Dado que de los seis jugadores hay tres que están un poco atascados y/o parados, voy a aprovechar para narraros parte de vuestro viaje de novios, y de ese modo alargamos el tiempo para darle opción a los demás jugadores de ponerse a vuestro nivel.

La boda ha sido mítica y memorable. Cuando vosotros os despertáis a la mañana siguiente, los sirvientes han recogido casi todo, y apenas queda rastro de la celebración de anoche. En primera instancia os asustáis, es mucho más tarde de lo que esperabais, y se suponía que el padre de Carienn os iba a despertar a primera hora para emprender el viaje de novios que os llevará a Irlanda recorriendo parte de Europa en el camino. Os asomáis a la ventana y veis que aparte de recoger los restos de la celebración de ayer, no ocurre nada más. No se están preparando las tropas para la larga marcha, ni se están cargando los carruajes, ni nada más.

Abrís la puerta del pasillo, entre extrañados e indignados, dispuestos a dar algunas órdenes, y al hacerlo os encontráis a un joven criado en la puerta (aparte de los dos guardias que vigilan la puerta de forma habitual), con una zafilla y una jarra de agua para que os aseéis.

-E... e... El Padre de la Señora ha dicho que...  -el muchacho se encuentra visiblemente nervioso. No debe de desempeñar el cargo desde hace mucho tiempo- Que los Señores pueden relajarse. Que... que partirán mañana.

Bueno. Eso nos da un dia mas para celebrar nuestro matrimonio.
Seguro que Carienn estara encantada de quedarse todo el dia en la cama conmigo.

Buen trabajo. Notificad a mi suegro que tambien nosotros consideramos el viaje en barco lo mas apropiado. Y decidle a Sebastien que hoy desayunaremos en la cama. Que nos traiga mi desayuno habitual por duplicado y unas flores recien cortadas.

Pese a que la noche anterior disfrute mucho con la inexperiencia y virginidad de Carienn... sigo deseando su cuerpo con gran ansia.

Entro a la habitacion y despierto a Carienn con unas caricias.

Querida... nuestro viaje se retrasa hasta mañana. He pensado que quizas querrias desayunar en la cama conmigo...

A continuacion vuelvo a hacerle el amor. Pero en esta ocasion con un poco mas de pasion.

Me desperté levemente cuando noté movimiento en la cama. Asenoc se había levantado y hablaba con alguien en la puerta. De inmediato me di cuenta de la situación, viendo que no tenía nada encima, y me apresuré a taparme con la sábana cualquier hueco que dejara mi piel al descubierto, avergonzada. 

En el proceso me encuentro una mancha oscura de color granate en las sábanas, abro los ojos sorprendida y algo asustada. Arrugo las sábanas para que no se vea nada, antes de que mi esposo vuelva y simulo hacerme la dormida. Bien retapada, eso si. 

Noto el suave tacto de los dedos de mis esposo pasearse por mi cuello y me habla en un tono dulce para despertarme. 

-¿Y mi padre?- pregunto aún soñolienta antes de escuchar la explicación. Asiento un poco cuando me cuenta que mi padre ya partió. 

-No le costaba nada esperar un día... ¿Qué será lo que le urge tanto? 

Asenoc interrumpe mi hilo de pensamientos, pues parece que quiere repetir lo de anoche. Aún más cohibida por la luz del día, de noche y con algo de vino parecía más simple, me dejo hacer.

-Es mi esposo y no voy a negarle a lo que tiene derecho...- pienso mientras Asenoc procede. La molestia de la noche anterior se hace presente, debido a una mayor brusquedad por su parte.- Se le debió acabar la paciencia conmigo tras la decepción de anoche. Quizás esperaba algo más por mi parte, pero estoy pérdida en estos menesteres. Estas cosas según la biblia no tienen más razón que procrear, ¿no?... O puede que sean cosas que enseñan las madres, pero yo crecí sin la mía... No tardará en aburrirse y deshecharme de su alcoba. Nobles amigos de mi padre lo hacían y luego alardeaban delante de él de compartir lecho con sirvientas, eso no era raro tampoco... Debería empezar a hacerme a la idea, las cosas son así.

Cuando mi esposo se da por satisfecho vuelvo a taparme entera, debido al pudor que me causa que me vea. No tardan en traer algo de desayunar, pero apenas como algo de fruta.

Me desperté levemente cuando noté movimiento en la cama. Asenoc se había levantado y hablaba con alguien en la puerta. De inmediato me di cuenta de la situación, viendo que no tenía nada encima, y me apresuré a taparme con la sábana cualquier hueco que dejara mi piel al descubierto, avergonzada. 

En el proceso me encuentro una mancha oscura de color granate en las sábanas, abro los ojos sorprendida y algo asustada. Arrugo las sábanas para que no se vea nada, antes de que mi esposo vuelva y simulo hacerme la dormida. Bien retapada, eso si. 

