Partida Rol por web

Después de despachar a tus clientes en el Black Rose tu solo, vuelves a tu apartamento a descansar de lo que ha sido un día largo y extraño. Ya en tu cama, esperas tener esta noche un reconciliador sueño, ya que el de la última noche era algo rarito.

Estás en el mar, en las profundidades del mar. Miras a todos lados y no hay nada, ningún animal marino. Cuando reparas que no estás respirando, te angustias, sintiendo como te falta llenar los pulmones de oxígeno. Pero algo hace que entres en pánico más rápido. Una sobra se ve a lo lejos y se acerca a gran velocidad.Cada vez que está más próximo a ti aquella sombra, ves que su tamaño es enorme y las corrientes marinas comienzan a arrastrarte hacia ese ser, a pesar de que intentas evitarlo a toda costa.

Cuando suena el despertador,despiertas sobresaltado, cogiendo una bocanada de aire. Miras a todos lados, sigues en tu apartamento, solo era otro sueño. Cuando vas a levantar, notas como tu brazo izquierdo apenas se mueve. Te cuesta mucho flexionarlo, tanto que apenas puedes hacerlo por completo. Pero extrañamente no te duele. 

Después de revisar la casa un par de veces, vuelves a la cama agotada. Ha sido un día duro y extraño, pero quizás algo revelador. Poco a poco te rindes a morfeo y quedas profundamente dormida.

Sueñas con un montón de niños, todos más pequeños que tú. Te piden que les leas cuentos, les cantes, les des besos. Todos ellos menos dos van con ropas que parecen animales. Estás en una especie de cueva, donde los niños duermen en hamacas y todo está iluminado por antorchas. Miras a los dos niños que van distintos al resto de niños, te miran triste por algo y no puedes evitar tener la sensación de que les has olvidado. Eso te hace sentir muy mal.

Despiertas al sonido de la alarma, un nuevo día comienza, junto con la posibilidad de seguir investigando el pueblo y lo que esconde. 

Terminas tu café en el Granny's y te despides del reverendo y de aquel niño que te dedica una sonrisa. Vuelves a casa analizando el día, al menos hoy no has tenido ningún paciente demasiado "raro". Aunque estaba aquella conversación con Mrg. Gold y su invitación a una negociación. Pero esta vez eres tú quien debe buscarle a él. Te preparas para dormir, mañana será un nuevo día en el hospital. 

Estás en el bosque de tu sueño anterior, escabullido entre unas malezas. Tensas todos tus músculos al ver lo que está ocurriendo. Es una pequeña aldea, los hombres de la Reina están interrogando a esa pobre gente sobre el paradero de un fugitiva. El interrogatorio es a base de golpes y humillación. Cuando uno de los soldados está a punto de golpear un anciano, una mujer se interpone, llevándose ella el golpe. Los hombres de la Reina la capturan y la llevan para ajusticiarla en palacio por alta traición. Es cuando te convences de que esta situación necesita un cambio.

Despiertas a tu hora, algo confuso por el sueño. La muchacha con la que has soñado te es familiar, te recuerda a Samantha, la jefa de enfermeras del hospital. 

Tu tio se marcha algo molesto contigo del Black Rose por verte con esa copa. Aunque en tu cabeza sigue aquella cancioncilla, no puedes parar de pensar en ella. Llegas a casa y decides ir a dormir, esperando que mañana se te olvide por completo. Entonces comienzas a soñar.

Estás en un hermoso jardín, con una gran mesa llena de teteras humeantes y tazas de té. Al final de la mesa ves a tres siluetas, cuando te acercas a ellas ves a un hombre con un sombrero muy grande, una liebre y un lirón, ambos muy bien vestidos. Te invitan a tomar el té con ellos y descubres que a cada cual está más loco. Después de algunas adivinanzas y groserías por parte de aquel hombre y de aquella liebre extraña, el hombre comienza a cantar una canción que te es familiar.

_{Brilla, luce, ratita alada,}

_{¿en qué estarás tan atareada?}

_{Por encima del Universo vuelas
como una bandeja de teteras.
Brilla, luce...
Un murciélago pasó
no sé donde se escondió}

Despiertas, más que por tu despertador, por las voces que se oyen fuera. Te frotas los ojos, aún adormilada y para colmo descubres, que esa canción sigue en tu cabeza. 

