todo bien.

Pero, la criatura no te había dejado tranquila ni mucho menos, no veías a Lumina, pero tenia que estar cerca, lo primero era despistar a la Tobi. -Donde estas...- Escuchaste mientras el ruido de la Tobi, sin esconderse ni nada, se iba acercando hacia ti.

Alayne no supo cómo pero logró atrapar una rama a mitad de la caída y balancearse lo suficiente como para frenar de manera drástica el impacto. Como los gatos, cayó de pié, flexionando las rodillas e inclinándose hacia adelante, amortiguando el golpe con las manos. Un rápido análisis en búsqueda de huesos rotos le confirmó que tan solo un par de rasguños habían sido el precio, realmente mucho mejor de lo que había esperado en un comienzo. 

No obstante la voz de la Tobi acercándose le recordó que aun se encontraba en una situación delicada. Debía correr, recuperar su espada y hallar a Lumina. El verdadero problema es que tras tantas vueltas en el aire, cargada por la Tobi y luego cayendo, no estaba del todo segura de en que dirección debería avanzar. 

Sin más tiempo para decidirse decidió acelerar en dirección opuesta a la que venía la luz del sol. Tenía la ligera sorpresa de que la felyne estaría por allí y con algo de suerte habría recogido su espada.

El camino podía haber sido el correcto, pero tus piernas no se movían con la misma soltura que la Tobi. Podías escuchar algunos maullidos a lo lejos, Lumina te estaba llamando, no te habías alejado demasiado así que en apenas un par de minutos deberías estar con ella. Pero la criatura te consideraba su presa y desde las alturas iba pasando rama a rama para perseguirte hasta que, sin previo aviso, su cola te golpeo todo el cuerpo como su fuera un enorme lengüetazo, pero no fue todo. Una corriente eléctrica de alta intensidad empezó a recorrer todo tu cuerpo por culpa de la cola de la Tobi, empezaste a tensarte mucho y en nada podías ver como la criatura se ponía encima de ti y te volví a agarrar esta vez con la cola, dándote chispazos cada vez mas intensos.

Tu cuerpo se agarroto y como no, después de un par de descargas, ya que estabas apresada por ella y te había pillado desprevenida, caíste en la inconsciencia sin saber muy bien lo que te iba a hacer.

No sabias exactamente cuanto tiempo llevabas dormida, eras incapaz, pero al abrir los ojos había cierto tono rojizo en el cielo, estaba atardeciendo ya y el sol estaba de lo mas bajo probablemente, la noche se haría patente enseguida. Te encontrabas como tumbada en un montón de raíces y enredaderas, no era muy cómodo pero daba la sensación de estar en una cama elástica. Al intentar levantarte te dolía todo el cuerpo por culpa de los chispazos que habías recibido, tu armadura estaba relativamente bien, algún corte y magulladura pero tu misma podrías reparar el cuero que se había desprendido, lo único que...estabas a una gran altura.

Te encontrabas suspendida entre un par de arboles, el nido de la criatura estaba resguardado y no veías demasiadas opciones para bajar por tu propia cuenta, tal vez escalando el tronco principal pero era mas bien liso y no había demasiadas ramas. En cuanto sopesabas tus opciones viste que encima de ti, encima del nido, allí, Tobi te miraba con los ojos enfadados por haber intentado escaparte, relamiéndose una y otra vez, y esta vez, su miembro blanquecina estaba de lo mas erecto, le llegaba mas o menos por el vientre, un poco mas, lo cual lo hacia de lo mas grande.

Al oir los maullidos comenzó una carrera en esa dirección, pero de pronto notó un potente golpe en su costado, cerca de las costillas. Alayne trastabilló y quedó sin aire por unos momentos, pero lo que más llamó su atención fue que al intentar moverse sus miembros estaban paralizados. Intentó arrastrarse pero la cola de la tobi la envolvió por completo y la levantó como si fuera una muñeca de trapo. Habría pedido auxilio, pero la electricidad recorrió su cuerpo dejandole inconsciente.

Despertó lo que supuso que eran horas después. El aire fresco y la iluminación de la zona le resultaron llamativos, ya que antes estaba rodeada de árboles y apenas si pasaba el sol. Intentó levantarse y descubrió que sus músculos aun estaban agarrotados, apenas si lograba moverlos. Aun así no estaba del todo segura de si eso se debía a la incómoda cáma de raíces sobre la que se encontraba o a la electricidad antes recibida. Sea por la razón que sea no tuvo demasiado tiempo para meditar sobre ello. 

