Partida Rol por web

"¡Yo no he hecho nada!" — grita el hombre en pánico mientras sus manos tiemblan al agarrar el cuchillo. Es evidente que, por mucho que intente poner un tono bravucón, no ha blandido jamás un arma — "¡Les juro que no haría daño ni a una mosca! Yo..." — cae de rodillas y suelta el cuchillo. Se cubre la cara con ambas manos, y se encorva casi en una posición de llanto — "Cuando me desperté estaba con este cuchillo en medio de la plaza del pueblo... ¡No recuerdo nada! ¡Tienen que creerme, soy inocente!"

El hombre se lanza a vuestros pies suplicando piedad y clemencia en una sumisa muestra de miedo.

La joven observó a ese hombre y escuchó la desgarradora historia del hombre, su reacción parecía natural ¿despertó en mitad del pueblo y no recordaba nada?

- Tus palabras son desconcertantes, llevas sangre en tu cuerpo así que algo ha sucedido aunque te doy el beneficio de la duda, quizás te tendieron una trampa.

Por no hablar de la posibilidad de que lo hubieran dominado mágicamente, o incluso algo más banal como que le estuvieran gastando una broma pesada.

- Yo me llamo Sigyn Bielke, querría saber más de lo sucedido y no tengo especial interés en entregarte al alguacil salvo que seas culpable de algún crimen.

Miró hacia los demás miembros del grupo, pensando en que la situación se iba enrevesando y la inquisidora no tenía claro que tuviera relación salvo que esta persona fuera el ayudante de Lorrimor o hubiera asesinado al ayudante de Lorrimor. Ahora sintió una punzada de temor creyendo que la Vía Susurrante sí podía estar extendiendo sus tentáculos negros, mas mejor sería no anticiparse sino buscar un camino que les llevara a la verdad. Decidió que había que seguir investigando.

- Dinos amigo, ¿cuál es tu nombre?

El ayudante del profesor se llamaba Conrad, como el amigo de Audrey perecido hace cinco años, eso esperaba que fuera una mera coincidencia. Sigyn miró al resto para saber si su forma de pensar era parecida a la de ella, el hombre estaba en una pésima situación.

Había visto esto algunas veces, una especie de transformación o estado en el que la víctima actuaba bajo la influencia de un encantamiento y luego no recordaba nada. La última vez se trataba de un lobo, un hombre para ser exactos que asumía la forma de la bestia, pero no se le pudo encontrar culpable porque no era consciente en el momento del impulso.

Te creo, y posiblemente el alguacil también si puedes justificarlo. O al menos si eres capaz de demostrárnoslo a nostros y podemos hablar por ti. No conocía al resto de sus nuevos compañeros pero intuía que todos tenían el mismo espíritu y no iba a ser fácil que se asustasen o no creyesen en algo por el mero hecho de no poder verlo.

¿Despertaste antes o después de esa explosión? ¿Y qué recuerdas de antes?

El único modo de descubrir algo era analizarlo a conciencia y cualquier pista era valiosa.

Audrey da un paso atrás y deja que Sigyn y Reen tomen la delantera al hablar: Estar cerca del hombre ensangrentado con el cuchillo no le hacía particularmente gracia, después de todo.

Se queda pensativa. Nunca ha escuchado de nada similar... pero tampoco le resulta absurdo. Están pasando cosas muy extrañas...

-No creo que haya forma de... demostrar que no recuerda nada...- comenta Audrey ante la sugerencia de Reen. -Pero... Pero no creo que esté mintiendo.

El hombre os mira anonadado, puesto que en lugar de la actitud acusadora que esperaba, se encuentra comprensión, por lo que se relaja levemente y se calma lo suficiente para explicar:

"E-Edgar, me llamo Edgar. Edgar Crowe... N-no recuerdo nada, yo me fui pa' dormir como cada noche en mi choza y de repente, una explosión me despertó... Solo que no estaba en mi choza, estaba en medio de la plaza del pueblo lleno de sangre y con una faca en la mano... Y to'l mundo saliendo a la calle, pues ahora se van a pensar que soy un asesino o algo... Salí corriendo y ahora no creo que pueda volver ya..." — la presión y el darse cuenta de la situación que el destino le ha deparado le llevan a derrumbarse de rodillas y romper a llorar — ​​​​​​"Q-qué voy... a hacer yo... ahora...." — apenas atina a vocalizar entre sollozos.

