Partida Rol por web

Fue una suerte que Nicholas estuviera atenta a ella y la tomara del brazo, la hembra se dejó llevar suavizando su mal genio, él lo conseguía con facilidad -...Si te hace ilusión lo buscamos luego y lo pateamos, cualquier cosa por hacerte feliz... ¡Qué demonios!... Estoy deseándolo... - le dice con cierto toque de diversión.

Gaia siguió su caminar observando que al final del corredor avanzaba Mikael, la mujer de ojos azules le miró, la última vez que se vieron fue en el tren y apenas habían compartido algunas palabras, pero la hembra intuía que su situación era tan precaria como la de ellos mismos. Aquel acontecimiento en el almacén podía ser la ruina de todos.

Entraron a la sala, ésta se encontraba llena de vampiros, casi podía olerse el poder que emanaban, aunque no le sorprendía el número ni le impactaba tanta aglomeración de poder, llegando a una conclusión, era lo suficientemente lista como para someterse en caso de problemas, como cualquier macho joven ante su alfa. El sitio para sentarse era la zona más discreta y próxima a la salida, aunque para escapar de allí debían ser muy rápidos, demasiado.... Mejor ni intentarlo, había que actuar con prudencia, como las leonas cuando cazaban, debía dar pasos prudentes para dar el golpe sutil que les proporcionara alimento, en este caso, supervivencia.

El silencio se hizo, fue absoluto, comenzó a hablar una mujer insulsa en aspecto, pero que emanaba un aura de poder. Gaia escuchó con atención sus palabras entendiendo que hablar de lo mal que iba la Camarilla en Berlín no era tan importante como los hechos acontecidos en el tren. Estaba claro que no se centraban en un problema mucho más amplio, si no en algo puntual, la muerte del malkavian, maldito fuera.

Su Poya se acercó a la mujer y comenzó a decir venenosas palabras en sus oídos. Gaia le miró con asco mientras señalaba a Mikael y a ella misma, mucho tiempo estuvo escupiendo ideas, y la hembra esperaba que aquellas fueran al menos fidedignas, y no viles engaños para ganar posición ante los ojos del poder.

Volvió el tema importante, Ibrahin, le acusaban de amaranto, algo que tenía una clara condena. Gaia recordaba cuando era aún una chiquilla joven y fue instruida en qué cosas no se podían hacer bajo ningún concepto. Raider fue tajante, algunas acciones te hacían ver la luz del sol y con aquello no se bromeaba. Por eso entendía la gangrel la gravedad de aquel asunto y a su sire le habían envuelto en toda aquella mierda. No había justicia.

La mujer nombró a Raider y la señaló a ella, Gaia no tenía miedo, se levantó pues entendía que disgustar a esa hembra frígida podría tener consecuencias fatales para los suyos. La miró a los ojos antes de hablar, con todo el respeto posible, aunque estaba algo desentrenada en ser amable, sabía que la vida de su sire estaba en juego.

- Señora, yo nunca miento.... - y era verdad, siempre evitaba aquello -... Me gustaría hacer constar que desde hace no mucho tiempo mi sire me dio la libertad, soy una Gangrel Libre y no dependo de él como vampiro... Tengo un testigo que puede afirmar mi integridad como vampiro.... - Gaia consideró importante decir aquello, ahora ya no podía considerarse como que le defendía por el hecho de proteger su propio futuro, quizás así cobrasen más fuerza sus palabras -...Sé que inicialmente Raider fue al almacén para ayudar a Hyde, mi impresión es que se llevaba bien con él, pero si algo cambió es porque estoy convencida de que alguien ha manipulado su mente de alguna manera, Raider siempre ha sido protector conmigo y su carácter se suavizaba a mi lado. Desde el día del almacén actúa con odio hacia mi propia persona, de forma no natural..., me abandonó cuando me atacaron, algo que jamás y puedo jurarlo por mi vida, jamás se hubiera planteado él si hubiera estado en óptimas condiciones, antes de lo del almacén era otro vampiro... Le oí decir que odiaba la magia de los brujos, no quería tener cuentas con ninguno de ellos y también mencionó en alguna ocasión tras la muerte de Hyde que le han envenenado la mente... Jamás antes había dicho eso ni actuado como si continuamente tuviera que luchar contra lo que piensa.... Su actitud ha cambiado desde el almacén, alguien le ha hecho algo y le ha provocado para que actúe contra sus deseos... Raider siempre respetó la Camarilla, no hubiera tomado partido por los anarquistas si no hubieran doblegado sus deseos... Segura estoy de ello, señora... No sé dónde está y él sabe que estoy herida..., me dio la independencia porque sabe que puede dañarme... Me ama..., siempre lo ha hecho, a pesar de que desde el día del almacén me trate con odio.

