Crearán sus personajes otorgándole atributos y características que lo identifiquen como persona, por ejemplo:
En fin, lo anterior solo son lineamientos a tener en cuenta, quiero saber quienes son ustedes, su trasfondo, y lo mas importante, qué están haciendo en el día de hoy.
Elijan su foto y su nombre, y luego que les asigne un personaje, por favor posteen aquí acerca de ustedes. Ansío leerlos.
Hola buenas, acá va mi personaje y me dicen si esta bien o no, saludos!
Nombre: Leo Vargas
Su ocupación (entiéndase, no es sinónimo de trabajo/empleo): "El Exiliado en Casa". Su verdadera ocupación es ser un recordatorio andante de que existe un mundo fuera de los límites del pueblo, un mundo que, según su experiencia, es tan decepcionante como este, solo que más ruidoso. Socialmente, es el fantasma del fracaso que nadie quiere mirar de frente.
Su manera de ser: Sarcástico y con un humor negro que a menudo incomoda a los demás. Es un observador agudo, siempre notando las pequeñas hipocresías de la gente del pueblo. Usa su cinismo como un escudo para proteger una profunda herida de desilusión. Aunque parece distante, hay una parte de él que anhela una conexión genuina, pero no se atreve a admitirlo ni a sí mismo.
Su manera de pensar: Leo cree que la "estabilidad tranquila" del pueblo es una mentira piadosa, un pacto colectivo para ignorar la mediocridad y el estancamiento. Piensa que la gente ha cambiado ambición por comodidad, y los desprecia un poco por ello, aunque también los envidia. Es escéptico por naturaleza y no confía en las apariencias ni en la autoridad.
Su manera de reaccionar ante las cosas: Su primera reacción ante cualquier evento, grande o pequeño, es un comentario mordaz o rodar los ojos. Intenta proyectar una imagen de que nada le afecta. Sin embargo, cuando algo realmente quiebra su coraza, su reacción puede ser impredecible: desde un arrebato de ira frustrada hasta un repliegue total en sí mismo.
Qué anhela: En el fondo de su corazón, Leo anhela encontrar un propósito. Quiere demostrarse a sí mismo (y de paso, a todo el pueblo que lo mira con lástima) que no es el fracasado que todos creen que es. Anhela sentir que pertenece a un lugar, pero en sus propios términos, sin tener que fingir.
Qué desea: A corto plazo, su deseo es puramente pragmático: juntar suficiente dinero para largarse de nuevo. Quiere comprar un coche destartalado, llenarlo de gasolina y conducir sin rumbo fijo hasta que el pueblo sea solo un mal recuerdo en el retrovisor.
Porque sigue en donde está: Porque no tiene a dónde más ir. Se fue a Chicago persiguiendo el sueño de ser periodista gráfico, pero la ciudad lo devoró. Acumuló deudas, sus trabajos independientes se secaron y una mala ruptura lo dejó emocionalmente K.O. Volvió hace seis meses, sin dinero y con la moral por los suelos. Vive en un pequeño apartamento encima del garaje de sus tíos, que lo aceptaron de vuelta más por obligación familiar que por gusto.
Cual es la complejidad de su carácter: Su gran conflicto interno es la disonancia entre su desprecio y su deseo. Desprecia la simpleza del pueblo, pero una parte de él está desesperada por tener esa misma seguridad que critica. Se burla de la gente por ser predecible, pero la imprevisibilidad del mundo exterior lo destruyó. Esta dualidad lo convierte en un personaje amargado pero también trágico. Actúa como si fuera demasiado bueno para el pueblo, cuando en realidad se siente un impostor que no es lo suficientemente bueno para encajar en ningún sitio.
Trasfondo: Leo era el chico listo y ambicioso que todos sabían que se iría del pueblo. Y lo hizo. Se mudó a Chicago con una cámara y grandes sueños. Los primeros años fueron duros pero emocionantes. Sin embargo, la competitividad, la soledad y la precariedad económica lo fueron desgastando. Empezó a beber más de la cuenta y a sabotear sus propias oportunidades. Tras una pelea final con su pareja y al quedarse sin dinero para el alquiler, llamó a sus tíos, la única familia que le quedaba, y volvió a casa derrotado. Ahora, su cámara junta polvo en un rincón.
Leo Vargas
El zumbido monótono de la nevera de bebidas es la banda sonora de mi tarde. Otra vez. Estoy detrás de la barra del único bar de este pueblo que no parece una sala de estar de abuelos. El turno es lento, agónico. Un par de granjeros en una esquina discuten sobre el precio del maíz, como todos los martes.
