Partida Rol por web

No disfrutó matando por la espalda. Se agachó sobre el  caído para recoger el hacha de un tirón y buscó la otra. La necesitaba, era su forma de combatir y le iba bien así. Freyr al menos se había defendido, le saludó brevemente para darle ánimos. Entonces se escuchó el griterío.

—¿Lordemanos, qué…?

Llegaron los otros a la carrera, Aslak y Sveinn. Tenían cara de que la cosa no pintaba bien, Sveinn lo confirmó con sus palabras, además estaba herido.

—¡Traición, por todos los dioses! Y es cierto que son muchos, tenemos que largarnos…

Ásgeir habló deprisa y con una furia desesperada. Buscó con la mirada a María, tendrían que recurrir a ella para desaparecer por estas callejas. O eso, o tal vez ella misma sea una arpía traidora. Estaba tenso, a punto de echar a correr por cualquier callejón. Olaf puso en palabras lo que él mismo pensaba y acabó de decidirse.

—¡María, sácanos de aquí! ¡¿Por dónde vamos ahora?!

Sorprendidos porque os persiguiesen aquellos que habíais venido a buscar unidos a los cristianos fuísteis corriendo hasta llegar al muro que tanto os había costado trepar, no parecía haber otra opción, a lo major uno de vosotros era capaz de pasar al otro lado e informar a vuestro caudillo mientras los demás vendíais caro vuestro pellejo.

Entónces cuando todo parecía perdido una sombra fué tomando forma, era Fenja-Seguidme, he encontrado una manera de salir de aquí-No teníais más opciones, de modo que corrísteis tras ella mientras vuestros perseguidores trataban de alcanzaros. Llegásteis a una puerte custodiada por dos guardias pobremente armados. Era vuestra única posibilidad, abatir a los guardias, abrir la puerta y escaper. Pero tenía que ser echo rápido porque sino os alcanzarían y podíais daros por muerto.

Sveinn se sorprendió al ver a Fenja. era como si todo lo que había ocurrido hubiese dilatado el tiempo, haciendo que las horas que habían pasado en la ciudad. Con las manos llenas de sangre le saludó y se dispuso a ir detrás de ella tras las palabras que les dedicó. Cuando encontraron la salida, custodiada por dos guardias, el herrero alzó de nuevo su martillo aunque maltrecho e intentó cargar sobre ellos...

Ante las palabras de Ásgeir negó enérgicamente con la cabeza aún en plena carrera. - ¡Olvídate de ella! ¡También nos ha traicionado! - Apremió al resto a que empezara también a correr con amplios gestos, debían salir de allí. - Vamos, vamos, creo recordar el camino. - En marcha se giraba de vez en cuando para comprobar si Sveinn les aguantaba el ritmo a pesar sus heridas y que sus enemigos no les habían alcanzado. 
Consiguieron llegar al muro, pero con lo que les costó la primera vez subirlo ahora sería casi un suicidio- Esto va de mal en peor. 

Fenja apareció de la nada, como invocada por los propios dioses y con buenas noticias. - Cada vez me gusta más esta chiflada. 
Con los guardias no se lo pensó 2 veces, tenían que salir, no llegó a detenerse. Aprovechó la carrera y cargó contra uno de ellos alzando su hacha de mano.

Ásgeir mira rápidamente a «El Mirlo» y la luz se hace en su mente. No hay más que decir, pero ve que Sveinn está herido y se acerca a él por si necesita ayuda. No quiere dejar a un camarada en la estacada, aunque todo esté perdido.

Enseguida aparece Fenja, y la esperanza resurge. Echa a correr hacia dónde ella indica, guardando la retaguardia, hasta llegar a aquel último obstáculo.

—¡¡¡Yyiiiiaaaaarrrgggghhh!!! (grito que pretende ser espeluznante)

Se abalanza como un poseso hacia los guardias, tras sus dos compañeros. Está listo para abatir a cualquiera de los guardias que quede en pie.

