Partida Rol por web

Asiento, esperando como es costumbre que mi interlocutor me esté mirando en ese momento.

- Comprendo. No te preocupes. No le daremos una espada a tu hermano ni usaremos a tu hermana como tributo. Puedes estar tranquilo.

Aunque no me fío un pelo de tu hermana.

- Está bien. Creo que debería ponerte al corriente de los detalles. Qué es lo que viene ahora y en qué puedes colaborar.

Pido que nos traigan un mapa. Una vez lo pido, me doy cuenta que sin Zaziel me podría ser algo complicado, pero intentaré apañarmelas.

Erik da la orden para que traigan un mapa de Helltia, y David se encarga de repetirla. Al cabo de varios minutos, un sirviente vuelve a la sala y Erik puede sentir cómo alguien desplega un gran rollo de papel frente a él. David le indica que el mapa está enfocado hacía el norte desde su punto de vista.

Una reunión de guerra... me pregunto si será la primera de David.

- David, indícame dónde estamos.

Estiro mi brazo y apunto con el índice. Al principio David no entiende, pero al mover un par de veces el dedo comprende a qué me refiero. Mueve mi brazo hasta que mi dedo se posa sobre el mapa, seguramente en Gortress, tal y como he pedido. A partir de este punto, puedo guiarme.

- Nosotros hemos venido por este camino.

Hago un surco con el dedo sin dejar de tocar el mapa. Tengo bastante seguridad de estar indicando el camino correcto pese a mis ojos mermados, así que continúo la explicación.

- Mi general fue hasta mis tierras. - sigo indicando - Para ir a buscar el ejército Escorpión. Mi hijo, que es el principal colaborador de este plan, sigue en la capital, y nos permitirá entrar a Helltia con facilidad y minimizar bajas civiles.

Pongo el dedo izquierdo en mis tierras y el derecho en Gortress.

- Aunque nos hemos retrasado debido a mi estado, creo que aún podemos estar a tiempo para que esto salga como esperaba.

Muevo ambos dedos hacia Helltia.

- Desde estos dos frentes, avanzaremos hasta Helltia. Desde Vado Verde con el ejército Escorpión. Desde aquí, con mis hombres... y los tuyos.

Ambos dedos llegan a Helltia. Tiene que ser una visión extraña, ya que muevo los dedos sin despegarlos del mapa y a bastante poca velocidad. Menudo espectáculo.

- Mi hijo nos espera en Helltia. Si todo sale según lo planeado, esto terminará rápido y con la mínima cantidad de bajas posibles. No vamos a atacar a civiles y ofreceremos piedad a los que decidan marcharse.

Quito los dedos del mapa finalmente.

- Excepto a la familia real. Holly Kihninstone, sus hijas Lylia y Samantha, Charles Monzward y su esposa Jasmine deberán ser retenidos en la capital. Tenemos que tener especial cuidado con Holly y Charles.

- Entiendo... - Comenta David, con más seguridad que antes. - Veo que todo está en marcha, eh... - Añade algo inseguro. Y al cabo de unos segundos, sigue hablando. - Lord Erik, creo entender cuál es mi papel en todo esto. Pero... No se si le puedo asegurar la colaboración de mis hombres, y mucho menos de mis vasallos. Ya me respetaban bastante poco de por si... Pero en cuanto lleguen las acusaciones de la capital... 

- No dejaremos que lleguen. He contado con la poca participación de sus vasallos, y es porque aún no conocen al Lord Hollster actual. Con esta campaña se dará a conocer. David, tu papel comienza ahora, pero no llegará a su máximo punto de importancia hasta la nueva coronación.

Le pongo una mano en el hombro.

- Con esto no quiero decir que no seas importante, David. Pero no te preocupes por los detalles.

David suspira, desanimado ante aquel panorama. 

- En realidad... - Comienza a decir de pronto en el típico tono de quien se le acaba de ocurrir algo interesante. - Creo que algunos vasallos podrían ponerse rápidamente de nuestro lado si supieran que usted está implicado. La Casa Escorpión siempre ha sido bienvenida en estas tierras... Pero... - Entonces vuelve a un tono más pesimista. - La Casa Khanforn también tiene una gran influencia... Cuando se sepa de la muerte de su Lord... Creo que incluso algunos de mis vasallos podrían ponerse en nuestra contra... - Vuelve a suspirar sonoramente. - La situación es complicada... ¿Cómo deberíamos difundir este levantamiento? 

- Está claro David. Se habla de Erik, no se habla de Gholas. Hay mucho tiempo para explicar la verdad a esos hombres, pero lo que necesitamos ahora son espadas y fieles.

