Partida Rol por web

Cuando las fichas comienzan a arder me preocupo por Ophelia. ¡No quiero que se queme! Pero el fuego desaparece y deja la mesa sin daños. Enseguida Isabelle celebra nuestro acierto y me uno a ella imitando su postura y sus palmadas. ¡Jajajaja! Me río feliz. Doy unas cuantas vueltas sobre mí misma y acabo sujetando las manos de Amanda y danzando con ella.

Pasada la emoción, mi Psycho Phone zumba y el muertito nos envía sus visiones, así que dejo a Amanda junto a la patata de la que parece haberse enamorado y escucho atentamente a Isabelle y a Mamá.

Puede que sea por la emoción del momento, pero creo que el muertito nos está llevando al porche sin lugar a dudas. Porque aunque esa jaula del desván y la luz que entra por el ventanal son plausables, la enorme cantidad de cuervos del porche me dice que debe ser esa estancia donde todo ocurrió. Si os fijáis el muertito nos manda aves en las dos visiones, y ninguna de ellas está atrapada ni encerrada. Además, en el suelo de madera del porche, veo lo que parecen plumas blancas, o pétalos blancos, o nieve derretida como la que tiene el cartel del cuervo, y la luz de la niebla tiene ese color blanco también... Incluso el fondo de los pájaros blancos parece tan aterrador como el bosque del porche. Yo estoy convencida de que se trata del porche, pero puede que esté equivocada.

La pequeña y ella coincidían a menudo. Una vez más, volvían a hacerlo.

-De los dos sitios también es el que más atrae mi atención. igualmente, puede ser el desván, pero como hay que elegir... mi instinto me señala al porche.

Cuando la pequeña Adelaida menciona las plumas en el suelo del porche, cojo la fotografía y me la acerco 

-¿Plumas blancas, pétalos o nieve? Creo que me estoy quedando cieguita antes de tiempo. Hubiese jurado que eran cristales rotos o algo parecido...- comento dudosa, intentado ver con claridad la imagen. Pero la escasa luz y mi propio cansancio por una noche tan larga, no me permiten enfocar bien -Nos fiaremos de la vista de los más jóvenes, que siempre dicen que es mejor- comento sonriendo a nuestra niña -Pero lo de las aves atrapadas es cierto. Nada en las visiones habla de la jaula-

Mamá también parece de acuerdo, así que entre las dos, me convencen -Sí. Creo que tenéis razón. Por mi parte también apruebo que probemos con el porche. ¿Qué opina usted, Señor Sinclair?-

Si, espera un momento, por favor, tengo que consultarlo. Permanezco en silencio durante un largo tiempo, asintiendole al medio saco de patatas. Levanto mi dedo y miro al grupo. Cuando voy a empezar a hablar, la patata acíaga me interrumpe para contarme su opinión de la visión. Le sonrío para hacerle sentir especial, aunque me haya dicho lo mismo que el resto de las patatas

Miro al grupo. Mis patatas y yo estamos casi convencidos de que el lugar es el porche. Mis patatas han jugado a ponerse en la piel del fantasma, y han llegado a la conclusión de que si nos hubiera mostrado solo una de las visiones, siempre podrián tener una doble interpretación por el otro elemento predomintante de la escena. Asi que solo uniendo las dos fotos podrían centrar nuestra atención en los pájaros, que tienen una presencia bastante notoria en el porche.

Asiento y rio con fuerza. Si, creo que estamos todos de acuerdo.

Las pistas sobre los lugares se diluyen como azucarillos sobre la mesa. Todas salvo una...

Es la imagen del porche que se coloca justo al lado de la del policía.

Habéis vuelto a acertar, el trabajo en equipo está funcionando y ya solo os queda averiguar cual fue el objeto.

Y estas son las visiones que arroja el espíritu sobre el objeto con el que se cometió el crimen...

De nuevo el júbilo se apoderó de la adivina de Nueva orleans. Sin duda en grupo suplían lo que les faltaba individualmente. La última pista esperaba ser encontrada, estaban cerca. pero no debían confiarse.

