Partida Rol por web

   Tienes razón Kat, pero estoy seguro de que ellos esperan que huyamos y nos escondamos.-   Hablé con frialdad, aunque pareciera que estaba calmado en verdad estaba apretando las manos con fuerza, me había clavado las uñas en la palma y sangraba. Miré al conductor y me acerqué.   ¿Quien eres y a donde nos llevas?

Todavía seguía con la cara manchada de sangre de Brown... Había dicho que era culpa nuestra o algo así, no lo creía porque él en cualquier momento pudo haber acabado nuestro trato pero no lo hizo, así que no creía que se refiriera a nosotros o eso me gustaría pensar

Dio de lleno contra la fría superficie de aquella van, no puede decir que fue muy partícipe de los hechos que se concatenaron hasta ese preciso instante, de hecho, una vez que la ayudaron a subir, o subió por su cuenta, no puede recordarlo bien, pudo ver cómo aquella escena seguía su curso tal como una película, lo que la hizo sentir segura, tal como si no fuera a ocurrirle nada al ser una mero testigo. Pero no olvidaría el intenso olor a pólvora, y la sangre escurriendo de aquel hombre que los intentó ayudar. El aire caliente y húmedo que los rodeó, cargado de una electricidad mortal. Etzuko seguía al fondo de esa cabina, con sus manos presionando contra el suelo metálico y helado. Su espalda se sentía pegajosa la sangre de su violador frustrado se estaba secando, pero sentía cómo había escurrido por su cuerpo. La camisa de Jack era ahora más una molesta que otra cosa, pues lo que necesitaba era un baño. 

Olor a pólvora seguido del una viscosa explosión  y los sesos de Brown bañando a sus compañeros. La sangre baño aquel lugar, tenía la cualidad de desparrámese con gran facilidad, por eso había que ser muy meticulosos al limpiarla. Etzuko levantó su mirada, estaba asustada, pálida, con los labios comprimidos. No había dicho mucho más allá de preocuparse de Jack, pero ahora, iban en esa furgoneta quien sabe a dónde, aunque los habían ayudado. 

— ¡oh rayos! — exclamó de pronto, ante el asombro de sus compañeros, pues su mutismo se había acabado — dejé mi tablet en la barra, deberé volver por ella — y por sus otros juguetes/amigos, sus computadoras, todos la quedarían viendo sabiendo que lo que decía lo haría, tenía más apego a esas cosas que a muchas personas. Y este apego lo era por la información almacenada, claro que no, todo eso estaba en un lugar muy resguardado, lejos del alcance de cualquier a que pudiera quererlo, junto a los videos de su propia violación con los que extorsionaba a su tutor.

Etzuko bajó la mirada, los buscarían, habría que irse, lo que postergaría su plan de robar el banco. Suspiró y pasó su mano por su cabello para arreglarlo. Le dolía su entrepierna, la prenda que usaba había sido rasgada como violencia. Los perversos sentía placer al hacer ese tipo de cosas. Ella entornó los ojos, ya estaba muerto y la venganza no podría ser contra él, aunque sí contra quien se lo había ordenado. Sus amigos ya pensaban en cómo cobrarse, sin embargo, primero era sobrevivir a esa furgoneta, así que comenzó a observar a su alrededor, para saber a dónde iban, recordando las calles y donde giraba, por si era necesario. 

A pesar de lo improvisado de la barricada, había servido para el propósito de retrasar a ese inhumano pelirrojo. Apenas Brown mencionó que era su culpa, estuvo a punto de golpearlo. ¿En verdad era el momento de eso? Enojado, cerró los puños con violencia para pasar a dar zancadas. La alerta de peligro se hizo presente cuando otro de esos idiotas los perseguía. Entonces alguien más les cubría la espalda. Ayudó a Alicia mientras subían y a Brown, aunque este quedara medio al aire. Junto con Katsuo, tiraban de Brown tan fuerte como podían, pero este resultó más pesado de lo que se imaginaba y... Todo se volvió rojo. Como medida refleja, Midori soltó el cuerpo ahora inerte de Brown y lo dejó caer mientras la camioneta seguía en movimiento. Sus pupilas se contrajeron por completo mientras miraba casi congelado el cuerpo de Brown.