- Lo que quería decir... Por cómo lo plantea, necesitamos a los hombres tan pronto cómo sea posible. Enviar cartas sería lo más rápido pero... ¿Podrían si quiera creerse la veracidad de algo así? A lo mejor podríamos enviar mensajeros... Pero no se cuanta confianza podemos derivar a alguien para que anuncie algo tan importante. Y la última opción... Sería informar de forma directa a los afectados, pero... Sin duda eso llevaría un tiempo excesivo.

- Mandaré a alguno de mis hombres. Si realmente confían en los Escorpión, será lo mejor. El resto... lo hará mi oro. Creo que más de un Lord se arriesgará a traer con nosotros a sus hombres por la posibilidad de que yo realmente esté ahí. No tenemos tiempo para más. Enviaré a mis hombres tan pronto terminemos nuestra reunión.

- En ese caso... - Dice David, al tiempo que se levanta. - Dejaré que se encargué de eso. Por mi parte... - Parece que va a decir algo, pero de pronto se calla. Al rato se vuelve a sentar. - ¿Que cree que debería contarle a mis hombres? Hay preparativos que hacer... Pero no se cuantos detalles deberían saber. Al igual que mi familia... Cómo le he dicho no saben todo lo que le he contado pero... Tampoco quiero ocultarles lo que está por venir. 

Uh... su hermana. Mejor avanzar con cautela. Ah, sí, ya sé. Perfecto...

- Sus hombres deben saber que están en guerra contra la corona. Su familia debe saber que estamos en guerra contra la corona para defender el honor familiar, pero no mencione detalles.

Si, el honor familiar. Su hermana sabrá a qué viene... y pensará que me creí su historia completa. Quizá eso la relaje y le haga cometer un error. Aunque ahora no es momento de preocuparme de ella.

- Debe reunir a sus hombres de inmediato. Yo daré instrucciones a los míos.

Con esto aclarado, David abandona la habitación para hablar con sus hombres y con su familia sobre las nuevas noticias y planes, evitando lógicamente mencionar la responsabilidad de Erik en el asesinato de Lord Khanforn y dejando claro que las acusaciones de la capital son falsedades tramadas para hundir en la miseria a la Casa Hollster. Por su lado, Erik hace llamar al hombre de más rango de entre los que han venido con él (El que se disfrazó de sirviente) para que mande a unos de sus hombres regresar a Semil a transmitir las nuevas instrucciones. 

Los mensajeros darán el siguiente mensaje a los señores de la zona:

*Lord Erik, de la casa Escorpión, azote de bandidos y defensor de Helltia, reclama vuestra ayuda para marchar a la guerra. Es el futuro de Helltia, el de todas vuestras esposas, vuestros hijos, nietos y todas vuestras generaciones posteriores los que están en juego.*

No menciono a la casa Hollster. De hecho, todas estas casas menores junto a la casa Hollster son... peones en la misión de arreglar Helltia. Esta gente no debe mover un dedo por su lord, lo tienen que mover por Helltia. En eso, no miento en absoluto.

Los mensajeros indican también dónde se unirán y en cuanto tiempo los diferentes ejércitos.

Todos los mensajeros llevan rollos de pergamino con la lacra con el símbolo Escorpión, para demostrar su veracidad.

El encuentro será en un tiempo prudencial en el que los mensajeros hayan llegado a su destino y dado tiempo a los pequeños lords a prepararse. Un par de semanas será suficiente*. Y nos encontraremos de camino a Helltia, en el fuerte Gallagher**, con los mensajeros incluidos, informando del resultado de su misión.

Aprovecho el resto del tiempo aquí para trazar un plan de guerra con cuidado. Hablo con los generales y capitanes Hollster acerca de rutas, puntos débiles de Helltia, y de qué casas estarán más dispuestas a ayudarnos.

Evito en medida de lo posible a la hermana de David.

El tiempo pasó exageradamente despacio para Erik los ratos en los que no se encontraba en reuniones de guerra. Mayormente estaba reposando solo en su habitación, pues los sirvientes solían esperar en una habitación contigua a su llamada. De nuevo, la falta de Zaziel era evidente.

Durante las comidas solía reunirse con David, y sólo a veces se sentaban a la mesa también su esposa y sus hermanos. Ahora ya estaban informados de todo lo que debían, pero no parecían tener el valor para hacer comentarios al respecto. En Emily ya era normal el silencio, pero ni siquiera el animado Paolo abría mucho la boca durante la comida. Y por parte de Henrietta, a Erik no parecía hacerle falta evitarla, de eso ya se estaba encargando ella personalmente. 

Pocos días después de que David se pusiera con los preparativos, los hombres que habían acompañado a Erik y se encontraban asentados en Semil, llegaron a la fortaleza de los Hollster. Erik había mandado a un mensajero el día siguiente a la reunión y, con Jonathan Crews a la cabeza, sus soldados entraron por las puertas, a pesar de las miradas de confusión o indignación que mostraban algunos sirvientes o soldados de David. Tras su llegada, Erik se sintió bastante más seguro, el propio Jonathan se encargaba de organizar las guardias de su habitación y controlarlas. 

