Partida Rol por web

Nothgoth - Memento Mori

Intermedio: Cadenas

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07/07/2016, 14:39
Loth

Loth mira con cierto pesimismo la puerta, pero ante la falta de ideas parece que se le ocurre algo. 

No puede ser que haya una única entrada. A locales cómo este siempre le van bien salidas traseras por las que  entrar y salir sin ser visto... - Suspira. - Quizás sería bueno que alguien se quedara vigilando aquí y el resto buscara esa segunda entrada. - Se encoge de hombros sin mucha energía. - Yo mismo podría quedarme aquí, ya he tenido bastante emociones por hoy. 

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07/07/2016, 18:19
Silvano

-Me parece bien. -asiente Silvano con la cabeza. -Si algo ocurre ahí dentro que alerte a los guardias de la puerta, quiero que dispares esta flecha contra una calle colindante al burdel. Eso creará una distracción y nos alentará de que tenemos poco tiempo. ¿Recuerdas lo que pasó en la cueva? Es una de esas flechas. -acaba mientras le tiende el arco y una de las flechas en cuestión. Debido al nivel de exigencia y a las prisas , Silvano no le dio tiempo a Loth para que reprendiera su sugerencia, o al menos, su tono no daba lugar a hacerlo. Miró al resto de hombres e hizo ademán de ponerse en marcha.

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08/07/2016, 08:25
Crow

Loth no estaba muy segura tan siquiera de cómo agarrar aquella flecha sin que le explotara en la mano, sin embargo, Silvano no le dio tiempo alguno de quejarse. El grupo avanzo deprisa, y tras rodear el local encontraron un callejón que se internaba ligeramente hacía abajo. Al final del mismo había una entrada iluminada por un par de luces, y delante de esta había dos guardias de la ciudad, armados con armadura, espadas y escudo como el que estaba vigilando la puerta principal. 

No creo que eso sea normal. - Comenta Crow, observando el callejón desde una esquina. Sonríe divertido. - Parece que el burdel tiene un invitado muy especial esta noche si se puede permitir vigilancia así. 

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08/07/2016, 18:55
Silvano

-¿Y qué clase de adinerado escogería un burdel regentado por Sweet Lust? Supongo que uno con asuntos muy turbios de por medio... -se autocontesta a la pregunta. Pequeña pausa mientras observa a la guarnición. -Seguimos teniendo el mismo problema. Una puerta y dos hombres, salvo que ahora están en un callejón. Se nos agotan las opciones...

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10/07/2016, 10:23
Director

Crow suspira aburrido. 

Y cómo sigamos aquí, quizás también se nos agote el tiempo. - Desenvaina sus armas. - Así que ya va siendo hora de que creemos nuestras propias opciones. - Sonríe, mira de reojo a Arc. - 

Con la tranquilidad de aquel que pasea por la calle, Crow avanza por el callejón hasta que los hombres detectan su presencia. Uno de ellos le da un golpe al otro en el hombro, y ambos se encaran hacía Crow, a la defensiva. 

Me pregunto con cuantas putas os habrá pagado Sweet Lust para que defendáis este lugar. - Dice divertido. 

¿Quién eres tú? ¡Identifícate! - Dice uno de ellos, espada en mano. 

Soy el último rostro que veréis en vida. - Dice sin dejar de avanzar. - Mi misión es traer la muerte a todo aquel que haga lo incorrecto. - Se detiene. - O que se encuentre en el peor lugar en el peor momento. - Apunta a uno de los hombres con su arma. - Decidme... ¿Os atrevereis a enfretaros a la Muerte? 

Parecía que las provocativas palabras de Crow surtieron efecto. Si bien los guardias no parecían especialmente intimidados, tras un breve comentario quisieron quitarse de en medio a ese hombre al que sin duda le faltaba un tornillo.

Sólo uno de ellos avanza, espada y escudo en mano, para enfrentar a Crow. Pero antes de que llegue a estar a un par de metros de él, Crow se abalanza con sus guadañas y le propina un golpe doble. El hombre bloquea el mismo con bastante facilidad, pero el ataque sorpresa lo pone algo más alerta. Y si bien su ataque había fallado, Crow no parecía decepcionado, más bien satisfecho... Cómo si se estuviera divirtiendo. 

El guardia ataca ahora con más ganas, pero está vez Crow retrocede para esquivar sus ataques. Esto parece aumentar en gran medida la confianza del atacante, que deja a Crow sin ninguna brecha para el contraataque. Sin embargo, el mismo seguía pareciendo estar bastante tranquilo, y poco a poco se estaban acercando al callejón en el que esperaban Arc y Silvano, algo aturdidos ante los acontecimientos. 