-Analizando puntos en común parece que en las tres aparecen objetos redondos, ya sean frutas, pompas o estrellas. Tambien múltiples animales y recipientes. Me atrevería a decir que el jarrón con motivos coloridos y de animales encaja con las visiones, pero supongo que no es la única opción- quizá ni siquiera a los demás se lo pareciera- ¿qué opináis vosotros?

-¡Oh, excelente!- sonrío entusiasmada cuando veo que se trataba del porche. No me importa haberme equivocado con mi idea inicial, lo importante es que entre todos se dió con la idea buena.
Sonrio feliz a mis compañeros.

Entonces llegan las nuevas visiones, las visiones sobre el objeto. Me concentro tanto como puedo. Estamos tan cerca...

Cuando pasan, no puedo evitar quedarme con la impresión del pescado y los gatos. Pero intento ir más allá para ver las posibilidades. Mientras Mamá nos habla de su impresión y la posibilidad de que se trate del jarrón, hago lo de las veces anteriores, extiendo todos los objetos y quito las fotografías de los que no son.
Encima de la mesa quedan el tenedor, la plancha, el jarrón, el bote de arsénico y la sartén.

-La verdad, Mamá, es que no lo sé. Ninguno de los objetos me permite asociarlo a las visiones. No veo nada que los relacione. Aunque sí es cierto que en las tres visiones hay representación de contenedores, como dices. Pero si es así, deberíamos tener en cuenta el bote de arsénico también ¿no?- comento dubitatiba porque el argumento de las imágenes de animales es cierto y, en el bote de arsénico no hay.

-Sí- admitió Mamá ante isabelle- o la caja, que también guarda cosas. Pero el jarrón tiene motivos muy vistosos y de animales, así como nuestras visiones que parecen reflejar temas muy vivos. Yo creo que el arsénico haría más referencia a la muerte que a los colores tan vivos y a parajes tan apacibles. Pero, por supuesto, puedo equivocarme. Además, el líquido de la primera visión podría significar eso precisamente, pues los jarrones guardan líquidos.

A pesar de que parecía convencida, no lo estaba ni mucho menos, pues reconocía que no apreciaba la mayoría de significados ocultos o metafóricos que guardaban esas visiones en concreto.

Estoy tan concentrada que no digo nada. Cuando acabo de analizar las visiones me quedo mirando a mis compañeros.

Ehmmm... vaya, no estoy nada segura en esto... Confío en que son o el jarrón o el arsénico, a partes iguales. Porque aunque Mamá, digas que la droga esa nos traería visiones más oscuras, resulta que esta noche dije en presencia del muertito que si quisiese decirnos que se trataba de la droga nos daría visiones más fantasiosas... Pero, digo levantando el dedo, también pienso que puede ser el jarrón por ser un contenedor como habéis dicho, y además contener esos dibujos de animales y plantas. Aunque, si te fijas bien, los motivos del jarrón son flores y pájaros, nada de tigres o peces.

Me arrasco la cabeza, confundida.

Escucho a Mamá y Adelaida debatir e intento repasar, de nuevo, mentalmente la visión.

"Un barco dentro del agua, en un contenedor en el agua donde hay un barco... Y con patos"

"Una especie de gatos, como pepinillos, dentro del agua, en un contenedor dentro de unas zarzas... Y con un ratón al fondo"

"Algún tipo de felinos, en la nieve, que es casi como agua, con una alfombra voladora y una lámpara mágica... Y con un palacio de hielo al fondo y una estrella fugaz"

Agua, agua, agua...

-Tiene que ser el jarrón. Hay agua o formas de agua en todas las visiones. El jarrón contiene agua. En cambio el arsénico no tiene ninguna relación con el agua ¿no creeis?-

-No las tengo todas conmigo, pero ya dije que mi instinto me dice que el jarrón. Hay que decidirse y sin duda lo hago por ese objeto.

