Partida Rol por web

Al final, todos quedaron dormidos. La emoción de las aventuras del día había sido mucha y las recompensas también. Mientras todos reposaban, aprovechando que los hombres del conde se ocupaban de las guardias, el misterioso visitante del conde desapareció del lugar tan silenciosamente como había venido.

Con los primeros rayos del sol, poco a poco, el grupo de aventureros se fue despertando. Era cuestión de organizar el día.

Gliriel no se hubiese despertado de no ser porque Kuznak comenzó a lamerle la cara. Ese era uno de los problemas de Gliriel: tenía el sueño muy pesado.
Al abrir los ojos, ve que sus compañeros ya estaban todos despiertos, y abriendo la boca todo lo posible para bostezar, se levanta forzosamente de la cama.
Buenos díass...

El panorama de un nuevo viaje alegraba el ánimo de Rakas, así como los rayos de sol asomando, sería un día perfecto para comenzar el trayecto hacia Casi el Mar. Tras levantarse el bárbaro salió de la barraca y, únicamente con un ligero taparrabos, se estiró lo más que pudo. Sin duda estaba de buen animo, hacía calor en aquellas tierras, y aunque le gustaba la nieve, prefería el camino seco para viajar.

Con una sonrisa enorme volvió a entrar para echar un vistazo a sus provisiones, les llegarían para casi una semana, con lo que no escatimo en el desayuno y remojó todo con un trago de hidromiel a falta de leche fresca.

- Venga señoritas, parece que los dioses del viento soplan a nuestro favor, el sol brilla y el camino nos espera.

Tras ponerse la armadura y ajustarse los pertrechos al hombro, el guerrero volvió hacia la puerta.

-Prepararé a Sobras para el camino, espero que estemos listos para marchar cuando vuelva.

Por si el mago no tenía ya bastante mal estar, todabía tubo que soportar la visión del enorme bárbaro en taparrabos, era justo lo que necesitaba ver al despertarse.
Buscó a Galic, pero no la encontró, al poco la vió moverse cerca entre las pajas. La recogió y salió a estirar las piernas y a atender la llamada de la naturaleza, igual que Arza, si por la noche no hubiese estado tan ocupado con el libro, tal vez hubiese podido enviar a su amiga a explorar un poco, ahora ya era tarde para eso.
Volvió a entrar y preparó todas sus cosas para el viaje.
Cogió los dos pergaminos y se acerco a Dramir -Estos son los pergaminos que conseguimos de los trasgos, tal vez te interese alguno, uno es de armadura de mago y el otro de partículas rutilantes-

Arza se despertó con el sonido que producían sus compañeros.

Buenos días.

Decidió ir a buscar un poco de agua fresca para poder lavarse un poco, e ir después a desayunar.

Me despierto y salgo a ver a Ragnos que me espera en una rama.
¿Como estas amigo?¿Bien? me alegro hoy nos espera un largo camino
Vuelvo a entrar y veo que Ecthelion se acerca con dos pergaminos.
Valla, al fin descubriste de que eran, por mi quedatelos, no los necesito.

Menzo miraba la musculatura de Rakas y se miró a si mismo -¡Qué caprichosa era la Madre Naturaleza con los seres que crecían en ella! -Hizo un gesto con el brazo intentando sacar bola y por supuesto sus brazos eran fuertes en proporción de tamaño, sino ¿cómo iba a lanzar con la honda con tanta potencia? Sonrió e hizo un gesto de asentimiento orgulloso. Después se puso las ropas limpias de montaraz que compró en la taberna de Samson y se colocó un sombreo de ala ancha algo inclinado sobre la cabeza. Una pluma de faisán adornaba tiesa en el sombrero. Toda la ropa era entre color musgo y parduzco idonea para el camuflaje, con un infinidad de bolsillos tanto en calzón , peto y capa muy útiles para un explorador que siempre toma muestras de la naturaleza. encima de la camisola se colocó su armadura. Una vez vestido, preparó la mochila de viaje y corrió en busca de la Sra. Restos. Desde el patio, Menzo lanzó un potente silvido y la cabra acudió hasta él, recibiendola el mediano con un cariñoso abrazo.