Normalmente habría protestado o interrogado a quienes llevaban el volante junto a Jack, pero no era el caso. Habría examinado a su rival por última vez antes de perderlo de vista, pero eso tampoco lo podía hacer. Todo lo que sus ojos veían era el rojo de la sangre de Brown, junto con lo que pudo haber cubierto su cara. Midori yacía inmóvil.

Tal vez habría intentado explicar a Etzuko por qué no era buena idea volver, pero no en ese momento. Se sentó en el suelo de la camioneta con la mirada gacha y las rodillas flexionadas. Sus manos reposaban sobre sus rodillas mientras hablaba nuevamente con esa voz que resultaba más aguda que su voz habitual - Dijo que era nuestra culpa... Nuestra culpa... - y así se quedó mirando un punto en el infinito, repitiendo esa misma frase completamente ausente.

Al poco tiempo de avanzar en el auto, el sonido de la pequeña guerra de bandas fue disminuyendo poco a poco hasta que ya no se podía oír. Los chicos quedaron solos con el motor de la furgoneta y los murmullos de Midori. La sangre de Brown seguía fresca y chorreante.

Después de unos momentos de incomodo silencio, en el que todos buscaban interpretar los últimos acontecimientos, Kat interrumpió el silencio. Entonces los demás reunieron el valor suficiente como para hablar. Todos, de alguna manera, buscaron alejar sus mentes de lo que acaba de ocurrir, excepto MIdori, quien pareció ser el mas afectado por la situación. Después de intercambiar una palabras con Kat, Jack se dispuso a intentar hablar con el misterioso chófer que, aparentemente, los había rescatado. Junto con las preguntas de Jack, las cabezas de todos se llenaron de preguntas, ¿quienes eran los hombres que atacaron al grupo de Onosuke? ¿Porque este hombre los estaba ayudando? ¿quien era?

-...

Las preguntas de Jack no fueron contestadas. La parte de atrás de la furgoneta y la cabina del conductor estaban separadas por una reja metálica, así que los chicos no eran capases de ver al conductor, pero Jack fue capaz de ver un par de ojos mirándolo a través del retrovisor de la cabina. Después de un momento de silencio la misma voz que les grito que se subieran sonó.

- Perdón por el silencio. Estaba pensando en algo. Por ahora no les diré quien soy, seria de mala educación presentarme sin poder verlos a la cara. Pero por lo menos les puedo asegurar que no tienen nada que temer. No tengo ninguna intención de hacerles daño. Y por otra parte, tampoco les puedo decir a donde los llevo, pero no se preocupen, cuando lleguemos hablaremos con calma.

Esas fueron las ultimas palabras que escucharon viniendo de ese hombre. A juzgar por su voz, era alguien joven, tal vez de unos 20 y poco mas. La manera en la que hablaba era extraña, viniendo de alguien que claramente es un mafioso y no parecía tener mas intenciones de seguir hablando por ahora. ¿Podrán confiar en el? Aunque es verdad que esta lleno de misterio, también es cierto que parece dispuesto a ayudarlos...

Por la manera en la que se mueve el auto, puedes sentir uno que otro cruce, y te logras hacer una idea de hacia donde se esta dirigiendo la furgoneta: Los puertos. Si tus sentidos e intuición no te fallan, este hombre los esta tomando la via hacia los muelles del este de la ciudad, zona famosa por ser el territorio principal de la Balcort Mafia.