Los recipientes y el agua están por todas partes. De repente lo veo tan claro...

Isabelle tiene razón. TIENE que ser el jarrón!

Estoy tan contenta. Ya puedo ver el final. Estamos a punto de descubrir la última de las pruebas, sólo queda que el Patatomente opine y el muertito será libre y descansará tranquilo.

Observo el reloj y al Patatomente en silencio. Parece concentrado, a punto de abrir la boca varias veces para volver a concentrarse otra vez. Miro a Isabelle y a Mamá con expresión de angustia. ¿Y si llega la hora mágica antes de que nos decidamos? Perderíamos el contacto con el muertito y no podría confirmar nuestras sospechas. Vuelvo a mirar el gran reloj. Tic, tac, tic, tac.

Escucho en silencio a mis compañeras, las últimas veces me sirvió para formar una imagen mas clara en mi cabeza, y esta vez lo hice por el motivo contrario: Mi idea era demasiado clara, y no quería influenciarles.

Cuando Adelaida me pregunta y voy a comenzar a hablar, mis patatas comienzan a discutir por qué sólo puede ser la caja. Demoro un poco mi conversación con Adelaida para escucharles, pero solo dan teorías sobre raices y tierra de la que salen cerezas y patatas.

Creo que estais en lo cierto, aunque yo lo he visto desde otro punto de vista:

En la primera visión, hay una bañera con aspecto de ser de cerámica, y rellena de agua, al igual que lo están los jarrones.

En la segunda visión, la forma del recipiente se asemeja a la de algunos tipos de jarrones, y además, tiene agua en su interior, y podría parecer que algunas ramas salen de su interior, la cual sería la función de un jarrón.

En la tercera, la forma de la lámpara oriental es cláramente la de un jarrón.

Sonrío mis compañeras y a mis patatas. Me aventuro a decir que vamos a conseguir que este alma descanse de una vez por todas. Me pongo dos patatas en los hombros. Creo que hemos hecho un buen equipo.

Un silencio espeso llenó la habitación. Las luces, apagadas y mortecinas, que hasta entonces alumbraban el cuarto, aumentaron su brillo hasta casi hacerse de color blanco blanco puro. El aire que les envolvía empezó a moverse lento, como una suave brisa, pasando a vuestro alrededor y dirigiéndose hacia el hueco de la escalera. Las cartas que reflejaban los objetos volaron con la suave brisa y únicamente permaneció sobre la mesa la carta con la imagen del jarrón.

A vuestro alrededor comenzó a sonar una música música de baile, como la de una fiesta. 

Y ecos de voces y risas se escuchaban procedentes desde todas las estancias. Aunque, desde donde ellos se encontraban sentados, los sonidos sonaban lejanos como difuminados, procedentes de otro momento del tiempo.

Una voz sonó dentro de sus cabezas

[color=#2532FF]-Aquí fue donde pasó todo, mientras todos se divertían. Aquí fue y aquí ha seguido pasando una y otra vez desde entonces. [/color]

[color=#2532FF]Mi alma no podía descansar en paz. Yo estaba confuso, perdido, no entendía muy bien... Se mezclaban mis recuerdos. Quizás porque, al igual que mi cuerpo, mi memoria se iba diluyendo. Pero ahora, gracias a ustedes, lo recuerdo todo perfectamente. Y ustedes pueden encargarse hacer justicia por mí. Esa persona aprovechó el momento, en medio de la fiesta, disfrazado como estaba en aquel baile, entró sin que nadie más percibiese su presencia y me buscó. [/color]