Al alzar un poco la vista, acostumbrandose a la luz del atardecer, descubrió a la Tobi. La criatura la observaba desde arriba y no solo eso, en el trascurso de la tarde parecía haberse estado preparando para la ocasión. Alay tragó saliva viendo el enorme miembro de la criatura. Esa polla monstruosa definitivamente no iba a entrar en ella si era lo que la Tobi pretendía. La iba a partir en dos si lo intentaba. 

Con el miedo ante esa perspectiva dibujado en el rostro, llevó una mano a sus caderas, pero descubrió al instante lo que ya sabía. Su espada no estaba allí, la había perdido junto con su oportunidad de defenderse. Tenía que huir, o al menos intentarlo. Se asomó por el nido y supo que eso tampoco sería posible. Antes había tenido suerte al caer, pero ahora la altura era más del doble o quizas el triple y apenas se veían ramas por la que iniciar el descenso.  

Sin más opciones se giró hacia la tobi dubitativa - ¿Qué es lo que quieres de mi? Te advierto que soy pura piel y huesos no te voy a gustar como almuerzo - mientras hablaba su mirada estaba clavada en el miembro de la criatura ¿Debería satisfacerla sexualmente para conseguir un pasaje hasta el suelo? Tras meditarlo un segundo se acercó un paso hacia la Tobi.

-Po... podría hacerte sentir bien, si a cambio me llevas de nuevo al suelo y me dejas libre. - Le ofreció mientras que estiraba una mano para masajear por un instante la bolsa con los testículos de la criatura. Luego aguardó su respuesta. Después de todo dependía de ella para bajar, tenía que convencerla de alguna manera.

-Grrrr...- Unos dientes, afilados como puntas de lanza se dibujaron en sus fauces mientras intentabas buscar tu espada, la criatura te había examinado pero no por ello no creía que no llevaras armas, era precavida aunque estabas casi segura de que no serias rival para ella en el estado en el que estabas. El tacto de sus testículos era suave, no era como unos testículos humanos, no notabas que hubiera nada solido dentro pero aun asi pesaban, se hacia agradable al tacto, como una enorme bolsa de agua caliente.

En cuanto empezaste a tocar la Tobi se revolvió molesta y te dio un fuerte empujón con su cola para que cayeras de nuevo al suelo antes de que, con un ligero salto, cayera ella también a tu altura y empezara a caminar. De forma natural caminaba a cuatro pero se ergio para poder hacerlo a dos mientras te observaba detenidamente, en todo momento blandía su miembro como si se tratara de una arma poderosa.

-No saldrás de aquí...- Amenazo la criatura mientras te sacaba los dientes. -Engendraras a mis criás...empieza...a atender, o muere.- Era algo común que las criaturas que se consideraban alfas de su manada, en este caso simplemente es que ella era futanari, una versión “macho” de la Tobi kadachi y exigía hembras para procrear. Agito su cola y por un momento su cabello se volvió a erizar poniéndose en punta dando un nuevo chispazo por todo su cuerpo advirtiendo de lo que pasaría si no obedecías a su mandato.

"Es suave y cálida" Pensó la muchacha mientras que masajeaba y se sorprendía con la bolsa escrotal de la bestia. Su rostro se cubrió de un rubor evidente, pero no tuvo demasiado tiempo para jugar con ello. Alayne cayó de espaldas ante el empujón de la Tobi y vió como ella se acercaba balanceando su miembro de lado a lado.

Eso no pintaba bien, no pintaba nada bien. A pesar de que estaba sutilmente excitada ante la visión y el tacto con la Tobi, podía pensar con claridad. ¿Qué debía hacer? huir estaba descartado, pero tal vez si esperaba a que la Tobi se agotase y se durmiese podría intentar escabullirse con cuidado. ¿Cuanto tiempo habría estado Lumina sola en el bosque? debía apresurarse a salir de allí. 

¿Sería la sumisión la forma más rápida? O tal vez... De pronto una idea cruzó la mente de la chica y comenzó a bajarse los pantalones para enseñarle su miembro a la tobi. Lo hacía con la esperanza de engañarla, pero se sorpendió a si misma notando que su polla estaba media erecta. - Es... es que yo no puedo tener bebes, mira...

El miembro de Alayne salía de sus pantalones, con un tono rosado y brillante en la punta, donde asomaba una gotita. El resto de su cuerpo seguía también medio expuesto tras el manoseo de la Tobi para llevarla hasta allí arriba. A pesar de no haberlo notado, uno de sus senos escapaba de su armadura y caía enseñando un pezón aun más rosado que contrastaba con su piel bronceada.