El clérigo intenta evitar hablar, si quiera mirar, a Arza-El en el tiempo que coinciden buscando agua fresca para el aseo. Había meditado la idea de contarle al conde la verdad sobre el incidente pero, la verdad es que haría más daño que repararlo.

Adiós

Procura acabar antes que él los quehaceres higiénicos para tajar con la tirante situación.

¡Alaa Menzo! Estas hecho todo un galán con esas vestiduras...-Acerca la nariz a su sobaco y la arruga por el mal olor pese haberse aseado apenas hace unos segundos- Cuando lleguemos a Casi-el-Mar lo primero que me voy a comprar con el dinero que nos ha dado el conde son unas ropas limpias y bonitas como tú, estas empiezan a oler como si estuvieran poseídas por un demonio.

Finalmente el grupo se puso en marcha. Las indicaciones del Conde habían sido lo suficientemente claras como para avanzar a buen paso, pero evidentemente las distancias no eran exactamente las que suponían. Probablemente el noble, acostumbrado a moverse montado no tomó en cuenta que alguien caminando, y mas si el grupo incluía seres de la altura de niños demoraría más en alcanzar su objetivo.

Con todo, el camino no fue complicado. De hecho casi no tuvieron inconvenientes. Solo un grupo de orcos que al ver la destreza con que devolvían su intento de ataque huyo entre la espesura el primer día y una tranquilidad absoluta durante la primer noche.

El segundo dia fue aún más tranquilo que el primero, solo notaron como las colinas disminuian en altura y el terreno se volvía más y más plano. Incluso, a última hora comenzaron a oler, muy levemente un cambio en el aire, perecía que el mar estaba cerca. El viento comenzaba a tener un leve olor que en un principio no supieron identificar, pero que aquellos que habían navegado terminaron reconociendo como aire marino. Quizás lo único que les llamó la atención fueron los dos o tres lobos que, durante las últimas horas aparecían esporádicamente entre los árboles y desaparecían en cuanto intentaban empuñar las armas.

Finalmente, a lo lejos divisaron un pueblo que supusieron era Casi-el-Mar. Pero estaba lejos. Luego de un dia caminando, la idea de seguir haciéndolo durante tres o cuatro horas más, en plena oscuridad no parecía aconsejable, pero la idea de dormir en una cama resultaba sumamente tentadora. Quizás en la noche los lobos serían más agresivos? O lo mejor era dejarlos definitivamete atrás

Las opciones eran claras. Avanzar hasta la ciudad, de noche y cansados. Establecer campamento en un claro cercano al camino ó quizás investigar y usar como campamento, la cueva cuya boca veían a unos minutos de distancia.

-Quizás debería inspeccionar aquella cueva; pudiera ser un buen lugar de descanso al resguardo de la noche. Si es la madriguera de otro lechuzo le daremos muerte como al otro y si es la madriguera de algún oso, entonces le dejaremos tranquilo y dormiremos a la intemperie. Alguien deberia acompañarme, estoy muy cansado y no me encuentro con suficientes fuerzas si tuviera que enfrentarme yo solo a algo.Dice Menzo en un tono valiente.

Hubiera preferido seguir el camino y llegar, pero bueno tampoco era tan malo descansar al aire libre otra noche. El camino había sido relativamente tranquilo, salvo por el encontronazo con los orcos no había sucedido nada notable.

-¿Otra cueva?, parece que les estás cogiendo cariño a esos cubiles Menzo. Pero bueno si como dices hay algún bicho enorme siempre podemos tener un buen combate.

Pese al buen humor algo no le gustaba a Rakas, los lobos que les habían seguido durante un trecho podían esperar a la noche, con el frío y el hambre, quizás se volvieran más atrevidos.

Yo, yo preferiría ir casi que casi directamente a Casi-el-Mar

Las constantes miradas fugitivas a los lados del camino os indican que Gliadel no se encuentra muy a gusto en esa situación. Empezaba a ODIAR el campo. No era un refugio, allí se estaba expuesto a todo tipo de peligros mientras duermes y encima si conseguías hacerlo lo hacías de pena. Te levantas con el pelo como si te hubieran descargado un rayo de electricidad y encima lleno de hojas, pinocha y esos erizitos que duelen un montón cuando tratas de quitártelos. Siempre te acabas clavando piedras imposibles de localizar y si duermes cerca de un fuego todos los insectos en kilometros a la redonda acudirán para hacerte la noche más placentera. Eso si tienes suerte...

