Partida Rol por web

Nieve Carmesí II

La Mansión

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15/04/2009, 11:00
Grüber
Sólo para el director

Grüber estaba atónito. La situación le superaba cada vez más, todo carecía de sentido. Y lo que mas pálido le dejaba ahora, era que el hombre que tenía que hacer lo que le había pedido, se había vuelto completamente majareta, y en vez de abrir fuego había salido corriendo.

Daba igual que la chicha pareciera muerta, o que lo estuviera. Era apremiante pararla. No entendía que pretendía. No entendía porque quería acabar con su vida.

Su respiración había pasado a un primer plano. De repente sintió que se acaloraba. Respiraba rápidamente y le sudaba la cabeza y la mano derecha. Sin embargo la mano que la pequeña había tocado, casi no la sentía. Y eso le producía una angustia enorme.

Tanteo como pudo con la mano bueno la ropa, buscaba a ciegas, mientras sus ojos que poco a poco se inyectaban en sangre debido a que no eran capaces de parpadear a causa de la tensión, tenía que tener una pistola, en algún lugar. Y finalmente toco lo que buscaba. Era una funda de cuero negro. Estaba húmeda, debido a la gran caminata a través de las inclemencias del tiempo. Un tiempo que era tan infernal como la postal que estaba recreando.

Su mano se coló furtiva dentro de la pistolera. Y asió el arma por las cachas, con fuerza, afianzándose así en la idea de que aquello seria una llave para su vida.

Vete, déjame en paz monstruo. Márchate o te mato aquí mismo.

Estaba seguro de que ese ser, cubierto por el manto de una niña, entendía de algún modo lo que pretendía decirle. Era una amenaza, en su vida adulta había descubierto que todo el mundo entendía las amenazas, fueran dichas en cualquier lengua. Así que la espeto con aquellas palabras. Pero su esperanza duro tan poco como duraba el aire en sus pulmones.

Saco la pistola y apunto a la niña. Mientras sus pies buscaban la salida. Le dirigían de espaldas a la puerta por donde el Sargento y los demás se habían marchado. Ahora era su única escapatoria.

La tensión del momento se arremolino como una súbita energía en su brazo. Si la abominación daba un solo paso más hacia el dispararía y saldría corriendo. Tenía que poner tierra de por medio. Su deber, era sobrevivir un día mas, siempre un día más.

Notas de juego

Solo me marco yo, porque me han dejado solo.

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15/04/2009, 23:22
Director

Gruber retrocedió hacia la puerta con el arma alzada, apuntando a la niña entre ceja y ceja. Durante solo un breve momento apartó la vista para mirar donde estaba Hans. El soldado estaba ya en el recibidor... solo. No había rastro de la mujer rusa ni del campesino. Intentando no reconocer el nerviosismo que hacía casi temblar su mano Grüber se giró nuevamente hacia aquel pequeño monstruo... para descubrir con sorpresa ¡que ya no estaba allí! La niña no estaba en la sala. Casi frenético salió hacia el recibidor mirando hacia todos los lados ¿dónde se había metido? ¿dónde estaba? ¡Había desaparecido!

En el recibidor Hans se encuentra un tanto desconcertado. ¿Dónde están los rusos? ¿Se habrán metido en la biblioteca o habrán huído por el distribuidor central? Parecía improbable que hubieran salido al exterior, ya que la puerta permancecía cerrada y antes había costado bastante abrirla...

Notas de juego

Hans y Grüber estáis de nuevo en el recibidor.

El otro mensaje fue correctamente marcado Grüber: al estar solo en la sala es lógico que los desmarcases. Todo correcto.

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15/04/2009, 23:28
Director

Ambos rusos se metieron en la biblioteca. El lugar estaba en penumbras, iluminado por la luz que se colaba avaramente desde las puertas entreabiertas que conducían al distribuidor central. En esa penumbra se vislumbraban unas paredes cubiertas por estanterías, llenas de libros. La mayoría estaban bien ordenados, unos junto a otros, mientras que en otras zonas los libros están tumbados y desordenados.