Al ver que te bajabas los pantalones, la Tobi tuvo un fugaz brillo en los ojos porque era como si tu ya te estuvieras rindiendo a ella, pero no se sorprendió demasiado al ver tu miembro, solo se quedo mirándolo con ojo critico mientras buscabas una excusa para no ser la hembra de la criatura. Aun asi parecía que no se estaba replanteando la situación aunque tuvieras miembro. -Macho?- Pregunto mientras se acercaba y ahora ella misma empezó a arrancarte partes de la armadura. Sus garras fueron rápidas, tiraron de la parte de arriba de tu peto para arrancarlo de tu cuerpo, las tiras estaban dañadas pero podrías volverlas a colocar bien con algo de tiempo y materiales, rápidamente con su cola te corto la vía de escape por si intentabas ir hacia atrás, era precavida y tenia sin duda mas inteligencia que había tenido la Pukei.

Empezó a olfatearte y sus garras pasaron por tus pechos, sentías lo peligrosa que podía llegar a ser si hacia presión en esa zona pero solo te estaba examinando, seguidamente te empujo de nuevo para que te medio recostaras en su cola y por mucho que forcejearas te empezaría a quitar la parte de abajo del todo, tirándola junto a tu armadura. -Macho o no, seras mi hembra.- Dictamino sin importar demasiado, seguramente no sabia demasiado de la reproducción humana, después de todo era de otra especie y le daba igual mientras pudiera satisfacerte.

Conforme te iba desnudando su miembro golpeaba tu cuerpo como si fuera una maza, no te podías abrazar a el, no llegaba a ser tan exagerado pero si entrara toda entera llegaría fácilmente a tu caja torácica, era largo si, pero no imposible de introducir dentro de ti, pero seguramente llegaría a dolerte ese tamaño, no era como las kelbins.

Una vez hubo hecho lo que quería te miro con los ojos desafiantes. -Date prisa...- Estaba impaciente porque la atendieras como era debido, su miembro palpitaba cerca de tu cuerpo y su cola daba ligeros tintes de que estaba a punto de erizarse, si lo hacia la electricidad volvería.

De un momento a otro Alayne se vio despojada de su armadura. Notó con cada tirón de la Tobi como las hebillas y los puntos más débiles que sujetaban su armadura cedían ante la fuerza de la criatura. En aquel momento Alay pensó que lo mejor sería quedarse quieta ya que las garras de la Tobi pasaban por zonas sensibles de su cuerpo mientras que la examinaba. Al final la mentira no le sirvió de nada más que para acelerar las cosas.

Su cuerpo aún estaba algo débil y no pudo resistirse cuando la Tobi la manipuló como quiso para dejarla tumbada sobre su cola. Cuando notó la cabeza de la criatura olfateandole de cerca se estremeció. Notaba el aliento cálido sobre su piel desnuda y eso sumado a que la cola peluda, en comparación con las duras raíces del nido, era un mejoría en cuando a su comodidad. ¿Acaso se estaba haciendo la idea de dejarse tomar por esa bestia? Sus pensamientos empezaban a confundirse a medida que el líbido subía. 

Esta confusión le llevó a perder sus pantalones casi sin darse cuenta. Estaba demasiado ocupada observando ese miembro que con cada movimiento de la Tobi chocaba contra su vientre, sus senos o su boca. Un cosquilleo en su espalda le alertó de que la Tobi estaba perdiendo la paciencia, aun así eso pareció excitar a la muchacha, ya que abrió las para enseñar a la bestia su rajita. Empezaba a querer tener esa monstruosa polla en su interior, pero tendría que tomar ciertos recaudos, de modo que primero se inclinó hacia adelante para lamer y humedecer la cabeza y el tronco del pene de la Tobi. 

Finalmente escupió sobre ella y pasó la mano para embadurnarlo por completo antes de guiarlo hacia abajo, adentrando un poco la cabezota entre sus labios vaginales. Con sorpresa notó que su coñito ya estaba también muy húmedo, listo para recibir a ese intruso. - Nghn... - Se mordió el labio inferior mientras que poco a poco se movía para adentrarlo en su interior. - Por favor, se gentil... 

