- Thlýddû thækka mólfakandi sonfernda dûferjana berjast jejnóvinûm sínûm finnâlltaf thrifsa thûsûnklíf jálfak joblinks jorks jmennk thafenjak miskûnn komdû aftûrtil mínákûren thûdeyrk! Thlýddû thækka mólfakandi sonfernda dûferjana berjast jejnóvinûm sínûm finnâlltaf thrifsa thûsûnklíf jálfak joblinks jorks jmennk thafenjak miskûnn komdû aftûrtil mínákûren thûdeyrk! Thlýddû thækka mólfakandi sonfernda dûferjana berjast jejnóvinûm sínûm finnâlltaf thrifsa thûsûnklíf jálfak joblinks jorks jmennk thafenjak miskûnn komdû aftûrtil mínákûren thûdeyrk!
Aesjammer está rodeado por una violenta jaula de rayos azules que le protege del enorme poder que se concentra en torno a él, acercarse en este momento sería letal. Con una última palabra lanza toda esa carga mágica hasta el golem, golpeándolo con fuerza y enkantándolo. El golem despierta, cobra vida y se pone en pie, brillando y mostrando el poder como corriente eléctrica y fuego azul entre las distintas piezas que lo forman.
- Siljammer, Aesjammer, kedáos akí kon dos jerreros. Fijilad el rûmok.
Al resto: - Fikskûlûm farâk! Skera thöfûk! Kájta Dûnin leika okkûrin thessak ferrikin!
¡En marcha! ¡Que Dûnin nos guíe en esta caza!
Admiro absolutamente lo que está haciendo el Ferjammer Aesjammer. Es impresionante ver un konstrukto entrar en acción, y más aun cuando es un gran golem de combate. Sólo había tenido oportunidad de ver algunos golems así, aunque un poco más pequeños, cobrar vida y encenderse. Los konstruktos , como Tiltán, eran conocidos por mi, pero muchos de aquellos especializados y preparados para la guerra eran algo poco hablado con aquellos que, aun en la jerarquía de la sociedad enana, estábamos en la parte inferior. Y aunque yo mismo había tenido la oportunidad de crear y usar konstruktos, impresionaba el cómo el Martillo de Hierro Bronce lo preparaba.
- Fyrir Dûnin, fyrir Anelûk, fyrir þá sem eru týndir! Réttlæti! - Respondí al grito de guerra del Martillo de Oro. Con mi espada en la mano, y el bastón a mi espalda, me puse cerca del Aurjammer, esperando sus indicaciones sobre mi función.
Asumo que en el resto estoy yo, como enano. Eynja no lo se.
Por Dûnin, por Anelûk, por los perdidos. Justicia.
No es Ferjammer quien lo hace, sino Aesjammer.
Tienes toda la razón, corrigelo tu si quieres, que yo no puedo.
Eynja os guía a través del bosque, cruzando algunos arroyos, a la ubicación del campamento de Erik van Hunden. La noche está cerca a terminar, y en las cercanías del campamento no encontráis nada, ni guardias, ni señales de actividad, nada. Al fondo de una hondonada hay un par de tiendas y una hoguera humeante, apagándose. Es como si el campamento hubiese sido abandonado hace muy poco. La ladera desde donde miráis el campamento está embarrada por completo, y un cadáver humano calcinado o algo por el estilo está tirado en el barro aquí arriba. No podéis ver mucho más a esta distancia.
Haz una tirada de Agudeza.
En el campamento quedaron Aesjammer, Siljammer, dos jerreros y el konstrûkto desactivado.
- Esto no estaba así cuando yo estuve aquí, Rupert. Algo ha pasado.
- ¿Ké prropones jacer Vitûr? Kierro fer kómo te defiendes en sitûación de kombate.
Parecía que acababan de dejar aquel lugar. Aquel momento era crucial. Aquel enemigo debía pagar, y yo quería hacer que pagaran, y que los enanos vieran el compromiso que tenía. Además, aquello podría ser un peligro para el Conclave, para la joya, o para la seguridad de los tres reinos.
- Kiero ver por donde se han ido, Martillo de Oro, para ir tras ellos y kastigarlos. Acerkémonos a ver ké ha pasado aki.
Me acerqué con cuidado al cadaver, para ver quien era, si tenía alguna pista. Indiqué con un gesto que Eynja viniera conmigo a examinarlo. Luego, dependiendo de lo que descubriera, bajaríamos al campamento para localizar pistas de por dónde habrían ido los sicarios de van Hunden.
