Partida Rol por web

¿Un espectáculo? Pero si yo sigo sin un penique...

Cremok aspira entre dientes y responde a sus camaradas, algo entristecido.

Me encantaría pero no podrá ser... Tengo que estar a disposición de mi nueva patrona por si surge algún problema: que no se diga que los shoantis no cumplen con su palabra. Id vosotros, nos veremos después.

Me gustaría presenciar semejante esperpento.

Nieruk, despues de mirar concentradamente el cartel de la obra, da un largo bufido y dice:

-Esto no va de ninguna fulana, por lo que parece. No pienso gastar mi dinero en ver a tio que se gusta demasiado hablar como si fuera otra persona- Y volviendose hacia Cremok le dice -Venga hermano, te acompañare al Dragon Oxidado y me tomare una buena cerveza negra- Y despidiendose de los demás les dice -Nos vemos alli cuando termineis ¿vale?-

Por un momento, parece que Cremok pierde el hilo de la conversación, pero al fin logra comprender lo que está pasando.

¡Esperpento no, Hamnet! "SERPIENTE" es lo que ha dicho Nieruk, no "esperpento". Que no te enteras, hombre, ¡je je!

Satisfecho por haber aclarado aquel malentendido, Cremok se dirige de nuevo hacia el puesto de Ameiko y funce su ceño, tratando de aparentar dureza, amenaza y capacidad de arrancarte el hígado de un mordisco a partes iguales.

Noa mira a los dos "bárbaros" con cara de satisfacción y sin ocultarla.
Bien, estaremos mejor sin esos dos animales .
Bueno, cuando eso ya nos veremos en la posada dice esto agitando la mano en señal de despedida y con una sonrisa cruzándole la cara.

Hacia el final de la tarde, os volvéis a congregar en la plaza de la Catedral junto con buena parte del resto de la población de Punta Arena. Las charlas de la gente son joviales y se nota que la fiesta ha cundido entre los habitantes de esta pequeña localidad.

De repente, un sonido agudo, como el golpe de un trueno distante, irrumpe entre la muchedumbre alborotada mientras los rayos del sol poniente colorean el cielo occidental. Un perro sin dueño que se había escurrido bajo un vagón cercano a echarse la siesta se despierta y el soniquete de dos docenas de conversaciones se va apagando rápidamente a la vez que todas las cabezas se giran hacia el estrado central en el que un sonriente Padre Zantus ha vuelto a subirse.

Hay que reconocer que el hombre sabe hacer una entrada.

El padre Zantus se aclara la garganta, carraspea, respira y comienza a hablar.

Queridos herman...

De repente, el grito de una mujer desmorona todo el ambiente de recogimiento y la gente se sobresalta.

Pocos instantes después, otro grito se escucha y luego otro. Aparte de los gritos, una repentina marea de extrañas voces (agudas, chillonas, risitas que ponen los pelos de punta y que no suenan demasiado humanas) se alza entre el gentío.

La gente se empieza a marchar y algo pequeñajo corre por la zona, riéndose con un gozo que incomoda mientras el perro callejero lanza un ladrido de dolor y cae al suelo con un gorgoteo de sangre mientras su garganta se abre de oreja a oreja. Mientras la sangre va formando un charco alrededor de su cabeza, comienza el sonido estridente de una extraña canción entonada por unas voces rasposas y chillonas...

Los goblins mascan y los goblins muerden.
Los goblins cortan y los goblins luchan.
Apuñalan al perro y rajan al caballo.
Los goblins comen y se lo llevan a la fuerza.

Los goblins corren y los goblins saltan.
Los goblins sajan y los goblins aporrean.
Queman la piel y aplastan cabezas,
¡aquí estan los goblins y te van a dar matarile!

Cazan al nene, roban el perrito.
Les golpean en la cabeza para que se queden calladitos.
Les rompen los huesos, hacen la matanza,
¡Somos los goblins! ¡Tú nuestra pitanza!

Por los dioses, ¡que falta de ritmo! ¡Esa melodía es intolerable! Digo mientras miro los restos del pobre perro que sin duda tenía más derecho a la vida que el infame goblin.

Alimañas asquerosas, pagareis por lo que le habéis hecho al pobre Pity .

PD: Pity es el perro.

El rostro de Nieruk se deforma en un rictus de odio en cuanto empieza a escuchar las vocecillas chillonas de los goblins, y su boca deformada en un gruñido y sus ojos vidriosos por la bebida, le dan un aspecto terrorifico.

Entre dientes masculla:

-Malditos engendros, me cobrare vuestras cabezas, cien por cada una de las suyas- Mientras algunas lagrimas corren por su cara

Con la rapidez del guepardo, Cremok abandona su preciada jarra de hidromiel y corre rápidamente hacia sus compañeros.

¡Maldición, esos bichos están demasiado lejos! Está bien, venid a por nosotros, chiquillos...

Sin detenerse, Cremok se sitúa entre Athin y los goblins que puedan acercarse, listo para cargar contra ellos en cuanto se despisten.

¡Hamnet, protege a la chica! Yo me ocuparé de los que se acerquen demasiado...

Hamnet saca su arco mientras los goblins comienzan a acercarse, uno de ellos tiene la boca llena de salmón mientras que otro se ríe de forma nerviosa mientras señala al elfo.

Las chillonas voces se siguen escuchando.

En el siguiente turno entro en rabia y cargo contra el goblin 3, restándome un puntito a dar para potenciar el Ataque Poderoso (con el +2 de carga y el +2 de Furia supongo que ya daré).