Partida Rol por web

Dando un último suspiro se animó a ponerse de pie y acercarse al bárbaro y al mago.
Bien, yo estoy con vosotros. Pienso que ir a buscar el tesoro es un viaaaje. Además no creo que encontremos una salida al final del río. Y si la encontramos, yo me voy de este lugar, no estoy tan desesperado por el tesoro como para volver a buscarlo. Diciendo esto se acercó trotando al bote y se subió, con Kuznak al lado.

¿Viene alguien más?

¡Errr, claro! - Se levanta del suelo y rebusca entre sus pertenencias, que ha dejado previamente extendidas alrededor de la hoguera, para que se sequen con el calor del fuego. - No lo recordaba ya ¡Se te veía tan repuesta después de comer! Espera… - Encuentra lo que andaba buscando, una varita azul, y se acerca con ella a la mujer. - No es una pócima pero te hará los mismos efectos. Las pócimas es mejor guardarlas para cuando ningún curandero pueda acercarse, como Gliriel o yo mismo. - Aplica la varita contra el brazo de la mujer hasta que empieza a emitir su característica luz azulada. – ¿Ya estas mejor entonces? – Espera la respuesta de la chica para seguir. – Bueno, guardo mis cosas entonces y vamos - Se acerca a sus cosas desperdigadas alrededor del fuego y empieza a guardarlas sin orden ni concierto dentro de su mochila y cinturón. – Me muero por dar con esos que andamos buscando ¡Pelor nos ayude! -

El hechicero estaba sentado mirando el fuego, estaba hipnotizado, no podia apartar su vista.
Al darse cuenta de que Rakas se había levantado consiguió deshacerse del embrujo de la hoguera.

Ehh, esto... yo iré con el grupo mas pequeño, para equilibrar las cosas, pero sinceramente me da igual le destino.

De nuevo su vista se desvió un instante hacia el fuego y se quedo de nuevo mirandolo.

Los pensamientos de Arianne habían volado lejos, acompañando las notas de aquella tonada, y no fue hasta que notó la cercanía del clérigo que la muchacha se centró de nuevo en el grupo. Gracias... le murmuró a Gliadel tras el uso que éste hizo de aquella varita curativa sobre su persona, cosa que la reconfortó sobre manera, haciéndola sentirse poco a poco en plenitud de condiciones.

Se incorporó, observó el deambular del resto por aquella zona de la cueva y escuchó su toma de decisiones. Parecía que al final se estaban poniendo de acuerdo en avanzar por el río en primer lugar. Se puso en pie algo indecisa en un primer momento, pero, sintiendo como las dudas la abandonaban al instante, se echó la mochila a la espalda y se acercó al bote en el que había llegado hasta allí. Al pasar junto a la cabra de Menzo, le acarició la testa. Una vez frente a la barca en cuestión, supuso que si la habían subido en ella, era porque así iban más holgados.

Pues, echemos un vistazo entonces a ver que nos depara el futuro... sonrió mirando al frente hacia la zona por la que deberían avanzar. Entonces se acordó del dicho popular y en un murmullo suave las palabras que lo conformaban se escaparon de sus labios, del pasado, amigo, conserva lo bueno, del presente aprende a vivirlo intensamente y del futuro... no nos resta más que esperar que se haga su voluntad y recoger lo sembrado... se subió a la barca en cuestión y se acomodó esperando a que el resto lo hiciera. Por mí, cuando queráis... Ahora sí que se sentía al cien por cien.

-Bueno, pues si queréis marchar, marchemos...esperemos encontrar aquel montón de monedas al regresar...y esa misteriosa capa negra...y ese yelmo extraño -Menzo decía todo esto mirando a Arza de reojo. Parece que la sensación de claustrofobia era ya demasiado poderosa para algunos del grupo y su deseo de salir cuanto antes de allí era tal que no importaba dejarse unas monedillas y ,porqué no, quizás unos objetos mágicos atrás. Él lo tenía claro, regresaría por la entrada princicipal en cuanto salieran de allí. ¿Dónde iría a parar ese río? Menzo agudizó el oído intentando descubrir por su sonido, si escuchaba el ruido característico de alguna cascada...eso no sería nada bueno.

El bárbaro, una vez refrescado y desperezado, volvía a sentirse tan animado como si terminara de levantarse, tenían una larga jornada de aventuras por delante y eso mejoraba considerablemente su ánimo, además esperaba sinceramente que aquellas fueran las últimas horas que pasaba bajo piedra.