Cruce una de mis piernas por encima de la otra mientras Jack me respondía, desde luego esperarían que nos escondiéramos como ratas asustadas y traumadas hasta que ellos llegaran a terminar el trabajo. Por otro lado también éramos las primeras personas que se les escapaban, que supiera, por lo que no debían estar muy acostumbrados a que hacer ahora... o eso esperaba. Solté un suspiro cansado mientras me acomodaba mejor en el asiento, necesitaba una ducha para relajarme cuanto antes y de paso para quitarme los restos de sangre que ya empezaban a secarse, mire de reojo a Etzuko cuando menciono su tablet.

- Pues olvídate de ella durante un buen tiempo, no podremos pisar el bar hasta dentro de mínimo un par de semanas o estamos muertos... -le respondí con calma, precisamente yo era el que mas a menudo se metía en sitios donde no debía estar a "tomar" objetos pero esta vez no estaba dispuesto a hacerlo- Ya habrá tiempo de recuperarlos.

Después por otro lado estaba Midori hablando solo sentado en el suelo de la camioneta, repitiendo las palabras de Brown sobre que era nuestra culpa lo sucedido... lo mire un rato hasta que finalmente le di una patada en el costado para que reaccionara de una buena vez- ¿Y qué? Vas a seguir lamentándote de lo ocurrido, yo no recuerdo a mi amigo Midori de esa manera. Como un cobarde que se echa hacía atrás ante el primer problema que se cruza. Claro que tenemos la culpa ¿quienes fueron los que echaron del bar a aquellos tipejos para luego decir que iban a protegerlo ellos? Obviamente tenemos la culpa de que las cosas acabaran así ¿pero en algún momento ese viejo nos dijo algo al respecto? ¿en algún momento nos pidió que nos fuéramos o trato de hacer las paces con ellos vendiéndonos? No, nunca lo hizo así que deja de darle vueltas a lo que dijo justo antes de morir, tras sufrir una tortura extrema. El dolor que le hicieron provoco rabia y frustración la cual expulso a la primera oportunidad que tuvo -no estaba tratando de hacer que se sintiera mejor o algo tan solo exponía como lo veía yo y mi tono agresivo lo demostraba claramente

No preste mucha atención hacia la conversación con el conductor precisamente por estar con los otros dos, de todas formas Jack estaba en ello y ya nos enteraríamos de que pasaba al llegar donde fuera que nos llevaban así que poco importaba

Ignorando a todos, literalmente a todos, Etzuko seguía con los ojos cerrados, respirando muy apaciblemente, mientras ponía atención a su entorno. Katzu se puso a darle un sermón a Midori, mientras, le decía que no podría recuperar pronto su tablet, el asunto es que ese punto no estaba bajo discusión, la necesitaba para ser útil o conseguir una igual. Cualquiera de las dos opciones le servía. 

Aunque en algo estaba equivocado, habían gatillado todo lo que había ocurrido. No, corrección, siendo objetivos, Jack lo había hecho, había tentado al dragón y habían pagado el precio todo los demás. Sus ojos se abrieron de golpe, aunque fuese así, no culparía a Jack, o mejor dicho, ni siquiera había pensando en hacerlo. 

— Eres de la mafia Balcort — se había puesto de rodillas para acercarse a la reja que los separaba del piloto — aunque imagino que no nos dirás nada más... ummm — rascó su sien, sus manos seguían temblando, aún no era del todo consciente de lo que le pasaba, y menos de lo que ocurría a su alrededor. 

— aunque sí fuimos responsables de lo que pasó, eso es un hecho, pero de una u otra forma, nos habrían matado,  no tenían oportunidad y sólo se hubieran divertido con nosotros — dijo, no tenía todos los antecedentes para decir eso, pero ahora sabiendo que los llevaban a los muelles, le daba a entender que algo más grande estaba pasando. Una mafia no se preocuparía de un grupito insignificante de maleante como ellos. Además lo que Onosuke buscaba, no estaba en aquel lugar, Brown se los habría dado para salvar su vida y los habrían matado.

