Partida Rol por web

Eva guardó el minicomputador en un bolsa situada a su costado. Lo cerró lo mejor que pudo y lo ciñó a su cintura. Ese era el seguro para salir de aquel cementerio.

No le había gustado la forma en la que Akor había cortado la comunicación, y todo había sido culpa de Dekel. Como no. – Hubiese sido mejor que tú hubiese muerto y no Ace.- se limitó a decir con desinterés tras ponerse en pie.

Y era verdad. La forma de actuar de Dekel siempre le había parecido propia de un idiota. Mostraba un tremendo desapego hacia la vida de sus compañeros, solo se interesaba por sí mismo y muchas veces ni siquiera. Bromeaba tanto con los temas importantes como con los triviales. Le daba igual. Aquello había parecido cambiar cuando encontraron al jefe con un arma apuntando directamente a su cabeza. Dekel se había mostrado dispuesto a arriesgar su vida ofreciéndose como rehén. Sí, sí, tenía un plan, pero aun así había cierto riesgo que había estado dispuesto a correr... Daba igual, había sido un gesto, nada más. Dekel seguía siendo el mismo, no había cambiado.

Salió a la calle tras el gamorreano. Cuanto antes dejasen atrás aquel planeta, mejor.

Nos dirigimos hacia la cantina, y no paro de observar a todos lados.
Tengo la perpetua impresion de que nos estan vigilando. Claro no que no puede ser de otra manera. Ahora el imperio y los rebeldes habian entrado en la ecuacion, para bien o para mal.
Tendria que acostumbrarse a esa extraña sensacion visceral de que algo andaba mal.
Ademas la tension del grupo parecia ir en aumento.
Le molestaba sobremanera que cada cual se considerar inprescindible, pero lo cierto es que nadie tenia derecho a nada. Y mucho menos a imponerse a los demas. Nunca habia sido un grupo. Solo un puñado de personas con intereses comunes, y eso los hacia peligrar como equipo. Pero siendo sincero consigo mismo, lo cierto es que habian salido casi siempre bien de todo, asi que tan mal de debian de funcionar.

Espero que salgamos de este pedazo de mierda, y no nos metamos de lleno en uno peor.

Miro a sus espaldas. Los chicos le seguian. Todos ivan al mismo lugar, y sin embargo cada uno actuaba como si fuera solo. Tenia su gracia, pero no iva a reirse por eso. El tambien tenia un objetivo, y ese era solo para el.

¡Joder! A ver si nos vamos de una vez, antes de que los imperiales nos descubran.

Me gusta este grupo, cada uno a su bola, nadie se preocupa por nadie y lo que le pase a cada uno, se la suda a cada otro.

Pero cuando luchan juntos... eso es distinto... todos darían la vida por cada uno y cada uno por la de todos... o al menos así erá cuando los conocí...

Llegáis a la cantina y encontráis un poco más de morralla de la habitual. Se diría que hay peor gente, todavía, que las demás veces que habéis estado. Vaya cloaca.

Rápidamente encontráis a un defel que os mira desde lejos, y que al veros se dirige, disimuladamente, hacia fuera de la cantina, pasando por al lado vuestra, pero sin ni siquiera miraros. Estáis los seis dentro del antro, y recordáis las palabras de Akor. Discreción, sí, eso era, discreción.

¿Qué hacéis?

El tipo me parece bastante decidido, y esa mirada que nos ha echado... bueno.

Me acerco a la barra de la cantina, y me pido una copa. Lentamente, tanteo con mis manos que todas mis armas estén en su sitio y listas para ser desenfundadas ante cualquier problema, mientras observo de reojo lo que hacen mis compañeros. Siempre es bueno tener a alguien cuidando las espaldas.

Ponme una de esos líquidos verdes. Le digo al barman mientras le suelto el dinero exacto para la consumición.

Tilak sale discretamente detrás del Defel.

Dekel se va para la mesa de Sabacc más cercana, haciendo un gesto a Gurmok para que le acompañe.

Kal se busca en los bolsillos. Toca en el hombro a Gurmok y sale hacia afuera.

