- ¿Qué tiene de especial la primera? Parece como si se pudiese saltar las reglas que las demás seguís.
Karsten va interviniendo en la conversación haciendo algunas preguntas a lo que le contesta Elizabeth, o simplemente asintiendo y callando
- ¿Qué ocurriría en caso de dañar o matar a una de las damas?
Era la última parte la que más contradicciones causaba en el chico. Estaba claro que quería acabar tanto como los demás con el resto de aquellos que buscaban Utopía pero...¿a ese precio?...
- Entonces...¿Es tan "sencillo" como dice Arthur? ¿La única manera en que aparezca esa corona es que una gran cantidad de gente muera y media ciudad sea destruida? ¿No hay modo de evitar eso por completo? ¿De que Utopía no se muestre?
-Ella es... diferente, es solo una sensación que tuve al notar su presencia. Es poderosa, mucho mas que yo. Elizabeth no parecía molesta por reconocer la diferencia entre las dos, solo se quedó observando a Karsten durante unos segundos sin mostrar ninguna expresión en su rostro cuando formuló su segunda pregunta.
-Lo desconozco, ligamos nuestras esencias a la de nuestros candidatos así que si destruyes a una dama afectará a su candidato negativamente. Incluso si sus esencias están muy ligadas incluso podrías destruirlos a los dos... probablemente... Karsten empezaba a darse cuenta de que a pesar de todo Elizabeth parecía desconocer muchas cosas. Miró ahora con hastío cuando Karsten hizo su tercera pregunta y resopló.
-¿Cuantas veces necesitas oírlo?, por mucho que lo preguntes la realidad no va a cambiar... Se quedó parada de repente dándose cuenta de lo que acababa de decir, se llevó una mano al rostro cubriéndose los labios y rió levemente. Al parecer le había echo gracia su propio comentario.
-Ah perdona perdona. Ella se limpió las lagrimas de sus ojos con delicadeza.
-Utopía no es algo con voluntad propia Karsten, sois vosotros los candidatos que con vuestras acciones propiciáis que Utopía se muestre. Nosotras las damas estamos ligadas a los hilos del destino de Utopía y buscamos gente cuyos hilos sean próximos a los de Utopía. Es casi como un impulso, una necesidad que no podemos remediar. Si matas a todos los candidatos las Damas buscaran mas candidatos hasta que Utopía sea adquirida... así que quizás la única forma de hacer que Utopía no se muestre nunca sea destruirnos a nosotras. Sus ojos rojos brillaron por un instante y su sonrisa llena de malicia volvió a aparecer en su rostro. Aunque no creo que él lo permita.
Como respuesta las increpaciones de la niña, simplemente se encoge de hombros, espera a que acabe y continua preguntando, mientras lía un nuevo cigarrillo
- ¿Él? ¿Vuestro creador? ¿Él se mostraría llegado el caso? ¿Es poderoso? ¿Qué interés tiene en que todo esto Utopía, las damas y candidatos, sigan en funcionamiento?
-Ey ey... demasiadas preguntas de golpe. Elizabeth afiló la mirada ahora que Karsten parecía estar mucho mas interesado en lo que ella estaba diciendo.
-No se exactamente que pinta él en todo esto... el te diría que es solo un observador, una especie de arbitro. Je... quizás deberías preguntar a ese tontaina rubio y a la chica con el número en el rostro acerca de él.
- ¿Demasiadas preguntas que no sabes o no quieres responder? Si ellos saben algo les preguntaré...solo espero que se acuerden de que lo saben...
Al terminar el cigarrillo vuelve a ponerse en pie, empieza a estirarse y recoge una nueva flecha.
- Supongo que debería volver a entrenar si es que quiero aprender esto alguna vez - El chico suspira y toma aire, cargando el arco - Una última pregunta...de momento ¿Cómo puedo llamarte, Elizabeth?.
-Se poco mas que tú, como ya te he dicho parece ser solamente una especie de arbitro. Alguien que observa el devenir de los acontecimientos... pero como todo seguro que tiene algo mas que ver en este asunto. Ella dio unos pasos alejándose.
-Llamame como te plazca candidato, menos Eli. Solo había una persona a la que dejaba llamarme así. Su sonrisa pasó de la malicia a la melancolía mientras la figura de la pequeña iba desapareciendo. Cuando la niña se desvaneció no lo hizo así su presencia, la cual Karsten podía notar cerca de él.