Gaia permaneció tranquila dijo la verdad según su punto de vista. Permaneció de pie, respetuosa dentro de lo poco pulidos que son los modales gangrels. Se esforzaba. Estallar allí era poner una soga en el cuello a Raider, Ovillito y Cosita. Esperó determinaciones o más preguntas al respecto.

Una vez Gaia acabó de hablar Krampus le dio la mano para ayudar a sentarla como si la auxiliase de sus heridas, en realidad era un gesto para darle el relevo. Para ser gangrel no lo había hecho mal, pero era mejor no tentar a la suerte, ni dejarla expuesta ante un posible interrogatorio público por parte de aquella mujer.-Con la venía, me gustaría solicitar la impugnación de esa declaración firmada, dado que quien la ha realizado no parece haberla contrastado con las partes. No se puede presuponer el cargo en una situación así previo interrogatorio, por tanto es una declaración parcial o cuanto menos inexacta. Un fallo de forma si nos regimos por términos más mundanos.

Raider puede ser muchas cosas, pero jamás sería el lacayo de nadie, mucho menos por propia voluntad y jamás de alguien al que odia con todo su corazón. Conozco al gangrel desde hace cierto tiempo, nunca a tenido una palabra amable para el recién declarado culpable de amaranto. ¿Acaso un vástago acusaba de tal crimen medirá su mano a la hora de subyugar la voluntad de otros?-los años de estudio sobre el lenguaje y alguna que otra serie de abogados le dieron al Nosferatu algo de idea de como afrontar aquella situación. Si quien había firmado la declaración quería seguir adelante como mínimo tendría que dejar el anonimato.

Por otro lado toda la Camarilla había declarado a Aguilar como cabeza de turco, una verdadera putada porque se iba a quedar sin cobrarle muchos favores. Incluso su clan le había dado la espalda, por tanto salvar a Raider a costa de hundir al Tremere no era un gran esfuerzo, ya que este último había tocado fondo. Por si fuera poco la mala fama de los Tremere y su abuso de la dominación era por todos conocido, bien seguro por ello Ldescu había dejado caer a su compañero de clan para que la mierda no salpicase a este.-Por otro lado aclarar que mi compañera de coterie, no cuenta con uno, sino con dos testigos de la liberación por parte de su sire. Me gustaría recalcar la ya mencionada conducta anómala de Raider que yo también pude apreciar claramente.-dicha conducta podía tener mil y una explicaciones, pero era mejor seguir la linea que había abierto Gaia, tratando de crear una duda razonable sobre si el gangrel estaba dominado o no por el Tremere.

No pudo evitar mirar por un momento a Michael, por el momento permanecía callado y bajo el ala protectora de Ldescu más le valía dada su condición.

Sostengo la mirada de Gaia mientras habla pero una frase se clava en mi mente -Raider fue al almacén a ayudar a Hyde- de las tres personalidades del Malkavian fue a ayudar a la que se ha demostrado que simpatizó con nuestros enemigos. Asiento.

Escucho tras Gaia a Krampus y su alarde de vocabulario legal. -Bravo, pero insuficiente.-

Incongruencias. Demasiadas incongruencias en los testimonios de ambos. -Por ahora y hasta que se aporten pruebas de lo contrario, Raider, enajenado o no, es sospechoso de ayudar en la muerte del Primogénito Malkavian. Debe comparecer, como bien ha indicado el señor Krampus, para ser interrogado y poder llegar al fondo de su anómalo comportamiento-

Me tomo mi tiempo, dejando una pausa aún mayor para cambiar de tema. -Tengo una lista con los pasajeros del Transaxa Berlín Hamburgo.- Deslizo la mirada por el graderío aunque sin detenerme en nadie en concreto -Esto sobrepasa la jurisdicción de esta ciudad por lo que lo trataré personalmente con cada vástago- puntualizo con contundencia -Quedáis informados. Ibrahin, del clan Tremere, queda declarado Anatema mientras que Raider sólo es sospechoso.- Me preparo para dar por finalizado el cónclave.