Noto el suave tacto de los dedos de mis esposo pasearse por mi cuello y me habla en un tono dulce para despertarme. 

-¿Y mi padre?- pregunto aún soñolienta antes de escuchar la explicación. Asiento un poco cuando me cuenta que mi padre decide que marchemos más tarde

Asenoc interrumpe mi hilo de pensamientos, pues parece que quiere repetir lo de anoche. Aún más cohibida por la luz del día, de noche y con algo de vino parecía más simple, me dejo hacer.

-Es mi esposo y no voy a negarle a lo que tiene derecho...- pienso mientras Asenoc procede. La molestia de la noche anterior se hace presente, debido a una mayor intensidad por su parte. Pronto sus caricias y besos hacen que me olvide de esa molestia. Como la noche anterior, acabo sintiendo la misma sensación de placer y éxtasis que recorre mi cuerpo, volviendo a clavar mis dedos en su espalda involuntariamente. Sin duda todo aquello es todo un descubrimiento, se nota la experiencia de mi esposo.

- Se le debería haber acabado la paciencia conmigo tras la decepción de anoche. Quizás esperaba algo más por mi parte, pero estoy pérdida en estos menesteres. Estas cosas según la biblia no tienen más razón que procrear, ¿no?... O puede que sean cosas que enseñan las madres, pero yo crecí sin la mía... No tardará en aburrirse y deshecharme de su alcoba. Nobles amigos de mi padre lo hacían y luego alardeaban delante de él de compartir lecho con sirvientas, eso no era raro tampoco... Debería empezar a hacerme a la idea, las cosas son así.

Cuando traen el desayuno vuelvo a taparme entera, debido al pudor que me causa que me vea. Como algo de fruta sin mediar palabra, por la vergüenza que aún me genera todo.

Carienn sigue tan silenciosa comp siempre. Supongo que es muy joven y la han enseñado a ser sumisa. Si a eso le sumas que esta sola lejos de casa esto debe de ser muy dificil para ella.

Carienn... te noto muy callada. No obstante tus ojos muestran preocupacion. Comprendo que te han adiestrado para ser complaciente y cumplir todos los deseos de tu marido verdad? Pues ahi va uno...

A partir de este instante no quiero que te guardes nada. Deseo que me cuentes todo aquello que te preocupa. Lo que te inquieta. Las cosas que te gustan o las que no. Tus ideas o cualquier otra cosa que quieras compartir o preguntar.

lo harias por mi? 

entonces... que te ocurre princesa? Porque pareces preocupada?

Miro a Asenoc, sin decidirme.

-¿Cómo espera que le diga lo que pienso? Son cosas que no debería decir... Aunque mi esposo parece compresivo... Quizás... Solo quizás...

Suspiro y agacho la mirada, ruborizándome avergonzada.

_{-Se que no tengo experiencia para complacerte... Pero no deseo que te acuestes con otras mujeres...-} me aventuro en un hilo de voz, temiendo un poco su reacción. Me encojo, llevando mis rodillas al pecho y comprobando que estoy bien tapada con la sábana y sin enseñar nada.

Me parece logico que piense asi. Ademas de la inseguridad de una niña de su edad debe ser consciente de mi reputacion. Ademas... es muy comun entre la nobleza tener relaciones sexuales con cualquier mujer que se te antoje.

No se si voy a ser capaz de cumplir mi promesa. Esto es muy nuevo para mi. Toda la vida con la misma mujer? Toda la eternidad?

Aunque ¿quien sabe? Podria acostumbrarme. O podria llegar a ser una mujer tan fabulosa que no necesite a ninguna otra.

Es normal tener miedo mi pequeña princesa. Pero recuerda que el miedo hiere mas que las espadas.

Haremos una cosa. Te prometo por mi alma inmortal que te sere fiel por toda la eternidad... si tu me prometes lo mismo.

Doy un tono mas grave a la frase "por toda la eternidad". Ya que yo se lo que eso implica...

Miro a mi esposo incrédula.

-Sólo os dije lo que está presente en mi cabeza... Pero no debéis prometerme nada... No os he pedido nada tampoco- niego.

-Me vale con que lo sepáis... Disculpadme por hablar de este tema ahora, se que debería estar feliz por todo y lo estoy... Mi padre no podría haberme procurado mejor marido... Me siento dichosa de pasar mi vida con vos y me quedaré con éso- suspiro de nuevo y pienso las palabras que he dicho, no puedo exigirle nada.

- Si lo deseáis podéis hacer como que no dije nada, yo no estaré con otro hombre, soy vuestra... Deberíais saberlo ya- añado, sin comprender que me diga que yo sería infiel.

-¿Cómo puede pensar que me entregaría a otro hombre si soy su esposa? ¿Es que en su país las esposas engañan a sus maridos? ¿Acaso Asenoc no proviene de un país católico como el mío?

Bueno. Al menos estas comunicandote conmigo. Me siento feliz por eso.