El gnomo miró al resto, ¿lo creéis? Para él la culpabilidad no estaba del todo injustificada pero sabía que algunos lo consideraban totalmente inocente. Esto requerirá más investigación pero si es cierto lo que dices, huir solo te muestra como culpable... de cualquier cosa que haya ocurrido. Quizá te interesa volver con nosotros al pueblo, saber qué ha ocurrido y limpiar tu nombre.

¿Dónde irás si dejas tu hogar? No sobrevivirás solo. Te ofrecemos nuestra mano para aclarar todo este asunto. Y rezar para que sea verdad lo que dices, le faltó añadir.

La joven inquisidora acompañó la exposición con miradas cálidas, el aspecto de Sigyn era frío mas no su carácter. Verlo sollozar le hacía pensar que sufria y que decía la verdad, mas por precaución no iba a descartar que hubiera sido hipnotizado de algún modo. Al desconocer el alcance del poder de sus enemigos convenía ser prudente a la vez que se mantenía el sentido común.

- Esa sangre vendrá de alguna parte, vamos a tener que descubir de dónde lo que me hace pensar que no puedes entrar en el pueblo todavía, Edgar. Por lo que a mí respecta tendrás mi ayuda.

Se atrevió a decir pensando que habían muchos misterios que resolver, sonrió un segundo al hombre, luego asintió al gnomo pue preguntaba si le daban credibilidad a sus palabras, Sigyn sí. Volvió a hablar hacia el hombre.

- Quizás conozcas a Conrad, es alguien del pueblo con quien queremos hablar.

Mejor ser directa, había que ir avanzando en la búsqueda.

Renan escucha atentamente las palabras del hombre. La franqueza del tal Edgar al mostrar sus emociones, hacen que Renan confíe en sus palabras. Muchas cosas raras están pasando últimamente, no sería extraño que ese hombre se viera implicado en alguna de ellas y más sabiendo que todo el pueblo podría estar en peligro.

— ¡Já! Esto no podría ser más interesante— Exclama el ifrit. Aunque luego se da cuenta del desafortunado comentario, pues ya bastante mal se siente el hombre como para que digan que su situación es interesante. — Quiero decir que, como bien apuntan mis compañeros, habrá que investigar el asunto—.  Se justifica el chico, pasándose una mano por su llameante pelo. — Cuenta también con mi ayuda, Edgar—.

Las últimas palabras de Sigyn le dejan intrigado — ¿Quién es Conrad? ¿Y por qué queremos hablar con él? — Pregunta el muchacho mostrando en su rostro inocente curiosidad.

Audrey se lleva la mano al mentón. Tras escuchar al pobre hombre y las ideas de sus compañeros, y en particular tras que Renan declare que contará con su ayuda, ella asiente y añade un "Con la mía también." en su característico tono bajo pero audible. Su respuesta hacia la pregunta de Reen queda tácita.

Entonces es cuando Siegyn menciona a Conrad, y Renan pregunta por él. Se encoge un poco dentro de su capucha y mira de reojo a su cuervo. Tras unos momentos de incómoda duda, ella alza un poco su tono de voz. No puede evitar que le salga tembloroso, de todos modos: -Conrad y yo... Estábamos saliendo juntos. Él era un mago... Murió hace cinco años.-

A medida que habla, Audrey se lleva la mano a su collar de resina de roble, aferrándose a él firmemente: Está tallado con el símbolo sagrado de Pharasma. Ella cierra los ojos y, tensa, añade: -Sí, estoy segura.- , atajándose a la pregunta que asume que inevitablemente llegaría después.