Aquella pareja de sucios cristianos parecían haber tenido suficiente por lo que Olaf se decantó por pivotar sobre sí mismo alzando el escudo de tilo para prepararse para cualquier ataque. Habían demostrado ser traicioneros por lo que atacar por la espalda y a distancia parecía algo que convenía valorar entre las posibilidades.

tras cerciorarse acompañó en el ataque a sus compañeros

Los dos cristianos no tuvieron nada que hacer. Os vieron llegar y pusieron las lanzas en posición defensiva pero eso fué todo. Sveinn dió un martillazo al de la derecha y luego Áslak lo remató. Fué algo rápido y eficaz. Lo mismo ocurrió con el de la derecha que Asgeir le soltó un hachazo que lo dejó medio muerto y Olaf lo remató.

Freyr y Fenja se abalanzaron sobre la puerta para abrirla. El tiempo apremiaba y teníais encima a vuestros perseguidores. Lograron abrirla. Quitaron la tranca y la abriron. Corrísteis como si los dioses os dieran alas. Uno de vuestros perseguidores gritó algo y tomaron posiciones algunos arqueros. Las flechas silbaban por encima vuestro pero ninguna logró impactar.

Habíais logrado escapar, pero habíais fracasado en vuestra misión.

Una vez fuera, ya reposados y en el campamento vikingo os dirigísteis a la tienda de vuestro lider, debíais darle una explicación de lo que allí había ocurrido y porqué volvíais sin su hijo.

Entráis y está vuestro caudillo con cara de pocos amigos. Os mira a todos como si le hubierais fallado-¿Qué ha pasado?¿dóde está mi hijo? Habéis montado un buen revuelo pero no lo habéis traido de vuelta. Quiero oir lo que tenéis que decir antes de mandaros azotar.-Es más que evidente que está de mal humor. No solo no está su hijo, si no que habéis armado mucho jaleo y habéis estropeado las negociaciones....o bueno las habéis enfriado.

Están los hombres de confianza de Gudrod, seis hombres que son la flor y nata de su ejército. Todos equipados con cota de mallas y muchos brazaletes en sus brazos.

Sveinn, gravemente herido, se vio en la necesidad de contarle a su señor lo que había pasado, ya que el había estado presente en la traición y por nada del Mundo perdería de nuevo su honor. 

-Yo fui el que vivivivio como su hijojojo... -guardó silencio durante unos segundos mientras se agarra la herida. -Su hijojojo y susususus hohohombres hicieron esto. Me atacacacaron... y la cristititiana, esa susususucia ratatata, estabababa de su papapaparte desde el princiicicipio -al estar más nervioso, tartamudeaba más. -Me traicicicicionaron. 

Sabía que sería castigado, pero aquella era la verdad. Le explicó todo lo que había sucedido. De como tuvo que saltar por la ventana, huir por la traición...

-Yo sosososolo he defefefendido los intetetetereses del Nonorte.

Llegaron al campamento, no sabía como lo habían logrado, todo fue demasiado rápido, le costaba creer que todos hubieran vuelto vivos. Fue a cambiarse y se tumbó un rato, en frío la espalda le dolía una barbaridad, ahora sí era plenamente consciente de lo mal que le había dejado el puñetero muro.

Una vez más recuperado quiso buscar a Sveinn para saber lo que había ocurrido exactamente con Ubbi, pero lo llamaron antes. De camino trato de urdir una escusa, a un padre no se le puede decir que su hijo es un traidor de buenas a primeras y menos si tú no eres alguien de plena confianza. - Que los dioses no amparen igual que dentro de la villa.

Ante la pregunta de Gudröd el primero en hablar fue Sveinn, con una sinceridad abrumadora pero su irritante tartamudeo desmerecía sus palabras. - Tiene que creerle. - Él sabía mejor que nadie que tener en tus manos la verdad no quería decir que fueran a creerte, su compañero necesitaba alguien que supiera expresarse mejor y a él le dolía suficiente la espalda como para encima recibir unos azotes.

- Apenas si podemos contarlo. - En contraste con la voz de Sveinn la suya sonaba potente y segura. - Gracias a María se podían comunicar con los cristianos, les vimos cruzar palabras como aliados y nos han perseguido junto a ellos, como si esos cristianos fueran sus hermanos. - Dijo con rencor, no lo acusaría abiertamente, pero sí se lo daría masticado a su padre. - Entramos sin ser descubiertos, pero al llegar donde Ubbi, atacaron a Sveinn y pretendían matarnos antes de que pudieramos salir de la villa para que no os lo contáramos.