-Ehm... disculpe- me acerco haciendo una reverencia -Aún queda un tema por resolver- digo con diversión deslizando la mirada hacia Krampus, Gaia y Nicholas. Los señalo -La señorita Gaia, chiquilla del sospechoso; Krampus, del clan Nosferatu y aquel que sospecho se trate de un Sangre Débil que conoce muy bien al sentenciado Ibrahin tienen algo que decir- les sonrío -Dada la insistencia que han puesto en remalcar que la Gangrel ha sido declarada independiente les hago un favor informado a todos de su deseo de formar una Coterie- 

Veo cómo Lía se gira hacia ellos pero no puedo ver su mirada -¿ira, furia, decepción? Maldita sea. Lo habría dado todo por verla-

Curiosidad es lo que destila mi mirada. -Eso es muy interesante. ¿Quién será vuestro padrino?- les pregunto.

Silencio.

Sigo la mirada de alguno de ellos hacia Alexandra pero ésta no dice nada -Para que podáis formar cuadrilla necesitáis un dominio y no lo conseguiréis sin un padrino que os avale- les recuerdo.

Continúa el silencio.

-Oh, ah, disculpad. Qué situación más bochornosa.- Con los ojos clavados en el despojo que pretende ser considerado uno de los nuestros alzo el brazo y mis dedos se cierran en un puño exceptuando el dedo corazón, con el que me toco el tabique nasal. -Pensé que, aunque Alexandra haya redactado el informe que ha situado a Raider como sospechoso- deslizo la lasciva sonrisa ahora hacia la ventrue -tendría la decencia de hacerse cargo de vosotros. Pero claro. ¿Quién querría ser aval de la chiquilla prematuramente destetada, de un despojo y de...-

-¡Yo!- 

La voz se alzó por encima de los murmullos cortando mis palabras y causándome un nudo en la garganta. Hasta Lía giró la cabeza alzando una ceja. Todas las miradas buscaron al vampiro que gritó ese "Yo".

Gafas redondas completamente opacas. Aros en las orejas que atraviesan el lóbulo ensanchado. Piercing en labios y mejillas. Tatuajes desde el cuello al abdomen. Camiseta de rejilla que dejan ver toda la carne de forma indecente si no fuera por la chaqueta de cuero. -Que les follen a todos-

-¡Yo! Yo les avalaré- sentencié con contundencia. No les miré, tenía algo más interesante que ver -¿Qué te pasa Perro de la Reina? ¿Se te atraganta la bilis de tu boca? Jamás pensé que diría esto pero casi me corro del gusto que da dejarte ahí, en evidencia delante de todos- subo al estrado sonoramente con las botas y les señalo -Seré vuestro aval- les digo mirándoles -Y reclamo la zona norte de Lichtenberg como dominio-

Su poya cierra la boca que se le ha quedado entreabierta -No puedes hacer eso. Ese dominio me fue asignado a mí- comenta, doy un paso hacia él, se aparta -como es natural. Cobarde- y me coloco junto a Lía.

-Son todo lo que ha dicho este y mucho más. Por eso es mejor tenerlos cerca. Además, si me vas a mandar más mierda de esa mi chiquillo y yo necesitaremos carne de cañón que haga el trabajo sucio y ellos son perfectos.-

Sopeso la situación. Es una jugada arriesgada pero Malware tiene razón, cuanto más cerca mejor. -Si no hay nadie en la sala que se oponga, acepto. La mitad sur del distrito de Lichtenberg seguirá siendo de Carnicero, la zona norte es vuestra pero tendréis que lidiar con los anarquistas.- Añado con desagrado -Ahora esta ciudad les pertenece- 

Espero un poco a para saber si alguien tiene algo más que decir. Tras ello señalo a Alexandra, Maxwell y el chiquillo de Ibrahin, Mikael -Vosotros venid conmigo- les indico. Aún no había terminado con ellos.

-¡Puños!- atraigo la atención de mi chiquillo -Vamos- sin mirar si me sigue o no subo hasta llegar a la altura de las butacas donde se sientan los tres susodichos. Los miro de cerca y esbozo media sonrisa -Vamos a llevarnos bien- me pongo seria -Por la cuenta que os trae. Pero antes tenemos que conocernos mejor.- Luego miro al nosferatu. -¿Le habéis visto? Se ha quedado con cara de la poya de otro- río a sonoras carcajadas. -Andando-

Mientras salimos me dirijo a Cathrain -Nos instalaremos en el almacén del Malkavian. Es una buena zona y los despistados que no sepan de su muerte irán allí. Pero antes tenemos que localizar a los anarquistas y tener una charla con ellos. Bueno, mejor dicho, tenéis... ya sabes cómo va esto. Cuando estemos instalados buscaremos a Ibrahin y Raider. Para el Tremere, que se encargue Krampus, para el Gangrel nadie va a estar más motivada que ella.-

Si veo que Gaia, Krampus o el otro se van a dirigir hacia mí les cayo alzando una mano -A callar y dar la talla- a mí que no me den las gracias. Que den resultados. Que demuestren que son dignos de ser una Coterie. Sigo andando hacia la salida, abrochando la chaqueta para no escandalizar a los machotes mortales rebosantes de ingenuidad que me cruzaré por el camino.

