Partida Rol por web

Okazaki tira del oni hacia abajo, intentando atraparlo bajo tierra. Pero la escamosa criatura, se desliza con facilidad hacia arriba una vez más tras la intentona… Como si fuera posible atrapar a una criatura subterránea con algo así.

En ese momento, Sunauto lo ataca e impacta su puño contra las escamas. Este se encuentra envuelto en llamas y debería prender fuego a su rival, una técnica letal. Pero ha olvidado algo importante. Unas palabras de Hamachi. El Oni es una criatura de fuego… es inmune a este elemento!

El impacto sacude al monstruo. Pero el fuego que deberia seguirlo e incendiarlo, se cancela de inmediato. Lo que parecería una sonrisa cruel asoma en lo que tiene por boca… donde hileras de colmillos afilados relucen.

Nadeshiko y Hiroto, que esperaban a sus compañeros (una para atacar cuando se aparten, otro para dispersarse juntos) no pueden hacer más que mirar horrorizados cuando las garras del monstruo devuelven el golpe, hendiendo ahora si la carne de Sunauto y regando de sangre shinobi el suelo…

La expresión de Hiroto expresaba a la perfección lo urgente que se había vuelto la situación. El explorador sufrió el terrible contraataque del Oni y salpicó el quemado suelo de la aldea con su sangre. -¡Sunauto, sal de ahí! ¡Ya!- Gritó el shinobi mientras empezaba ya a moverse.

El chakra concentrado comenzó a arremolinarse alrededor suya levantando una corriente de aire que ganaba velocidad a cada paso que daba. No había tiempo y Hiroto debía moverse más rápido que nunca hasta ahora. Sabía que el Oni era afín a su elemento contrario. Pero si no le daba tiempo a reaccionar todavía tenía la posibilidad de golpearle con fuerza y alejarlo de sus compañeros para poder retirarse. El espadachín corrió hacia la bestia describiendo una trayectoria en semiluna levantando una nube de polvo tras de sí. -¡Golpe huracán!- Sus palabras acompañaron a un fuerte golpe de sus espadas. Tras la estocada, una fortísima corriente de aire salió desatada de sus aceros empujando una vez más a la bestia. Pero esta vez no quería estamparlo para hacerle daño. Quería mandarlo lo más lejos posible y darle a su equipo la oportunidad de salir de ahí de una pieza. -¡Dispersaos! ¡Es una orden!- Gritó sin quitarle la vista de encima al Oni y esperando sonar lo suficientemente contundente como para que el indomable Sunauto no actuase por libre una vez más.

Aquel ser estaba totalmente fuera de sus posibilidades, ahora lo veía claro. Pero todo lo realizado no había sido en vano pues, según el plan, así ganaban tiempo para que Valea huyese con los aldeanos. Ahora sólo quedaba que ellos huyeran cada uno en una dirección, esperando servir de cebo para el oni. Okazaki eligió, dada su posición, el este. Sin embargo, comenzó yendo al sur, viendo la técnica empleada por Hiroto..

Ya no había nada que hacer, su técnica no podría hacerla con todos ahí, además, aquella cosa se había podido deshacer de sus compañeros como si nada, pero quedaba Sunauto, lastimado. Nadeshiko apretó los dientes, sólo quedaba algo que hacer, moverse, sacarlo, huir,  su compañero con sus heridas seguramente era un blanco demasiado fácil, así que la kunoichi, saltó desde donde estaba, yendo en dirección de Sunauto,  y  luego de sacarlo, huir hacia el este. Mientras tanto rogar que la gente haya tenido el suficiente tiempo para escapar. 

- ¡Huyan todos! ¡huye Hamachi! - grita justo antes de saltar para ir por su compañero herido, y salir huyendo.
 

El brutal golpe del Oni me lanza directo contra una de las casas.

El impacto es tan Salvaje que oigo crujir varios huesos.

Cuando mi cuerpo cae al suelo intento levantarme pero no puedo, mis párpados pesan demasiado hasta que finalmente se cierran.

Todavía puedo oir a Nadeshiko gritar.

El golpe de Hiroto lanza al Oni hacia la oscuridad más allá de los límites de la visión, pasando las quemadas defensas de la aldea… Ciertamente aleja la amenaza! Pero ahora hay también un efecto negativo, y es que no pueden ver donde ha caído el monstruo. Su figura se ha desvanecido en la noche.

Okazaki entretanto continúa aprovechando su Jutsu para moverse bajo tierra. Es más lento que correr obviamente, pero así pasa inadvertida en gran medida, a medida que se escabulle tal como fuera planeado…

Nadeshiko ahora tiene tiempo de llegar al caído Sunauto. El osado explorador esta contra la pared en ruinas de una de las casas, y tiene una atroz herida. Respira apenas. El brutal impacto por poco acaba con su vida… Pero no tiene ninguna chance de huir por su cuenta en este estado.

Se aproxima lentamente, mirando a Hiroto.

-Buen golpe. Mal calculado no obstante. Ten cuidado con eso si lo enfrentas de nuevo… Ahora parecía distraído, pero recuerda que el viento fortalece al fuego...

