Partida Rol por web

- ¿Ké jacemos, Vitûr?

- ¡El Sol está naciendo, Vitûr! ¡Porr Dûnin! ¡Xejaremos tarrde al Kónklafe!

- Maldición, corramos al kónklave. Y vayamos todos jûntos, para indikar ke algo no está bien, ke graves akontecimientos han sûcedido esta noche. -Dije, al comprobar que estaba amaneciendo y que todavía estábamos lejos. - Ûna veth en el Kónklave expondré los hechos, y la gravedad de lo ke está pasando. No kiero ke por algo nûestra posición se debilite. Tû, Eynja, ve a ver ke okurre en el otro kampamento. Y ven a darme la información tan rápido komo pûedas. 

Ordeno viajar hacia el lugar del Cónclave, a prisa, sin pausa. 

Antes de ir hacia el Cónclave, miro hacia las espadas, al campamento destrozado. Reviso distancias, observo por si hay cosas extrañas. Algo se nos puede estar escapando. 

En el trayecto hacia el Túmulo notas algo, un murmullo, una perturbación en la alegre y melódica sinfonía del bosque. Algo se mueve entre los árboles, en la misma dirección que tú. Al 'observar cosas extrañas' te acercas prudencialmente. Cerca del primer campamento de Erik, el que estaba enfangado, hay otro, mucho más grande, y también mucho mejor escondido. Es tu afinado oído de bardo lo que te permite detectarlo. Descubres docenas de mercenarios afanándose por colocarse sus armaduras y afilar sus espadas. El estandarte de Erik van Hunden ondea, esas tropas pertenecen inequívocamente a él. Atado, amordazado, enjaulado, puedes ver al guardaespaldas de Tenebrïs, a la mole gigantesca y macabra que la acompañó al Cónclave. Junto a él, fuera de la jaula, una serena y oscura bruja, Amina Otnis, quien también acompañó a la Tenebrïs al Cónclave. Y junto a ella, al que debe ser Erik, erguido y dando órdenes furiosamente. Parece más un bárbaro que un general, más un salvaje que alguien civilizado, aunque igualmente temible. Su apariencia no corresponde a la fama que le precede ni a su nombre, por lo que deben ser sus atroces actos lo que le hayan procurado semejante reputación.

Benditas barbas de Dûnin, todo era una verdadera trampa. El otro campamento era un señuelo, y además, diseñado para dar una sensación de tranquilidad al haberlo vencido la Tenebrïs, y eso nos hubiera pasado si no hubiera tenido un oído tan fino y no hubiera querido echar un último vistazo. Mire con atención y discreción, intentando fijar todo en mi memoria. De hecho, éramos pocos para poder vencerles, por mucho que los enanos, y lo sabia, querrían hacerlo. Con silencio y delicadeza, me separé de mi escondite intentando no ser visto, dirección a dónde me esperaban los enanos. 

-Maestro Aûrjammer, hijos de Dûnin, akabo de ver ûn kampamento eskondido, dónde van Hûnden y Amina Otnis, la akompañante de la Tenebrïs, están preparando a ûnos mercenarios para el kombate. Tienen preso al gûardaespaldas de la Tenebrïs, pero sû brûja les akompaña. No se si Anodiräs está implikada, pero no hay tiempo de avisar, entiendo ke debemos atakar ahora, ke no están preparados. Son docenas, pero no están aûn listos, ni se esperan nuestro atake. Aûn así, deberíamos avisar al konklave y al kampamento, Eynja, corre, lleva el estandarte y pide ayûda. ¿Le parece, Aûrjammer? Somos pocos, y podríamos perder la vida...

- Ten cuidado, Rupert.

Eynja toma el oscuro estandarte y se despide con un beso en tu mejilla.

- Alafo tû falor, Vitûr Rupert. Para serr jûmano eres faliente y aûdath. Kada ûno destos jerreros fale porr feinte desos korrûptos, y kontamos kon el konstrûkto. No konocemos el miedo, Dûnin nos akompaña. ¡Atakaremos jûntos!

Los enanos están listos. Os acercáis al negro campamento de van Hunden guardando el sigilo que podéis, que no es mucho pues los enanos son ruidosos como pocas criaturas de este mundo. Pero sí que parece ser suficiente, pues el enemigo está demasiado confiado en su estrategia. Los hombres de Erik se preparan, y para nada esperan vuestra emboscada. Son más de medio centenar, eso sin contar con los oscuros secretos que pueden conocer tanto Erik como Amina.

De vuestro lado tenéis el factor sorpresa, la experiencia y el coraje de cuatro jerreros enanos, a Ferjammer y Aûrjammer, que por sí solos ya deben ser temidos, y al konstrûkto de batalla, capaz de arrasar él solo el campamento. Podría decirse que la situación está equilibrada. Estáis listos, los enanos te miran en silencio, en cuanto des la señal cargarán contra el enemigo.

Mostrando una enorme sonrisa: - A tû orrden, mi Vitûr.

Al despedirse Eynja, cierro los ojos un breve instante, imperceptible para todos excepto para ella. Es casi una sonrisa silenciosa, y asiento. - Tendré cuidado, de verdad. 

