Partida Rol por web

Le señalo la zona por la que creo que puede estar el candado a Ángela.

-No puedo atravesar eso de un disparo. ¿Crees que podrías congelar el metal hasta debilitar esa zona?

Avanzó hacia la siguiente puerta con cuidado de la caja y sin perderla de vista en ningún momento, no le gustaba mucho dejarla ahí, pero tenían prioridades. Al llegar se percató del problema, el candado estaba al otro lado de la puerta y Shadow le sugirió que la debilitara con sus poderes de frío. Esperaba que pudiera concentrarse en ese lugar.

Una vez mas la habilidad de Hidra se muestra mas útil que muchas armas o herramientas inventadas por el hombre.
Rápidamente se forma un círculo de hielo en la zona donde presuntamente se encuentra el candado. El metal, congelado, se resquebraja por el movimiento del tren y no tarda en caer por el propio peso del candado. Lo cual indica que la predicción acerca de la ubicación del candado fue precisa.

Aprovecháis el agujero para investigar el exterior, no veis peligro alguno y abrís la puerta.
En el siguiente vagón encontráis el cadáver de un mercenario. Su frente muestra un orificio de bala y, a juzgar por la salpicadura de sangre en la pared, el disparo se produjo desde abajo. Seguramente fue alcanzado mientras el tren salia de la estación.

De repente veis como el cadáver empieza a moverse. La herida en su frente se cierra y cicatriza en apenas unos segundos dejando tan solo una mancha de sangre allí donde antes había un profundo agujero.
El mercenario no tarda en volver en si. Su mirada parece perdida hasta que empieza a recordar donde se encuentra y que ha sucedido en, lo que para él, han sido los últimos instantes.

La mujer sonrió satisfecha al ver que había funcionado el usar su poder para abrir la puerta. Asintió a Shadow y tras echar un rapido vistazo por el agujero se adentró. Había un cadaver, se trataba de uno de esos mercenarios por lo que Hidra pensaba pasar de largo hasta que vio por el rabillo del ojo como éste comenzó a moverse y miró con preocupación y confusión a su compañero.

Hidra recordaba el poder de Wolfgang, al menos uno de esos poderes y era el de la resurrección.

La mujer apuntó al mercenario y dio varios pasos atrás. Creo que en esa ocasión era mejor preguntar antes que disparar. Estabamos siguiendo tras la pista de Wolfgang pero quien sabe si se nos podría volver a escapar. Necesitabamos un guía que nos llevara hasta a él o información.

- ¿Donde está Wolfgang?!. Contesta antes de que te abramos otro agujero en la cabeza. - Dijo con el dedo en el gatillo y en una pose bastante tensa.

Tras su resurrección el mercenario parece totalmente aturdido. Parece que a su mente le cuesta saber que hace unos minutos estaba muerto y ahora ha regresado a la vida.

Un arma apuntándole y la posibilidad de morir nuevamente le fuerzan a ser consciente de la realidad.
El hombre levanta las manos instintivamente y se limita a negar con la cabeza constantemente.

- ¡No lo se! Se que va en el tren, pero no se en que vagón. Son todos iguales, nos dijeron que protegiésemos todos.

-Gracias, ahora vuelve a dormir. -Digo al tiempo que le pego un tiro en la cabeza. Luego me giro hacia Ángela.- Será mejor que nos demos prisa, y mucha. Si empiezan a revivir los que nos hemos cargado a nuestras espaldas acabaremos rodeados. Y lo que ha dicho el tipo este pone las cosas aún más difíciles.

¿Se referiría a dobles? ¿O ese desgraciado ha hecho clones de sí mismo?

-Recuerda apuntar a la cabeza, por si nos sorprende algún clon.

El mercenario cae muerto nuevamente con otro disparo en la cabeza. Otra salpicadura mancha la pared del vagón que tiene detrás.

