Partida Rol por web

El ataque de Hiroto inflige un nuevo corte en el Oni, casi tan bueno como el primero… Pero la criatura ahora solo tiene ojos para Sunauto, y se desplaza en su búsqueda ignorándole. El shinobi explorador ahora pasa a tomar la forma de un tigre, envolviéndose en Chakra para recibirlo

Okazaki en tanto dispara uno de sus kunai, pero este rebota inerme contra la gruesa armadura de escamas del ser, incapaz de penetrarlo…

La flecha de Nadeshiko, quien aparece el techo, en cambio si logra hundirse un tanto en la carne y comenzando a horadarle… aunque difícilmente sea suficiente.

Y esto lo comprueba el hombre-tigre de pleno, cuando las garras del Oni impactan de lado contra Sunauto, con una violencia tal que le envían tres metros hacia el costado… Nunca había probado semejante poder en su propia carne. Si no fuera por el aura… Esta es quien le salva, aunque se rompe en pedazos al recibir el brutal impacto.

Tras analizarlo unos momentos, las cosas comienzan a no verse nada bien… Vosotros estáis gastando un montón de Chakra y en solo dos golpes, el Oni ha puesto en complicaciones a los mejores en combate… sin que al parecer siquiera este sudando. Es cierto, está sangrando, pero algo no concuerda puesto que no ha demostrado nada de los poderes de los que hablara Hamachi, salvo su gran fuerza.

A menos que este reservándose mientras calcula las vuestras. Y en ese caso están bastante jodidos, ya que los muchachos le están dando lo mejor de sí. 

-¡¡¡ Sunauto !!! - fue el grito desgarrador de la shinobi al ver como atacaban a su compañero, el muy idiota había subestimado a la bestia, y ahora parecía estar en un peligro de muerte, "Morirá... morirá..."  fue una horrible agonía para la chica pensar en eso, sin embargo preparó su arco de nuevo, su flecha se había enterrado en su carne, y de momento causaría daño, pero no el suficiente. 

Tensó la cuerda, se mordió el labio inferior, mientras concentraba otra vez su chacra en sus manos y en la fecha, que lanza contra el Oni, Sunauto debía escapar de ahí, cuanto antes - ¡¡Huye!! - grita de nuevo.

El impacto recibido por el Oni es salvaje. Mucho más de lo que podía pensar.

- ¿Eso es todo lo que sabes hacer? - pregunto sonriendo.

Bunshin no jutsu - digo mientras me multiplico.

Al instante hay otros Tres Sunauto.

- Golpea engendro. - pienso mientras me alejo un par de pasos dejando a mis copias delante para que sean ellas quienes reciban los ataques del Oni.

Al final el oni se alejaba de la casa siguiendo a Sunauto cual pez a un cebo a Sunauto, así que Okazaki aprovechó para seguirlos y salir de la casa. Al poner los pies en la tierrra se sintió un poco más calmada, en comunión con su elemento. Sin embargo la situación pintaba muy mal. ¿Dónde estaba Hamachi? ¿Por qué su enemigo no usaba el enorme poder que Hamachi les había dicho que poseía? Desde luego era fuerte, como podían atestiguar Hiroto y Sunauto, los cuales habían recibido terribles golpes. El enemigo también sangraba pero no era suficiente. Su equipo lo estaba dando todo y el Oni ni siquiera había mostrado parte de lo que podía hacer. Tenía que conseguir algo de tiempo así que lanzó de nuevo un kunai cargado de chakra cargado de toda la inquina de la que era capaz.

Hiroto había conseguido encajar nuevamente un buen golpe al Oni, pero éste solo tenía ojos para el intrépido Sunauto. La terrible bestia cargó sin dudar, y con una brutalidad que Hiroto ya conocía, contra el explorador. El jutsu que protegía a su compañero de desvaneció al recibir el impacto a la vez que lo empuja unos metros con la violencia del golpe.

"Es demasiado fuerte..." Pensó preocupado el shinobi. Había logrado asestar golpes certeros sobre el cuerpo del Oni pero éste no parecía inmutarse lo más mínimo. Además, aquella criatura controlaba un elemento contrario al suyo y no podía arriesgarse a alimentar el poder de su enemigo. De modo que debía luchar con su propia fuerza y habilidad. Hiroto concentró de nuevo su chakra para hacerlo fluir por el acero de sus espadas para continuar dañando al monstruo. Con agilidad y precisión, el espadachín cargó contra la bestia poniendo todos sus sentidos centrados en anticipar movimientos de su contrincante. No podía permitirse recibir de lleno otro golpe de aquella mole si pretendía mantenerse en el combate.