[color=#2532FF]Lucas Mersk. Le había conocido hace mucho tiempo, en otras circunstancias. En aquellos tiempos yo era una persona que estaba perdida, sin conocer cuál era el camino correcto. Más tarde, con los años entendí que lo que hacía no estaba bien y, entonces, dejé a mis amigos, cambié de nombre y busqué un nuevo lugar para vivir. Comencé a trabajar para el conde de Warwick, una persona amable y de bien. Él me dió trabajo pese a no tener referencias y descubrí que otra clase de vida podría ser posible, una en la que ganase honradamente mi dinero, sin hacer daño a nadie para conseguirlo. Pero no me di cuenta que sabía demasiado. Otros intentaron luego huir, no por unos motivos honrados como los míos, sino para escapar a la acción de la justicia, ocultándose donde nadie pudiera encontrarlos, entre ellos Lucas. Hace 30 años y una semana, estando en el mercado haciendo unos recados para el Conde, me crucé con él e inmediatamente supimos que nos habíamos reconocido. No había pasado tanto tiempo desde la última vez que nos habíamos visto. En silencio [/color][color=#3F4BFF] mis ojos intentaron comunicarle que no hablaría, que su secreto estaba a salvo conmigo. Yo había empezado una nueva vida, solo quería dejar atrás la antigua. Pero seguramente él tenía demasiado miedo, sus crímenes eran demasiado horribles y se enfrentaba a la horca si yo le denunciaba. Quizás por eso no hizo caso de mi silenciosa plegaria. Yo, mientras, infeliz, viendo que una semana después no había tenido más noticias, pensé que había conseguido dejar atrás mi vida pasada del todo. [/color]

[color=#3F4BFF] Nunca se me habría ocurrido pensar que él había estado vigilando mis pasos durante esa semana. Sabía dónde vivía y cuáles eran mis planes y vio la ocasión perfecta durante la mascarada, la fiesta de disfraces. Casi todos los invitados venían con el rostro oculto o algún tipo de disfraz, así que para él fue fácil colarse en la fiesta. Se movió entre la gente buscándome hasta que me localizó. Yo había salido a recoger las copas vacías que habían quedado en el porche cuando los invitados habían entrado al salón. Quiso la fortuna que me encontrase solo en ese mismo momento. Forcejeamos. Él tenía un cuchillo que yo conseguí arrancar de entre sus manos. Supongo que no se atrevió a traer una pistola para no llamar la atención de nadie. Pero mi éxito fue sólo temporal. En un momento de descuido, en el que me giré para intentar escapar, cogió el jarrón que estaba sobre la mesa del porche y me golpeó con fuerza en la cabeza. [/color]

[color=#3F4BFF] Al principio no supe lo que había pasado. No entendía porque la gente se movía con urgencia por la casa y nadie parecía prestarme atención. Creí que había sucedido algo grave y no tenían tiempo de hacerme caso. Tarde varios días en darme cuenta de que[/color][color=#5660FF]  era a mí a quien le había sucedido algo grave. Es muy confuso estar muerto, las cosas nunca están tan claras como creemos cuando estamos vivos. Cuando por fin me di cuenta de lo que había pasado, me tomó un tiempo saber qué era lo que tenía que hacer. Al principio intenté resignarme, pero no iba a ningún sitio, siempre estaba aquí. Al final me di cuenta que no tenía más opciones que intentar convencer a la gente para que me ayudase a avanzar. Pensé que quizás si atrapaban al asesino, algo de paz esa paz me permitiría seguir avanzando hacia el siguiente paso. Intente comunicarme con la familia, pero ellos no me entendían. Todo lo que yo hacía provocaba en ellos temor y sustos. Al final, el Conde y su familia se fueron. La casa la compro un millonario que nunca ha querido residir en ella. Falleció no hace mucho y su sobrino vino aquí con intención de remodelarla y prepararla para [/color][color=#6D76FF] a vivir aquí con su familia. Parece un buen hombre, tiene unas niñas adorables y una buena mujer. Creo que pueden ser muy felices. Pero cuando intenté comunicarme con ellos sucedió lo mismo que con el conde de Warwick y su familia. Sin embargo, el nuevo dueño no se lo tomó como el Conde. Es cierto que mandó a su familia volver a su casa, hasta que lo tuviera arreglado les dijo, y a continuación preparó una serie de cartas que supongo que [/color][color=#858CFF]son lo que les ha traído ustedes hasta aquí. [/color]