Motivo: AGUDEZA
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+3)=13 [6, 4]
Examinas el cadáver, descubriendo que no ha muerto por ningún arma, ni tampoco por fuego. Su piel está arrugada, ennegrecida, su carne consumida, podrida, su cuerpo deshidratado, marchito. Algo así sólo puede ser causado por la corrupción, por la magia descontrolada.
El hombre no parecía un guerrero, sino un artesano, o un trabajador al servicio de alguien poderoso. Junto a él hay huellas, de unas cinco o seis personas más. Unas, de pies de humanos descalzos, se alejan hacia el bosque, y otras , de botas, descienden por el barro hacia el pequeño campamento.
Me volví hacia el grupo de los enanos, haciendole de nuevo un gesto a Eynja de que me siguiera. Mi cara estaba contrariada.
- Jammers, está kaûsado por magia negra. Algûien ha konsûmido a este desgraciado ûsando oskûros poderes. Lûego se ha ûnido al kampamento, pero otro ha ido al boske. - Miré a Eynja, y le dije: - ¿Has visto algo en partikular? En kualkier kaso, deberíamos visitar el kampamento. Eynja, rápido, acerkate al boske para ver la direkción de las otras huellas. - Dije, haciendo un gesto de que si no comentaba ella nada, debíamos bajar hasta el campamento, para ver si había alguna otra pista, mientras ella veía si las otras huellas tenían alguna marcada dirección hacia algún lugar, campamento... etc. Quizás llegábamos tarde.
En el campamento hay algunas armas y víveres, cosas útiles pero de poco valor. Atado sobre una mesa, degollado como un cerdo, está uno de los bárbaros que acompañó a Anwië al Túmulo. Y amontonados más allá hay cadáveres de unos esclavos. Hay más huellas, y todas salen en todas direcciones, como huyendo de algo, o alguien. En un pendón colocado sobre una de las tiendas encuentras el emblema del que podría ser el jefe de este lugar: Erik van Hunden.
Deduces que alguien atacó el campamento, pero no era un grupo numeroso, sino más bien pequeño. Alguien capaz de manipular magia, magia oscura, y alguien capaz de espantar al temido Erik y a sus hombres. La mayoría consiguieron huir, pero otros, tal como puedes comprobar, no.
-Por desgracia, jammers, tengo ke decir ke se nos han adelantado, aûnke no se kien podría ser. Entre los ke estamos aki, solo Anodiräs pûede hacer esta magia. Lamento no poder darles yo mismo el pago le merecen. --dije mirando a los enanos y expresando que allí y en ese momento, este campamento no nos molestaría más. Quizás Anodiräs había pensado lo mismo que nosotros, y había querido castigarlos. Cogí el estandarte, lo doblé, y lo guardé, para llevarlo como prueba al Conclave
-Vayamos a ver entonces y eliminar el kampamento de los ladrones, si os parece bien, Aûrjammer
- ¡¡Esos flakûchos elfos comejierbas se nos jan adelantado!! ¿Ké nos jan jecho esos ladrrones, Vitûr? ¡Defemos ir apor los elfos! ¡¡Kortémosles sûs jorejas!
- ¡¡Aûrjammer ja jaflado! ¡¡Kortaremos jorejas!!
Está a punto de amanecer.
Adquieres:
Tienes que dejar un objeto o entregárselo a alguien de tu séquito.
Levanté la mano, pidiendo calma, pero con autoridad.
- Atakar direktamente a los elfos podría terminar kon ûna gûerra, y no hemos venido a eso, no en ûn lugar sagrado, no dûrante ûn konklave ke está bajo aûspicios de path.- Miré con severidad. Aquello nos podría costar todo, incluso un conflicto diplomático
- Eynja debería ir, y pregûntar, parlamentar, en mi nombre, sobre lo ke ha pasado aki, si es ke saben algo. Ke hemos sido atakados, y ke si ellos han atakado este kampamento, keremos saber si tienen prisioneros, ke deseamos kastigar a los kulpables. Pero kithás, kithás... deberías llevar a mi amigo. - dije, mostrando a mi pequeño constructo, aunque no estaba seguro de que con esas emociones pudiera intentar activarlo.
Me aparté un momento para intentarlo, aunque lo hice con bastante poco éxito.
Motivo: kontrolar kongul
Tirada: 2d6
Dificultad: 13+
Resultado: 3(+5)=8 (Fracaso) [2, 1]
Amanece
Las primeras luces acarician la hondonada del bosque donde os encontráis. Podéis leer todavía con más claridad las huellas de lo ocurrido durante la noche, lo que confirma vuestra hipótesis.
Los enanos se detienen ante tu señal y la firmeza con la que acompañas tus palabras.
El Cónclave debe estar reuniéndose en estos momentos.