Tanto la flecha de Nadeshiko como el kunai de Okazaki rebotan inermes contra las poderosas escamas del oni. Incluso Hiroto, quien ya tuviera suerte en otros momentos, ve ahora su hoja resbalar con un centellar de chispas, sin hacer mella… Resulta increíblemente difícil penetrar en esa defensa! Incluso la saeta que ya colocara en el la kunoichi medica, si bien continua hundiendose, no parece molestarlo...

Por suerte para ellos, el genjutsu de Sunauto todavía atrae la atención de la bestia sobre él y sus ataques pasan inadvertidos. La aparición de los múltiples bunshin no amilana ese deseo obsesivo por acabar con el explorador a despecho de todo, pero ahora el oni cambia su táctica. Se hincha sobre sí mismo y seguidamente, de sus fauces surgen múltiples bolas de fuego!

Los clones son destrozados y la última impacta en su creador, un ardiente recordatorio de cuál es la esencia de este monstruo…

Un nuevo embiste de la Bestia. - Es mucho más duro de que pensábamos. Analizo la situación y decido pasar al "ataque" . - Kanashibari no Jutsu. - susurro deseando que funcione.

Pese a la certeza de su golpe, en esta ocasión Hiroto no pudo traspasar la gruesa coraza del Oni. El shinobi maldijo para sí al ver que su ataque no había hecho ni la más mínima mella en su oponente. Por si fuera poco, la bestia hizo gala de un poder del que Hamachi ya les había advertido. Todavía centrado en Sunauto, el Oni lanzó cuatro bolas de fuego contra las que el explorador no pudo nada. Él y sus clones recibieron de lleno el estallido de llamas.

-¡Sunauto!- Exclamó al ver al excéntrico explorador en medio de las llamas invocadas por el Oni. En ese momento Hiroto no se lo pensó dos veces. Dio un salto lateral para enfilar a la demoníaca criatura y concentró su chakra provocando que una ráfaga de viento se arremolinara a su alrededor. Sabía que debía utilizar con mucho cuidado su elemento contra alguien que usase el fuego, Sunauto de lo había recordado en un entrenamiento que Hiroto guardaba en su memoria. Pero estaba claro que debían explotar todos sus recursos si pretendían rechazar a la bestia. Tan solo debía preocupase de ser lo suficientemente rápido. En el aire, realizó los sellos necesarios a medida que el aire a su alrededor giraba con más violencia. Al poner un pie en el suelo, Hiroto aprovechó la inercia para girar sobre si mismo describiendo un arco con sus espadas para asestar su golpe. El acero de sus armas hendió el aire impulsando la corriente que había generado y convertirla así en un arma mortal. -¡Golpe Huracán!- Exclamó al tiempo que liberaba una ráfaga huracanada de una fuerza terrible contra la bestia que tanta desgracia había causado en esta aldea.

oka, nade...

- ¡No le deis tregua!- Gritó Okazaki con los pies firmemente asentados en la tierra. Por muy podersoso que fuera el oni no podría con todos ellos atacando a la vez. Si el genjutsu de Sunauto lograba hacer efecto tendrían al oni a su merced. Vio con estupor cómo Hiroto usaba el elemento viento, sin embargo había compartido muchos entrenamiento con el guerrero ninja como para saber que sabía lo que se hacía.

- ¡Doton, Dochû Eigyo no Jutsu!- Por su parte Okazaki comenzó a sumergirse en la tierra. Primero los pies, como si estuviera sobre arenas movedizas, y después el resto del cuerpo. Para cualquier otro ninja, la falta de luz y la sensación de opresión al estar bajo tierra sería un incordio, pero Oka disfrutaba con el olor de la tierra húmeda.

Nada parecía acabar con aquel oni, y lo peor es que Sunauto estaba a merced de él, además, por más que intentara buscarlo, no encontraba a Hamashi, ¿lo habrá matado?. Nadeshiko tensó su arco, pero comprendió que las fechas no le harían nada, aquella criatura tenía una resistencia terrible, sin embargo, ¿y el fuego?. Nadeshiko apretó los dientes, y pensó primero en qué tipo de criatura era, quizás pudiera recordarla y saber como enfrentarla.

Pero es imposible, la chica se estremece, y decide moverse, bajar por el tejado para poder estar mas cerca de la criatura, abriendo el área para preparar su nueva técnica.

