Partida Rol por web

El jefe de la guardia goblin entrevistándose con algunos de sus guardias, descubre que estos le comentan cosas extrañas.

Han descubierto algunos de los salvajes enterrados en el suelo, pero solo en parte humanos, el resto eran tramos de lanzas. Es como si se hubiesesn convertido en humanos partiendo de esas lanzas. Lo cual explicaría que estuvieran por doquier a la hora del ataque y que nadie les viera.

Recuerda que a uno de los que detuvieron le encontraron con lanzas en las manos. Estas lanzas fueron dejadas en un almacen de las almenas, justo por donde empezó el ataque a los goblins arqueros.

El goblin empieza a atar cabos.

Con una mueca un tanto perpleja por los extraños comentarios recibidos doy orden inmediata de localizar todas las lanzas que pudieran haber repartido por el castillo y las apilen en el centro del patio para quemarlas hasta convertirlas en cenizas.... Pero no hasta que yo dé la señal... mientras la esperan que varios soldados las vigilen...

Creo que puede que algunas personas que se encuentran en la sala del trono pueden desear inspeccionarlas... así que mejor no precipitarnos..

Y que se refuercen las defensas del castillo, no quiero ser sorprendido de nuevo por un segundo ataque....

El oficial de la guardia se cuadra, todo lo bien que puede hacerlo un goblin y se pone manos a la obra.

¡A zuz oddenez, zeñó!

- ¡Ah! Quieto ahí... quiero también que revisen las afueras del castillo minuciosamente en grupos... ¡mantened los ojos bien abiertos! ¡no quiero más bajas estúpidas!... quiero que reviséis el terreno, y en todos aquellos puntos en los que la tierra parezca removida quiero que excavéis para comprobar que no hay también más lanzas por allí enterradas...

- Cuando hayáis acabo de encontrar hasta la última de esas malditas lanzas avisadme sin falta, ¿entendido?...

Bueno... parece que es hora de volver a dar más noticias al chalado del rey... esto se pone interesante.... así que no sólo resucitan muertos.... ¿si no que transforman objetos en hombres?... pues vaya....

Mmmm.... y también convendría hablar con Taurnil... creo recordar que puede tener también algunas lancitas sorpresa en los alrededores de su taberna... me gustará verle la cara de susto jejejeeje....

A ezcabad, que bien. - La cara de disgusto del goblin era evidente. - ¡A zuz oddenez!

Uno de los guardias cercanos a Gustirk escucha la conversación.

Algunos de esos malditos salvajes atacaron la traberna antes de la batalla.

- Antes de la batalla.... eso es un poco extraño.... ¿por qué antes y no a la vez, aprovechando el jaleo?... ¿querían deshacerse de enemigos por separado... o tendría alguna otra intención?...

Miro atentamente al guardia que ha hablado y le interrogo....

- Y bien... ¿cómo fué el resultado de ese ataque?... ¿cuántos fueron los atacantes y en qué quedó todo?... ¿quiénes los repelieron?... ¿se llevaron algo?...

El goblin parece extrañado de que su jefe no supiera nada.

Pues verás, estuvieron enterrando lanzas por varios sitios y unos guardias humanos. - Al decir esto escupe al suelo. - Les trataron de interrogar y salieron corriendo. Se refugiaron en el Odre de la vida, la taberna de Taurnil, allí algunos de los clientes ayudarona detenerles, no a todos, pero si a alguno.

El goblin recuerda algo perplejo.

Ya hablaste con uno de ellos en los calabozos. Los clientes que ayudaron son los que están departiendo con el rey.

Uno de los goblins llega corriendo hasta tí.

Señor, los salvajes se han incendiado en llamas y han desintegrado. Cuando veníamos de avisar al rey uno de los vigías ha divisado a un salvaje dirigiéndose hacia allí. - Señala la dirección hacia el mercado de la ciudad. - Puede que haya más, pero si los otros han desaparecido deberíamos conseguir a uno vivo al menos.

- ¡Malditos cerdos bastardos!- grito escupiendo a diestro y siniestro...

- ¡Rápido! ¡Quiero diez buenos soldados armados y preparados ahora mismo en el patio para salir a su captura! ¡Yo mismo los comandaré!¡Muévete!

Y salgo disparado hacia el salón del trono para avisar al rey de mis planes... algo está ocurriendo de nuevo, y no quiero que nos vuelva a pillar en bragas...

Cuando Gustirk se dirige hacie el salón del trono escucha un ruído a su espalda.

Un salvaje sale corriendo por la puerta del palacio, sin duda estaba en el interior. Una voz de alarma en lo alto lo decubre. Se lanza a correr a tumba abierta mientras desde las almenas decenas de flechas caen en su dirección.

Mientras muchas de ellas se clavan en el suelo o en las maderas de las puertas de la salida del palacio, siete de ellas alcanzan al salvaje dejándolo inherte en el suelo, claramente muerto, asemejandose a un erizo.

Doy media vuelta en redondo, y me precipito hacia el patio en su dirección, mientras grito:

- ¿De dónde demonios ha salido? ¿De dónde? ¿Alguien lo ha visto?...

Ha salido de detrás de las puertas, estaría escondido. - Grita una voz de goblin desde las almenas.

Justo cuando decían eso otro salvaje sale tras una de las puertas de la entrada al palacio. Los arqueros no lanzan, sin duda tu presencia les atemoriza, por si puedieran herirte. El salvaje parte a preisa hacia el mercadio com el anterior.

- ¡Maldita sea! ¿Es que no sabéis hacer vuestro trabajo, estúpidos? ¿Cómo demonios habéis registrado el palacio? ¡Esto está lleno de esos demonios!

Busco un soldado de a pie que se encuentre en el patio y señalándole con un sucio dedo le chillo:

- ¡Tú! ¡Avisa al rey ahora mismo! ¡Tiene que saber esto!- Después con una mirada circular intentando abarcar a todos los soldados a la vista continúo graznando- ¡No quiero ver ni uno solo de estos salvajes en este palacio! ¡Volved a registrarlo todo y quemad todas las putas lanzas que encontréis! ¡Os habéis dejado varias! ¡Estamos en alerta máxima! ¿Lo habéis entendido?