[color=#858CFF]Sólo puedo decir que les debo a la paz de mi alma. Creo que al fin podré seguir avanzando y descansar donde sea que me toque ir ahora... En cualquier caso, no es algo sobre lo [/color][color=#959CFF]que ustedes tengan responsabilidad alguna. Yo fui quien tomó mis decisiones y yo afrontaré las consecuencias que de ellas vengan. [/color][color=#ABB0FF] Muchas gracias por lo que han hecho por mí.-[/color]

Las últimas palabras apenas si fueron audibles, como si la persona que las pronunciase se desvaneciera o cada vez estuviese más lejos.

Cuando las voces cesaron, las luces tornaron a su color natural mientras, a través de las ventanas, comenzaron a filtrarse los primeros rayos de luz del amanecer del nuevo día.

Habíais conseguido dar paz al espíritu de Warwick 30 años después.

Las cartas salen volando y la música suena indicando nuestro acierto, casi doy con el trasero en el suelo de la impresión. Estoy tan contenta, tan pero tan feliz, que me levanto y comienzo a bailar claqué. ¡Lo conseguimos! ¡Hemos salvado el alma del muertito! A cada paso de claqué me voy acercando a la silla donde descansa mi muñeca Amanda y la patata del Señor Patatomente. Les guiño un ojo y aplaudo cuando veo a mi querida Amanda cumplir su promesa.

Solo quedan unos pocos minutos de Samhain y ya casi había olvidado que Amanda había prometido dejarse ver esta noche. Nunca la había visto fuera de la muñeca, así que cuando me doy cuenta de que una figura se está mitarializando junto al arpa me emociono mucho.

La mujer casi transparente es muy bella y elegante, y acompaña la música del muertito con su melodía. Cuando le pregunto si es mi querida Amanda, ella asiente y la muñeca donde vive, la que mis padres crearon como una doble mía, comienza a flotar y danzar al tiempo que canta la letra de la canción del muertito.

Estoy tan contenta que invito al resto a bailar y danzo hasta que la música se apaga y Amanda desaparece con una sonrisa en el rostro. Recojo la muñeca y la abrazo y la beso, también le susurro que no volverá al baúl con el resto de muñecos.

Entonces todos escuchamos la voz del muertito, que ya puede hablar porque hemos salvado su alma. Nos cuenta su triste historia y nos da las gracias, nosotros nos despedimos de él con mucho amor y los mayores escriben el informe que todos firmamos.

Al amanecer, cuando todo está recogido y papá y mamá esperan en el automóvil, llega el momento de despedirnos. Estamos en la puerta de la gran mansión y la tristeza me invade y se me pegan las pestañas de sueño.

Me quedo con la patata Whitaker, Señor Patatomente. La pobre Amanda ya no puede vivir sin él y usted tiene muchas otras en su saco... Meto la patata en mi bolsillo y abrazo a todos uno a uno.

Ha sido una experiencia maravillosa. Gracias por enseñarme a controlar mis nervios. Ahora sé que no estoy sola, que somos muchos pero muy discretos. Os voy a extrañar mucho...

Camino hacia el vehículo con Amanda en mis brazos. Cuando estoy a punto de subirme, me doy la vuelta y con una gran sonrisa les invito a reunirnos el año que viene. Ya no me imagino un Samhain sin vosotros. Después subo al coche y los observo desde la ventana mientras nos vamos. No paro de sonreír hasta que sus cuerpos se convierten en una mancha borrosa.

Les había costado las visiones individiuales pero habían demostrado trabajar intachablemente en equipo. No volvieron a fallar cuando se concentraron en hallar al culpable y el arma homicida. Mucho estaba en juego, y lograron sacar la verdad a la luz.

-Ha sido un placer colaborar con todos vosotros. Lo hemos hecho bien.