Me he dejado algo en el aerodeslizador. Pideme algo para beber vuelvo enseguida.

Sale del local, con prisa, y se dirije al deslizador en el que vinieron. Dejando un poco atras la cantina.

La sigues teniendo.

Entro en la taberna, y ante la orden de Defel, asiento con la cabeza y le sigo, acompañado de Tilak.

Dekel parece que está decidido a irse con el gamorreano, pero al final también le dice a Rudd que le acompañe.

-Pero a ver, tios ¿No estareis pensando en serio en apuntarse a ese rollo, verdad? -les dice, de camino a la mesa- Mierda, si yo estuviera desesperado o muerto de hambre también lo haría. Pero no con el super-negocio de contrabando que nos podemos montar aquí si nos quedamos ¿Eh? Además, no espereis ser allí otra cosa que simples matones a sueldo a los que mandarán a las misiones más suicidas donde no quieran arriesgar a su propia gente. Joder, si es que ni siquiera os van a pagar. Seguro. Os pedirán que lo hagais todo por el amor a la patria y por la igualdad y la fraternidad y que el dinero es necesario para cosas más necesarias.

Dekel se encoge de hombros, sin comprender.

-¿Sois conscientes de que con todo lo que tenemos podemos montar nuestra propia empresa? Si nos quedamos, podemos llegar a ser gente importante aquí. Tenemos todo lo necesario para empezar. Reclutamos a cuatro capullos más, y continuamos exactamente donde lo dejamos. Solo que ahora los beneficios serán para nosotros y no para esa mierda benéfica en la que estábamos metidos. Miles y miles de créditos nos están esperando, tios. Quedaros conmigo y ya vereis como todo lo que os digo es verdad ¿Qué me decís?

Tilak y Kal salen de la cantina, cruzandose antes con dos tipos, una mujer y una unidad R5 que entran. Rudd se va a la barra, y Dekel y el gamorreano van a una mesa de Sabbacc, hablando de algo por el camino. Eva se queda allí en medio, un poco fuera de lugar, cuando el cantinero se dirige al grupo que acaba de entrar.

-Eh, ese androide fuera de aquí. No servimos a tipos raros. A la calle!

Salís fuera y el Defel os hace señas para que le sigáis a un callejón, vosotros le hacéis caso y cuando llegáis os dice:

-Soy Lak Sivrak. Dadme la célula.

Mientras dialogáis vais llegando a la mesa de Sabbacc, donde están jugando dos humanos, un ithoriano y un extratarrestre con cara de mosca bastante mosqueón.

Hum... es interesante lo que propones, Dekel. Pero... ¿de cuanto dinero estamos hablando? Le digo susurrando a Dekel mientras miro al Gamorreano.

Sabes que a mi solo me mueve el dinero, y me da igual que sea contigo en esta mierda de planeta o allá en el espacio. Por lo menos, aquí seré mi propio jefe y no tendré que rendir cuentas nada mas que a ti, lo cual me resulta... digamos... aceptable.

- Soy Tilak el es Kal. La célula la tiene Dekel, que se ha quedado dentro de la cantina.

Antes de nada, parece que Dekel no está muy seguro de querer unirse a la Rebelión, siempre ha sido un cazarecompensas y su idea original tras morir El Jefe era quedarse con la base del desierto y dedicarse a asaltar caravanas, por lo que quiero dejar muy claro que Dekel habla y actua por si mismo, no por los demás, al menos no por mi.

Aunque la célula la conseguimos entre todos parece que se cree su dueño y ya sabes que intentó negociar su venta, no se si juega a dos bandas o de que vá porque lo último que dijo es que la entregaba voluntariamente. Yo he preferido dejar las cosas como están por no buscar bronca, pero probablemente si hubiese insistido en querer venderla hubiesemos acabado a tiros.

Por cierto, supongo que sabes que Dekel le ganó una pasta a Greedo y me da la impresión de que el rodiano busca la revancha, te lo digo para que si ves que aparece nos avises porque no nos conviene que el que tiene la célula encima se meta en follones con la gente de Jabba.

¿Entramos y acabamos con esta chorrada de una vez?