Después del Black Rose y el paseo, vuelves a tu casa, donde te esperan tu gata y el perro de William. Sin muchos ánimos, te dejas caer en la cama. Ha sido un día de mierda, donde han pasado muchas cosas. Cierras los ojos esperando que el día de mañana algo mejore.

Estás en una habitación y sientes odio por esas cuatro paredes. Siempre han estado ahí encerrándote contra tu voluntad. Pero no puede ser, tienes que escapar. Entonces una mujer muy anciana se acerca a ti, la miras con odio y temor e intentas alejarte de ella, pero no tienes donde escapar. Te sientes sola, muy, muy sola. 

Despiertas por la alarma, más cansada que cuando te echaste a dormir. Miras a tu lado y ahí está el pastor alemán, estirado a más no poder en la cama. Miras tu teléfono para ver si tienes alguna llamada, sobre todo del hospital, pero nada. 

Después de que Eileen se desmayase, su fiebre comenzó a bajar poco a poco por suerte. Mariam se retiró a descansar a casa y Smith ofreció su habitación para que Eileen descansase bien, el se iría al sofá a dormir. Cuando tu amiga ya estaba en la cama, fuiste a ver a Kida. El pequeño animal estaba ya mas tranquilo y te lamió los dedos cuando te acercaste a ella para acariciarla. Era hora de dormir, había sido un día largo y provechoso para ti. Habías descubierto muchas cosas difíciles de creer sobre este pueblo. Así que te tumbas en la cama y cierra los ojos para quedarte dormida profundamente.

Sueñas con un gran pasillo. El suelo y las paredes es de mármol blanco, muy limpio y pulido. La luz es blanca y cálida, pero no sabes de donde viene. A cada lado del pasillo hay muchas puertas, donde puedes ver nombres. Ves algunos conocidos, así que supones que son gente del pueblo, ¿pero a dónde llevan las puertas? Algunas personas que conocer no aparecen su nombre en ninguna puerta y algunos que si, tienen como un candado en su cerradura. Cuando vas abrir una puerta, algo te lo impide.

Despiertas por los lametones de Kida en tu cara. Te desperezas y comienzas a cambiarte. Escuchas como Smith te llama, necesita hablar contigo. 

Te encuentras encerrada en una jaula muy pequeña que te obliga a estar sentada. Te agobias y te enfureces, no deberías estar ahí. Comienzas a morder los barrotes, arañar y a moverte, totalmente llevada por la desesperación de salir de ahí. Entonces alguien se acerca, es un muchacho, más o menos de tu edad. Te dice que confía en ti y te abre la jaula. Sales lo más rápido que puedes y le miras agradecida. Pero no puedes evitarlo, te abalanzas sobre su cuello, desgarrando y arañando. Cuando te das cuenta de lo que has hecho, no puedes evitar llorar y salir corriendo de allí.

Despiertas sobresaltada, con el corazón latiendo a mil por hora. Cuando te percatas de tu entorno descubres que no estás en tu habitación. Entonces recuerdas lo ocurrido la noche anterior, como tuviste tanta fiebre y te desmayaste en casa de Dylan.

Duermes como puedes en esa cama tan dura y con tu ropa que es menos cómoda aún para dormir. Te preguntas como diablos has llegado allí y cuando podrás volver a casa. Se te encoge el corazón al pensar en lo desprotegida que has dejado a tu hermana ante una guerra inminente. Poco a poco el sueño te vence.

Sueñas con Arendelle tomada por Hans, una Arendelle que arde por el fuego de la guerra. Tu hermana está desparecida y lo que es tu reino dividido entre los herederos de las Islas del Sur. 

Escuchas como llaman a la puerta y una voz suena tras de ella. Es la mujer de anoche, avisando de que el desayuno ya está listo. 

Pasa un día más sin saber que hacer con Sean y sin poder hablar con la Alcaldesa. No sabes muy bien que hacer con él, pero el chico parece que te ha cogido bastante cariño. Después de cenar y de acostar al pequeño, te dedicas a tus oraciones y encuentras que necesitan que prepares el entierro también del señor Thomas Brown. Cansado decides ir a dormir.

