Partida Rol por web

Clarke retrocede unos pasos y mira hacia el cielo, buscando algo. Cuando parece que lo encontrado asiente con la cabeza y regresa con vosotros.

- El Capitan Increible vigilará desde el aire que nadie escape de la estacion. Nosotros nos encargaremos de los tuneles.

Watai interviene para responder a Shadow.

- Selene esta ocupada dando "ordenes" al ejercito. No contaremos con su ayuda.

Veis como Clarke deja sus armas en el suelo y se queda totalmente firme, mirando al vacio. De repente da un paso atras, pero su imagen sigue donde estaba. Ante vuestros ojos aparece otro Clarke, totalmente identico, con la misma ropa.
Cada uno de los capitanes coge un arma. Su comportamiento os hace imposible saber cual es el original, sencillamente parecen dos gemelos con una mente independiente.

- Vosotros tres ireis con Watai. - dice Clarke señalando a Shadow, Hidra y Oleg.

- Nosotros iremos con Illich. - añade el otro Clarke señalando a su clon.

Watai revisa su subfusil antes emprender la marcha hacia el interior de la estacion.

- Seguramente han encerrado a los civiles y al personal de seguridad de la estacion. Eso con suerte. Aun asi mirad a quien disparais, el unico que puede devolver la vida a la gente es a quien venimos a matar.

El oriental corre por el vestibulo de la estacion el primer tunel, se apoya contra la pared junto a la esquina y se asoma. Tras un par de segundos observando hace un gesto para que vayais junto a él.
Clarke e Illich se disponen a hacer lo mismo por la pared contraria.

¿Preocuparme por no matar civiles? Si, ¿porque no? será divertido jugar a los superhéroes un rato.

Me reservo mis pensamientos, de la misma forma que me reservo el derecho a disparar primero y preguntar después. Por suerte he conseguido dos pistolas que sujeto, una en cada mano, mientras avanzo.

Hubiese preferido dedicarle a Wolfgang una atención mas personal, mas próxima, pero tendré que conformarme con hacerle un orificio para que se le ventilen las ideas. Avanzo con paso lento, dejando que mis queridos compañeros, jueguen su papel como carnaza, y me conformo con buscar algún mercenario de Wolfgang al que pueda tratar de someter antes de que Shadow de cuenta de el.

Un poco de información seria muy útil.

-Acabemos con esto.

Si el plan de nuestros aliados salía como esperaban, esta pesadilla acabaría antes que este día. La única parte que no me terminaba de gustar era la de tener civiles por el medio.

Por no hablar de los putos clones... ¿Cómo voy a ir preparado para volarle la cabeza a lo primero que se mueva y a la vez distinguiendo de qué bando está?

Rapidamente avanzais por la estacion hasta llegar a los pasillos que llevan a cada una de las lineas de metro y tren que conectan con Grand Central.
Descartais los trenes para descender hacia el metro. Con Watai a la cabeza os asomais a cada esquina y correis hasta la siguiente, una vez alli repetis la operacion.

Llegais a uno de los andenes de la linea 6. Un convoy se encuentra detenido en el anden de enfrente y en el interior veis movimiento.
Apenas os separan veinte metros y el foso de las vias, asi que veis perfectamente lo que ocurre dentro del tren.
En la cabina hay un clon, es perfectamente visible y parece estar esperando a que sus compañeros terminen. Hacia el final del tren veis a traves de las ventanas como cargan los vagones con pesadas cajas. Los hombres, cuatro en total, son mercenarios como los que habeis visto en Staten Island o en el carguero.
Veis que aun les quedan un par de cajones que subir al tren, eso os da unos minutos para tomar decisiones.

Os agachais tras el acceso al anden para evitar ser vistos mientras Watai os mira uno a uno, esperando vuestra opinion.

- Estan usando el metro para transportar algo. Podemos atacar y evitar que se marchen, o podemos seguirlos. Aunque no se como lo vamos a hacer. ¿Alguna idea?

Ánela observaba mientras se mantenía al acecho y escuchaba. Había estado pensando que no creía que iba pensar nunca que echaría tanto de menos al Capitán Increible.

La idea de dejarlos partir con esas mercancias y seguirlos no estaba mal, igual que matarlos allí mismo.

-Las dos opciones son igual de buenas, pero tendríamos que arriesgarnos en ser vistos, pero si queremos matarlos, solo podemos contar con el profesional. - Dijo mirando directamente a Oleg.

-O puedo tomar el aspecto de otro clon y acercarme lo suficiente para tener un tiro claro contra el de la cabina. Vosotros solo tendríais que acercaros por otro lado mientras se fijan en mí y acabar con los mercenarios por sorpresa antes de que puedan reaccionar.