De repente escucháis un chirrido e inmediatamente después el tren comienza a frenar bruscamente. Os agarráis a las barandillas para evitar caer entre los vagones. Tras vosotros los anclajes de la enorme caja se tensan al máximo para evitar que su contenido de mueva.

Varios segundos, y bastantes metros, después el tren se ha detenido por completo. Os asomáis por un lateral para mirar hacia el frente y veis que en la vía hay otro tren detenido. La locomotora se encuentra frente a la que tira de vuestro tren, indicando que ha circulado en dirección contraria.
La ubicación también denota cierta voluntariedad, os encontráis en mitad de un puente. Bajo vosotros, a unos veinte metros, se encuentra el frió rió Bronx.
Las únicas salidas por tierra están a cien metros en ambas direcciones.

Sin mas opciones se proseguir la marcha veis como un par de mercenarios de los vagones frente a vosotros se bajan para caminar hasta el tren que impide el paso.
Caminan por la vía paralela ya que al otro lado apenas hay un par de metros entre el tren y la valla que os separa del vació.

Ángela volvió el rostro violentamente hacia Shadow al ver como tras responder el mercenario lo volvió a matar y le dijo que tuviéramos prisa, la chica parpadeó.

- ¿Pero porque lo matas?, ¿no ves que estaba muerto de miedo?, podríamos haberlo tenido como aliado Shadow. Hay mas alternativas que meter balas entre ceja y ceja, deberías te... - Las palabras de la mujer se cortaron ante la fuerte sacudida del tren agarrándose con fuerza en una barandilla hasta que el tren se detuvo, alzó las cejas mirando a su compañero como si le preguntara mentalmente que estaba pasando.

Cuando se asomó por uno de los laterales del vagón se percató de lo que estaba ocurriendo. Otro tren había cortado el camino en el que viajaban y en medio de un puente, eso inquietaba a la chica en demasía. Ahora las cosas se le ponían difíciles tenían que dar encuentro a Wolfgang de inmediato y eliminarlo y después... después... ¿como saldrían de allí?... Ahora si que echaba de menos al Capitan Increible aquel, pero esperaba que esos mercenarios lo arreglaran. Angela con cuidado quiso dirigirse hacia el siguiente vagón, había que alejarse de lo que fuese que hubiera en esa enorme caja.

- Sigamos avanzando pero no perdamos de vista lo que hacen esos mercenarios y lo que puede ser, si algo va mal me temo que caeremos al vacío... - Murmuró mientras caminaba.

Cuando vais a entrar en el siguiente vagón la puerta se abre justo antes de que lleguéis a ella. Os topáis de frente y a poco mas de un metro con un clon, aunque su expresión es distinta a todos los que habéis visto antes.
Lejos de parecer un robot carente de sentimientos este muestra sorpresa al veros.

Tras él podéis ver a Wolfgang, quien se disponía a salir tras el clon. En cuanto os ve comienza a correr hacia la otra puerta del vagón saliendo de vuestra linea de visión.
El clon saca rápidamente una pistola dispuesto a abrir fuego contra vosotros. Por suerte reaccionáis antes que él pese a lo inesperado del encuentro.

Ángela no dudó en alzar la pistola cuando vio que la puerta se abrió pudiendose ver a uno de los clones que también se sorprendió al verlos, tras él se pudo observar a ¡Wolfgang!, se iba corriendo y la chica no pudo continuar apuntandolo, por lo que el cañon de su arma se volvió nuevamente hacia el clon, en esa ocasión no habría preguntas, no habría dudas, ni compasión, el daba la impresión que él no lo tendría. Disparó con intención luego de correr en dirección donde había marchado Wolfgang.

Me da igual si esas cosas pueden sorprenderse o sentir algo. Son peligrosos, y mucho. No pienso correr el mínimo riesgo, así que aprieto el gatillo y le descargo una buena cantidad de plomo directo a la cabeza.

-¡Lo tenemos! ¡Que no escape!