Y de pronto Crow y el atacante pasan por al lado del callejón, y Crow se gira hacía sus compañeros y asiente levemente. Por lo visto Arc puede captar la señal mucho antes que Silvano, pues el medio-Dyr se lanza hacía adelante, asestando un fuerte golpe de espada sobre el escudo del guardia. Dicho golpe desestabiliza al hombre y los hace retroceder, sorprendido ante la aparición de un segundo oponente. 

Este a su vez altera al segundo guardia, que corre hacía la batalla. El enfrentamiento doble comienza muy cerca del callejón dónde estaba Silvano, pero cuando el mismo parece decidirse a unirse a la batalla, Arc le mira fijamente y le hace un gesto con la cabeza en dirección a la puerta que había quedado despejada. 

Sin bien Silvano quería ayudar a sus compañeros, no estaba claro cuanto tiempo les quedaba hasta que Sweet Lust descubriera que habían huido y los fuera a buscar allí. 

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11/07/2016, 00:07
Silvano

Aprovechando la situación que se le había presentado, Silvano avanza raudo entre las dos parejas de baile, sin bacilar ni mirar atrás. Sabía de sobras que Crow y Arc podrían contra esos dos, y tampoco quería desgastarse tan rápido teniendo en cuenta la tarea que le quedaba por hacer, a pesar de tener un brazo en condiciones desfavorables. Sentía la necesidad de entrar al local en carrera y con espada en alto, pero mientras avanzaba hasta la entrada, supo que necesitaba calmarse e idear un plan. Desaceleró el ritmo hasta llegar a la puerta, y se acicaló con la capa lo justo y necesario para no parecer un pordiosero, no al menos, uno ensangrentado. Se quitó la capucha y se cubrió el vendaje de la herida dejando caer la capa por encima del hombro que tenía herido. A su improvisada vestimenta, también le añadió la máscara del asesino caído, la cuál se ajustó para seguir ocultando su identidad. Abrió la puerta con cautela y se adentró con naturalidad e el burdel, dejando tras de sí a Arc y Crow.

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11/07/2016, 10:02
Director

Por mucho que Silvano quisiera cubrirse los restos de la batalla, la sangre había manchado gran parte de su ropa y su cara, sin contar con la máscara del compañero muerto que llevaba puesta. Por suerte para él, sin embargo, la entrada por la que había pasado daba a una habitación que servía en parte cómo almacén y en parte cómo vestuario. Había varios armarios con ropa y varios bancos y cajas repartidos por el suelo.

No había nadie allí, pero Silvano podía escuchar los sonidos que provenían de una sala en la pared contraria desde dónde la luz se filtraba por debajo de una gran puerta. Sonidos de risas y de murmullos, pero bastante leves, cómo si de una fiesta formal se tratase. 

Silvano, decidido, se encaminó hacía la puerta, dispuesto a entrar en el local pero se detuvo en seco al comprobar que en la habitación había unas escaleras que conducían hacía abajo. Y se quedó paralizado cuando pudo escuchar los sonidos que de ahí provenían. Gritos. Y no unos cualquiera... El cuerpo se le tensó y la mente se le nubló. 

Aquellos eran los gritos de Ariadna. 

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12/07/2016, 00:02
Silvano

Al oír el grito desosegado de Ariadna, Silvano siente una punzada en su corazón y retoma el hilo conductor que desde tanto tiempo había estado siguiendo. Le supo agridulce, mezcla de satisfacción por haberlo encontrado, y mezcla de preocupación por el contexto que denotaba la situación. Sabía lo que ese grito podía significar, y no estaba dispuesto a prolongar el sufrimiento de Ariadna, por lo que se encaró hacia las escaleras y empezó a bajarlas con ímpetu, acolchando sus pasos con los desgarradores gritos que provenían del sótano. Cogió la daga que le quedaba, y la empuñó con los dientes, adaptando el mango del arma a la mandíbula de su boca. Desenfundó la hoja de su espada en silencio con su mano derecha, y se colocó frente a su último obstáculo para ver si había algún tipo de puerta que impidiese su avance.

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12/07/2016, 15:29
Director

Para la desgracia de Silvano, allí había otra puerta, y frente la misma había un último obstáculo. Si se había fijado bien en las armaduras de los hombres que guardaban la entrada del callejón, la del hombre que tenía delante era de una mucha mejor calidad. Además, un particular distintivo indicaba que era de un rango mayor. Tan pronto cómo Silvano baja el último escalón, el hombre le apunta con una espada. 