Matar, matar, ¿porque todo el mundo me pide que mate a gente? Dijo el mafioso con cierta sorna mientras ponia una mano frente Shadow para pedirle que se tranquilizase. Bien, matarlos puede ser muy divertido mi querido amigo cambiante, pero si suena alguna alarma o alguien da el aviso podemos perderlo y eso no estaria nada bien.

Oleg dio un vistazo decidiendo que hacer.

Me encanta como trabajas shadow, asi que porque no nos enseñas lo que puedes hacer, ¿para acercarte a ese clon y cargartelo en silencio? Una vez hecho ocupas su lugar, y nosotros subiremos al metro. Se volvio hacia Hidra con una su habitual sonrisa provocadora. Yo me encargare de distraerlos y tu, preciosa, solo tienes que mantenerte asi de guapa, ya buscaremos una forma de que seas util mas tarde, o quiza cuando todo esto termine en un bonito motel.

Oleg volvio a buscar con la mirada a uno de los mercenarios, y se concentro en introducirse en su mente.

El mercenario al que intentas controlar, un tipo de barba poblada y barriga prominente, no parece ser demasiado inteligente.
Pese a la distancia logras penetrar en su mente con suma facilidad.

Mientras tanto caes en la cuenta de que ya no escuchas ese molesto zumbido al estar cerca de un clon. Se te ocurren varios motivos, pero ahora no es el momento de buscar explicaciones.

El desafortunado mercenario, que esta ayudando a sus compañeros a cargar una pesada caja cerrada, te da acceso involuntario a su mente.

-Cierra el pico y encárgate de que los mercenarios no hagan preguntas ni me cierren el paso hasta que haya llegado a mi objetivo -Le espeto al ruso.

Cojo aire y tenso mis músculos recordando la apriencia del clon para convertirme en uno de ellos. Sin perder un segundo más, comienzo a caminar hacia el tren a la vista de todos los presentes.

Oleg ignoro el comentario de Shadow ocupado en ordenar a aquel mercenario de cerebro simiesco que soltase la caja haciendo que se estrellase con estreptico contra el suelo. El hombre levanto una mirada vacia de inteligencia hacia los otros tres cuando se giraron a mirarle sorprendidos por el golpe.

Ehhh.... Articularon sus labios sin llegar a decir nada mas.

Ángela asentia al plan que estaba contandoles Shadow cuando Oleg comenzó a comentar con ese aire vacilon de siempre, cuando le dijo esas cosas referente a ella. Se sintió humillada, inutil, un objeto para su simple satisfacción sexual. Lo miró con bastante asco y porque no, con mucha ira contenida. Se aprovechaba de que estaban en medio de una conversación importante, planeando el siguiente movimiento que haríamos.

- Claro Oleg... pero para la próxima vez que vuelvas a dirigirte a mi de esa forma... cogeré "tu cosita" la congelaré y te la arrancaré de cuajo... ¿entiendes?. - Dijo con una impresionante neutralidad y tranquilidad, pero por dentro estaba apunto en estallar en montones de cubitos de hielo.

Al rato vio como Shadow se transformaba en un clon perfecto, que la hizo ponerse en tensión y agarrar con fuerza su pistola, mirandolo por unos instantes algo amenazante, pero luego esperó a que continuasen.

Uno de los mercenarios que se encuentra cargando material en el vagon de cola deja caer la pesada caja. El impacto contra el suelo, sobretodo el estruendo que provoca, hace que hasta el clon salga de la cabina para ver que ha ocurrido.
Mientras los otros dos mercenarios abroncan a su compañero por su torpeza Shadow, con el aspecto perfecto de un clon, cruza las vias y sube al otro anden.

Los dos mercenarios discuten ante la reaccion estupida del hombre controlado por Oleg. En la otra punta del tren subterraneo el clon regresa a la cabina a la espera de que termine la carga del convoy. Justo cuando se da la vuelta se topa de frente con Shadow.

Ocultos tras la entrada al anden Hidra, Oleg y Watai observan el encuentro entre clones. Ambos se quedan mirandose, totalmente quietos, como si de un duelo contra un espejo se tratase.
Los mercenarios, ajenos a la duplicidad del conductor, siguen recriminando a su compañero el error que ha cometido y el riesgo que corren de no cobrar el millon de dolares prometido.
 

Los rasgos del criminal devuelven una sonrisa de satisfacción ante el resultado de su táctica. Se vuelve hacia Hidra y Watai con el mismo rostro que tendría un gato tras comerse a un ratón.

Espero que sea tan bueno como cree ser. Dice Oleg en referencia a Shadow, para luego observar a Hidra.

Oleg no permite que su rostro refleje sus pensamientos, pero por una vez esta convencido de que la chica habla totalmente en serio. Decide abstenerse de una nueva provocación como “la gatita tiene uñas” porque algo en los ojos de la chica le anuncia que prácticamente la ha llevado hasta el limite de lo que esta dispuesta a aguantar, y pese al placer que le produce mantener su imagen de criminal desalmado, la situación es delicada.