El huracán concentrado de Hiroto empuja violentamente al Oni, aunque solo retrocede unos metros ya que de inmediato choca contra los restos de la casa adjunta al refugio, con un estruendoso choque que hace saltar cascotes y restos por doquier... Las llamas que envuelven al monstruo se agitan y danzan fieramente…

Sunauto aprovecha y usa uno de sus mejores genjutsus, buscando paralizar al monstruo unos momentos, en tanto Okazaki se introduce bajo tierra, para intentar alcanzarle por debajo y Nadeshiko busca una mejor posición…

El rugido de la bestia resuena hondo y profundo. Por primera vez estos insectos le están mostrando algo digno, un buen esfuerzo. El oni abre sus garras, rompiendo la sujeción del genjutsu, al tiempo que sus heridas comienzan a cerrar desde dentro… Se acabó la hora de jugar.

-¡Se los dije!.- Exclama entonces Hamachi, apareciendo por la parte posterior de la casa. Apoya su cuerpo en el ninjato, a modo de baston, mientras sostiene los dedos de la mano libre en posición de un sello de jutsu.- Pelear es inútil. Hay que seguir el plan... ¡Dispérsense!..

La bestia salió volando hasta estrellarse contra una de las ruinas haciendo todo pedazos. Aunque esta vez sí que pareció prestar más atención a Hiroto, aquello no pareció más que enfurecerlo. Su rugido rompió el silencio de la noche haciendo estremecer todo a su alrededor. Y no solo eso. El espadachín contempló con preocupación cómo el Oni se curaba de las heridas que había recibido.

Hiroto a penas miró de reojo a Hamachi cuando éste hizo por fin su aparición. No podía permitirse apartar la vista del Oni ni por un segundo. -¿Y Valea? ¿A sacado a los supervivientes?- Preguntó al shinobi mientras contemplaba No podía permitirse dejar a una sola persona en aquella aldea con semejante monstruo amenazándola. -Bien, dividiros como hemos acordado. Todos a la vez.- Dijo con decisión esperando todavía que Hamachi le confirmase que los aldeanos habían podido salir de allí.

Sumergida en su elemento natural, Okazaki tenía los sentidos abotargados por la densidad de la tierra. Sin embargo, estaba ya habituada a ello y con poco esfuerzo logró localizar al oni. No solo eso, sino que escuchó gritar a Hiroto que debían retirarse, como así habían acordado en un plan B. La kunoichi estaba dispuesta a arriesgar la vida por lo supervivientes de la aldea y por sus compañeros. Normalmente la técnica que iba a realizar la ejecutaba con bípedos, pues tenían pies que agarrar, pero esta vez sería la primera que la haría con un reptil. Se acercó al extremo de la cola del oni, agarró la extremidad y realizó el jutsu.

- ¡Doton, Shinjûzanshu no Jutsu!- La técnica intercambiaba el ejecutor con el apresado, dejándolo inmovilizado, enterrado hasta la cabeza.
 

Nade, ya en mejor posición,  ve que Oka intenta apresar a la bestia, los demás, mientras tanto. intentan escapar, ella decide hacer algo, se muerde el labio inferior.

- ¡¡¡Oka, escapa ahora!!!- la chica comenzó a concentrar chacra en su boca, iba a lanzar una cascada, aprovechando que el animal estaba encerrado, y  podría alejarlo, provechando el movimiento de Oka. Así que esperó a que Oka saliera, antes de dejar caer sobre aquella criatura las cascadas de agua.

- Ahora o nunca. - pienso al ver que Oka le tenía agarrado.

- Ataque del puño ardiente. - digo lanzándome hacia delante impactándole de lleno con una Fuerza que no recordaba que pudiera hacerlo.

Más tenso que nunca, Hiroto se mantenía en guardia dispuesto a atacar al Oni si éste intentaba interrumpir la huída de alguno de sus compañeros. Pero Oka, aprovechando su posición bajo tierra, aprisionó a la bestia intercambiando su lugar con el de la kunoichi. -¡Buen trabajo, Oka! Ahora vayám...- No pudo terminar la frase pues enseguida el impetuoso e irreflexivo explorador decidió saltar al ataque en lugar de escapar como habían planeado. -¡Sunauto, es inútil ¡Se regenerará de nuevo!- Le dijo al shinobi. Pero ya era demasiado tarde.

Hiroto se dirigió entonces a las dos chicas. -¡Huid vosotras ahora! Yo esperaré por Sunauto.- Dijo con un creciente enfado por lo complicada que se estaba volviendo la situación. Oka les había dado una oportunidad excelente para huir y el explorador había decidido pasar al ataque a pesar de lo acordado. Pero de nada serviría lamentarse. Si debía quedarse a luchar para que sus compañeros pudiesen escapar del Oni, Hiroto no dudaría ni un segundo en hacerlo.