Durante estos días, también llegaron algunas noticias. Una de ellas algo inquietante, una granja no muy lejos del camino que había usado Erik para llegar las tierras de los Hollster había ardido hasta los cimientos, no había habido supervivientes. Otra noticia contaba algo mucho más interesante para Erik, y es que ya se habían avistado Golems en las Tierras de Kihn y por lo visto ya estaban causando problemas, aunque la Iglesia parecía estar tratando el tema con bastante discreción (O al menos el mensajero que trajo dicha noticia no tenía muchos detalles al respecto). 

Y la última noticia la traje uno de los propios mensajeros de Erik. Uno de los vasallos de David parecía tan predispuesto a colaborar que incluso había pedido una reunión con Erik. Lord Huntbow se había puesto en camino tan pronto cómo el mensajero había partido, aceptará Erik reunirse con él o no. El día en que Erik había recibido está noticia, David se había reunido con él: 

- Es... Extraño. - Comentaba en tono de sospecha. - De Lord Huntbow era de uno de los que me esperaba la menor de la predisposiciones a colaborar. Tuvo algunos... Conflictos, con mi padre. 

- No me cabe duda de que tendrá una buena razón para ello. Aunque pueda no satisfacerme.

Me siento incómodo en la silla. No encuentro una postura cómoda desde que sé que lord Huntbow quiere una reunión conmigo. Podía ser algo muy bueno... o algo muy malo, y no estaba mentalmente preparado para la segunda.

- Pero nos reuniremos con él. Jonathan estará con nosotros. Seguramente se trate de una discusión de guerra.

- Está bien... - Dice David, poco seguro. - Pero debería saber algo sobre él antes de conocerlo. Los motivos por los que no se llevaba bien con mi padre. - Pequeña pausa. - Discutieron más de una vez por los métodos que mi padre, usted y Lord Khanforn tenían para acabar con los bandidos y sus partidarios. Mi padre nunca me hablaba de ello, pero yo los escuchaba a escondidas, supongo que ya puede adivinar por qué... La cuestión es que los tachaba de monstruos... Por eso me parece tan extraño que ahora se muestre tan dispuesto a colaborar.

Yo no lo tengo tan claro... no puedo fiarme un pelo de este tipo. Si consideraba un monstruo al anterior lord Hollster, no quiero imaginar lo que me considera a mi.

- Gracias David, lo tendré en cuenta. Pero está claro que le necesitamos a él tanto como al resto. Haremos lo posible por que se una a nuestra causa.

Con esto dicho, a ambos, junto con Jonathan Crews, sólo les queda esperar la llegada de su inesperado invitado. Jonathan por su lado, se encarga de apostar un par de vigías por el camino, para estar pendiente de su llegada y sus visibles intenciones. 

Al cabo de al menos una hora, uno de los vigías vuelta anunciando la llegada de un carruaje resguardado por únicamente unos 5 hombres a caballo. Erik y David salen al exterior para recibir dicho carruaje en el patio de entrada a la fortaleza de los Hollster. De él se baja un hombre acompañado por una sirviente que le presenta cómo Arthur Huntbow. Arthur se acerca hacía Erik y David. 

- Lord Hollster, Lord Escorpión. - Dice en tono educado, y servicial. - Es un honor para mí que hayan permitido que me reúna con vosotros. 

No parece que David fuera a tomar la palabra. 

No parecía que viniera con intención bélica...

- Igualmente lord Huntbow. Ya le estábamos esperando.

Tras un instante de silencio, vuelvo a hablar.

- Creo que debería honrarnos con su presencia durante la cena, Arthur. Sea lo que sea lo que le traiga aquí, tengo la seguridad de que con el estómago lleno podremos tratarlo mejor.

- No tengo problema con ello. - Dice Arthur, agradecido. - Hasta entonces... - Añade de pronto. - ¿Le molestaría que diera una vuelta por la fortaleza? En especial las catacumbas... Me gustaría brindarle mis respetos a su difunto padre... 

- Claro... No hay ningún problema. - Dice David, algo confuso. - Uno de los sirvientes le puede acompañar hasta ahí, en cuanto haya terminado puede reunirse con nosotros en el salón principal

Tras esto, David y Erik se van por un lado y Arthur por otro. Cuando se encuentran en la discreción, David se dirige a Erik. 

- Lord Huntbow ni se molesto en venir al funeral de mi señor padre, y ahora lo primero que hace es ir a visitarlo. Todo parece indicar que su actitud ha cambiado demasiado abruptamente... ¿Que piensa, Lord Erik?