Partida Rol por web

Después de revisar todo mira a Nox con curiosidad. No, mira a su mochila más que a él. Después se gira hacia los demás y dice -puede haber ido a cualquier lado, pero no demaziado lejoz en un bote...- su voz es pensativa y parpadea sorprendido cuando las palabras de los demás rompen la concentración de su hechizo y el hilo de sus pensamientos.

Creo... - añade pausadamente - que zi eztamoz ante alguien verzado en laz artez mágicaz necezitamoz a Nox ya que ez quien tiene mayor pozibilidadez de dezcubrir algo - mira directamente a Nox y señala su mochila con una sonrisa -loz raztroz de magia ze dezvanecen rápido. Tú lo zabez bien- su sonrisa deja al descubierto sus enormes colmillos afilados, no obstante parece que intenta ser diplomático- ademáz eze conjuro que lanzazte fue muy efectivo contra el ezqueleto.

Lo entiendo Kalimash y estoy de acuerdo contigo que su magia nos vendría muy bien, pero tampoco podemos forzarlo a venir si no desea hacerlo.

Además, el nigromante no es nuestra prioridad ahora, sea lo que fuera que estuviera buscando, es evidente que ya lo obtuvo y se lo llevó consigo o acaso no notaron que no había ninguna clase de ataúd o cuerpo en aquella cripta, lo cual es muy raro dadas las dimensiones de la misma.

Es evidente que vino bien por el residente de la cripta o algo enterrado con él. Así que mejor sigamos adelante y terminemos de ayudar al pueblo.

Suspiró, a punto de marcharse cuando el semiorco le sugirió, de una manera bastante amenazadora -aunque suponía que no iba con esa intención al "sonreír"-, que se quedara. Era cierto que sus poderes serían valiosos -al menos contra los esqueletos, porque contra los goblins había sido tan útiles como darse cabezazos contra un árbol intentando derribarlo-, así que asintió. 

- Está bien, me quedaré si me necesitáis, pero no tengo ganas de volver al cementerio. La cripta no tenía nada más que esos dos sacos de huesos andantes y la capa que llevo en la mochila - Con un movimiento lento, aburrido, puso los ojos en blanco mientras se encogía de hombros -. Lo mejor sería ir a ver al padre Zantus, él podrá decirnos que había allí que pudiera interesar al nigromante que organizó el ataque.

Las últimas palabras fueron dichas con retintín y una pizca de sarcasmo, en alusión al comentario del elfo de que aquél necromante no era su prioridad.

Sonriendo al hechicero, le dio una suave palmada en la espalda, satisfecho de que hubiera cambiado de opinión. - ¡Así se habla! Pretendía examinar el sarcófago pero es cierto que el sacerdote quizá sepa a quién -o qué- contenía. De todas formas, ¿os parece si en primer lugar miramos más detenidamente esa capa? ¿Quizá lo que dice Kalimash de buscar rastros de magia?

- Vale, pero después al sacerdote.

Tras un largo suspiro, se dejó caer, sentándose en el suelo húmedo, por la cercanía del río, y colocó su mochila delate suya, abriéndola para sacar después de entre sus cosas la larga capa que había recogido de la cripta. Él no había visto nada inusual en ella, pero bien podría ser mágica y ni se habría enterado, viendo lo hábil que era con aquellas cosas. 

Así que extendió la prenda hacia delante, para que la cogiera quien quisiera, y esperó a que tras la inspección pudieran ir finalmente al templo.

Tras examinar la capa durante unos momentos, se incorporó con el ceño fruncido y pasándose una mano por el pelo. Parecía decepcionado.

- Vale... he visto una capa como esta antes. En resumen: los dos esqueletos que abatimos procedían de ella. Y es un objeto de un sólo uso, ya ha perdido su poder y no lo puede volver a recuperar. Es sólo un trozo de tela.

Mientras los demas disertan sobre la capa, yo vigilo el panorama en busca de alguna señal de peligro o problemas.

- ¿Dices que provenían de ella? - Preguntó mientras tendía una mano para que le devolvieran la capa, decidido a echarle un ojo el mismo y, quien sabe, que secretos descubrir. - ¿Cómo es eso posible? 

La magia tenía facetas tan amplias, y él era tan poco diestro en ninguna de ellas, que apenas podía llegar a comprender como era posible de que una simple tela salieran dos esqueletos. Pero creía a Caedum, que lo decía con total seguridad, sólo necesitaba un por qué. 

Por supuesto, eso lo podían hablar mientras caminaban de vuelta al pueblo y la catedral, así que hizo un gesto para que le contara mientras andaban a su destino.

Le devolvió la capa a Nox, y ante su gesto, hizo ademán de empezar a caminar hacia el pueblo, esperando que los demás siguieran.