El clon recibe dos balazos en la cabeza y cae al suelo al instante.
Rápidamente entráis corriendo en el vagón para perseguir a Wolfgang, el cual ha huido en cuanto os ha visto.

Fugazmente veis que el vagón tiene un par de asientos y una mesa sobre la cual se encuentra una tablet apagada.
Dejáis atrás el vagón y veis a Wolfgang corriendo por las vías  Los dos mercenarios lo ven y se apresuran a cubrirlo mientras su jefe sigue huyendo a través del puente.

Wolfgang se aleja y sus hombres esperan a que os asoméis para disparar contra vosotros.

Cojo la tablet por si contubiera algún dato sobre los planes de Poseidón, sus objetivos u otras personas con poderes como la que encontró Oleg. Luego me agacho contra la pared del vagón cerca de una ventana que de hacia donde nos esperan los mercenarios.

-¡No podemos liquidarlos si están apuntando hacia nosotros, pero tampoco podemos dejar que ese maldito cabrón se escape! Si tienes alguna idea, es el momento. La mía no creo que te guste demasiado...

- Si no consigo parar sus pies congelandolo y así dispararle vamos a tener que ir tras él. Y ahorrate lo que me guste o no hacer, no estamos en condiciones para escoger.- dijo concentrandose, sabía que estaba a riesto de que los mercenarios la dispararan si se asomaba pero no quedaba otra. Cogió aire y comenzó a sentir el frio en sus manos haciendo que de estan saliese un vaho helado, cuando creyó estar preparada se asomó y proyectó sus manos hacia Wolfgang que corría para intentar detenerlo colgelandolo o al menos sus pies y así ganar tiempo.

Pese a los disparos enemigos Hidra se concentra hasta lanzar un cono de hielo hacia el huidizo Wolfgang.

El aire se congela desde sus manos hasta su objetivo, formando una imagen fantasmal que avanza entre los dos mercenarios.
Sin embargo la distancia y la puntería no son buenas aliadas y lo que debería congelar a vuestro enemigo apenas logra alcanzarle.
Por fortuna, algo que ha faltado en todo momento, el frió que proyecta Hidra hiela las vías por delante de Wolfgang formando una película de escarcha.

El villano no puede evitar la zona congelada que se acaba de formar a su paso y cae al suelo violentamente tras pisar el hielo.
Pese al fuerte golpe no parece herido, aunque le retrasará y os dará tiempo mientras se levanta.

Una buena idea, pero no ha salido bien. Tendremos que probar a mi manera.

Saco una de las granadas del cinturón y le quito la anilla de seguridad.

-Cuando yo te diga, quiero que salgas del vagón. Crea un escudo de hielo si puedes para protegerte, pero no intentes luchar. Solo corre hacia Wolfgang. En cuanto acabe con esos dos te seguiré. ¿Preguntas?

Espero a la primera pausa que se me presente entre el repliqueo de los impactos de bala de nuestros enemigos contra el vagón y me asomo para lanzar la granada ante sus pies. Vuelvo a cubrirme y cojo el rifle mientras cuento en mi cabeza.

5... 4... 3...

-Se acabaron las preguntas. ¡Ahora!

Me asomo un instante antes de que el artefacto haga explosión, preparado para disparar al primero que se ponga en pié o apunte a Ángela.

Ángela pegó su espalda  en el vagón cuando se adentro nuevamente al ver que no había salido tan bien como hubiera querido y esperaría las respuestas en forma de balas por parte de los mercenarios. Escuchó atentamente a su compañero que le daba indicaciones de que hacer. Ella se encargaría de seguir a Wolfgang ahora que había perdido algo de tiempo resbalándose contra las vías heladas y él de los mercenarios.

- Ninguna pregunta. - Dijo con firmeza y preparandose a que Shadow le diese la señal, lo miró con el ceño fruncido, quería decirle que tuviera cuidado pero no lo dijo, él sabía cuidarse bien.