En el centro de la sala puede verse un gran piano, junto a un arpa antigua. Para sentarse en el piano hay un pequeño banquito, bastante bajo, y sobre sus teclas polvorientas reposa una partitura abierta. 

Aparte de la puerta que devuelve al recibidor y las dobles que conducen al distribuidor central con sus escaleras hay una tercera puerta de madera negra, cerrada.

En el recibidor ambos rusos oyen el ruído que hacen unos pasos apresurados y las voces de los alemanes, evidentemente alterados.

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15/04/2009, 23:32
Hans

Al no ver a los prisioneros, Hans empezó a preocuparse. Podrían estar al lado, escondidos tras una puerta, pero el ya pensaba lo peor. Esos niños se los han llevado... Terminarán como ellos formando parte de esta casa maldita! -retumbaron sus pensamientos, azotados por el miedo y por haber perdido de vista a Alexeva. Esa campesina despertaba en él algo bastante extraño. Estando casado, Hans fue feliz, pero parecía que Alexeva tenía algo que su esposa no tenía. Una mirada de... Inquietud, como si necesitase gritar pero no lograse encontrar valor para hacerlo. Quizás se equivocaba, pero esto es lo que sentía Hans.

Tras sacarse esos pensamientos de la cabeza y lamentar haber perdido tiempo estando en la situación que están, se dirigió al médico con urgencia.

Grüber, date prisa! No podrás acabar con ella, no ves que está... -le apremió des del distribuidor. Echó un vistazo des de lejos, esperando ver como la niña se escondía del arma de Grüber y rezando para que se fuera. Pero no estaba. Había desaparecido- Dónde... Dónde está? -no pudo evitar pensar, aunque al momento supo que no quería saber la respuesta.

Solo quería salir de allí.

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16/04/2009, 00:27
Alexeva

Hizo un gesto de silencio y pegada a la puerta trato de escuchar que decían los alemanes y que había sucedido con la niña. Si no seguía en aquella habitación había posibilidades de que apareciera donde estaban ellos y eso no era bueno.
Miro a Grigori, ¿Que haría el?, ¿se la jugaría?

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16/04/2009, 10:19
Grüber

El médico estaba mirando para atrás y para adelante.

Hans, es usted idiota.

Con la mano aun dolorida por lo ocurrido instantes antes agarro a Hans y tiro del hacia la habitación de la que habían salido.

Casi llevaba a rastras al soldado, porque era evidente que estaba colapsado por el miedo.

Soldado, no se da cuenta, de que esto es una trampa enemiga. De que esa niña, muerta o no, trabaja para los enemigos. No sea cobarde, y cuando haya que disparar disparé. Y empiece a llamar a las cosas por su nombre.

Mira las puertas. Y decide que es el momento de buscar al Sargento y al resto de los soldados. Por enésima vez el frio había pasado a un segundo plano, y la adrenalina había sustituido cualquier necesidad.

Camino hasta la puerta por que los minutos antes habían salido el resto del equipo.

Tiene dos opciones Hans. Una es seguirme y morir matando. La otra es quedarse aquí solo, porque no voy a cargar con un cobarde por territorio enemigo. Lo que debe de tener claro, es que no podrá salir de aquí, no hay escapatoria hacia atrás.

Abrió la puerta y empezó a caminar, dejando tras de sí a el soldado alemán. No sabía que pretendía hacer. Pero estaba claro que estaba muy afectado como para esperar algo coherente de él.

La mano le dio otro latigazo de dolor, era como si de repente estuviera muerta. Pero eso sería un buen recordatorio para que no se le acercara ninguna niña extranjera. En cuanto a los rusos fugados, ahora eran enemigos y si los volvía a ver, abriría fuego contra ellos.

De alguna manera, sentía que era culpa de ellos todo lo que estaba pasando. Que su majadería había provocado los sucesos extraños que se estaban desarrollando.