Limpio un vaso que ya está limpio, mis dedos trazando el borde. Por la ventana, el sol de la tarde pinta el cielo de un naranja tan perfecto que parece falso, como una postal de un lugar donde la gente es feliz de verdad. Siento el peso de mi móvil en el bolsillo. Podría mirar las fotos de Chicago, de la vida que intenté tener. Pero no lo hago. En su lugar, cojo un limón de la barra, lo corto con precisión y dejo caer una rodaja en un vaso de agua con gas para mí. Al menos la amargura del cítrico se siente real. Solo espero que alguien pida algo más fuerte que una cerveza light para que el día, por fin, cambie de ritmo.
Nombre
Marlo (Souta Takayama)
Edad
34 años
Raza y origen
Japonés, nacionalizado estadounidense.
Residencia actual:
En las afueras del pueblo, en una casa sencilla de dos plantas, con un pequeño jardín. El diseño exterior es tradicional, más bien austero, con un techo inclinado único y un garaje lateral convertido en taller.
El interior es diáfano, casi como una cabaña de montaña: cocina abierta, salón comedor, un lavabo con claraboya y un altillo que sirve como dormitorio, también con claraboya al cielo.
Ocupación anterior
Inventor y feriante. Viajaba de condado en condado presentando sus ingenios mecánicos.
Vendió dos patentes a principios de los años 80, y una tercera antes de retirarse del circuito.
Vive modestamente gracias a los royalties, pero con suficiente holgura como para sostener su actual modo de vida.
Su ocupación (entiéndase, no es sinónimo de trabajo/empleo)
Estudia la posibilidad de abrir una tienda de aeromodelismo en el pueblo. Mientras tanto, construye maquetas y prototipos, manteniéndose al margen pero observando atentamente la dinámica de la comunidad.
Su manera de ser
Tranquilo, de movimientos pausados y mirada escrutadora.
Tiene un aura de introspección sin volverse inaccesible.
Conversa poco, pero con precisión.
Intereses actuales
Jazz, comida tradicional japonesa, maquetismo, aeromodelismo y algo de jardinería.
Suele pasar las tardes en su taller, con una emisora de radio suave en segundo plano y las manos manchadas de pegamento o pintura; escrutando los planos de una maqueta de aeromodelismo o puliendo el diseño en papel de alguna maqueta de creación propia.
Su manera de pensar
Marlo piensa en capas, como quien descompone un mecanismo para entender sus fallas íntimas.
No le interesan los desplazamientos sutiles. Su mente trabaja con lentitud deliberada. Cada pensamiento necesita reposar antes de ser dicho. Observa el mundo desde cierta distancia. Lo importante siempre está entre líneas.
Desconfía de las conclusiones rápidas. Prefiere preguntar sin hacerlo, provocar sin hablar. Para él, una maqueta bien hecha es un pensamiento materializado.
Aun ello, lo abstracto también es clave en su manera de estructura mental. Todo empieza ahí, en una forma indefinida. Una sensación, una textura, una oblicuidad; una pulsión informe.
Su manera de reaccionar ante las cosas
Reacciona con movimientos mínimos, calculados.
Si algo se derrama, recoge sin cambiar el gesto. Si alguien le habla con brusquedad, escucha primero el tono. Si es preciso, desvía la mirada, observa un punto fijo; tomarse su tiempo ante cualquier situación le ayuda a procesar antes de actuar.
No acostumbra a interrumpir ni a justificarse. Cuando un pensamiento le inquieta, limpia sus herramientas o ajusta detalles en una maqueta que esté terminada. Si es una persona quien le inquieta, se ajusta la ropa. Si el lugar le incomoda, cambia de espacio o de actitud. Si una conversación se alarga, se inclina ligeramente hacia atrás, insinuando un límite sin decirlo. Sea como sea, evita la confrontación directa.
Solo levanta la voz cuando se topa con un fallo crítico que no ha causado él. Llegado a ese punto, su cuerpo se activa y estalla en violencia desmedida.
Que anhela
Asistir a un concierto de jazz auténtico, uno dentro del circuito underground y llegar a conocer a uno de sus músicos predilectos (Henry Threadgill, Muhal Richard Abrams o Julius Hemphill)
Que desea
Darle un giro a su vida. Construir algo duradero. Crear vínculos lentos pero significativos con una, dos o tres personas del pueblo.
Porque sigue en donde está
Espera el momento adecuado para dar el salto e invertir en su tienda de modelismo mientras observa si su pasión puede enraizar en esta nueva tierra.
La tranquilidad del pueblo sintoniza con su "Ki" actual.