Sueñas con Sean, parece que le estás enseñando algo. Estáis en mitad de un gran prado. El niño intenta hacer algo con las manos que están dirección a un montón de paja. Te mira frustrado y algo enfadado. Coge una espada de madera y se decide ir hacia otro lado. Miras como se marcha, algo defraudado. Entonces te das cuenta de que alguien te observa. Una mujer con el pelo largo, con una túnica negra. Sonríe divertida al ver tu fracaso.

Despiertas en un nuevo día, llamado por Sean que tiene bastante hambre. Le indicas al muchacho que espere y comienzas a arreglarte. 

Después de que Eileen se desmayará, comprobáis para vuestro alivio que su fiebre comienza a bajar y se encuentra mejor. Dylan dice que Eileen se quedará en su casa para descansar, así que decides retirarte a descansar. Llegas a casa ya algo tarde y piensas que mañana no podrás faltar a clase de nuevo ¿o si? Te preparas para irte a dormir y poco a poco eres vencida por el sueño. 

Estás en un oscuro y siniestro bosque. Pero no estás sola, hay un hombre contigo y eso hace que te sientas más o menos protegida. El hombre te empuja y dice que huyas lejos, lo más lejos que puedas o la próxima vez que te vea, te matará.. Ante aquella amenaza, sales corriendo y vuelves a tener esa sensación de que alguien te persigue, haciendo que corras tan rápido hasta caer agotada.

Despiertas algo alterada, por suerte ha sido un sueño. Cuando paras a pensar sobre el sueño, descubres que aquel hombre del sueño te recuerda al sheriff.

Después de volver a investigar en la Torre del Reloj, decides dar una vuelta por el pueblo, a pesar de que no encuentras nada interesante. Llegas a casa a descansar y a comprobar ambos polvos que encontraste en la torre. Son muy parecidos y a la vez diferentes. Decides ir a dormir, mañana será un día nuevo y podrás investigar más.

Sueñas con una sala muy bonita y bien decorada, digna de un rey. Estás tranquilo, con unos zapatos rojos algo feos, entonces escuchas algo que viene de fuera. Te asomas y encuentras unos seres horribles que van hacia tu posición. Con la rapidez que puedes cierras las ventajas y ves como esos seres arañan el cristal y comienzan a golpearlo.

Despiertas por un ruido de fuera, no sabes muy bien de que. Te pones en pie y te estiras, hay que comenzar un nuevo día.

Quedas con Jake debajo de la Torre del Reloj, comenzáis a buscar al doctor. El pueblo no es muy grande, pero hay mil y un sitios donde mirar y no hay señal de Sebastian. Comienzas a temer lo peor. Sobre las 7 y algo, veis como los habitantes que ya están en la calle listos para emprender el día, empiezan a hablar algunos alterados entre ellos. Hablan sobre la torre y algunos incluso se asoman curiosos a ver que pasa. Veis que un grupo que cada vez crece un poco más va para aquella dirección. 

En la calle se escucha gente hablando, algunos más alterados que otros. Lo único que conseguís sacar en claro es "Torre del Reloj". Veis que la gente comienza a ir a esa dirección, movidos por la curiosidad de saber que ocurre. Unos pocos, en cambio, no le da importancia y van a sus puestos de trabajo. 

Antye se incorpora de la cama un poco cansada, pues el sueño fue tan vívido que por un momento creyó estar ahí mismo. Se lleva una mano al rostro intentando esclarecer sus pensamientos y con aire distraído se quita la ropa para bañarse. Había tomado una ducha en la noche, pero cree que necesita otro de manera inmediata. Minutos después, más tranquila, se coloca unas ropa casuales: pantalón azul de mezclilla grueso y un poco largo, tenis cómodos con suela firme, una visera de color negra, una blusa de manga larga delgada color gris y una chamarra estilo cazadora de color verde oscuro y mangas negras; una mochila´discreta donde guarda una botella de agua, binoculares, vendas, curitas, alcohol, algodón, una linterna, una libreta pequeña, lápiz y el libro de cuentos envuelto en una bolsa; por último, en los bolsillos del pantalón lleva un poco de dinero, su móvil y las llaves de su casa.