Hizo una pausa para comprobar la expresión de Gudrod, parecía escucharle atentamente pero le costaba ver sus intenciones.

- Dudo que seamos nosotros los que estropeemos las negociaciones, tu hijo ha llevado a cabo las suyas adelante ya. - Decirle que tiene su propio objetivo es otra manera de llamarlo traidor. - y no parecía que contara con nadie más.
- Concluyó, su voz no tembló en todo el discurso, habló con decisión, pero solo podía pensar en el castigo que les caería.
 

Ásgeir se quedó callado, incómodo y algo nervioso. Trataba de no sentirse intimidado por las miradas de los guerreros, ni por la expresión furiosa de Gudrod.

Se removió en el sitio y palpó casualmente el mango del hacha. No hablaba porque los otros compañeros ya estaban en ello y posiblemente se explicarían mejor que él. Además, habían visto más (aquí encogió los hombros de cara a Olaf y Freyr) aunque la traición parecía obvia para todos. Ahora tenían que convencer al líder.

Era una situación injusta. Habían sido traicionados, y el hecho de entrar en la villa y conseguir salir de una pieza podía considerarse una pequeña hazaña. Ahora el jefe los amenazaba con azotar, una humillación insoportable para quien ha hecho lo que tenía que hacer.

Pero la vida no era justa y había que joderse, su abuelo siempre lo decía cuando estaba borracho. Un hombre sabio, su abuelo.

-Mi señor fuimos traicionados por la mujer esa que se hacía llamar María...bien decía mi madre que una mujer soltera en edad de merecer rodeada de hombres es de fiarse mucho más que de las arducías de Loki.- Dijo Freyr bastante nervioso, aquella noche habian sucedido varias cosas, la repentina aparicion de Fenja los habia ayudado a escapar.

-Los cristianos se aliaron con los que parecían ser de nuestro bando...nos llamaron...Lordemangos...o algo así, y además ninguno de ellos salió en persecución de María, tal como lo han dicho antes, seguramente ella les filtraba información, parecían saber exactamente todos nuestros movimientos y los lugares por los que intentaríamos incurrir...además...he perdido el hacha de mi padre en la refriega.- entonces como balde de agua fría, calló la realidad en Freyr, el , que siempre se habia sentido horrorizado por las acciones de su pueblo, había matado a un sujeto a sangre fría, en defensa propía pero no habia dejado de ser asesinato, y además...no se lo habia pensado demasiado cuando lanzó aquellos tajos con el cuchillo y lo hundió en la carne del otro que lo atacaba Freyr, miro a Aslak con la boca abierta, y luego a Asgeir y Olaf que se encontraban con el durante la primer batalla, entonces recordó lo que habia escuchado de los cristianos, creian en el martirio, y el sacrificio, su Dios promovía amarse sin diferencias...Pero las palabras de su Dios, no habian sido tomadas muy enserio cuando aquellos cristianos los habian atacado...la gente...siempre estaba podrida por dentro?, o quizá Freyr era demasiado inocente y pensaba que todos se tomarían de la mano y abjurarían de la violencia...Los hombres de armas son hombres de armas por algo, Bajo la vista, sintiendo su vista arder, y un extraño nudo en la garganta, no podía llorar delante de sus hermanos...La terrible realidad y la cruel frustración y el sabor de la traición hicieron mella en su ánimo, ni bien asimiló la realidad que los envolvía.

`Gudrod se queda pensativo mirandoos, está evaluando vuestras palabras y los silencios de Olaf, Asgeir y Fenja. Mira a su segundo que parece asentir, os vuelve a mirar a vosotros. Son unos instantes que se hacen eternos. Por fin se decide a hablar-Ubbi.....¿un traidor?-se levanta de la estancia y pasea por ella, está con una sonrisa fingida que da más miedo que otra cosa. Entónces arremete contra una mesa volcándola y volvcando toda la comida que hay en ella.