-Voy a instalar el equipo en el almacén del muerto. Luego pasad por allí y hablaremos-

Maxwell te hizo un gesto. A vuestra espalda el resto de vampiros iban abandonando el lugar. Junto al Tremere, llegasteis hasta Lía y los tres os deslizásteis por una puerta lateral hasta otro cuarto más pequeño con una mesa en el centro. Las sillas estaban pegadas a las paredes, había de sobra, por lo que cada uno pudo coger una y sentarse a la mesa.

Lía a un lado, Maxwell y Mikael al otro.

-Maxwell. Tú ya has hablado. Ahora quiero escucharlo a él. En privado. Tras ello pasarás y hablaremos todos juntos.- El Tremere lanzó una mirada a Mikael, asintió y salió.

-Estamos solos.- Me armé de paciencia esperando escuchar lo que aquel aprendiz tenía que decir pero primero debía ponerle en antecedentes -Tu sire, Raider y Alexandra entraron en una sala especial del Almacén del primogénito Malkavian. Alexandra se fue esa misma noche pero el Tremere y el Gangrel se quedaron hasta la noche siguiente y Ozzy, Jekyl o como quieras tú llamarlo no salió jamás.

Antes de eso, Alexandra estuvo en la caja fuerte del Malkavian con Gaia, el sangre débil, Ibrahin y Raider. Raider salió el primero. Tras él se marchó Ibrahin. Los otros registraron la sala y se llevaron cosas.

Dos cajas tenían el símbolo Tremere. Eso son vuestros secretos y no me importan. Pero quiero saber qué había en la otra caja, qué provocó que tu sire actuara como lo hizo, le quitara la vida al Malkavian y siguiera su camino en solitario aun sabiendo a qué se enfrentaba.-

Todo ocurrió tan deprisa que costaba digerirlo. En primer lugar -¿Quién es esa tía?- Krampus puede asegurar que no es de Berlín. Quizá Cathrain al que ha llamado "puños" pueda arrojar más luz a esto.

En segundo lugar. Le había cortado la cara a Su Poya delante de todos (con un par) y la ira que mientras salían reflejaron los ojos del Nosferatu delataron que se había convertido en un contrario.

Y, por si fuera poco, les había conseguido parte del antiguo dominio del Primogénito Malkavian sólo con pedírselo a la Arconte. Eso sí, antes de instalarse debían pedir permiso a sus actuales dueños... los anarquistas. Y eso no iba a ser tan fácil -¿O sí?-. Todo lo que aquí eran problemas o impedimentos podrían ser ventajas susurradas de la forma adecuada a los oídos anarquistas.

-¡Hay que joderse con tu sire!¿En qué coño está pensado?- fue lo que te pasó por la cabeza cuando gritó "Yo". Y, encima, ahora te deja a solas con ellos para visitar a los anarcas y llegar a algún tipo de acuerdo para que no den por culo.

Habíais hecho los deberes antes. Sabes perfectamente a qué vampiro ir para que os dejen tranquilos mientras estáis en Berlín, de hecho, desde que tu sire te dio su nombre temías que llegara el momento: -Tatiana la Diva, del clan Toreador- una anarquista astuta capaz de atraer a masas... y cabrearlas.

Esta noche la podréis encontrar en un bar llamado: La Aguja. En Wilmersdorf.

Si quieren agradecer a tu sire que les haya avalado como coterie, que te acompañen al garito anarquista de La Toreador. Tú decides si ir con todos o algunos de ellos.

Todo apunta a que Raton Malware trabaja con Lía o, por lo menos, se conocen bien. Ambas y Su Poya llegaron a Berlín al mismo tiempo y estáis seguros de que se irán en algún momento. Lo que representa una gran oportunidad para asentar vuestra posición y, llegado el momento, solicitar el cambio de dominio al lugar de Berlín que prefiráis.