Observa a Nadeshiko ocupándose del herido. Sus labios se comprimen levemente.

-Ayúdala y corran. No podemos demorarnos!

Tras el golpe huracanado de Hiroto, el Oni salió volando hasta perderse en la oscuridad que rodeaba a la aldea. Sin duda no se trataba de poco más que una breve tregua en el duro combate que debían utilizar para retirarse de una vez por todas. -Sé que era arriesgado, pero tenía que hacerlo.- Le respondió con firmeza a Hamachi. -Ninguno de mis compañeros va a morir mientras yo esté en pie.- "...por desobediente y descuidado que sea." Pensó ante el imprudente comportamiento del explorador. 

En aquella pausa, Hiroto se giró para mirar al malherido Sunauto siendo ya atendido por Nadeshiko. Aunque su mirada reflejaba seriedad, el shinobi no podía evitar preocuparte por su excéntrico compañero. Hiroto no dudaba de las habilidades de la kunoichi para sanar al explorador. Pero ahora mismo estaban actuando a contrarreloj. -Nade, cúralo lo más rápido que puedas. No sé cuánto tiempo tenemos hasta que el Oni vuelva a la carga pero estoy seguro de que no será mucho.- Aquella incertidumbre no hacía más que torturar mentalmente a Hiroto. -Oka, será mejor que salgas a la superficie para moverte más rápido.- Le dijo a la astuta kunoichi. Dirigió su mirada hacia un punto indeterminado en la negrura en la que la bestia se había desvanecido, poniendo todos sus sentidos en detectar la inminente amenaza...

Ya con su compañero, puede ver con horror como su cuerpo estaba tan maltrecho, y su vida estaba casi muriendo, al borde de ella, Nadeshiko pasa su mano por su frente, asustada, y mira hacia atrás, el Oni podría atacarlo, no había tiempo, así que tendría que usar una técnica  extrema, suspiró y juntó sus manos delante de ella, usado  los sellos del Chiyute no Jutsu Mejorado, que su abuela le había enseñado. El chakra se acumuló en sus manos, y luego acercó estas manos pasándolas  por encima de las heridas más graves, cerrándolas. Debía sobrevivir, y poder correr, siguió usando su habilidad, cerrando las heridas, y escuchando como sus compañeros escapaban. NO lo curaría por completo, era una técnica desgastante, pero si lo dejaría como para que pudiera correr,  con ella.

Okazaki salió de la tierra tan fácilmente como si de agua se tratase. Miró una última vez atrás para ver cómo Nadeshiko se preocupaba por Sunauto.

No hay tiempo que perder. ¡Huye con él insensata!No te quedes ahí.

Predicando con el ejemplo Okazaki comenzó a correr, los brazos extendidos y el cuerpo echado para delante, internándose en las callejuelas de la aldea en la dirección acordada. ¿A quién seguiría el oni?

Con enorme dificultad me incorporo apoyándome en Nadeshiko.

- Gracias preciosa. - digo acariciando su mejilla. Será mejor que nos movamos antes de que ese maldito gusano le dé por aparecer de nuevo.

El despertar de Sunauto gracias al impulso de Chakra que le insufla Nadeshiko trae un pequeño respiro al grupo, pero eso es todo. La bestia sigue ahí afuera y si bien no se muestra ahora, es solo cuestión de tiempo…

Okazaki sale debajo de la tierra y continua, más veloz, su escape por la calle de entrada a la aldea, en dirección al Suroeste… Hamachi por su parte parece estar aguardando a que todos terminen y se dispersen antes de hacer lo propio. Cualquier dirección, menos el rio donde están huyendo los civiles con la genin, servirá. Probablemente…

Al ver que su compañero se levanta, suspira, y lo ayuda a acomodarse en su hombro, su caricia aún era helada, la temperatura tardaría en volver a  su cuerpo.

- sí, debemos irnos ahora- se da cuenta que todos escapan, - se fijó donde iba Hamachi, y luego Oka, y la dirección en que los aldeanos escaparon - a moverse - exclamó, y salió en dirección noreste, escapando, cargar con su compañero hacía que la marcha fuera más lenta, pero seguirían corriendo.

- Vamos. - digo empezando a moverme junto a Nadeshiko.

- Nadeshiko, si en algun momento peligra tu vida por cargar conmigo quiero que me dejes y salgas corriendo con todas tus fuerzas. - le susurro al oido.

No pensaba permitir que la vida de esa preciosidad se apagase por mi culpa.

- estas loco... no te dejaré solo, Sunauto - lo aprieta más  contra suyo - además, deberás explicarle a mi abuelo  el beso que me has dado - se ríe, y siguen corriendo, alejándose lo más rápido posible. Lo miró de reojo, ligeramente sonrojada, ese beso la había  conmocionado, y el verlo casi muerto también, sentía que no podía perderlo, y las razones no le eran del todo claras.

- Volvería a hacerlo cien veces. - le contesto. Y otras cien más si con ello consigo volver a ver ese bello rostro tuyo sonrosarse. - añado con una pícara sonrisa.