Es un paso adelante. En ocasiones pensaras que mi forma de ver la vida es algo inusual. Es normal. No debes preocuparte.  Soy algo excentrico por asi decirlo.

Aunque guarde las apariencias en publico debido a que mis ideas no serian bien aceptadas... lo cierto es que me considero un visionario para mi epoca. 

Pero... ya nos iremos conociendo.

Que te gustaria hacer el resto del dia? Alguna idea?

Miro a mi esposo mientras habla, es un hombre extraño. Lo que en principio era conformismo por el casamiento con un buen hombre acaba de convertirse en una curiosidad creciente.

-No sé... Nunca se me dió opción a mucho...- miro a mi esposo contrariada.- ¿Qué hacéis vos normalmente...?

-Un visionario... Por éso habla con ese punto de vista que no llego a entender... ¿De verdad sería fiel si yo lo pidiera? ¿Tanto valdrían mis palabras para él? Incluso me pregunta qué deseo hacer, contando con mis deseos y opiniones. Todo es demasiado raro para mi, pero creo que podría acostumbrarme... Quiero saber más del punto de vista de mi esposo, pero debiera moderarme estando aquí padre- la imagen de mi padre castigándome por ser irrespetuosa pasa por mi mente, sembrando terror.- Si él realmente es así... ¿Es posible que de verdad me considere como a una igual?

Creo que por hoy ya he influido bastante en Carienn. Le he dado mucho en que pensar. Es una chica inteligente y pronto se dara cuenta del gran potencial que tiene. Si quisiera una hembra para criar cachorros podia haberme casado con cualquiera. Yo quiero mas... mucho mas. Mi compañera tiene que ser tan magnifica como yo. Carienn lo es. Lo lleva dentro. Puedo percibirlo.

Pues me gusta mucho leer. Libros de toda clase y de todas partes del mundo. Tambien tengo un pequeño juego personal. Intento hacer que una persona llegue a una conclusion por si misma y, cuando lo ha hecho, consigo que llegue a la conclusion opuesta y se contradiga a si misma. Es un juego de manipulacion que me ha gustado desde pequeño.

Pero para hoy... creo que podriamos irnos al lago a dar un paseo en barca. Yo remare y tu puedes descansar un poco, relajarte, leer o simplemente charlar. Por supuesto llevaremos el almuerzo.

Es un buen momento para darle un empujoncito...

¿Porque no ordenas a los criados que nos preparen el almuerzo y los caballos? Me reunire contigo en seguida.

Frunzo el ceño cuando Asenoc me explica su extraño juego, no comprendo la diversión de hacer cambiar a alguien de opinión. Pero no comprendo muchas cosas, por lo que no le doy importancia en ese momento.

-El lago está bien...- digo en parte aliviada de poder salir y esbozo media sonrisa por la idea de leer algo que no se limite a las sagradas escrituras.

-Pensaba que mi esposo querría quedarse todo el día en la cama, pero parece dar importancia a más cosas aparte del placer carnal...

Asiento obediente ante su petición y miro alrededor buscando mi ropa o algo con lo que taparme. Veo que está todo por el suelo y de cualquier manera, necesito que Sorcha me vista. Tiro de la sábana para sacarla, avergonzada y me lío del todo con ella, levantándome. Voy a la puerta y asomo la cabeza solo, buscando que con suerte algún sirviente pase por el pasillo y no me obligue a pasearme así en busca de Sorcha.

Cuando uno de los sirvientes pasa le indico que avisen a Sorcha para prepararme para una salida al campo. Pido también que ensillen un par de caballos y que nos preparen un refrigerio para comer fuera.

Tras una divertida mañana y un delicioso almuerzo acompaño a Carienn a mi Biblioteca.

Elije un par de ellos y los llevaremos como entretenimiento para el viaje. Ahora tambien es tu Biblioteca. Me enorgullezco de tener una de las mas completas que existen.

Mi padre gasto mucho dinero en comprar cualquier tomo que caia en sus manos. Hasta los mas extraños.

Pasamos la tarde ojeando titulos y le voy contando a Carienn sobre que trata cada uno de los que parecen interesarle.  

A la hora de cenar pedimos que nos lleven algo a nuestros aposentos pues tengo intencion de tentarla de modo que desee hacer el amor con todas sus fuerzas. 

Miro asombrada su biblioteca, casi con la boca abierta. Paseo mis dedos con suavidad por los libros. Allí había muchos títulos de todo tipo, la mayoría no me sonaban, pero algunos si y recordaba que estaban prohibidos por la Iglesia. 

-¿Puedo elegir los que quiera?- pregunté incrédula. Ante tal afirmación me acabé decantando por las obras de Homero. Cogí los libros como si fueran el mayor tesoro del mundo y los guardé contenta.

Seguí a mi esposo a nuestra alcoba. Cenar en la cama no es algo que hubiera hecho nunca, pero ya habíamos desayunado, no debía ser muy distinto.