Mientras tanto, estaréis cerca de aquellos que, según ha dejado entrever la Brujah, llevarán la investigación tanto de Raider como de Ibrahin/Aguilar. De hecho, ha insinuado que seréis vosotros las piezas clave en realizar las pesquisas que sean necesarias. -¿Por qué tanta confianza?¿Tan segura está de sí misma o es que sabe más de lo que aparenta?-

Al menos no iban a cortarle la cabeza a Raider nada más verlo y no se había dictado ninguna orden de detención, eso haría más fácil avisarle para que se mantuviera alejado de los problemas; por ahora el menor de los males vista la situación. En cuanto a Aguilar, eso ya era un tema mucho más peliagudo tendría que pasar el tiempo antes de poder tomar alguna decisión acorde a las consecuencia. Aquella noche en el Elíseo regalaban mierda a espuertas y Krampus ya había tenido su ración, no había quedado invitado a repetir.

Cuando el Carnicero les anunció como coterie se hizo el silencio, eso ya se lo esperaba. Cuando el joven Nosferatu depositó su mirada en Alexandra y esta no intervino se cagó en todo, no entendía porqué cojones la Ventrue les dejaba ahora vendidos. Daba igual, tendría que apechugar con las consecuencias, ya se cobraría el favor en otro modo. No pude evitar mirar a Nick cuando el Carnicero le devolvió el gesto que el crepuscular le había hecho en la antesala, no le dio más importancia esperando que su compañero aprendiese que donde las dan, las toman. Lo que más preocupaba a Krampus era que Alexandra hubiera redactado ese informe ¿acaso una vez había utilizado la herramienta solo sabía deshacerse de ella? No, aquello no le había gustado, pero todavía era pronto para sacar conclusiones precipitadas.

Una vez intervino la punkarra desconocida, que no podía ser más que del clan Brujah, el Nosferatu alzó una ceja y se la quedó mirando. Alguien que quiere sacar algo a nuestra costa, bueno veamos a ver donde nos lleva esto pensó mientras se ponía de acuerdo en la cuestión territorial. Krampus conocía la zona, no era un mal sitio, aunque el se conformaba con muy poco, de todas maneras no les pasó por alto que los enviasen al territorio fronterizo. Una cosa era encajar en el engranaje de la Camarilla y otra muy diferente convertirse en carne de cañón, eso no lo iba ha consentir. Justo cuando termino de hablar la mujer del pedestal sonrió para si y sus compañeros, sus predicciones habían sido acertadas, la Camarilla estaba jodida y les necesitaban-Tranquilos, ya os lo dije, mejor ser tomados por despojos que no entrar en lucha con ellos. Del Carnicero ya me ocuparé yo, pero no le toqueís lo huevos, sencillamente reídle las gracias. Y bueno, por ahí viene nuestra benefactora, veremos que pide a cambio; sino nos convence ya pensaremos algo.-les susurró a los suyos para que estuvieran preparados para lo que podía acontecer.

Una vez fuera de la sala Krampus se acercó a la mujer, tomando la palabra después del corte inicial sencillamente se dirigió a ella.- Tranquila no muerdo, tan solo quería saber como te llamas, si me pasas un número para estar en contacto o la dirección del almacén luego os vemos.

Te has metido porqué has querido yo ahí ni entro ni salgo, pero tengo claro que favor con favor se paga. Prefiero dejar claro desde el principio que no seremos tus lacayos, ya pasé por eso con Ellison y no lo repetiría por nada del mundo. Si el precio por tú apoyo es Ibrahim me parece bien, un pago elevado, pero factible; si es lidiar con los anarquistas también podemos asumirlo, pero con Raider no hay trato que valga. Se ha dejado la piel sirviendo a la Camarilla y ahora le quieren colgar un muerto que no le corresponde, por ahí no paso. Ahora mismo la Camarilla de Berlín esta jodida hasta el alma, no tenemos nada que perder si no nos quiere reconocer como coterie. Ayudaremos en todo cuanto podamos, porqué esas son nuestras convicciones, sin pasarse de la raya y asumiendo deuda de prestación como marcan las normas. Ni más ni menos-el Nosferatu prefería hablar claro, con aquella mujer iba a ser lo mejor. No había chulería ni malas maneras, sencillamente quería plantear su postura de manera alta y clara.-Luego pasamos a veros por el muelle, antes quiero hablar con Alexandra, ¿quieres algo de ella?. Ahí nos ponemos al día si os parece.-le pregunté antes de que se fueran.

