Partida Rol por web

Siguiendo las indicaciones que le ha dado su maestro. Conn finalmente os informa frente a uno de los grandes arboles que tapan el lugar con su sombra rodeado de arbustos repletos de pinchos:- Es aquí donde debería estar la entrada...- Aunque está algo dubitativo, pues a simple vista no parece que haya ningún hueco en el árbol. Ya habéis recorrido un camino de 20 minutos a buen ritmo por el manto formado por la nieve derretida y el mantillo que las hojas descompuestas han formado. Pero ahora estáis preparados para lo que sea, si están los ladrones por aquí. Debéis estar atentos a vuestro alrededor

- mmmm, esto no me gusta - mascullo entre dientes mientras las sensilas de mi hocico se mueven captando todos los olores del ambiente que pueden¹. 

Miro a mi alrededor. Aquí parados, frente a la madriguera de los ladrones, somos un blanco perfecto y seguro que esos despojos tienen vigías y guardas que habrán advertido al resto de nuestra presencia.

- Deberíamos prenderle fuego - digo finalmente meditabundo. - No me refiero a quemar todo el árbol... no. Sólo unas cuantas ramas secas y hojas cerca de la entrada. - hago una pausa.

- ¿Cómo se saca una alimaña de su madriguera? Con una buena hoguera en uno de los agujeros de su madriguera mientras se le prepara una emboscada en otro por el que a buen seguro saldrá. -

Me vuelvo hacia el resto.

- ¿Qué me decís? - 

-No lo se- dijo Conn meditativo y claramente respondiendo a sus pensamientos mas que a lo dicho por Eidos. –Deberíamos antes analizar los alrededores, ver sus patrones de movimiento, no me gusta la idea de anunciarles que alguien anda cerca sin saber luego que hacer. Supónganse que llaman a las armas para defender su refugio, ¿luego que?, ¿Combatimos nosotros cuatro contra todo lo que nos encontremos?, mala idea-.

Conn siguió observando el lugar mientras se agachaba a juguetear con la nieve con sus zarpas, siempre le había gustado la nieve.

El panorama era difícil, y aunque no le gustaba en lo absoluto el plan de Eidos por lo que pudiera suceder después, era conciente que la idea no era realmente mala. Sin tanto solo pudieran asegurarse de que los ladrones pensasen que el fuero era natural o accidental no habria problema, y eso solo si conseguían un buen escondite desde donde observar todo.

-Alguien tiene alguna mejor idea?- preguntó Conn esperando ver luz entre la oscuridad.

Wynna escuchó atentamente y arrugó el hocico. El de Eidos era un plan arriesgado, el de Conn le atraía más...

Miró hacia el lugar donde debían estar aquellos ratones y miró alrededor, atenta a cualquier movimiento.

-Yo diría...yo diría...vigilar primero. ¿Infiltrarnos despues? -miró a sus tres compañeros, parpadeando por la luz del atardecer que se filtraba entre las hojas de los árboles- ¿Quizás yo mientras vosotros vigilais? Nadie sospecharía de una ratona como yo....soy muy joven para representar un peligro real. Podría intentar sacar algo de información antes de atacarlos...

Conn acompañado de Eidos buscan posibles entradas y posibles guardias en los alrededores. La búsqueda no es muy larga para encontrar la entrada pues hay un agujero disimulado entre las zarzas que rodean el árbol. Los guardias del lugar están en el interior del agujero jugando a las cartas y por lo tanto no atentos a los dos ratones que les han observado en silencio. Ahora tendréis que decidir que hacer con ellos para poder entrar en la guarida sin armar un escándalo con ello.

Wynna había esperado paciente a que Conn y Eidos buscaran la guarida de ese grupo de ratones. Pero en un momento dado vio como ambos se paraban en un lugar determinado de la maleza, sus colas se movieron lentamente, casi hasta detenerse, y Wynna supo que habían encontrado algo.

Miró a Sylvain y le susurró-Han visto algo...¡como me gustaría estar allí para ver que han encontrado! ¿Serán peligrosos? ¿Tendrán armas como los que atacaron el cargamento? -mientras preguntaba su hocico se movía rapidamente y sus bigotes seguían el compás, sus ojos mostraban la excitación del momento, de lo desconocido. Aquella situación era totalmente nueva para ella.