Al escuchar a su compañera la miró arrugando un poco los labios por un instante, consciente de la extraña coincidencia que habían hallado. Quiso recuperar la serenidad, lo que no sabía era cómo sobrepasar esa situación, tendrían que conversar.

- Siento tu pérdida, Audrey.

Sigyn sabía que una persona llamada Conrad había ayudado al profesor hacía veinte días, aquello sugería muchas posibilidades siendo difícil imaginar cuál sería la verdad tras la coincidencia. La inquisidora quedó pensativa, mirando de nuevo al pueblerino aunque ahora empezaba a pensar que no sabría nada pues el tal Conrad que estuvo con Lorrimor podía ser otro elemento fundamental de todo ese misterio. No seguiría hablando de aquello ahora pero no era un tema que pudieran ignorar.

Joseph le puso la mano en el hombro a Audrey y le mostró sus condolencias, aunque no sin miedo a que Crow le picoteara.

Pudo percibir que Sigyn también había hilado algún hilo con el sujeto Conrad, con lo que se acercó a ella y le dijo en voz baja, aunque no susurrando: "¿Crees que los dos Conrad son...?" Cortó la frase. No quiso terminarla. Estaba seguro de que la inquisidora lo entendería.

"Debemos regresar de inmediato, sea lo que sea que está pasando es muy extraño y nos está eludiendo." Joseph estaba decidido, aunque algo desconcertado. Había demasiadas incógnitas y todo estaba escalando demasiado rápido. Sin duda, toda la trama del profesor Lorrimor no era una mera casualidad y entrañaba algo mucho más serio en un segundo plano.

Al escuchar el breve relato de Audrey, Renan recuerda el episodio de ira y desesperación que la chica sufrió en la cripta. —Ya veo...— Murmura en voz baja recordando el falso cadáver. Se acerca a Audrey e, imitando a Joseph, le da un toque en el hombro mientras le da las condolencias. — Lo siento, muchacha—. 

El ambiente parece tensarse. Hay cosas que se le escapan al Ifrit, pues estando tanto tiempo con los monjes le perdió la pista al viejo profesor. Y parece que el hombre estuvo muy ocupado en vida, menudo legado les ha dejado. — Por todos los dioses, qué complicado se está volviendo esto... Cadáveres, maldiciones, sectas extrañas, situaciones inexplicables— por último mira al pobre hombre ensangrentado y suspira. — Ya me empieza a doler la cabeza de nuevo y os aseguro que no es un golpe de calor—.

— Deberíamos ir tirando para el pueblo y empezar de una vez con las pesquisas, o al menos empezar por investigar el caso de Edgar— Aunque cuando más pistas descubren, más misterios aparecen. 

Crow mira con recelo a tanto Renan como a Joseph cuando se acercan tanto. Si bien no les pica la cara (como quizás Joseph esperaba), sí que lanza un picotazo hacia su camisa y le arranca un botón: Lo escupe sobre una de sus alas, se pone en posición y luego lanza el botón como si se tratase de una bola curva de baseball, directo hacia el Ifrit.

Luego agita el ala como si fuese un amenazante puño cerrado.

CAW.

Deben haber invadido su terreno (compuesto por los hombros y la cabeza de Audrey).

Audrey hace su mayor esfuerzo por ignorar las payasadas de su pájaro, aunque sí que se disculpa con la mirada a Joseph y al Ifrit. Luego toma aire y decide actuar como si nada de eso hubiese ocurrido, y regresar al tema anterior.

-Gracias, pero... Por favor, no las ofrezcáis.- responde ella ante las condolencias, aunque parece que su tensión se ha relajado bastante: Su lenguaje corporal la muestra más cómoda gracias a la reacción del grupo. Se siente un poco más ligera... un poco.

Finalmente asiente al plan de Joseph y Renan, mostrándose de acuerdo con ir al pueblo e investigar.

Edgar niega con la cabeza al escuchar el nombre de Conrad.