— igual no sacamos nada con seguir preguntando, no nos responderá ¿cierto? — se encogió de hombros, — pero... creo que nos puede responder esto... ¿fueron ustedes los que dispararon dentro del bar? — al final, se habían vistos envueltos en una guerra de bandos, y sólo por esa razón, habían sobrevivido, había sido únicamente suerte y nada más. Había sido suerte que no la violaran delante de todos.  

Se volvió a sentar, sin esperar la respuesta del conductor, con su cabeza apoyada en sus rodillas mientras la adrenalina iba pasando y era reemplazada por una necesidad terrible por llorar, pero que no lo haría delante del resto.  

Me había mantenido callado cuando finalmente me habían hablado, si no tenían nada que decir yo tampoco iba a decirles algo, además de que ya me estaba calmando y mi cuerpo recordó que lo habían golpeado y disparado así que no tenía muchas ganas de hablar, pero las palabras de Etzuko llamaron mi atención.

   ¿Balcort eh?.   Sonreí y miré por la rejilla de metal.   Si ustedes son los que nos salvaron claramente no lo hicieron por su buena voluntad.   Me agarré el hombro herido y me recosté en el asiento soltando un suspiro cansado.   Onosuke fue a buscar a Brown porque quería algo que el tenía o en su caso sabía donde estaba, ustedes de alguna forma se enteraron de eso y fueron a evitar que lo consiga ya sea porque ustedes lo quieren o porque no quieren que ellos lo tengan.   Ya calmado se notaba el porque solía tomar las decisiones del grupo... Apreté mi hombro con fuerza para recordarme no volver a ser tan estúpido.   Te adelanto de una vez que no tengo ni idea de que es ese algo de Brown y ninguno tiene ni idea de donde está, quien sabía eso ahora está tirado en una calle muerto.

Pase a mirar a todos, por suerte yo era el que había sido el más herido, Kat solo había sufrido un golpe en la cabeza y Midori y Etzuko solo tenían daño emocional, confiaba que ellos eran lo suficientemente fuertes como para soportar esto hasta que lograra, luego me acordé de Dante y mis ojos se abrieron de par en par, rápidamente me acerqué a una de las ventanas y la abrí para empezar a silbar con fuerza con la esperanza de que Dante pudiera escucharme, la última vez que me había separado de Dante por mucho tiempo habría sufrido un ataque de pánico, en este momento no podía sufrir un ataque de pánico.

Midori seguía repitiendo eso una y otra vez, casi como si de un mantra se tratara. No prestó mucha atención a lo que decía el conductor o a la conversación que estaba teniendo con Jack. Incluso no parecía estar prestando atención a nada en especial, solo a aquello que repetía como si su vida dependiera de ello.

Sintió el golpe de Katsuo, mas no reaccionó de inmediato. De hecho lo dejó hablar en silencio y con la mirada clavada al suelo. Cuando hubo terminado, la reacción de Midori fue amagar tomar el cuello de la camisa de Katsuo para plantarle un puñetazo, pero se detuvo antes de hacer tal cosa, aunque sus intenciones fueron claras. Chasqueaba los dientes con violencia y sus pupilas estaban completamente contraídas. El dolor del golpe pasaba desapercibido debido a su enojo, aunque se echó para atrás y volvió al lugar donde estaba sentado antes.

Se mordió el labio inferior haciéndolo sangrar, casi como si de una forma de reaccionar y centrarse se tratara para luego responderle a Katsuo - No soy un cobarde. No tengo miedo y sé que de habernos querido vender, lo habría hecho... Es solo que... - apretó los puños - me recordó algo desagradable. No creo que lo entiendas - y se giró hacia un lado. Estaba hablando en su tono habitual: frío y carente de emociones. Aquel extraño trance parecía haber pasado.

Lo último que dijo Jack sí llamó su atención. Estaban a salvo por ahora, aunque ¿por cuánto? Ninguna mafia hacía nada gratis, así que de seguro les pedirían algo a cambio por haberles salvado el trasero.