Clara Winslow
Tiene 32 años, es soltera, y acaba de dejar atrás su vida en Chicago. Atrás quedó su departamento en la ciudad, su trabajo como enfermera, su ex pareja… y algo más, algo que no está lista para nombrar del todo. Llegó hace poco a los suburbios, buscando lo que muchos llaman "paz", pero que para ella significa algo más concreto: respirar.
Se instaló en una casa modesta de dos plantas, con una cocina luminosa que fue lo primero que la conquistó. Afuera, un porche típico con un sillón colgante donde le gusta leer al sol o tomar café por las mañanas. Vive sola. Y por primera vez en mucho tiempo, no lo siente como un castigo, sino como una oportunidad.
El pasado que la formó
Sus padres murieron cuando tenía 5 años. Fue criada en orfanatos y hogares de acogida. La simpatía fue su primer escudo: aprendió a agradar, a brillar, a ser “la nena buena” para ganarse un lugar. Pero cuando eso no alcanzaba, sacaba el carácter. Lo desarrolló para defenderse de los otros chicos, del abandono, de la tristeza.
Fue adoptada a los 6 por una pareja amorosa, pero el sueño terminó cuando nació el hijo biológico: ella sobró. A los 10 años huyó por primera vez, y desde entonces su vida fue un ir y venir de casas temporales, hasta que a los 17 logró sostenerse por sí sola.
En uno de esos hogares conoció a Dean, su mejor amigo hasta el día de hoy. Él fue el que le enseñó que merecía ser cuidada. El que le recordó que podía aspirar a más. Gracias a su ayuda pudo estudiar enfermería en Chicago, y durante años sostuvo una vida que parecía estable.
Hasta que dejó de serlo.
Ocupación y propósito
Nadie en el pueblo sabe que fue enfermera. No porque lo oculte activamente, sino porque aún no se siente lista para volver a ser esa versión de sí misma. Ahora busca trabajo en lo que realmente ama: cocinar. Sueña, casi en secreto, con abrir algún día su propia pastelería.
Mientras tanto, cocina para sí, para calmar el alma.
Su manera de ser
Es alegre, carismática y amable, con ese tipo de calidez que atrae sin esfuerzo. Sin embargo, tiene también un carácter fuerte, que aflora cuando la vida le exige defenderse o defender a otros. Es una mezcla entre luz y resiliencia.
Es extravertida con ese toque de timidez encantadora. Sonríe mucho, pero no de forma vacía: su carisma nace del deseo real de conectar. Aborrece la injusticia, los malos tratos y, sobre todo, la mentira.
Ama el aire libre, caminar sin rumbo, correr por el parque, leer en un banco mientras el sol le calienta las piernas. No soporta sentirse encerrada. Hay algo en el movimiento, en la libertad del cuerpo, que le devuelve el control.
Su manera de pensar
Piensa con el corazón y con la experiencia. Cree en la bondad, pero no es ingenua. Tiene una visión práctica de la vida, pero nunca deja de soñar con algo mejor. Necesita construir sentido en lo cotidiano, como si en los pequeños gestos pudiera nacer una nueva oportunidad de pertenecer.
Qué anhela
Sueña con formar la familia que nunca tuvo. Hay un anhelo silencioso, visceral, de construir un hogar que no se derrumbe, de rodearse de vínculos reales. Anhela pertenecer sin miedo a que todo desaparezca.
Que Desea
Desea poder vivir de la cocina, abrir su pastelería, volver a ser ella misma en una nueva versión. Y, aunque no lo dice en voz alta, desea ser madre. Su corazón se ablanda con los niños, y se rompe al verlos sufrir.
Por qué sigue en donde está
Porque está intentando dejar atrás una parte dolorosa de su pasado, y este pueblo representa un nuevo comienzo. No tiene certezas, pero siente que aquí puede construir algo real, aunque todavía no sepa qué. Porque este lugar es una promesa. Porque todavía no ha encontrado razones para quedarse, pero tampoco para irse. Porque por primera vez en mucho tiempo, se permite no saber.
Cuál es la complejidad de su carácter
Clara es una mujer con una historia dura que aprendió a sobrevivir siendo encantadora… y fuerte. Su simpatía es real, pero también fue una herramienta. Su carácter firme es defensa, pero también convicción. Ama, pero teme ser abandonada. Se muestra luminosa, pero la soledad la atraviesa. Esa contradicción, entre la calidez que da y el dolor que carga, es lo que la hace compleja y entrañable.
Leyendo la historia de Leo y Marlo, creo que Leo se sentirá identificada rápidamente y congeniaran seguro, y con Marlo pueden formar ese conexión real que ambos anhelan. Iremos viendo como se da todo! Gracias por recibirme. Actualizo en un rato lo que está haciendo Clara hoy.