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16/04/2009, 22:26
Hans

Pillado por desprevenido, el médico arrastró a Hans sin que este se opusiera. Aguantó los comentarios de su compañero sin molestarse, ya que la desaparición de la niña ocupaba el primer plano de sus pensamientos. Aunque, cuando Grüber amenazó con dejarle solo, se tuvo que poner las pilas.

Corrió detrás suyo y se puso a su lado. Esta vez si que sacó su rifle y lo mantuvo en sus manos, aunque alejado el dedo del gatillo. Tenía miedo, y esperaba que Grüber tuviera razón, que Hans fuese un idiota y que las cosas no fuesen tan extremadamente raras. Pero no lo eran.

Le seguiré, pero... Pero aquí están pasando cosas raras. Tenemos que reunirnos todos y planear algo juntos. Hasta los prisioneros. -Hans frunció el ceño y le respondió al médico- Si esto es una jugarreta de los rusos no podemos dejarles que revelen nuestra posición y les informen. Una vez juntos podremos investigar esta casa sin que acaben con nosotros uno por uno...

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17/04/2009, 00:02
Director

Alexeva se acercó a la puerta para escuchar al nervioso Hans, que gritaba desde el recibidor:

- Grüber, date prisa! No podrás acabar con ella, no ves que está...  Dónde... Dónde está?

La contestación de Grüber no se hizo esperar:

- Hans, es usted idiota.

Luego escuchó como las voces ¡se alejaban! ¡Se iban de vuelta al salón de baile, dejándolos a ellos aparentemente olvidados!

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17/04/2009, 00:13
Director

Hans y Grüber atravesaron con paso rápido el salón de baile hasta alcanzar la sala donde vieron por última vez al resto de la unidad. Sus ojos se acostumbraron poco a poco la oscuridad reinante en aquella sala parecía ampliarse ocupando toda el ala este de la casa, paralela al recibidor por el que habían entrado. En las paredes de enfrente había unas enormes cristaleras, tapadas en su totalidad con unas pesadas cortinas que impedían pasar la luz. El lugar olía a rancio y abandono.

Había una enorme mesa dispuesta para una docena de comensales. Era evidente por el polvo y las telarañas que aquella mesa llevaba mucho tiempo abandonada sin que nadie acudiese a la llamada de la comida. Había una silla tirada. Al rodear la mesa ambos soldados se sorprendieron al ver el cadáver de un individuo con uniforme ruso. Alguien se había ensañado con él clavándole la bayoneta. Yacía tirado en el suelo como un muñeco desmadejado, pero lo más sorprendente era su rostro: le habían arrancado los ojos y cosido la boca. 

De la estancia salían dos puertas. Un gran portalon al otro lado de la sala y una más discreta justo al lado de la puerta por la que habían entrado. Parecía una puerta de servicio y estaba abierta de par en par. Asomándose por ella pudieron ver unas escaleras descendentes.

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17/04/2009, 00:52
Alexeva

¿Como que donde esta? Mierda... la niña debe haber desaparecido
Aquello era lo que menos le apetecía, si los dejaba a ellos podría molestarles a ellos.
Miro a Grigori para ver que podía pensar el, y fue escuchando como se alejaban.
¿Se van?¿Por que no nos buscan? En su rostro se reflejaba perfectamente sus dudas

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17/04/2009, 02:12
Grigori

Totalmente desconcertado al darse cuenta de lo fácil que había sido quedarse solos y sin custodia, Grigori miró a la campesina, que parece tan contrariada cómo él.

Tenemos que salir de aquí... Cómo sea.

Se que fuera hay ventisca y el frío podría acabar con nosotros, pero lo que está ocurriendo aquí dentro no es nada normal... Ahora mismo estamos solos y no tendremos otra oportunidad igual.

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17/04/2009, 10:52
Grüber

Grüber buscaba con la mirada algún rastro de sus compatriotas. Cuando vio un cadáver en el suelo se acerco para certificar que estaba realmente muerto.