-Bien, quizá tengamos la oportunidad de adentrarnos y robar a los ladrones. Aunque primero tendremos que deshacernos de esos dos- afirmó el ratoncito explorador mientras jugueteaba con su cola feliz de haber tenido éxito investigando el lugar. – Podría introducirme en silencio para tomarlos por sorpresa o bien podríamos llamar su atención y emboscarlos al salir-.

Conn estaba de nuevo inseguro de cómo proceder, era bueno cazando y explorando, pero no era un guerrero que estuviese acostumbrado a asaltar fortalezas, y si las cosas salían mal, así acabaría todo.

Tras infiltrarnos en la entrada y comprobar que los guardias están distraídos Conn y yo volvemos afuera para preparar un plan de acción.

Reunidos en un circulo a unos pasos de la entrada semioculta de la madriguera, escucho las opciones que menta nuestro explorador.

Mesándome las sensilas más largas de mis bigotes pienso en silencio por un momento.

- hmmm... creo que deberíamos optar por la segunda opción: atraerlos hacia una trampa aquí fuera. Intentar dejarlos fuera de combate dentro es arriesgado pues tal vez hagamos ruido y alertemos al resto de los malnacidos que habitan en esta madriguera. -

—Dentro estamos demasiado expuestos, prefiero la opción de emboscarles aquí fuera —resolvió Sylvain—. Prepararemos una trampa para ganar la iniciativa y entonces desencadenaremos el reclamo. ¿Tenéis una cuerda o algo que podamos atravesar en la entrada para que tropiecen al salir? 

Miró a la cuadrilla fijando la mirada al final en la zarpa tierna.

—Wynna será el cebo. Cuando todo esté listo ella llamará su atención. Una vez salgan, el resto les atacaremos por la espalda y, si tenemos suerte, quedarán desequilibrados por la cuerda. ¿Alguna dificultad o sugerencia?

Mientras estáis discutiendo que hacer, escucháis una voz proveniente de las zarzas:- ¡Ey, Paul! ¿Eres tú?... - Parece que discute con alguien en el interior.:-¡Si Selvin. Claro que voy a pagarte! Pero he escuchado voces... Que si.- Tras otro pequeño rato informa:- Voy a mirar afuera, espera aquí...- Solo faltan unos instantes antes de que el guardia salga de entre las zarzas...

Wynna escuchaba a unos y otros mientras los miraba atenta, moviendo la cola expectante de un lado a otro mientras decidían que hacer.

-Y si intentamos enterarnos de buenas de lo que ocurre...si les tendemos una trampa tal vez no nos quieran decir nada por las buenas y no tenemos nada de lo que acusarlos... ¿no? -preguntó temerosa de no estar pillando el hilo que sus compañeros estaban siguiendo y pecar de ingenua. Pero sus compañeros estaban todos de acuerdo y Sylvain anunció que ella sería el cebo. ¡Eso se le daba bien! ¡Podría hacerlo sin problemas! -¡De acuerdo! ¡Lo haré! Llamaré la atención cuando me digais y.... -sus orejas se pusieron alerta de repente y sus ojos se abrieron mientras escuchaba con atención- ¡Nos han oido! ¡Rápido! ¡No tenemos mucho tiempo antes de que salgan! ¿Lo hacemos? Me quedo aqui mismo ¡y paso a la acción conforme los vea!

Miró decidida a donde sabía que estaba la entrega a la guarida, no tenía miedo, sabía que sus compañeros cuidarían de ella. Y si las cosas se complicaban.... ¡correría como si la persiguiese un gato!

Conn no se sorprendió de que les hubieran escuchado e incluso hasta cierto punto era benéfico. No obstante la premura si era un problema y ponerse de acuerdo en aquellos momentos ya no era una opción pues descubrirían cuantos eran y podrían pedir ayuda.
Conn se acerco lo mas silenciosamente posible hasta la entrada para encargarse del bandido en cuanto este saliese; sin embargo el ratoncito realmente esperaba que Eidos se hiciera cargo de eso con su bastón para que el pudiera colarse a toda prisa y encargarse del segundo bandido de ser necesario.