Aunque no lo pareciera por la situación, una Tobi kadachi era una criatura hermosa, era una pariente muy lejana de lo que seria una ardilla, la forma en que podía planear por entre los arboles era porque desplegaba una membrana de sus brazos, su cuerpo femenino desarrollado, sus pechos turgentes, su pelaje que parecía suave y a la vez peligroso...todo hacia de ella una criatura que muchos desearían poseer en sus campamentos. Pero tenían muy mal carácter, eran fieros como una Rathian protegiendo su nido y te habías tenido que topar con una que encima era “macho”.

Como ya habías comprobado, los genitales eran suaves, a la hora de lamerlos podías notar su suavidad en tu lengua un fuerte aroma y sabor a feromonas que hicieron que tu cuerpo reaccionara como estaba reaccionando. Era grande si, te costaría, pero podría entrar en tu vagina. La Tobi se quedo observando y por un momento pensó que ofrecerías tu boca pero ofreciste tu vagina. Con un gruñido te tomo de las manos con el glande ya entrando dentro de ti y con fuerza te giro el cuerpo para que quedaras en una posición de cuatro patas.

Te atrapo con una mano tus dos manos mientras con la otra tomaba con firmeza tu cintura, sus pechos se balancearon encima de tu espalda antes de apoyarse por completo. Por como estabas, estabas atrapada con la cintura hacia arriba entre su cola y su cuerpo. -No haber escapado...- Amenazo relamiéndose mientras comenzaba a empujar con su cadera. La fuerza que tenia era grande y no temió el darte cierta molestia a tu vagina, su miembro quisieras o no empezó a dilatar a la fuerza, sin dañarte claro, pero si causándote molestia por el tamaño. La Tobi te penetraba como si fueras una criatura mas, sin ofrecer ningún descanso ni trato preferencial, era una criatura orgullosa y habías intentado jugar con ella. El tacto del miembro en tu interior era agradable, las corrientes eléctricas que pasaban por su piel hacia que tu interior se adormeciera, dejando que el dolor se calmara y tu vagina de forma involuntaria se abriera a ella.

La muchacha había decidido que al menos trataría de disfrutar de la situación cuanto pudiera. Su cuerpo ya estaba totalmente rendido a las sensaciones que la embriagaban. Solo debía dejar que su mente se sumergiese de igual manera en aquellos placeres. Trató de atrapar y masajear uno de aquellos senos firmes de la Tobi, pero en ese instante la criatura atrapó sus manos. En menos de un segundo Alay quedó tumbada boca abajo sobre la peluda cola. 

Sin posibilidad de resistirse debido al cansancio y a su cuerpo magullado, no pudo evitar convertirse en un mero juguete de la Tobi. El cálido contacto con los pechos en la espalda y el tirón que realizaba la Tobi bajo sus caderas le obligaron a dejar las nalgas en alto y arquear la espalda. Alayne estaba extasiada, tanto por el dominio de la criatura, como el contacto con su cuerpo, el aliento de sus palabras hablando cerca de su cabello. 

La chica soltó un gemido y luego un grito mezclado entre placer y dolor cuando el miembro de la Tobi ingresó con notable violencia en su interior. Notaba como las paredes de su coño se adaptaban a la gruesa forma que se adentraba en ella. Por un momento creyó que la Tobi la atravesaría de lado a lado, pero su glande encontraría tope pronto. La chica sufrió un brusco estremecimiento cuando el contacto llegó hasta su cervix. 

- Nghnn...  no, no... ¡Aaaah! - Sin poder resistirse, Alayne tuvo que abrazarse a la cola de la Tobi y hundir el rostro en aquel pelaje. Notaba el tacto áspero y electrizante de aquellas hebras con una sensación extraña, pero le gustaba como se sentía en sus pezones apretados contra ellas. Su primer orgasmo no tardó en llegar conforme la electricidad recorría su coñito y este parecía captar más y más del miembro de la Tobi, con contracciones que intentaban hacer que se hundiese aun más dentro de ella. El orgasmo humedeció completamente la polla y el pubis y la parte de la cola donde la muchacha estaba apoyada.

Tras aquello Alay pareció empezar a acostumbrarse al tamaño desmesurado. Fue ella quien empezó a mover las caderas de adelante hacia atrás, a medida de lo posible dentro de las limitaciones que le marcaba el claro dominio que le ejercía la Tobi. ¿Acaso comenzaba a disfrutar de aquellos actos de sumisión? Con profunda verguenza la chica trató de apartar el pensamiento de su cabeza y disfrutar el momento. La calidez de la Tobi y la capacidad electrizante no era algo a lo que pudiese negarse, no podía desperdiciar algo así.