- Bueno, me temo que no sé darte tantos detalles como para que puedas reproducir el truco... Sólo sé que al ser creada los esqueletos quedan bordados en la capa, aunque sólo el creador puede ver esos bordados. Luego cuando le parezca un buen momento, puede hacer que se conviertan en esqueletos reales. No están bajo su control al salir, pero ese pequeño defecto debe ser fácil de corregir para un nigromante.

Interesante truco,  yo conozc otro, no tan elegante, pero igual de efectivo, colocas los huesos necesarios en un saco y cuando necesites usarlos, sólo lo vacías y los reanimas.

Es más ni siquiera necesitas cargar tu el saco, basta con conseguir a quien lo lleve por ti.

- Precioso. Pues con la capa ya tendrías quien te llevara el saco. ¡Y los del saco podrían llevar más sacos! Adoro a los nigromantes...

Yo no, pero he de reconocer que son expertos en desplazamientos de soldados. - concedo a Caedum.

En fin, mejor continuar, pues aún hay personas que necesitan ayuda.

La incredulidad era patente en su rostro ante aquella conversación, aunque tenía que aceptar que, de cierta manera, aquello le atraía. Las posibilidades de la magia que tan recientemente había descubierto de manera innata eran inimaginables, asombrósamente enormes. El poder para destruir a un muerto con un simple gesto, y levantar a otro con unas palabras. La fuerza para golpear a un enemigo en la distancia o freír a otro con un simple toque de la mano. Había tanto por descubrir que no tenía más límite que su propio cuerpo y mente.

Caminaba perdido en sus pensamientos mientras regresaban, sin intervenir, centrado en un futuro de grandes posibilidades.

Después de inspeccionar la capa y llegar a vuestras conclusiones decidís volver al cementerio por donde habéis venido. Al acercaros véis de lejos algunas antorchas por allí. Se trata del padre Zantus junto con el alguacil Cicuta y un par de guardias. Al veros llegar se dirige a vosotros el alguacil me alegro de que estéis bien, en el pueblo no queda en pie goblin vivo, ni siquiera el que atrapasteis vosotros, pero bueno después os cuento eso ahora hay algo que hemos descubierto aquí y que deberíais saber. El cuerpo del antiguo sacerdote del pueblo estaba enterrado en esa cripta os señala la cripta donde habíais luchado con los esqueletos estaba en un sarcófago que ahora está vacío y fuera hay dos esqueletos tirados en el suelo que no sabemos de donde proceden. No sé si sabíais algo de esto pero no creo que sea buena idea que lo sepan en el pueblo, ya están bastante escandalizados como para que se siga alimentando su miedo.

¿Porque iban a querer el cuerpo de un antiguo zacerdote?- pregunta el semiorco al alguacil- ¿Y que ha pazado con el goblin? Era nueztra forma de llegar rápido y fácil al ezcondite de ezaz zabandijaz.

Su tono no es precisamente amistoso, mas bien airado por los varios contratiempos al tiempo que se cruza de brazos marcando sus bíceps todo lo que puede, que no es poco.

Al escuchar lo ocurrido con nuestra fuente de información, no puedo evitar fruncir el ceño.

En verdad necesitabamos a ese goblin. Espero que tengan una buena explicación para su desceso. - digo parándome al lado de Kalimash.

La revelación del alguacil sobre la identidad del muerto, resulta más intrigante que reveladora. Sin embargo, escojo callar en lugar de preguntar, pues Kalimash ya había hecho la pregunta que rondaba mi cabeza.

Se echó una mano a la cabeza. El goblin estaba perfectamente atado, si había conseguido salir era como mínimo digno de admiración. Pero si no había escapado... En fin, habían dicho que luego lo explicarían. Quizá la gente empezó a llevar a los heridos al templo, lo vieron ahí, y la multitud acabó con él.

- Sí sabíamos... estuvimos aquí. Esos esqueletos estaban mucho más animados cuando llegamos. Luego seguimos el rastro del nigromante, que salió de la ciudad por el puente norte. Una vez fuera, giró al sur rodeando la ciudad a una cierta distancia hasta alcanzar el río, y huyó en bote. Hay que concederle que estaba muy bien planeado.

Se ha tomado muchas molestias para hacer todo esto y se ha llevado a mucha gente por delante. Que todo valiera la pena para conseguir el cuerpo de un sacerdote es... inquietante, por así decirlo.

¿Un nigromante? miró a Zantus preocupado esto no debe salir de aquí. La verdad es que no sabemos porque se han llevado el cuerpo de Tobyn. Respecto al goblin, bueno eso mejor os lo explica nuestro sacerdote.

El sacerdote se acerca algo más a vosotros Veréis, en cuanto os fuisteis empecé a desatarlo un poco para que pudiera andar y poder llevarmelo, a pesar de estar atado me dió un mordisco para soltarse y echó a correr, se tiró al agua cerca del embarcadero pero como estaba maniatado se ahogó. Intente recuperarlo pero sirvió de poco, se hundió en el agua antes de que lo alcanzara.