Maldición. Esta casa en una abominación.
Miro a Hans, quien había demostrado una y otra vez, dejarse superar rápidamente por cada cosa que pasaba. Realmente el también estaba asustado. Pero tenía que sobrevivir, tenía que salir de allí vivo y volver al pueblo donde le esperaba tanta gente. Sus ganas de vivir eran inconmensurables.

Hans, tiene usted razón. Aquí ocurren cosas, maldades, esta casa puede estar embrujada, o lo que quiera usted pensar, pero tiene que tener claro que si quiere salir de aquí con vida, tiene que esforzarse en mandar al infierno a cada ruso que vea. Ya sean granjeros o niños. ¿Me ha entendido? Nuestra vida depende ahora de que peleemos cada segundo contra la oscuridad o los mil diablos que hay aquí.

El médico tenía los ojos clavados en los de Hans, mientras le hablaba había agarrado a este por los brazos, y los estaba zarandeando muy levemente, dando de aquella manera impulso a sus palabras.
El mismo se sorprendió vaticinando cosas demasiado oscuras para querer entenderlas. Pero tenían que escapar, y eso no podría pasar hasta que la tormenta arreciase.

Soldado – dijo soltándolo y encaminando sus pasos hacia la puerta de servicio que estaba abierta, claro símbolo de que sus compañeros habían pasado por aquel punto en primer lugar- no intente comprender que es lo que ocurre, no se moleste. Ahora solo importa seguir en pie.

Pareció que no iba a añadir nada más. Pero en cuanto puso el pie en el primer escalón de bajada añadió una frase, que le salió de lo más profundo del pecho.

Y no deje que esa niña le toque. Su vida va en ello.

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17/04/2009, 13:09
Alexeva

Niega con la cabeza y hablo con un tono bajo
Fuera moriríamos, nada ni nadie podria sobrevivir a esta tormenta sin refugio...
Se Sento con cuidado en el suelo.
Debemos aguantar hasta que pase la tormenta y entonces intentar salir...
Si es que estamos vivos y sea lo que sea lo que haya en este lugar maldito nos deja

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17/04/2009, 21:56
Hans

La visión del cadáver provocó en Hans la misma reacción que le hizo el ver a su comandante ser asesinado. Por suerte, Grüber lo vio a tiempo e impidió que volviese a manchar el suelo con lo poco que le quedaba en el estómago. Hans asintió ante los comentarios del médico, sin dedicar ni una mirada al cadáver ruso. Se concentraba en sus ojos y en su voz e intentaba tranquilizarse. Esta vez si que agarró el rifle con mas fuerza y decidió que, o se concentraba en salir vivo, o se volvería loco si pensaba en lo que estaba pasando.

De acuerdo, Grüber. No... -empezó a decirle mientras bajaban las escaleras por dónde supuestamente se habían ido sus compañeros- No deje que me vuelve loco. Si vuelvo a perder los nervios, haga lo que sea para devolverme la cordura...

No pienso morir aquí. Para nada, terminaremos con lo que sea que se nos ponga delante y cuando el tiempo amaine huiremos de aquí. -intentó reconfortarse el pobre hombre- Volveremos a casa y seguiremos nuestras vidas. Yo con mi mujer y mis niños. Mis niños... Niños como los que hay en esta casa...

Entonces se encierra en si mismo unos instantes. No tendría que hacerlo, pero algo le llama la atención. Que les pasó a los niños de esta casa? Que hizo que terminaran así...

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19/04/2009, 22:41
Grigori

Grigori examinó a la campesina, dándose cuenta de que lo que ella decía era lo más lógico y no pudo hacer otra cosa que darle a entender con su asentimiento que ella tenía razón.

Lo malo es que a lo mejor no salimos con vida de este maldito lugar. Están ocurriendo demasiadas cosas extrañas.