Cuando finalmente se decide a hablar, lo hace con un tono que si bien no es amable, tampoco es provocador.

Si hace algún ruido, dejad que los mercenarios le alcancen antes de actuar.

En una emboscada el factor sorpresa es decisivo. Si Shadow estropea la sorpresa, Hidra Oleg y Watai podrán acabar rápidamente con los mercenarios si estos están centrados en tratar de averiguar cual de los clones es su aliado, pero acostumbrado a dar ordenes y no explicaciones, el ruso se abstiene de entrar en detalles dando por sentado que los demás obedecerán.

En cuanto alcanzo la cabina busco una posición desde la que emboscar al clon. A falta de nada mejor, me pego contra la pared junto a la puerta y saco mi vieja y fiel pistola. Escucho los pasos que vienen por el pasillo, indicador de que el conductor vuelve a su puesto a pesar de que los gritos de los mercenarios siguen escuchándose por todo el andén. A toda prisa coloco el silenciador y espero mi oportunidad.

Y ahí llega. EL clon abre la puerta y entra sin pararse a mirar a los lados. Cuando se fija en el reflejo del cristal de la cabina y ve una sombra al lado de su figura, se gira y me mira sorprendido un instante antes de mirar directamente a la boca de mi arma. Sin darle tiempo a gritar, aprieto el gatillo. Es un disparo a bocajarro contra su cabeza, pero aún así será mejor no correr riesgos. Otros dos tiros siguen al primero, ambos apuntados al mismo punto que el primero.

¡Sorpresa!

Hidra se quedó aferrada a su arma esperando a que Shadow actuara. El plan estaba saliendo a la perfección, Oleg controló al mercenario que dejó caer una de las cajas, y nuestro compañero transformado en uno de los clones se debió ocupar del clon en cuanto entró en la cabina.

La mujer se acercaría y subiría en la cabina en cuanto le diesen señal.

Shadow embosca al clon y acaba con él con una eficacia digna del mejor asesino a sueldo.
Mientras tanto, al final del tren, los tres mercenarios retoman su tarea tras el lapsus de su compañero. Cuando han terminado de cargar la ultima caja Hidra, Oleg y Watai ya han subido sigilosamente al tren y se encuentran en la cabina.

Un grito de uno de los mercenarios indica que el tren esta cargado y ya pueden partir, indicando claramente al clon que inicie la marcha mientras ellos se acomodan en los asientos del ultimo vagon.

Estudiais la consola de control del metro para decubrir, mas o menos, como abrir y cerrar las puertas y cual es la palanca que controla la velocidad. Sin embargo el problema no es el como, si no el donde. Hasta el final de la linea hay una docena de paradas y desconoceis por completo a donde os dirigis. Seguramente el unico que sabia a donde habia que ir era el clon victima de Shadow.

Bien, bien, bien, papa Oleg tendra que salvar la situacion... de nuevo. Dijo el mafioso con tono ironico mientras se dirigia hacia el final del tren. Con suerte podria llegar hasta algun punto desde el que ver a los mercenarios sin que estos le vieran, y quiza alguno supiese a donde ir. Mueve este trasto, pero hazlo despacio hasta que vuelva.

Sus ultimas palabras a Shadow fueron seguidas por el sonido de la puerta de la cabina.

Ángela permanecía en tensión el la cabina, viendo que habían logrado subir al tren sin ningún problema aunque en realidad hubo uno... el desconocer hacia donde se dirigían. Por ello Oleg movió ficha no sin antes soltar un comentario repleto de ego aunque no era de extrañar por la habilidad que poseía.

- A ver si es verdad. - Fue lo único que comentó la mujer mientras esperaba expectante y siempre con el arma en la mano, nunca se sabía cuando iba a ser utilizada.

Intento detener a Oleg antes de que se largue.

-¿Arrancar esto? ¿Estás de coña? ¡Tu querido Wolfrang se supone que está en esta estación, no adonde quiera que fuera esta cosa!

Paso de intentar razonar con él y le sigo mientras cambio el silenciador de la pistola al rifle.

-Sácales lo que sepan y evitemos cabos sueltos. Luego volvamos al plan.

Logras penetrar en la mente de los tres mercenarios sin que ninguno de ellos se percate.
Los tres hombres desconocen el destino del tren, tan solo saben que deben cargar las cajas en el convoy y descargarlas una vez se detenga nuevamente.
Ni siquiera saben que contienen las cajas, aunque si les han advertido de que deben ser cuidadosos con la carga.

Aprovechas para intentar saber si conocen la ubicación de Wolfgang, pero ninguno de los tres lo ha visto nunca y ni siquiera saben que se encuentra en la estación.