Partida Rol por web

Al oír las palabras de los campesinos, no digo nada. En realidad, llevo sin decir palabra alguna a nadie desde el último incidente en la posada. Sencillamente separo dos pasos laterales a mi caballo del de Talgor para proporcionarle más cobertura, y desenvaino unos dedos la espada larga, comprobando con la yema de los dedos que está convenientemente afilada. Ajusto las cinchas del escudo con firmeza, y mantengo una actitud vigilante. Estamos muy cerca.

¿Atacada?, ¿Cercada por enemigos...?  - pienso muy ilusionado -  se les golpea, se les mata, se les destripa..., y no es necesario tener conversaciones, preocuparse de sus opiniones o de herir su sensibilidad. Sencillamente son..., enemigos. Ahora verán el Emperador y los demás de lo que está hecho Stred Glanor, sí señor...

El humo procedente de Prwnk me llena de preocupación. Vuelven a mi cabeza una y otra vez las historias escuchadas de camino, y deseo para mis adentros que no se trate de los temidos Neths. Incursiones de esos seres en Nolsania es algo con lo que un Rey puede lidiar, pero una invasión de todo su reino es algo muy peligroso incluso para los estados vecinos.

Trato de bloquear el paso a alguno de los aldeanos que huyen, con la esperanza de obtener algo más de información antes de acercarnos peligrosamente a la ciudad. Necesito poner cara al enemigo, cuantificarlo; cualquier cosa que me permita pensar en un plan. Finalmente logro que uno se detenga a contestarme.

-Perdone, ¿qué sabe de la situación de Prwnk?

Uno de los aldeanos al verse bloqueado por el caballo de Talgor mira arriba inquisitiva y temerosamente.

Unos salvajes están atacando la ciudad desde dentro, es algo extraño, manat a todo ser viviente.

Al reconocer el uniforme lunar prosigue mas tranquilo.

Mi familia y yo nos hemos alejado todo lo posible. Las tropas del rey les hacen frente como pueden.

Sellesh enarcó una ceja sorprendido. Unos salvajes que matan todo lo que se mueve entraba dentro de lo posible, pero que fuera desde dentro...

La información recibida me deja igual de perplejo que a Sellesh. Que el ataque se esté produciendo desde dentro no hace otra cosa que asombrarme. Sin embargo eso nos deja más margen hasta encontrarnos más cerca de la ciudad, pues no tendremos que enfrentarnos a un ejercito asediante.

-Muy bien, tratemos de ver por nosotros lo que realmente ocurre. Hemos de averiguar si algo le ha ocurrido a Kaa o a Drerick. Andaos con todo el cuidado que podáis.

Los cuatro jinetes van a toda velocidad hacia la ciudad, las columnas de humo se hacen más y mas grandes, al acercarse.

Fuera de la ciudad solo se ven campesinos, artesanos y mendigos que huyen a toda velocidad de la ciudad, aterrados. Las puertas permanecen abiertas, sin vigilancia, muestra de que lo que decían los campesinos era cierto, la batalla es en el interior de la ciudad.

SEÑOR! - grito intentando que mi voz se eleve por encima del clamor del galope de los caballos - DEJAD QUE YO ME ADELANTE!. NO DEBÉIS CORRER RIESGOS..., NINGUNO DE LOS TRES DEBE... - añado, en referencia a mis dos superiores - VERÉ SI ES SEGURO QUE OS ACERQUÉIS MÁS, Y VOLVERÉ PARA INFORMAROS...

A esto has venido, Stred. A servir, a buscar la gloria, a proteger. Lo que no has sabido hacer con palabras ahora lo redimirás con la espada...

A pesar de mis palabras, no detengo a mi caballo. No hasta que el Emperador decida qué ha de hacerse.

¡Qué valentía la de Stred! Sin duda quiere hacerse valer en el campo de batalla. Sin embargo no puedo permitirme perder a ninguno de mis hombres en misiones suicidas, adentrándose individualmente en la ciudad.