¡Retrocede, pordiosero! ¿Quién te ha dejado bajar hasta aquí? - El hombre miraba con la vista achinada a Silvano, en parte por la oscuridad que rodeaba el pequeño recibidor. Tras la puerta había luces, y los gritos de Ariadna eran aún más fuertes, taladrando todo pensamiento de Silvano. 

Notas de juego

Cinemática a tu favor~ Describe cómo lo matas, pero haz algo guay~

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13/07/2016, 08:18
Silvano

Silvano desoye el consejo del interceptor, y acelera el paso hacia él presto como una flecha. Advirtiendo un predecible movimiento de empujón con la espada debido a la estrechez del pasillo, Silvano esquiva la embestida inclinando su torso con flexibilidad hacia el lado derecho del pasillo. Aprovechando la inercia de un pequeño salto, aterriza su rodilla en el estómago del hombre a la par que perfora el hombro derecho de este con su espada, anclando la articulación contra la madera de la puerta que se encontraba detrás de él. El hombre suelta un bufido desganado, falto del aire que pedían sus pulmones y que no tenía en el diafragma. Silvano suelta la empuñadura de su espada y coge la daga que tenía en la boca, clavándola con ensañamiento contra la palma de la mano izquierda del desgraciado hombre, también hendiendo carne y madera por igual contra la puerta. Ahora también suelta su daga y procede a la siguiente operación, como si estuviera disparando flechas en intérvalos de dos segundos. Coge al hombre por el cuello, marcando sus emponzoñadas uñas de ira contra el pescuezo del desdichado, golpeando la cabeza de este en un movimiento de vaivén contra la superficie de la puerta, guiado por el compás de los gritos de Ariadna. Silvano sigue arremetiendo contra el rostro del hombre, que empieza a clavarse fragmentos de astilla conforme los tablones de la puerta empiezan a ceder. Cae en una espiral de rabia y odio que por un momento le hacen olvidar el dolor de su brazo izquierdo, con el cuál empieza a sujetar con mejor firmeza la cabeza del hombre ensangrentado contra la superficie destartalada de la puerta. Las bisagradas ancladas a la pared de la puerta, empiezan a chirriar violentamente, cediendo poco a poco ante la perseverancia de Silvano. Finalmente, este agarra sus armas por el mango, y las sujeta fuertemente hasta que propicia un último puntapié cargado con toda su rabia contra el abdomen del hombre. Tras ellos, la puerta estalla en un millón de astillas y trozos carmesíes que auguran la llegada de Silvano y de un cadáver a escena.

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13/07/2016, 12:51
Director

Silvano entro en la habitación segundos después de que el cadáver del guardián cayera en interior detrás de los restos de lo que había sido la puerta. La misma era una habitación bastante amplia, perfumada de una forma tan exagerada que incluso a Silvano le costaba respirar con normalidad. Estaba iluminada por una chimenea cuyos restos crepitaban casi extintos y por una docena de velas, situadas estrategicamente en diferentes puntos con intención de alumbrar la estructura más llamativa de la sala. Era una cama con dosel, digna de la más noble de las familias, cuyo colchón estaba torcido y cuyas sabanas colgaban por los lados, casi en el suelo. A su alrededor había prendas de ropa, algunas de ellas destrozadas. En su interior había... 

Cadenas. 

Las había rodeando sus muñecas y sus tobillos, y había otra que colgaba del techo, abierta, pero los signos de las rozaduras en su cuello parecían indicar que también la había llevado puesta. Moratones adornaban su cuerpo, estropeando una piel clara cómo la leche. Su pelo estaba estropeado, a pesar de que era evidente que había sido alisado recientemente. Y su cara... Tumbada cómo estaba, desnuda sobre el colchón, Silvano no pudo evitar pasar un largo minuto mirando fijamente a la cara de Ariadna. Sus ojos pedían ayuda, pero eran también muestra del dolor que había estado sufriendo ya. Alrededor de los mismos, se veían los típicos signos de suciedad por culpa de las lágrimas secas y el maquillaje descorrido. 

Y de rodillas detrás de ella, también encima del colchón y desnudo, había un hombre bastante mayor, que miraba a Silvano con los ojos marcados por el horror y la sorpresa. Los fluidos que manaban de cierta parte de su cuerpo y que manchaban la cama, dejaban claro que Silvano había llegado demasiado tarde para evitar la tragedia. 

Parecía que el hombre quería gritar algo, pedir ayuda... Pero de su boca no salían palabras, quizás por el miedo de ver la figura ensangrentada y llena de rabia de Silvano o quizás porque era consciente de que ya nadie iba a venir a salvarlo tras echarle un vistazo a los restos de su guardian. 

Notas de juego

Yuuchan te manda saludos. 