La pelirroja se mira en el espejo y casi ríe cuando ve su porte de explorador. Le agradan las aventuras, eso no lo niega; sólo espera que no le ocurra algo malo. Antye sale de su casa en sigilo para no encontrarse con la jueza cuando escucha lo que ocurre en la Torre del Reloj. Intrigada, la joven sigue a los habitantes para saber qué ocurre, pues ella estuvo la noche anterior y teme que algo malo suceda ese día.

Quizás debamos volver a la torre. Lo que esta pasando puede tener algo que ver, o con algo de suerte lo encontraremos ahí.-  le sugirió, intentando batallar con el mal presentimiento que le revolvía el estómago.

Mira su reloj y se muerde el labio inferior - me temo que tengo que volver a comisaría, soy el sheriff en funciones hasta que Wolf se recupere, además de que la Alcaldesa quería hablar conmigo. Si descubres algo avisa pronto, facilitará las cosas- se despide de ti y marcha a la comisaría, dejándote sola.

Claramente, Jake no se había quedado a escuchar si tenía algo que decir al respecto, así que no tuvo más opción que dejarlo ir. Solo esperaba que el chico no compartiera demasiado con la alcaldesa, o tendría que lidiar pronto con un problema más.

Curiosa, se acerco a la torre, esperando encontrar alguna pista o respuesta.

Llegas a la zona y ves que hay cerca de unas 70 o 80 personas formando un medio círculo al rededor de la cera que da a la entrada de la biblioteca, que es la entrada a La Torre del Reloj. Ves como más gente se va sumando a esa multitud y algunos se tienen que poner de puntillas para ver que ocurre al otro lado. Cuando te acercas y miras que hay al otro lado encuentras un escena muy particular. Hay 3 hombres vestidos con una camisa blanca impoluta, corbatas rojas y pantalones con zapatos negros. Están posicionados como si fuesen solados, con una espada en mano y asegurándose que nadie se atreva a pasar. Detrás de ellos está el muchacho acusado de asesinato, que va con ropas parecidas a aquellos hombres, solo que la camisa es roja y la corbata negra. También lleva una espada, pero envainada y hay algo más en el muchacho, tiene los ojos y el tabique de la nariz amoratado, como si hubiese recibido un puñetazo ahí. A su lado, de rodillas se encuentra Sebastian, maniatado y mirando al suelo. Ves algunos rasgones y sangre seca en sus ropas. Al otro lado del doctor encuentras otro hombre como los primeros ya descritos, este se dedica a mirar que Sebastian no se atreva a hacer algo. Atrás de ellos, se abre la puerta de la biblioteca y ves como sale otro hombre vestido igual y detrás de él, la juez Nessa Aldrich, con una amplia sonrisa de triunfo. 

Me fui un poco preocupada ...Dejarla en ese estado....Pero por lo menos estaba mejorando y no estaba sola, la dejaba con Dylan.
Llegue un poco cansada así que me fui directamente a la cama y caí rendida,entre mi sabana y mi almohada suave.
Cayeron mis ojos y empece a soñar de nuevo, un bosque oscuro....Pero esta vez no estaba sola...había un hombre al lado mía, que me dijo que me fuera corriendo o me mataran... Cuando empece a Correr notaba que alguien me perseguían. Pero esta vez pude ver la cara de la persona que de una forma o de otra me quiso proteger ....

A despertarme agitada y sudosa, menos mal que todo era un sueño, pero yo dudaba que lo fuera... Ya pensaba que una parte de mi se iba al bosque mientras mi cuerpo dormía...Me puse la mano en la frente ...Me levante y me fui a la cocina a beber un vaso de agua...Deje el vaso de agua en la mesa de la cocina, pensado que el hombre que vi en el sueño era Sheriff ( Michaell)

Así que le deje un mensaje diciéndole que teníamos que vernos Urgente... Tenia su tarjeta de aquella vez que fui a la comisaria...

No estaba emocionalmente bien para poder dar clase a los niños... Así que dije que estaba mala.... Y que durante una semana no iría a clase.

Miro por la ventana de mi casa, miro lo que esta ocurriendo la gente impresionada por algo... Me cojo una coleta, cojo mi movil y las llave de mi casa, cerrando todo.... y me voy hacia el reloj... Algo estaba despertándose en el interior de Mariam y quería saber que lo que era, y podría ser que ese reloj tuviera la clave.