Tras secarse con su capa de pieles y escuchar a sus compañeros sin entender demasiado bien lo que Arianne quería decir, Rakas se giró hacia Dramir. - No amigo, aquí no se separa nadie, si hemos decidido ir por el río vamos todos así que a los botes se ha dicho. - Y siguiendo sus propias palabras se situó en la misma posición que había tomado con anterioridad, sosteniendo dos de los remos y dispuesto a terminar con aquella travesía cuanto antes. - Gliadel será mejor que tengas a mano la poción de respirara bajo el agua, o que te ates al bote, últimamente le estás cogiendo afición a bañarte con la armadura y eso puede ser peligroso.- El joven guerrero rió fuertemente mientras miraba al clérigo que con la hoguera había logrado volver a secarse

El grupo se volvió a separar en dos botes y ato los mismos para evitar que se alejasen entre si y ayudarse con el uso de los remos. Estaba claro que más allá de la fuerza, ninguno era experto y, por momentos, uno de los botes iba delante y por momentos el otro, pero con la soga, no se separaban.

Intentando mantener los botes en el centro de la corriente, dejaron que esta los arrastrase, preparados para remar en contra si hacía falta. Las antorchas siempreardientes iluminaban, pero no tanto como querían. Era todo oscuridad, por lo que todos intentaron usar, además de la vista, los oidos, con el fin de asegurarse que no había ninguna sorpresa.

Tras pasar la telaraña, prestaron, si cabía, aún más atención. El mediano, aprovechando que no tenía un remo a su cargo trataba de analizar la corriente y decidía que, por el momento, no era peligrosa, aunque sus oidos le hacían notar que más adelante había algún tipo de cascada, el agua no aumentaba su velocidad, probablemente antes de la cascada había algun remanso.

Todos estaban atentos y detectaron como, de a poco, la cueva por donde discurría el río se comenzaba a ampliar. Incluso, a la luz de las antorchas, les pareció que, de un lado del río, la profundidad disminuía, llegaron a ver el fondo a la luz de las antorchas mágicas, en cambio a vuestra izquierda parecía que el fondo se alejaba aún más.

Era el momento de decidir que hacer, la corriente los seguía arrastrando hacia donde se escuchaba el ruido de una cascada, pero tenían la posibilidad de usar los remos y salir de la corriente. Hacia donde? hacia el lugar más playo? o quizás el lugar más profundo?

Maldita sea, no se ve tierra por ningun lado y sí una cascada más adelante. Y no podemos quedarnos aqui, con las antorchas para que nos vean bien si hay alguien más.
Deberíamos irnos hacia un lado, y sugiero el que menos cubre para ir decidiendo que hacemos.
Es inútil, aunque puedo ir en barca no me gusta cuando pueden usarme de prácticas de tiro.

Si, estoy contigo Arza. Parece lo más seguro. - Dice mientras empieza a remar hacia el lado de la derecha. -

El hechicero permanecía atento a cualquier movimiento.

Yo también creo que sera lo mejor.

La cueva traía los ecos de una cascada corriente abajo, aunque aun debía quedar un trecho interesante, lo mejor sería revisar aquellas aguas bajas por si llevaban a alguna nueva cavidad. Hundiendo el remo derecho y remando con el izquierdo con fuerza orientó la barca hacia donde querían ir. - Vayamos y veamos que hay en esa dirección, preparad los escudos por si alguien estuviera esperándonos.

Rakas no tendría más remedio que seguir remando, pero al menos el resto del grupo debería protegerse de posibles ataques desde la orilla, en caso de que llegaran a una y en esta encontraran enemigos esperándolos.

Ir hacia donde menos cubre, tiene más sentido... pero vete tú a saber... si algo había aprendido a lo largo de su vida, era que había un amplio número de situaciones que carecían de sentido en todos los aspectos. Cuando menos se lo esperaba uno, surgía algo que te rompía todos los esquemas mentales para los que estuvieras preparado.

Sacó su arco y se dispuso a apuntar a cualquier objetivo salido de la nada dentro de aquel espacio de terreno inesperado y semi iluminado. Simultáneamente hizo un repaso visual de su entorno buscando escudos con motivo de la petición del humano que remaba en su barca, ella no portaba, la verdad, le gustaba tener ambas manos disponibles para el uso de la espada, de manera que guardó silencio en beneficio de su concentración, deslizó una flecha entre sus dedos y se dedicó a tensar el arco. Suavemente, pero con gesto enérgico.

Entonces se le vino a la memoria una ocasión en que les habían cosido a flechazos al pasar a través de unos túneles, solo que aquella vez la mayoría de los que la acompañaban iban protegidos dentro de unos carromatos bien pertrechados. Ahora la cosita estaba francamente peor. A veces el destino de los acontecimientos que le envuelven a uno tiende a ponerse cuesta arriba, por mucho que ese uno se moleste en su intento de allanarlo.

Menzo hizo que la cabra se tumbase en la barca. El se colocó de cuclillas delante de ella con la antorcha apuntando al frente intentado abarcar el máximo radio de luz posible. -Tengo un mal presentimiento. Dijo para sí mismo. En su otra mano llevaba cargada la honda y preparada para ser usada en el momento en que el peligro apareciese. Donde menos cubre esta bien...veamos que nos depara este lugar.