"No señora, llevo 'nel pueblo desde'l dia que nací y le puedo asegurar que no hay nadie con ese nombre 'nel pueblo. El payo ese es un forastero seguro." — no obstante, las palabras de Reen son muy sensatas para el hombre, puesto que le ofrece una compasión que no creía poder recibir — ​​​​​​"Señor... Le agradezco que confíe'n mí... Sí, supongo que tiene razón..." — se muestra dubitativo unos instantes — "Me atraparían igualmente... Iré con ustedes, y que Calistria me proteja. Por favor, diganselo al alguacil que no fui yo. Esto es mal de ojo seguro." — afirma aún con una temerosidad impropia de un hombre de su edad.

Eventualmente, empezáis a hacer vuestro camino al pueblo de Ravengro, acompañados por la presencia cabizbaja de Edgar, sin duda sumido en oscuros pensamientos. En la distancia, las pequeñas luces de Ravengro se hacen grandes a medida que salís del bosque y retomáis el camino de gravilla que conduce hacia la plaza principal del pueblo.

Allí podéis divisar una multitud congregada alrededor de una hermosa fuente con la estatua de una mujer de porte severo cuya cabellera flota en el aire y porta un reloj de arena en su mano derecha. Su pecho, justo donde estaría su corazón, deja ver una gran grieta que amenaza con derribar la estatua. Alrededor de la fuente, se han acercado gran parte de los pueblerinos de Ravengro, envueltos del griterío propio de una muchedumbre enfurecida.

"¡¡¡SE CALLEN YA!!!"  — resuena la voz de un anciano, y el disparo al aire de una pistola instantaneamente conjura el silencio, como si de un hechizo se tratase — "¡Ya les ha dicho el concejal Montehogar que se investigarán los hechos! ¡Mis hombres están patrullando ya el bosque y encontrarán al asesino! ¡Ahora vuelvanse a sus casas si no quieren pasar la noche en el trullo!" 

La multitud se agita, claramente ante una respuesta insuficiente para su indignación, pero se abre lo suficiente para que podáis entrever la causa de tanto revuelo: En el agua turbia de la fuente, flota el cadáver de un animal pequeño, tiñendo de rojo el agua que lo rodea, mientras que en el murete que rodea la fuente, a la altura de la rodilla, hay escrita una C con sangre.

El gnomo levantó la cabeza y enarcó una ceja cuando habló Audrey, parece que de un modo u otro todos estamos ligados por algo. Antes de ofrecerle sus condolencias escuchó las palabras de ella y acabaron ahogándose en su boca, No obstante concluyó... no conocía a Conrad pero seguro que era un buen hombre.

El aldeano parecía cooperar y se pusieron de camino al pueblo.

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Al llegar, una turba parecía apelotonarse en la plaza, algo había dejado su marca escrita en sangre y destrozado la estatua de la plaza. Un artefacto muy potente o magia poderosa a juzgar por el boquete que había dejado.

Zaffs gruñó al ver la multitud.

Tranquilo, amigo. Dijo para tranquilizarlo mientras acariciaba el lado derecho de su cabeza sintiendo el suave pelaje en sus dedos.

Creo que ha llegado el momento de actuar, esta gente está nerviosa pero tenemos que saber qué ha ocurrido. Algo le hacía no querer dirigirse al hombre que parecía mantener a raya al pueblo pero intuía que alguno de sus compañeros tendría más éxito que él si lo hacía.

Al ver que sus compañeros no arrancaban, el gnomo se decidió a hablar. Aclarándose la voz carraspeó un par de veces y se lanzó. - Escuchad, creo que podemos ser de ayuda.- Esperaba que el gentío se girase a mirarlo, pero aún si no, continuó.- Parece que algo extraño ha ocurrido aquí, la explosión nos ha atraído al pueblo y parecen corroborarse nuestras sospechas.