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19/07/2016, 15:00
Silvano

Al contemplar la dantesca escena, Silvano siente un nudo en el estómago que le hace sentir náuseas. Solo apretando los dientes consigue lidiar con el abrumador peso de esa sensación. Retoma la marcha hacia el hombre sin percatarse en muchos detalles, pues simplemente por el contexto ya sabía lo que estaba pasando. -Hiena que corres desamparada, sonríe la muerte exasperada. –entona Silvano mientras se acerca poco a poco al hombre. Iba zarandeando sus armas cortando el aire en un intento de acobardar al decrépito anciano que lo observaba con ojos de cordero degollado. Pero notó un ligero tirón en el antebrazo correspondiente a la daga y tuvo que ponérsela en el cinto para sujetarla. Se arrancó con esa misma mano un trozo de su capa raída que iba zozobrando a su paso y siguió entonando conforme se echaba encima del hombre. –Hiena que huyes de la manada, olvida tu gracia enfatiza. –se colocó frente a él a dos pasos y le propició un fuerte golpe con el pomo de la espada en medio de la frente. El hombre cayó al suelo torpemente y Silvano le introdujo en la boca con la mano izquierda el generoso trozo de vitela que se había arrancado. Dejó caer su espada con fuerza, la cual interceptó una pierna del hombre por debajo de la rodilla antes de besar el suelo. –Hiena que ríes traumatizada, sirve ahora como carnada. –seguía Silvano con su cantinela mientras se regocijada en los ahogados gritos de dolor del hombre. Ahora que tenía su mano derecha libre, cogió su daga sin ningún tipo de reparo y empezó a cercenar dedos de la mano del hombre como quien arranca ramas de un olivo viejo.  Empezó a mutilar manos y pies tal como lo habría hecho un carnicero despiezando un cordero, cortando extremidades a la altura de las articulaciones, para después cortar nuevamente por la articulación superior. Silvano hubiera deseado seguir ensañándose con el viejo, pero a pesar de no haber alcanzado ningún punto vital de su cuerpo, notaba que la mandíbula del hombre ya no se movía con la misma insistencia, pues el hombre se estaba desangrando. Dirigió su cuchillo contra el miembro viril del hombre y sesgó la protuberancia con la misma languidez con la que hubiera cortado un trozo de queso de su cuña. Sin tan siquiera mirar a aquella cosa que pendía inerte entre sus dedos, la acercó a la cavidad vocal del hombre y la hendió tan profundamente como pudo, ayudándose de su capa  para tal faena. Finalmente le rajó la garganta mientras seguía contemplando sus agonizantes ojos y se tornó hacia la chica sin darle más atención al hombre.  Recogió sus armas del suelo y se las guardó. –Hiena que lloras desconsolada… -entonó mientras liberaba a la chica de sus ataduras. Se quitó lo poco que le quedaba de capa y envolvió a Ariadna en ella de la forma menos deshonrosa que pudo. Se liberó de su máscara con gesto triste en su cara y la amoldó al rostro de la chica. –Mía es ahora tu venganza. –susurró mientras la cogía en brazos y salía de la estancia dejando tras de sí un reguero de sangre y frustración.

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19/07/2016, 21:42
Director

Ariadna había intentado liberarse inútilmente de sus ataduras mientras que Silvano se encargaba del hombre, pero tan pronto cómo se había dado cuenta de que no era posible, se había quedado quieta. No fue hasta que Silvano se volvió a girar hacía ella, cuando por fin vio su rostro de nuevo. Sus ojos miraban más allá, desorientada y pérdida, bañados en lágrimas secas.

No hizo ningún movimiento cuando Silvano la liberó y cuando la tapó con su capa.

Pero cuando Silvano se quitó la máscara, sus ojos se desorbitaron, y pareció de pronto volver a la vida. Confiado, Silvano fue a cogerla, pero no fue aceptación lo que percibió en los ojos de Ariadna. Podía comprender que estuviera asustada, por lo que por el bien de su amada decidió insistir. Cómo respuesta, Ariadna se arrastró hacía atrás con torpeza. 

Fue entonces cuando, confuso, Silvano pudo entender por fin lo que reflejaban los ojos de Ariadna. Él mismo, cubierto de sangre y heridas... Sonriente... ¿Cómo no se había dado cuenta?

Ariadna estaba aterrorizada... De él. 

Silvano iba a abrir la boca para hablar, intentar hacer algo... Tranquilizarla... Explicarle que todo había pasado ya... Pero entonces la oportunidad pasó con un suspiro... Y Ariadna cayó cómo un peso muerto, desmayada. 

[FIN DEL INTERMEDIO]