Partida Rol por web

- Bien caballero, pero me temo que no voy a poder dejarle pasar sin una orden judicial, no es por mí señor, es el dueño del local, no creo que le haga gracia esta situación tan... irregular.- dice acompañando al policía a la puerta y abriéndosela.- de todas formas señor, cuando vuelva con esa orden, gustoso le enseñaré mi tienda. Que tenga un buen día.

Cuando se marchó, miró por el cristal para perderlo de vista, y llamó al señor Levi:

- Señor Levi.- dice Frank nervioso.- ha venido preguntando la policía por el señor Henderson, y querían registrar la tienda. He podido largarlo pidiéndole una orden judicial, pero temo que vuelva en cualquier momento. Habría que sacarlo de aquí.

-No se preocupe, le sacaremos de ahí en seguida, señor Thompson. Pero tenga cuidado, es mejor que cierre la tienda ahora mismo. Me parece que ese agente puede volver.

Efectivamente, tal y como dice, escuchas un chirrido de neumáticos en la calle. Un coche se ha detenido frente a la tienda y se bajan tres hombres. Hasta ellos se acerca el agente que habló contigo. Charla durante unos instantes con los tipos y ves que señala hacia tu establecimiento. Luego el policía se marcha calle abajo silbando mientras los otros tres tipos se acercan a la tienda.

- De acuerdo.- dice colgando el teléfono, se acerca a la puerta, y disimuladamente, echa el pestillo y cierra todo a cal y canto.

Al llegar el coche, miró por la ventana, y abrió a los hombres cuando el policía se marchó:

- Buenas, que les ha dicho el poli?

Los tres hombres se miran entre sí en silencio cuando les abres la puerta. Te fijas en que uno de ellos se lleva disimuladamente la mano al interior de la chaqueta. El más cercano a la puerta te pregunta:

-¿Está aquí "El Dedos"?

- Pues la verdad es que los hombres de Panepinto se lo llevaron hace una media hora o así...- dice Frank con la mano apoyada en la puerta, esperando a que los hombres se fueran...

El cabecilla miró a uno de sus acompañantes.

-Ve a llamar por teléfono, cuéntales lo que ha pasado.

Luego se gira hacia ti.

-Nosotros vamos a entrar a echar un vistazo, apártese.

Entonces les cierras la puerta en las narices y te tiras al suelo. Inmediatamente los tipos sacan las pistolas y disparan contra la fachada de la tienda. Llueven cristales sobre ti cuando hacen trizas el escaparate y la puerta. La endeble entrada de tu establecimiento no les detendrá por mucho tiempo.

- Joder, joder, que me matan!- pensó arrastrándose en dirección a la trastienda, clavándose algún cristal. Pero eso no importaba. Importaba salir de allí.-

- Dedos, Dedos! Vienen a por ti, corre, a la puerta trasera joder!- dice corriendo hacia el hombre y llevándolo a la puerta trasera.

El Dedos corrió junto a ti hacia la trastienda cuando el tiroteo cesó. Una patada en lo que quedaba de la puerta les permitió entrar en la tienda mientras vosotros salíais al callejón trasero. Ambos empujáis un contenedor de basura para bloquear el acceso. Te sorprende la ausencia de sirenas de policía después del escándalo que habían armado. Seguramente el agente que habló contigo estaba a sueldo de esos tipos.

-¿¡Y ahora qué!? -te pregunta El Dedos asustado.

Solo se le ocurría una cosa, y ojalá tuviera suerte.

​- Ven, conozco un lugar donde nos pueden ayudar- dice moviendo la mano para que le siguiera al bar donde hacía unas semanas habían ido, y rezando para que alguno de los hombres que le habían llevado a tomar unas cervezas estuvieran por allí.

Corres por las callejuelas guiando al Dedos sin saber muy bien a dónde vas. A los pocos minutos descubres que te has perdido entre las estrechas calles del Distrito Portuario. Al menos has despistado a vuestros perseguidores. El Dedos jadea cansado detrás de ti con las manos apoyadas en las rodillas. Un poco más adelante la calleja desemboca en una calle más grande. Es de un sólo sentido y hay coches aparcados a ambos lados de la acera. Un grupo de jóvenes se encuentra sentado en las escaleras de uno de los portales.

Mejor... mejor que no te vean esos chavales, pueden reconocerte... toma mi sombrero...- dice Frank golpeando la espalda de El Dedos...- porque te querrán liquidar esos...-dice mirando al hombre.

El Dedos se puso tu sombrero y se alzó el cuello de la gabardina.

-Tenemos que encontrar un teléfono o salir de aquí ¿No tiene coche? Tenemos que conseguir un vehículo.

- Sabes donde está la casa de Panepinto? Podrías arrancar un coche sin la llave?- pregunta Frank nervioso.