Luego, y contra todo pronóstico, los enanos, el konstrûkto y yo nos pudimos acercar sin ser detectados. La verdad, era unos de mis temores, pero lo hicimos con cuidado, y al final, era un acto de guerra, y no había nadie mejor que los enanos en aquello. Me llevé la mano al pecho ante las palabras del Aûrjammer, todo un orgullo para alguien que no fuera un enano. Los miré, y aunque vi la diferencia de enemigos, me sentí cómodo. 

Desenvaino mi espada, y la ofrezco, ceremonialmente, al enano, como símbolo de que estoy a su servicio, sabiendo que este gesto protocolario recuerda la jerarquía. Luego, comento: 

- Si me permitís esbothar ûna estrategia, Jammers, deberíamos, kûanto antes, eliminar a Amina y Erik. Konsegûir ke no ûsen sû magia ante todo. Y kithas liberar, si os parece, al prisionero, gûardian de la Tenebrïs. Podría ayûdar. Si os parece, atakar desde dos lados, y centrarse en eliminar a Amina y Erik rápidamente. El Konstrûkto debería ir en vangûardia, para ke se centren en él y poder atakar y eliminar a Amina y Erik. Eso desanimará al resto. - Les miro, esperando a ver sus indicaciones, correcciones, o adaptaciones del plan, con la espada dispuesta para el combate, pero el bastón cercano y dispuesto. 

Aûrjammer asiente, sin decir palabra. Ferjammer y sus jerreros sonríen sin mostras más expresión que la del deseo de entrar en combate.

Thömtûin acepta la espada, la gira sobre sí misma y te la devuelve, terminando así el gesto protocolario de jerarquía, y poniéndose él mismo bajo tus órdenes. Te mira fijamente y te sonríe. En sus ojos puedes apreciar el ardiente deseo de combatir.

Rápidamente, viendo la anuencia con el plan, empecé a dividir las fuerzas:2 jerreros, el Ferjammer y el Konstrûkto atacarían por un lado, creando uno de los lados de la pinza, y por otro lado, por sorpresa, cuando ya estuvieran allí enzarzados, los otros 2 jerreros, el Aûrjammer y yo mismo atacaríamos creando el otro lado de la pinza, en una maniobra envolvente, que podría apresar a los enemigos: - Como el yûnke kon el martillo, Aûrjammer, los aplastaremos. - Teníamos, además, la función de intentar eliminar con rapidez a los dos líderes de los enemigos. En cuanto estuvieron preparados, di la orden de que los que hacían de yunque atacaran, con el kontrûcto a la cabeza, y para cuando todos se volvieran hacia allá, el martillo percutirá. 

Los enanos jerreros corren tras el konstrûkto y cargan hacia el enemigo gritando y rugiendo. Tomado completamente por sorpresa, los hombres de Erik no consiguen reaccionar debidamente, para vuestra ventaja. La mákina de jerra enana destroza toda una unidad en pocos segundos, diez mercenarios son lanzados por los aires y mutilados sin que apenas puedan qué es esa enorme cosa que acaba de salir del bosque. Ferjammer no se queda atrás, y él solo consigue mermar la mitad de otra unidad. Los dos jerreros luchan juntos y cortan varias cabezas antes siquiera que alguien les plante cara. Erik ruge desde la retaguardia, y ordena a sus hombres organizarse y lanzarse al combate. Amina permanece quieta junto a él y parece concentrarse.

La primera parte del plan está saliendo bien. Al instante, Aûrjammer y tú os lanzáis por el flanco, aprovechando la distracción que Ferjammer está creando más allá a vuestra izquierda. Una unidad se interpone entre vosotros y vuestros objetivos principales. Aûrjammer carga, seguido por los jerreros. La bruja Otnis te ve, y fija su mirada sobre ti.

Bien, el plan está saliendo bien. Pero Otnis me ha visto. Y creo que intuye que es mi objetivo principal, pero por desgracia uno de sus mercenarios se coloca entre nosotros. Ha llegado la hora de mostrar al Aûrjammer mi valor también fuera de la diplomacia y el engaño... Rápidamente, casi con movimientos de baile, giro, esquivo, golpeo y empujo; pasos y movimientos, muy diferentes a los de los enanos, que son directos y duros, de frente.

Sin embargo, en ese momento, las diferentes formas de luchar parecen más que efectivas, y la mía definitivamente hace que los mercenarios que vienen a por mi no saben por dónde muevo los pies y deslizo mi cuerpo, mientras golpeo con elegancia con la espada, derribando al rival que no ha visto por dónde la espada le ha dañado. 

- Börn Dûnin! Tími til að hamra óvininn! - Digo, haciendo referencia al plan, viendo cómo los enanos están cumpliendo cómo decían, como más que 10 mercenarios cada uno. Miro a Otnis, y digo: -Þú verður að hlaupa áður en ég undirbúa álög - Digo a los enanos cerca mía. 

Tu ataque es devastador para los hombres de Erik. Sorprendes a Aûrjammer con tus habilidades en combate, y guiados por ti, el maestro y los dos jerreros arremeten contra el grupo de mercenarios, eliminándolos de un sólo asalto. Infundes valor y coraje en tus kamaradas, quienes responden con bravura. Rápidamente conseguís llegar hasta Amina, quien está pronunciando unas palabra mirándote fijamente a los ojos.

Al otro lado, en el "yunque", el enorme konstrûkto sigue barriendo y golpeando sin cuartel, aunque los dos jerreros parecen estar en problemas y uno de ellos cae. Ferjammer y Erik se han trabado en combate singular, ambos parecen muy igualados.

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