Partida Rol por web

Tras la reunión con Doji Gisaku fue conducida a una salita del té donde aguardó a que la llevasen con los dos Bushis recomendados, el tiempo pasó tan lentamente que la taza de té que se preparó hacía tiempo que se encontraba vacía y los posos se encontraban secos, nadie había ido a recogerla.

Cuando parecía que su existencia había caído en el olvido la mampara se abrió.

-Konnichi-wa Natsuki-chan. -Saludó con una reverencia mientras se disponía a presentarse- Soy Daidoji Miyako capitana del escuadrón de Shinsegumi*. Espero que vuestra espera haya sido tan efímera como la flor de un sakura. -La comparación era algo que fuera de los círculos grulla nadie habría podido contemplar, además el color de las flores sakura rendía memoria al cabello de la invitada-. ¿Podrías seguirme por favor?

Mas efimera aún, Miyako-chan , que eso no perturbe tu pensamiento. - y se levanta y comienza a caminar con delicadeza y seguridad

- Quiero conocer a esos samurais, son parte de tu equipo ?- pregunta mientras sigue los pasos de la Bushi

-Sí, justo nos están esperando en los alrededores del viejo caserón incendiado, allí hicieron una redada contra partidarios del Sonkei kōtei, una secta extremista que operaba contra el shogun.

Tras recorrer un par calles no tardaron en llegar a la zona antes mentada, los alrededores se encontraban cortados al paso de público. En el centro se encontraban varios cadáveres alineados y junto a éstos dos grullas.

El viejo caserón ardió durante lo que restaba de día y ahora sólo quedaban los restos calcinados de la imponente construcción, cualquiera que viera el resultado diría que la raíz de la corrupción había sido extirpada cuidadosamente. Poco después llegaron los restantes miembros del escuadrón que se encargaron de revisar los alrededores así como de controlar la situación evitando miradas curiosas, pero ni rastro de la superior.

No hubo que preguntarse demasiado por la ausencia de ésta, tras echarse dos grulla cediendo el paso apareció Daidoji Miyako seguida por una joven que poco tenía de bushi. Aquella acompañante contrastaba en aquel lugar de destrucción.

Cuando se puso a la altura de los dos grullas se dirigió a ellos sin fluorituras ni ceremonias:

-Toshiro-san, Yasuki-san. Quisiera escuchar el informe.- Preguntó mientras recorría con la mirada el lugar así como los cuerpos cuidadosamente alineados.

El fuerte olor a quemado que provenía del caserón seguía haciendo acto de presencia a pesar de que el fuego ya había sido calmado hacía varias horas. Toshiro permaneció a la espera junto a su compañero mientras, poco a poco, veía como se acercaban a ellos dos personas. Cuando estuvieron algo más cerca pudo identificar a Daidoji Miyako acompañado de una mujer que parecía tratarse de clase social alta, probablemente de la nobleza.

Una vez llegaron junto a ellos Toshiro hizo una leve inclinación con la cabeza a modo de saludo y escuchó atentamente lo que quería de ellos la capitana.

-Si a Yasuki-san no le importa, me gustaría ser yo quien le describa lo ocurrido, Daidoji-sama - Sabía que lo que tenía que decirle no la complacería en absoluto debido a las numerosas bajas que habían sufrido, así pues, decidió que debía ser él quien tomara toda la responsabilidad - Dispusimos nuestras tropas frente al caserón y dimos un aviso de depositar las armas. Sin embargo los rebeldes se negaron, por lo que decidimos hacerles salir prendiendo fuego al caserón. Pero esto no amedentró a nuestros rivales que salieron de allí y cargaron contra nosotros con toda la fuerza que sus fanatismos les otorgaban - Hizo una pequeña pausa mientras repasa los cuerpos colocados en fila uno a uno - Muchos de los nuestros murieron y algunos resultaron heridos gravemente pero conseguimos vencerles y desmantelar esta trama..

Había un dato que decidió ocultar de momento ya que no creía conveniente difundirlo sin estar seguro de lo que significaba y esperaba poder hablarlo personalmente con el Daimyo.

Natsuki se mantuvo a un lado de la capitana, a una distancia pruedente de los cuerpos que comenzaban a descomponerse. Su mirada estaba atenta al joven que estaba hablando, sus modales, sus palabras y sus silencios, su valor y su dolor. Asintio levemente al percibir el honor de este hombre.

Cuando èste termino de hablar dirigió su mirada al Yasuki, y se mantuvo en silencio.

Toshiro se había adelantado a explicar lo sucedido. Quizás de una manera demasiado sincera y siempre cargado con la responsabilidad de la misión. Si esta hubiera salido a la perfección no me hubiera importado que él se llevara todo el mérito  pero que hayamos sufrido tantas bajas a causa de mi plan y que el cargara con la responsabilidad no era algo que me gustara.
Tendría que dejarlo correr ahora no era conveniente interrumpir para cargar con la culpa podría interpretarse erróneamente.
Cuando por fin Toshiro acabo su explicación sonreí ligeramente, al ver que pese a la excesiva sinceridad de sus palabras, había evitado contarlo todo. Parece que al final sí que voy a ser una mala influencia para él.

Cuando la joven Doji clavo los ojos en mi me vi obligado a intervenir.

-Así fue, señora.

"Cuando un Doji está delante cuida tus palabras, cuando está detrás cuídate de las suyas." Eso fue lo que me dijo mi abuelo y no lo había olvidado

Natsuki mira a la capitana y con un tono delicado le dice - Miyako-chan , si me permite - respetuosa de la correcta etiqueta que siempre debe guardarse.