-Y lo gracioso es que os creo-sentencia.-Lo que no me queda claro es ¿qué hacía Sveinn solo hablando con mi hijo? Os dije que lo trajérais, si no con palabras a la fuerza. Y está claro que el fuerte de Sveinn no son las palabras-lo dice sin maldad pero cabreado por la situación.¿Érais seis y el que tuvo que hablar fué Sveinn?¿Por qué no tú Aslak?¿o alguno de vosotros?-Las preguntas os las hace encaradose con cada uno de vosotros, luego sigue hablando.-¿El hacha de tu padre? yo he perdido un hijo, la cristiana y lo que haga poco me importa-dice encarándose con Freyr

-Las negociaciones a la mierda, si quieren batalla la tendrán. Vosotros....tendréis que dar cuentas al Thing, mientras preparaos para asaltar la aldea.-Os hizo un gesto con la mano para que os marchárais. Iba a haber batalla y contaban con vosotros, luego tendríais que dar cuentas, pero una buena actuación en batalla diría más por vosotros que todas las palabras del mundo.

A la mañana siguiente estaba el campamento preparado para la batalla. Os avalanzásteis sobre las murallas y luchásteis como auténticos guerreros. Los cristianos eran pocos y mal entrenados, aquello no fué una batalla, fué una carniceria. Solo la guardia del obispo dió algo de guerra, hombres bien entrenados que se enfrentaron en el muro de escudos con la guardia de Gudrod. Gudrod decapitó sin problemas al obispo y las tropas enemigas empezaron a huir en desvandada. Después el saqueo habitual, conseguir oro y plata, mujeres para esclavas o para satisfacer vuestros deseos. Y por supuesto saqueásteis la catedral, donde encontrásteis grandes riquezas.

Cuando marchásteis dejásteis la ciudad destrozada, sus habitantes muertos y sus riquezas robadas. Había sido un buen día.

Sveinn solo pudo callar. Cuando Gudröd ordenó su salida de la tienda, el herrero lo hizo cabizbajo. De nuevo, había sido incapaz de devolverle la gloria a su clan. Al hijo del Norte solo le quedaba una oportunidad para volver victorioso, para forjarse su propia leyenda. 

Aquella noche, el vikingo la pasó entre dolores por las heridas abiertas y tristeza por no haber conseguido lo que se había pedido. Tal vez no debía de haber abierto la puerta de la casa en la que se encontraba el hijo de su superior, tal vez tendría que haber sido más reconciliador... el problema residía en que si así lo hubiera hecho, el también hubiese sido un sucio traidor. Había tomado la decisión correcta, el camino del honor... aunque por supuesto, aquel camino le había traído sufrimiento y pesar...

A la mañana siguiente, con las heridas vendadas y con la rabia de una noche de insomnio recorriendo sus venas, el vikingo alzó diestro el martillo y hundió cráneos, partió costillas y liberó almas de sucios cristianos que impíos, gritaban como ratas ante el poder del Norte.

-Ahora sí -dijo mientras veía como su martillo chorreaba sangre.

Sangre que devolvía honor. 

Honor a su clan. 

Aquel momento al lado del caudillo fue eterno, casi incómodo como cuando tocaba tragarse algún tipo de alimento de lo más incómodo que acababa pegándose al paladar, resistiéndose a descender por la garganta hasta algún punto del abdomen. El calló, no calló por cobardía si no por joven y por saber poco. No había estado allí cuando todo sucedía. Creía en sus camaradas y creía en sus ojos que habían visto materializarse aquella traición de lo más desagradable.

No había mucho que apreciar y mucho que entender. Aquel hombre había sido deshonrado por su semilla puede que sus propias vidas fuesen el único consuelo del järl... Afortunadamente no hubo que llegar a esos extremos.

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La mañana siguiente era fresca y lúcida, el sol iluminaba perfectamente los muros de aquel lugar eliminando aquel aura maligno que por una razón u otra les impidió el ascenso el día anterior. 

Aquella mañana entrarían no como villanos y ratas, si no como conquistadores, destrozarían todo y matarían a todo aquel que osase impedirlo. En su fuero interno anhelaba encontrarse con las ratas del día anterior. Sin embargo eso sería una fortuna la cual sólo quedaría en manos de los propios moradores del Valhalla o de alguien tan artero como Loki, el dios del engaño. 