-Dirígete hacia mí como Malware- Obvié el tema del número por el momento pero me giré hacia él cuando puntualizó sobre la dirección del almacén enarcando una ceja -vamos, no me jodas-

-Esto no tiene que...- me resigno a dar explicaciones pero ya que dejábamos las cosas claras alzo un dedo poniéndolo delante de la cara del Nosferatu -Yo no tengo lacayos. Que te quede claro. Si alguno de vosotros actúa como tal, intenta chuparme el culo o mierdas parecidas mearé sangre sobre sus cenizas.- Con el mismo dedo señalo al resto -Eso va también por vosotros.- Tras ello me relajé -Conozco a Ibrahin y he oído hablar de Raider. No les vamos a dar la espalda. El enemigo no son ellos, ni los anarquistas. Os quiero más espabilados. Hay algo ahí fuera que está agitando fuerzas que debían quedarse en su agujero. Antiguos enemigos de La Camarilla. Ahí es donde hay que entrar. Cualquier pérdida en nuestro lado es una fuerza en el suyo. ¡Y ahora dejaos de victimismos! Lo primero es hacer que los anarcas de Berlín no nos toquen los huevos, lo segundo es investigar qué cojones pasó en el almacén y porqué Ludwic, Ibrahin, Aguilar o como mierdas quiera llamarse ahora se vio obligado a hacer lo que hizo. Reunir a la amada Gangrel con su sire, hacernos fuertes y reventar a quien se nos ponga por delante. ¿Estamos?-

Cagada mía, leí el almacén del puerto en lugar del muerto XDDDDD

Es una verdadera lástima, fue lo primero que pensé cuando Lía posó sus ojos en Gaía. En realidad, desde que había empezado la reunión. La verdad es que, desde que la poderosa vampiresa había entrado en escena, me había quedado quietecito en mi posición, tarareando en mi cabeza Dark Streets of London —ni zorra de porque—, sin enterarme de una puta mierda. Todo eso de la llamada de los cojones, Camarilla, Anarquistas, Amaranto —¿Eso no era una bebida?—, y demás payasadas, a mi me quedaba un poco grande todavía. Otras tantas de esas muchas cosas que esa zorra amargada me explica solo cuando no le queda más remedio. Total, que ahí estaba, escuchando sin prestar mucha atención, y sintiendo pena de la pobre chica por la atención que había acaparado. Mala idea, gatita. Y suerte.

Casi había esperado otro arrebato, pero no, me sorprendió con una muestra de... ¿Contención? ¿Era una pizca de sometimiento eso que notaba? ¡Ja, ja! Tuve que mantener el tipo para evitar reírme allí mismo, e incluso logré que la sonrisa de mi rostro apenas se notara. A veces, solo por ver aquellas cosas, merecía la pena para trabajar para la Arconte. Sin olvidarse del dinero claro. Un montón de pasta al acabar cada misión. Pero ahora y hasta cobrar, ser testigo de como la grangel escondía las garras era de por si suficiente. Incluso mientras el bicho raro tomaba la palabra, y luego parecían decidirse las cosas, yo me quedé mirando a la vástago, con una mueca de satisfacción en la cara. Un gesto que se acrecentó cuando parecía que les iba a salir mal la jugada de la cuadrilla... Y que se borró de golpe poco después. ¡Pero qué cojones...! Será hija de puta. Aún estaba aturdido cuando me llamó.

—¿Se te ha ido la p...? —No pude seguir hablando, pero creía haber dejado bastante claro mi opinión al respecto de lo que acababa de hacer. Si, si, mi opinión importaba una mierda, excepto cuando nos metíamos en problemas, solo que seguramente ahora mismo acabábamos de hacer justo eso. Encima se iba a largar. ¡Y el marrón para mi! Zorra insatisfecha. A ver como coño salía de esta sin que acabara en sangre.

Esperé con una paciencia que no sentía por dentro a que acabaran las explicaciones, intercambios y cualquier otra tontería que se les ocurriera, y luego miré a los nuevos integrantes de nuestra gran familia.

—Joder —fue lo único que se me ocurrió.

-De puta madre Malware, yo soy Krampus.-le hice un saludo afectivo, agradecido por su respuesta y con un peso menos encima.-Estamos de acuerdo en que el enemigo no son ellos, del Sabbat mejor hablamos en el almacén.- le comento asintiendo a su actitud.-Marcamos frontera, nos replegamos y luego contraatacamos. Entendido.-al final le ofrecí la mano, al parecer si que nos llevaríamos bien.