No son necesarios más preparativos pues la anticipación de la situación nos lleva ventaja. Debemos actuar ya. Los sonidos que proceden del interior nos advierten que hay que eliminar esta amenaza cuanto antes...

No obstante, las palabras de Wynna me hacen recapacitar por un momento.

Entrecierro los ojos pensando en las posibles implicaciones y consecuencias. Asiento en silencio a la zarpa pues cierto es que deberíamos interrogar a alguno de estos ladrones antes de que sea demasiado tarde.

Sin embargo, los guardas de la entrada seguramente serán de los que menos sepan sobre todo este asunto de cuantos ratones haya en esta madriguera así que, junto con la premura que nos corre, habremos de dejar las interrogaciones para más adelante.

Hago ver a la tierna que estoy de acuerdo con ella pero que tendremos que esperar a interrogar a otros, usando un gesto silencioso de mi mano y, a continuación, asiento a Conn mientras este se coloca listo para emboscar e indica mi bastón.

No hacen falta más palabras.

Me coloco tras los arbustos de la entrada listo para arrear un zarraplasteco a dos manos a la cabeza del primero que salga centrando su atención en Wynna.

Todo ocurre en tan solo unos segundos, os escondéis entre la maleza rapidamente esperando que el guardia solo se fije en la solitaria Wynna que con resolución espera en su papel de carnaza para que podáis dejar incapacitado al menos a uno de los guardias.

El guardia sale del agujero todavía preguntando:- ¿Paul? Que no estamos para bromas...- Se para en la entrada del seto mirando cautelosamente a Wynna y dice:- ¿Que demonios haces tú aquí?- No ha sacado su arma, pero tiene la garra en el pomo. Eso si, no se ha dado cuenta de que estáis a solo unos pasos de él...

Todo sucedió antes de poder ni tan siquiera ver como sus compañeros corrían a ocupar sus puestos y preparase. Cuando Wynna se dio cuenta, estaba sola y solo podía ver como el movimiento de algún arbusto que otro que delataba donde se habían escondido los demás. Ahora estaba sola, y ya podía distinguir perfectamente la voz del ratón que se estaba acercando a la entrada del escondrijo.

Se agachó y cogió en sus garras la primera piedrecita que encontró y se la quedó mirando pensativamente justo a tiempo de que a su lado, a escasa distancia, sonara la voz sorprendida del ratón, que ya la había visto.

Se volvió hacia él, con un pequeño respingo para disimular que ya sabía que él estaría allí y lo miró con sorpresa, o eso pretendía hacer entender para que su papel fuera aún más creible- ¡Ey! que susto me has dado... de donde... ¿de donde has salido? -preguntó inocentemente mirando a un lado y a otro, antes de que sus pequeños ojos negros vieran que tenía la garra dispuesta a blandir su arma contra ella. Dio un paso atrás agarrando con fuerza la piedrecita, que escondió tras su espalda, como si fuera algo en lo que le fuera la vida, exagerando el movimiento, intentando captar la atención y provocar la curiosidad del ratón y hacer que fuera hacia ella- Nada. No hago nada -dijo dando otro pequeño pasito hacia atrás y mirando a uno y a otro lado, como si fuera culpable de algo, como si lo que tuviera escondido fuera algo muy importante que no pudiera ser visto por nadie más que ella.

Sylvain miró a Eidos y Conn y les hizo un gesto con la mano para que mantuvieran su posición. Él se haría cargo de ese guardia y ellos estarían atentos por si el otro salía si ese hacía algo de ruido.

Desenfundó su espada y se abalanzó sobre el guardia tratando de golpearle con la empuñadura de la espada y reducirle. Tenía que ser rápido y efectivo. No tendría dos oportunidades.

El guardia tarda en actuar, tardanza que aprovechais para golpearle por la espalda con las partes romas de vuestras armas (o en el caso de Eidos con un doloroso sonido a hueco cuando golpea su arma con la cabeza del ratón) Por lo que cae redondo sin hacer mucho ruido. Por lo que su compañero tarda en preguntar:- ¿Estás bien compañero...?- Espera respuesta y no parece picarle la curiosidad, quizás hasta este pensando en dar la alarma...