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La sangre salpicaba sus mejillas dándole a su faz un tono rubí, el nórdico sintió un cosquilleo en su mejilla por lo que optó por rascarse la mejilla convirtiendo inconscientemente las perlas en un manchurrón que ocupaba media cara. Numerosas volutas de humo ascendían en columnas mientras algunos llanos de seres pusilánimes se oían en la lejanía. 

Olaf suspiró satisfecho y se sentó brevemente sobre algún guerrero anónimo que cayó bajo su espada. Escuchó una voz y luego un llanto fuerte acercarse.

-Parece que tenías buena hembra... Buen chico-. Se dirigió en un inquietante susurro al caído mientras empezó a valorar su próxima presa.

Tras el mal trago frente a la dura mirada del líder, abalanzarse al fin contra las murallas no parecía una mala opción. A ello se aplicó Ásgeir Sigvardson con energía, feliz de poder demostrar su valía. Que sus ancestros fuesen testigos de que merecía estar junto a ellos.

Durante la batalla se aplicó a fondo y no dejó de lado a sus camaradas, sobre todo aquellos que habían compartido su incursión previa. Hubo un momento en que el ardor del combate amenazó con convertirse en decepción, pues pese a la resistencia desesperada, aquello no era un auténtico reto para la gente de Gudrod. Las hachas subían y bajaban con fiereza, la sangre regaba el barro y el rostro de Ásgeir pronto dejó de parecer humano para asemejarse al de una bestia.

No sentía auténtica alegría, una vez que todo estaba dicho en el campo, la apatía empezó a apoderarse de él. Pensó en ir a poseer a alguna muchacha como hacían muchos otros, pero por alguna razón se lo pensó mejor y decidió tratar de apoderarse de algo de valor: oro, plata, alguna artesanía curiosa, armas bien facturadas…

Una muchacha, más bien una niña, trastabillaba huérfana y lloriqueante. Nadie le hizo mucho caso al principio, aunque un guerrero empezó a mirarla con ojos inyectados en sangre. Ásgeir, que ya había derramado demasiada sangre, se apiadó de ella y la apartó del peligro con palabras amables, aunque se ganó alguna risa ronca burlona. Además, la chiquilla lo odiaría, como odiaría y temería para siempre a todos ellos. Estaba en su derecho, pero quizá al menos ella se salvase...le recordaba a su pequeña hermana.

¿Seguiría el saqueo de aquellas tierras en días venideros? Ásgeir deseaba que así fuera, pero también estaba preparado para regresar a su pequeña aldea y los oscuros bosques del norte.

Salió de la tienda maldiciéndose a sí mismo, Gudrod encontró errores en su versión. - Debería haber pensado alguna mentira, tendría que haberme arriesgado. - Pero inexplicablemente se habían librado del castigo y no solo eso, al día siguiente tendrían la posibilidad de vengarse.

Al día siguiente buscó a sus compañeros y asaltó la villa a a su lado, pero no estuvo en primera fila, apenas si se llevó la vida de media docena de cristianos en todo el asalto.  Estuvo pendiente de todos los detalles, de cada columna de humo que ascendía entre las cabañas, en los sollozos de las mujeres, en los actos heroicos de los vikingos que le rodeaban. Atento y memorizando, estaba más distraído en hilar versos de lo que observaba que en su propia batalla.
Pero en una batalla jamás se puede bajar la guardia y la lanza de un cristiano fue la que se lo recordó, le hubiera atravesado si no fuera porque Sveinn cargo contra él y lo derribó.

Aquella noche celebraron el asalto, y tras varios cuernos de vino Aslak se animó a cantar las aventuras de él y sus compañeros. 
- Sobre Fenja "Sombra de Odin" y su increíble poder, capaz de producir una espesa niebla que les dio la oportunidad de entrar en la villa y capaz de volverse invisible a los ojos.
- Sobre Ásgeir "El seco" y Olaf "Rostro sangrientro" y sus grandes dotes en la batalla.
- Sobre Freyr "El dulce" y su sensibilidad y valor.
- Sobre Sveinn "El Toro" y su hazaña de salir con vida de la traición de sus propios hermanos.

En adelante continuó acercándose a los cristianos, aprendiendo su idioma y sus costumbres. Además de tratando de ganar amistad con Gudrod para que le permitiera estar a su lado como traductor y no tuviera que depender de traidores como María.