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20/04/2009, 15:16
Grüber
Sólo para el director

Notas de juego

No he posteado nada mas, porque voy a bajar las escaleras, y supongo que al llegar abjo me diran lo que veo, para poder seguir? O no, poro si no es asi, denme un toque para postear otra cosa.

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20/04/2009, 21:14
Director

Grüber y Hans descendieron por las escaleras con cautela. Una ventana rota dejaba entrar un hálito de frío de la tormenta y un breve destello de claridad. Lo suficiente como para poder descender las escaleras con un mínimo de luz.

Abajo les esperaba un estrecho pasillo que conducía a una puerta abierta de par en par. Tragando saliva Grüber llegó al borde de la misma y avanzó un par de pasos para asomarse. La puerta daba a un comedor de tamaño similar al que habían visto en la planta superior, aunque la disposición de las mesas - pues había varias mesas - y su aspecto más común demostraba que aquel era el comedor de la servidumbre. Unos amplios ventanales daban a la hacienda que rodeaba la casa. A través de ellos y de la demencial tormenta de nieve se atisbaban las lápidas del cementerio privado, una visión nada tranquilizadora. Había una puerta entreabierta al fondo de la estancia.

Repentinamente la casa se llenó de ruído. El ruído procedente de un rifle automático disparando ráfagas mientras escuchaban la voz de Octavius más allá de la puerta del fondo gritando:

-Que coño hay ahí? Pieteerr!!! Lo has visto...que cojones era eso...empiezo a estar arto de esta maldita casa.

Los ruidos de los disparos redoblaron su intensidad cuando otra arma se unió a las frenéticas ráfagas. Pese a todo distinguieron claramente el grito del teniente Karl:

- ¡¡MUEEEEEEEEREEEEEEEEEE!!!

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20/04/2009, 21:22
Director

Alexeva se levantó repentinamente del suelo al escuchar el ruído de los disparos. ¡Alguien estaba lanzando una ráfaga de metralleta bajo sus pies! Por un momento ambos rusos se temieron lo peor y pensaron que les disparaban desde abajo, pero pronto se hizo evidente que todo el fuego era en la zona inferior de la casa. Escuchaban las voces de los alemanes - era difícil distinguir si se trataban de Hans y Grüber o de los otros - en el piso interior mezclados con el traqueteo de las armas. Sucediera lo que sucediera parecía que las cosas estaban ahora totalmente descontroladas...

En medio del disparo creyeron escuchar también un infernal aullido...

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20/04/2009, 22:10
Hans

Hans entró en la sala tras de Grüber, con el rifle en alto y actitud seria, dispuesto a no dejarse llevar por el miedo. Se decía a sí mismo qe tenía que mantener la calma y no agobiarse. Solo tenían que encontrar a sus compañeros y encontrar una salida juntos. La visión del cementerio le produjo un escalofrío, pero siguió obcecado en encontrar una respuesta a todo.

Pero algo pudo con él. Al oír a Octavius darle un grito a su hermano. Al instante, Hans salió disparado hacia la puerta entreabierta. Su seria expresión se rompió para mostrar una de puro nerviosismo. Antes de cruzar la puerta, echó un vistazo hacia atrás.

Vamos Grüber! Parece que están en problemas! -le gritó antes de abrir la puerta y ponerse en guardia, con el rifle en alto- Peter! Ahora venimos! Aguantad!!

Notas de juego

Si la puerta lleva a un patio salgo disparado hacia el sonido. Si es otra sala, espero a ver que hay.

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21/04/2009, 00:17
Alexeva

De pie en medio de las estancia miraba hacia al suelo mientras se pasaba la lengua por los labios resecos.
Eso no suena nada bien... Miro a Grigori ahí tenían mas cosas "extrañas", ella prefería la palabra aterradoras.
Mientras, les pase a ellos... mejor que a nosotros Se mantuvo pegada a la puerta por si acaso subían al piso superior atrayendo aquello que aullaba de semejante manera hacia ellos.