-¡ADMIRO TU CORAJE STRED!- Me hago oir entre todo el bullicio -OCUPA LA VANGUARDIA SI ASÍ LO DESEAS. NO PUEDO PERMITIRME QUE NINGUNO DE MIS VALIENTES HOMBRES CAIGA POR ENCONTRARSE AISLADO

Mantengo el galope, dispuesto a adentrarme en la ciudad rodeado de mis hombres de confianza, con la espada desenfundada preparado para cualquier sorpresa que pudiera asaltarnos.

Al entrar en la ciudad, ven como varios edificiops han comenzado a arder, y alguno aldeanos corren a extinguir las llamas con cubos y ramas de árboles cercanos.

No se ve lucha hasta llegar a la plaza cercana al palacio. Allí los peores presagios de Sellesh se cumplieron. Varias decenas de kadvuries luchavan contra un mestizo ejército de dragonuts, hombres y goblins...

Los dragonuts parecían avanzar en vuestra dirección, cercando a los dragonuts. No eran muchos en la batalla, pero si lo suficientemente numerosa para dar muerte a varios cientos de soldados de Górnoran.

Asiento a la orden del emperador con una afirmación de la cabeza que no sé si puede llegar a ver. Tras ajustar el yelmo firmemente, desenvaino la espada y pico espuelas para colocar a mi caballo en cabeza.

Tiro un poco de las riendas con la mano izquierda una vez me he colocado por delante, tratando de contener a la vez a la bestia que monto y a mi propio deseo de abalanzarme sobre el enemigo al galope. Echo de cuando en cuando la vista atrás, para asegurarme de que no me separo demasiado del Emperador y podré oírle si me necesita.

Desenvaino mi espada y protejo el costado del emperador, mientras avanzo intentando hacerme una idea del rumbo de la batalla. Quien agrede a quien, cuantos hay en un bando, y cuantos en otro, y quien va ganando.

No digo nada, y espero las órdenes de mi señor, aunque por dentro el contemplar a mis viejos "amos" me hace tener unas ganas salvajes de entrar a la refriega y empezar a matar.

Pocos ciudadanos habían permanecido en Prwnk desde que comenzó el ataque, pero aquellos que todavía quedaban se afanaban en apagar los pequeños incendios que se iban desatando por doquier. Guiándonos por el ruido nos fuimos acercando a la zona de batalla. Conforme más avanzábamos dentro de la ciudad iba reconociendo las calles por las que en en otro momento había paseado. Entonces desembocamos en la plaza cercana al palacio.

Varios cadáveres yacían por todo el lugar. La sangre, tiñendo de rojo el suelo de la plaza, fluía lentamente hacia las zonas deprimidas de la ciudad. Los combates se sucedían por toda la plaza mientras el heterogéneo ejército de Górnoran se esforzaba en rechazar a los invasores. Frente a nosotros un pequeño grupo de dragonuts estaba siendo cercado por un destacamento de kadvuries. Dispuesto a acudir en su ayuda lancé a mi caballo al galope hacia ellos.

-¡SOLDADOS DE GÓRNORAN! ¡RECHACEMOS A ESOS SALVAJES!

Avanzo cabalgando junto al emperador y protegiendo siempre uno de sus flancos

Al oír las palabras del Emperador, me lanzo al ataque hacia delante buscando al enemigo más cercano.

Magner, callado desde hace mucho se lanzó junto con su señor a la carga.

Mientras los kadvurie avnzan y los goblins son masacrados, varios dragonuts cargan contra ellos haciendoles retroceder, mientras la guardia de palacio trata de proteger la entrada lo mejor posible.

Viendo que los Dragonuts parecen capaces de frenar a los kadvuries de su zona, cambio la dirección hacia el palacio; en el cual la guardia de la ciudad trata con dificultad de rechazar el asalto

Sellesh sigue a su emperador, cabalgando a su lado en dirección a la puerta de palacio