Es una mujer joven, de pelo color plata, finas ropas y delicados modales. La sonrisa con la que hablo a la Daidoji se va perdiendo a medida que se dirige a los dos bushi - Yasuki-sama, Toshiro-sama, no quiero demorarlos con formalidades innecesarias en este momento, ya habrá tiempo para eso cuando los interrogue en privado, pero me atrevo a preguntarles si todos los partidarios del Sonkei Kötei que estaban en la casona han encontrado la muerte o alguno de ellos quedó con vida? - su tono se volvio severo, casi no se diferencia del que uso la capitana minutos antes - Doy por hecho que ninguno escapo - 

-Puedo aseguraros, Doji-Sama - Contestó Toshiro - que todos los rebeldes que se encontraban dentro del caserón en el momento en que nosotros llegamos están ahora mismo muertos - Hizo una pausa a la par que ponía su cuerpo lo más firme posible intentando demostrar confianza y seguridad en sus palabras - Al llegar nos colocamos en la salida del caserón bloqueando toda vía de escape. Los únicos que tuvieron el valor de enfrentarse a nosotros se encontraron con nuestro acero.. los que no, murieron quemados en el interior del caserón. Es totalmente improbable que alguien haya conseguido escapar de allí.

-Aquí-. Gritó alguien en la parte posterior.

-No, no, suéltame maldito. - Respondió una voz mientras varios de los recién llegados corrían a reducirle. Era apenas un muchacho según pudieron comprobar el cuarteto allí reunido cuando fue traído en su presencia.

-Parece que vuestro informe no es del todo preciso.- Susurró con una sonrisa la superiora de aquel dúo.

-Habla, traidor. ¿Eres del grupo que se hace llamar Sonkei kōtei? -La voz era gélida y glacial.

-Maldita zorra a quién llamas traidor. El shogun es el traidor, él reclamó los poderes del descendiente vivo de Amaterasu como pr... -Una patada repentina de la interrogadora le silenció. 

-Un sí era suficiente. -Respondió sin mirarle. -¿Algún detalle más en la historia que os gustaría corregir?

Natsuki mira fijamente a Toshiro, su cara es inexpresiva, luego da unos pasos hacia atras, y gira para mirar el humo de la casona, aunque sus ojos no parecen estar atentos a nada en particular.

Que un rebelde hubiese logrado escapar sin que se hubieran dado cuenta era algo imposible de concebir para Toshiro, es por eso que al escuchar el griterío y ver al rebelde siendo arrastrado hasta ellos una sensación de sorpresa y confusión hizo acto de presencia en su inmutable espíritu. Sin embargo, su lenguaje corporal seguía firme, sin demostrar ningún síntoma de perturbación, a la par que resistía la mirada de Doji sin pestañear en ningún momento pero con expresión calmada y para nada desafiante.

Sabía que había sido un error grave que podía tener fuertes repercusiones y aceptaba todo castigo que se le fuera a imponer. El hecho de no decaer haría demostrar el honor y la firmeza de su espíritu pasase lo que tuviese que pasar.

En cuanto la cortesana desvió la mirada hacia el caserón, Toshiro observó y analizó por primera vez al rebelde. Sin duda, se trataba de un joven que improbablemente tuviera más de 18 años. Verlo prisionero a tan corta edad le hizo sentir lástima y compasión, sobretodo al saber el duro interrogatorio que le esperaría en los próximos días.

Si hubieses luchado con valor como tus compañeros no estarías en esa situación y podrías haber tenido una muerte más honorable..

Luego miró de reojo a Yasuki. ¿Qué pasaría por su mente? ¿También estaría sorprendido de ver a ese rebelde con vida como lo estaba él mismo?

Sabia que era más sabio medir las palabras en presencia de un Doji pero mi amigo Toshiro parecia no tener los misms prejuicios cuando. Aseguro que nadia habia sobrevivido y volvio a describir nuestros actos en la lucha. La aparicion de aquel muchacho dejaba en entredicho toda la mision. Lo mas provable es que se escondiera al vernos llegar quizas era un esplorador o un vigia que no pudo avisar al resto y se escondio durante el ataque. Bueno ahora m toca a mi sacar la castañas del fuego.
- La diosa fortuna bendice nuestra mision. Pese a nuestros esfuerzos por capturar vivos a los rebeldas creiamos no haberlo conseguido. Los ddioses recompensan nuestros esfuerzaos ahora si podemos considerar todo un exito la mision y como heroes a nuestros caidos

Natsuki desvia su mirada hacia el prisionero cuando Yasuki habla sus palabras, y lo observa detenidamente.

Luego da unos pasos adelante, se pone al lado de la capitana, cierra el abanico que tenía entreabierto y lleva sus manos hacia atras de la cintura, dejando entrever su Wakisagi con el estandarte grulla - Indudablemente las fortunas nos han sonreido nuevamente, Miyako chan, vuestro equipo arriesgo sus vidas por nuestro Shogun y no solo logró desmantelar la operación sino que consiguió un prisionero. Lamento sus perdidas pero envidio la suerte de esos guerreros, que perdieron su vida con honor, y la habilidad de los que sobrevivieron me muestra que estan a la altura de lo que he venido a buscar. Una vez mas el Shinsegumi ha logrado su cometido a la perfeccion - y se inclina levemente hacia la capitana, en señal de respeto.

Al girar su rostro hacia los dos bushi, los mira con una sonrisa, pero no parece indicar amabilidad, mas bien parece perece indicar un disfrute por vernir .. una vez que un Doji da un regalo, tarde o temprano le regresa...