Al principio, cuando llegaron a la mansión Mamá disfrutaba de rodearse a sí misma de misterio. Hablaba con voz calma y gutural, evitando las expresiones. Pero cuanto más se alargaba la sesión más se familiarizaba con sus compañeros. le era imposible no rendirse a la candidez y desparpajo de Adelaida y las buenas intenciones de los demás.

-Hoy se ha hecho justicia. Los muertos podrán descansar en paz.

Sin embargo, a la hora de irse volvió un poco a su halo místico. No le gustaban las despedidas y la mejor forma de evitar sentir tristeza por dejar a compañeros tan nobles era fingir frialdad. 

-Volveremos a encontrarnos- dijo al final, sin decir más palabras. No se sabía si lo decía como deseo de volverse a encontrar con ellos o porque lo había leído en los huesos que usaba en sus adivinaciones. Sea como fuere, no lo dijo, solo se marchó sin mediar más palabra. Sin duda con la idea de salvar a más espíritus, de hacer descansar a los muertos.

Los segundos de silencio que siguieron a mis últimas palabras fueron eternos. Cuando las luces comenzaron a intensificarse y las cartas a moverse, me percaté de que por primera vez en mi carrera como patatomante, la resolución a un misterio se hará a todos los presentes.

Normalmente, yo soy el único que termina viendo si una resolución tiene resultado, y el resto de asistentes solo puede creerme o no hacerlo. Normalmente, los invitados desean ver la manifestación del espiritu, pero ellos, al no ser poderosos, no pueden ser honrados con visiones, y al no hacerlo se sienten frustrados y comienzan los recurrentes gritos de "patatomante farsante" y "Me voy a hacer un guiso con tus patatas".

Esta vez era especial, esta vez todos podíamos verlo, y un sentimiento de felicidad invade mi rostro.

El jarrón permanece sobre la mesa. Me mantengo en silencio unos segundos para no hacerme ilusiones, pero estoy tan seguro, feliz y nervioso que comienzo a acariciar mis patatas tan compulsívamente que empiezo a notar trozos de piel dura en mis uñas.

Una música invade el ambiente, y una señora semitransparente está tocando el arpa junto a Adelaida, a quien noto especialmente eufórica. Me extraña ver ese arpa ahi, pero creo haberla visto antes en otro lugar... Si, eso es, en el dormitorio, junto a la cama con la cabeza de león. La señora semitransparente debé haberlo traido con ella para mostrarnos sus dotes y hacer de esta resolución el espectáculo que merece ser.

Una voz entra, inesperadamente, en mi cabeza. Normalmente son mis patatas las que me dan los mensajes de los espiritus, pero esta vez estaba haciendolo yo solo, sin ayuda. Baje mi vista para decirle a mis patatas que ya no necesitaba de sus sacrificios, pero comprendí que no era asi cuando bajé la vista y vi que habían formado un círculo a mi alrededor.

Termino de escuchar la historia del espíritu, elevo mis brazos y le doy las gracias. Ha sido usted un ente muy preciso y poco invasivo. Es de agradecer, y debo apuntar que sin su predisposición y perseverancia no habríamos conseguido salvar su alma. De parte mia y de mis patatas, descanse en paz, que ya es hora, amigo.

La pequeña Adelaida me pide a la patata Whitaker. Mi rostro deja de mostrar felicidad mientras miro la cara de mi amiga patata. Me devuelve una mirada con la ceja levantada y comprendo que su felicidad está por encima de la clarividencia. Solo le quedaban tres ciclos para ser acíaga, pero todos deberíamos poder elegir nuestro rumbo, y ella no decidió nacer a mi lado. De acuerdo, dame un par de minutos con ella. Le contesto a Adelaida con voz quebrada.

Me siento en la gran mesa con mi amiga la patata Whitaker, la miro a los ojos, y en silencio la acaricio y lloro.

Pasados un par de minutos, me acerco a Adelaida, me pongo de rodillas y le doy a la patata Whitaker. Con los ojos rojos y húmedos, le sonrío, le acaricio el pelo y le digo: Se que cuidareis de ella. Miro a la novia de Whitaker y le susurro. Se que lo hareis. Con las cejas arqueadas.