- Las palabras del alguacil,- sospechaba que ése era su cargo por sus palabras,- tranquilizan al saber que ya hay agentes investigando.- Llegaba la parte más difícil.- Pero encontramos a este hombre en los bosques y quizá su testimonio pueda ser de gran importancia. Está claro que está asustado, quizá más que todos vosotros, y que las apariencias pueden engañar, no sería justo juzgar los hechos sin certificar la verdad. Pedimos por tanto audiencia con el concejal Montehogar, por supuesto con la presencia de la autoridad local.- Esto último iba por el anciano que había soltado los disparos.

- Somos discípulos del profesor Lorrimor, - se permitió la licencia,- bastante conocido en esta zona,- volvió a hacerlo,- y tenemos experiencia es desvelar asuntos que suelen presentarse bastante turbios.

Confiaba en que al escuchar ese nombre los ánimos se tranquilizasen.

La joven observó el lugar, tanta gente reunida con miedo en la mirada, un sentimiento que se incrementó con el estallido del arma de fuego. Sigyn observó el cuerpo del animal, no era más que un animal y eso la alivió pues su temor era que el pueblerino hubiera matado a alguien mientras se hallaba controlado por algo o alguien. Miró al hombre que les acompañaba, no creía que corriera gran peligro salvo que por alguna superstición lo tacharan de brujo.

Hubiese preferido evitar el tumulto, convenía a su entender que las aguas se calmaran, entonces Reen llamó la atención sobre el grupo y ella no tardó en unirse. Tenían que tomar un cierto control para no quedar a merced de lo que podía ser una situación peligrosa.

- Saludos, nosotros podemos investigar lo sucedido, no obstante hablaremos primero con quien sea necesario.

Se ofreció rauda pues sabía que su destino estaba ligado a lo que fuera que estaba ocurriendo en el pueblo.

- Todo debe tener una buena explicación y es mejor buscarla cuanto antes.

La "C" era sospechosa y la explosión también, por desgracia no había rastros de su origen salvo que lo que hubieran escuchado fuera aquella pistola siendo disparada.

Sigyn colocó la mano derecha en el hombro del gnomo, en un gesto que le decía que fuera más despacio.

"Alegra saber que no estamos solos en esto." Dijo para sí en voz alta. Aunque la realidad era que Joseph no sabía si la guardia andaba realmente detrás del mismo objetivo que ellos. "Si están los guardias controlando la ciudad, será mejor no entrometernos y no cruzarnos con la ley. Creo que deberíamos regresar a la mansión. Si todo esto ha surgido a raíz del profesor, no puedo evitar preocuparme por Kendra." La situación en sí era desconcertante para él. Necesitaba saber qué había detrás de todos los sucesos y solo se encontraba con incógnita tras incógnita.

Audrey se ajustó ligeramente la capucha e inspiró profundamente cuando llegaron frente a la multitud. Le pone algo nerviosa ese nivel de caos y agitación, y da un salto ante el disparo al aire. Se queda mirando el cielo, asustada de a donde pueda caer el proyectil. No se le ocurre la posibilidad de que haya sido un disparo sin munición, así que está nerviosa.

Cuando llegan a ver el cadáver ella se cubre la boca: Ver la C marcada en sangre le revuelve un poco el estómago... Lleva todo el viaje pensando en una persona cuyo nombre comienza por esa misma letra así que no es extraño que esa sea su primera, y única, asociación de momento. El sentido común diría que hay muchas cosas que se escriben con 'C', como culo o cabrón o incluso cobra o Carlos; cimiento, crematorio, cárcel... también uno podría pensar que aquella C en realidad era una O pero el que la escribió perdió el conocimiento antes de concluirla, o quizás fue un simple accidente o casualidad.

Pero no.

Audrey piensa en Conrad. Y fin.

Mientras Siegyn y Reen se encargan de interactuar con el oficial, Audrey entabla conversación con Joseph: -Quizás la explosión fue... ¿Un disparo? Estábamos muy lejos, quizás el eco y... esas cosas... Pero... Quizás esto está relacionado con todo lo que está sucediendo. ¿No le parece, señor Wheatfield...? Un hombre poseído, un animal sacrificado, una C escrita en sangre...