Salió disparada del vagón cuando le dio la señal, aun tenía que reventar la granada que había arrojado a sus enemigos, cuando ella aterrizó en el suelo se intentó concentrar para rodearse de un campo de fuerza para continuar avanzando, no podría hacerlo de hielo, ademas de que no podría avanzar se congelaría, ella no era inmmune a su propio poder.

Estaba tensa y nerviosa como para que su poder fluyera por ella, no lograba concentrarse, se cubrió como pudo con las manos ante el estallido y si su cuerpo se lo permitía comenzó a correr tras Wolfgang.

La granada cae entre los dos mercenarios, a apenas un metro de cada uno. Rápidamente bajan las armas y cada uno toma una decisión totalmente contraria.
Uno de ellos sale corriendo hacia el tren, buscando alejarse de la inminente explosión. El otro parece mas valiente, o mas estúpido  e intenta patear la granada hacia vosotros con la firme intención de devolvérosla.

Mientras tanto Hidra sale corriendo para acortar distancias con Wolfgang. Crea a su alrededor un campo de fuerza para amortiguar la onda expansiva de la granada.

La explosión parte en dos al hombre antes de que su pie toque la granada. La pierna sale volando por encima del tren y el resto del cuerpo choca violentamente contra la pared del puente.
Hidra sale disparada contra uno de los vagones y se golpea contra él sintiendo un gran dolor en el brazo y costillas izquierdos.

El otro mercenario salta en cuanto oye la explosión y se pierde entre dos vagones.
Wolfgang cae al suelo nuevamente cuando explota la granada, mas por el susto que por la onda expansiva. Se encuentra a unos veinte metros de vosotros y sigue alejándose. Aunque ahora el camino esta despejado.

¡NO! ¡Espera a que explote!

No llego a pronunciar esas palabras. No me había imaginado que Ángela se pondría en marcha y correría tan rápido como para entrar en el radio de la explosión. Al menos ya solo queda uno de ellos, y el otro debe haberse cagado de miedo. Pero no podré vigilarle y perseguir a Wolfgang al mismo tiempo. 

-¡Mierda!

Apunto un instante a mi objetivo, pero está demasiado lejos para un arma de asalto del ejército. Ojalá tuviera mi rifle de caza. Bajo del tren apuntando al hueco tras el que se esconde el mercenario restante y me acerco a mi compañera para comprobar si sigue consciente. La agarro con cuidado y tiro de ella para levantarla y apoyarla contra el vagón.

-¡Ángela! ¿Me oyes? ¡Quédate conmigo, ese cabrón ya es nuestro!

Ángela quería que acabara ya toda esa pesadilla, se adelantó incluso a que la granada estallara confiando en el campo de fuerza pero no fue suficiente para resistir la onda expansiva que la empujó violentamente hacia un vagon sintiendo como su brazo y sus costillas del lado izquierdo chocan con fuerza provocando que emitiera un grito del dolor que trató de acallar apretando los dientes. Apenas se fijo que había pasado con los mercenarios, solo pudo levantar la vista hacia donde estaba Wolfgang que también había caido al suelo, los tenía casi a 20 metro de ellos, jadeante intentó levantarse llevándose una mano al costado totalmente dolorida y ayudándose con el vagón pero entonces vino Shadow, lo escuchó preguntarle si lo oía. Si, si, por suerte no había perdido la conciencia pero el dolor lo sentía muy presente. Se dejó ayudar por él y apoyó su espalda en el vagón, no podía echar a correr nuevamente, así que confiaría en su compañero.

- Bien, siento este percance. Por suerte esto llega a su fin. - Dijo entre dientes, cada vez que tomaba aire sentía un agudo dolor en su costado pero a medida que se acostumbrara a ello ganaría algo de movilidad hasta que realmente acabaran. Con su mano derecha sacó su arma y apuntó a Wolfgang, estaba a una distancia considerable pero si ella no podía alcanzarle, lo haría Shadow. Disparó.