¡AHÍ! ¡UN LOBO!-señala a un lado del camino donde si se mira atentamente se puede reconocer a dos luciérnagas intentando copular, bueno, al menos lo intenta una de ellas.-

Perdón, perdón. Pensé que eran sus ojos brillando en la noche. El bosque me pone un poco nervioso, esos lobos...en el monasterio me contaron terribles historias de lobos, lobos vampiro que no quisiera vivir... Vamos a Casi-el-Mar ¿si?- con un atisbo de esperanza en la mirada – Buena cena, bebida...¡Iremos por todo lo alto! Cama de lujo, comer fruta pelada en la cama...

El bárbaro se giró rápidamente aprestando su mandoble hacía donde indicaba su amigo Gliadel, con una sonora carcajada bajó su arma hasta el suelo y miró a su compañero.

- Eres un gran bromista Gliadel, por un momento te creí, casi me lanzo tras esas lascivas luciérnagas creyendo que eran un lobo.

Notando el nerviosismo del clérigo, tan poco acostumbrado a la naturaleza como él a las ciudades, trató de quitarle peso a la situación y hacer que se relajara un poco.

-Quien no ha escuchado esas historias que contaban las yayas para que te fueras a la cama, tenemos un explorador y un druida con nosotros, conocen la naturaleza, no debemos preocuparnos. Verdad Gliriel, Menzo...- Rakas revolvió el pelo de sus medianos amigos y miro a su nervioso amigo.-Tu invitación a esa taberna es inmejorable, pero piensa que tenemos cerca de cuatro horas hasta llegar... y quien sabe que podría asaltarnos por el camino mientras estamos cansados.

Sobresaltado por el grito del clérigo apunto raudo con mi ballesta y la bajo poco despues.
Este clérigo esta loco, nos va a matar de un susto
Tranquilo amigo, no creo que esos lobos sean mas peligrosos que el oso-lechuza y ya viste como acabamos con el, tranquilízate le dedico una sonrisa Por mi parte prefiero explorar la cueva, Menzo yo voy

La cueva, o más bien su boca, se encuentra en la ladera de una colina y a apenas unos metros del camino. La han visto solo porque la senda por la que caminan ha sufrido una breve elevación. La misma no es muy alta (ni la colina, ni la boca de la cueva) y probablemente solo es visible desde la pequeña elevación por la que pasa el camino y donde se encuentran en este momento. Sino queda tapada por los árboles. Delante de la boca de la cueva hay una zona libre de árboles, más bien rocosa, aunque con algo de tierra su alrededor.

Menzo comienza a observar el terreno en busca de huellas para hacerse una idea del tipo de animales que transitan por ahí, pistas de su frecuencia de paso y si la cueva es madriguera de algo o si la zona parece despejada. Aun así camina despacio intentando avanzar lo mas sigiloso posible hasta la cueva. Le dice a Dramir que se mantenga a cierta distancia y tenga los ojos bien abiertos y los oídos antentos.
Cuando se acerca lo suficiente a la cueva, mira desde lejos por si hubiera algo que le llame la atención.

El paso del mediano es totalmente silencioso. Poco a poco se acerca hasta la boca de la cueva y observa con atención el piso en busca de rastros. Aparentemente unas zarpas han pasado por aquí y se han adentrado en el interior... y otras han salido. Es dificil deducir si las últimas huellas son las que entran ó las que salen, pero que la cueva ha tenido movimiento es algo má que claro para sus expertos ojos.

Cuantos? Cuando? Que? son preguntas que no se anima a contestar dado que la cantidad de rastros hacen dificil decirlo con seguridad.

Sin embargo, la aguda vista del mediano le permite distinguir unos pelos en los árboles cercanos que le hacen suponer que los animales que se movieron por el lugar han sido lobos.

Me quedo a una distancia prudencial para evitar molestar al mediano mirando todo lo que nos rodea y tratando de escuchar algun sonido extraño.