Me levanto apoyándome en la señora Mamá, cuyo gesto de ayuda me demuestra que no es tan dura como muestra ser, pero decido guardar su secreto. Le agradezco su ayuda con una sonrisa.

Miro al grupo. Esto ha sido inaudito, a la par de eficaz. Y creo que este encuentro no ha sido casual. Quizá el espiritu nos ha reunido no solo para su propio beneficio, sino para hacernos ver que hay otros como nosotros, y que si unimos nuestras fuerzas, nuestro proposito común tendrá mas posibilidades de triunfar que si lo hacemos por separado. Asiento a Adelaida ante su propuesta por encontrarnos anualmente. Una patata me hace señas y la acerco a mi oido. "Reunión Anual de Mentes Expandidas" o "Rame". Miro a la patata con orgullo.

Saco de mi bolsillos unas tarjetas hechas con piel de patata en el que está escrito mi nombre y mi dirección y se las entrego a mis compañeras. Allí me encontraran, disculpen que no esté muy limpio cuando lleguen. Ha sido un placer conocerles a todas. Les sonrío, me agacho para sonreir a Adelaida en su coche, cojo mi saco de patatas y comienzo a andar por la larga carretera, hacia el sol del amanecer.

Miro a mis compañeros intentando descubrir en su mirada si nuestra decisión ha sido un acierto o no. Aprieto fuerte las manos, nerviosa, dudando. Ya no queda tiempo, o se resuelve ahora o no se podrá resolver. Pero entonces suena la música y todo parece encajar. La imagen del jarrón queda sobre la mesa, dándonos la razón.

El aire escapa de mis pulmones por fin, llevaba conteniéndolo un rato. Sonrío feliz.

-Lo hemos conseguido- me siento muy dichosa. Adelaida baila y canta a nuestro alrededor, incluso el señor Sinclair y Mamá, parecen felices aunque no lo exterioricen tanto como Adelaida.

Luego, el fallecido nos relata las circunstancias de su muerte y siento un hondo pesar por él pero también por la familia que vivía aquí en aquel momento, en esta casa. Porque no pudieron ayudarle y además tuvieron que renunciar a vivir aquí. ¡Me alegro tanto de que el trabajo de los cuatro haya dado este fruto! Me alegro de que por fin un alma pueda descansar en paz.

Recogemos todo y nos dirigimos a la salida para partir cada uno con rumbo hacia su casa. Me da pena que se vayan. Me ha gustado compartir esto con gente como yo. Me despido de Adelaida mientras noto como me pica la garganta por las ganas de llorar. Le tiro otro besazo.

Me alegro mucho por ella, tiene suerte de estar rodeada de la gente que la cuida y que fomenta su don y le ayuda a entenderlo.

-Adiós señor Sinclair, cuide sus patatas. Conocerle a resultado muy... ilustrativo. Nunca antes conocí a un patatomante y tengo que decir que su don es fascinante-

Me despido también de Mamá antes de que se marche -Ha sido un placer trabajar con usted. Nunca había trabajado con otras personas como yo y tengo que decir que el hecho de sentirme acompañada es muy satisfactorio- 

Después, aproximándome a la pobre señorita Ofelia que, apenas si acaba de salir de su trance, la guío hasta el coche que la espera. -Lamento mucho el mal rato que ha pasado ahí atrás. Entrar en trance de esa manera tan prolongada no puede ser agradable. Supongo que el Espíritu necesitaba reforzar su contacto con nosotros y la ha utilizado como puerta para llegar hasta nuestras habilidades- La pobre mujer está agotada y apenas si acierta a decirnos adión con la mano.

Antes de partir, el señor Sinclair propone que nos reunamos aquí dentro de un año

-¡Oh! ¡Eso sería fantástico, la verdad! Confío en poder verles para entonces- digo despidiéndome de todos. Iré a devolver la llave a la mujer que me la entregó y después volveré a mi hogar y mis compromisos.