El resto del viaje fue silencioso. Cada quien se encerró en sus propios pensamientos. Jack comenzó a sentir como su conciencia se debilitaba poco a poco, aun así, a punta de fuerza de voluntad, Jack logro mantener su conciencia despierta y presión en su herida. Etsuko seguía con los ojos cerrados, atenta a cada sonido y sensación que pudiese percibir. Etsuko pudo adivinar la ruta del carro gracias a los cruces y sonidos caracteristicos de cada calle, como ese televisor gigante que siempre pasa los mismos comerciales en la calle 4 o el característico olor que emanaba su panadería favorita. Etsuko perdió la ruta en algún lugar cerca de la autopista mas cercana al bar, aun así no fue muy difícil saber cuando entraron en la misma autopista. Pero de allí en adelante, Etsuko no fue capaz de reconocer nada mas del camino.

Pasaron al rededor de unos veinte minutos en la misma situación hasta que la furgoneta se detuvo. El sonido del mar era evidente y los sonidos comunes de un puerto se podían escuchar en el ambiente. El motor del auto se apago y se escucho el sonido del conductor saliendo de la cabina. Si lo que los chicos creían sobre el conductor era cierto, este debe ser uno de los puertos controlados por la Balcort Mafia, lo que puede significar muchas cosas, peligro, seguridad, pánico, muerte, etc. Sea lo que sea que termine significando, los chicos están a merced de la mafia. En algún punto de la espera de dos o tres minutos, el sonido del conductor volviendo a entrar en la cabina alertó a los chicos. El motor de la furgoneta se encendió de nuevo y el estruendo de un portón metálico abriendose muy cerca se escucho. La furgoneta avanzó de nuevo por menos de un minuto y se volvió a detener. El conductor salió de nuevo y se escucharon pasos rodeando la furgoneta, entonces, la puerta trasera comenzó a sonar, y entonces, se abrió.

La imagen de un viejo almacén pesquero apareció ante ellos. Ya que no entraba mucha luz dentro del almacén, los ojos de los chicos no sufrieron al abrirse las puertas. El almacén estaba lleno de gente arreglando cajas y otras haciendo guardia. De las cajas salían todo tipo de cosas, armas, comida, paquetes con quien sabe que dentro. El almacen era evidentemente uno de los puntos de contrabando de la Balcort mafia, y por ende, esteba bien protegido. Con solo dar una pequeña mirada desde la furgoneta, todo el grupo fue capaz de ver a varias personas armadas con rifles y escopetas que no se molestaban en ocultar ni nada por el estilo, la mayoría miran hacia la furgoneta mientras que unos pocos de los armados siguen supervisando a los trabajadores. Mientras miraban el lugar, la figura de un chico apareció por detrás de la puerta recién abierta y una voz llamo su atención.

- Ya llegamos. Bajensé.

A juzgar por la voz, este chico de edad cercana a la de los mas mayores del grupo, era el mismo conductor de la furgoneta que les acaba de salvar la vida hace poco. También, a juzgar por su actitud despreocupada, se nota que no esta consciente de que Jack esta herido y necesita atención.

El viaje se me hizo corto, quizá porque en momentos me costaba mantenerme consciente, quizá por lo monótono del viaje, quizá porque estaba muy cansado...

Había pasado una gran parte del camino silbando esperando que Dante me escuchara, mi preocupación por él era uno de los motivos por los que no descansaba brevemente los ojos y también se le puede añadir el a donde íbamos y que querían los Balcort con nosotros, pero si nos querían muertos ya lo hubieran hecho y no nos estarían llevando a algún lugar, que hablando de lugares ¿Cuando será que podremos regresar al Bar? Quizá ya no esté Brown pero ahí estaban nuestras pertenencias, ahí tenía el dinero que tenía que enviarle a mi orfanato... ¿Cómo estarán? Tenía tiempo que no hablaba con ninguno de los niños o con las cuidadoras...

   Gracias por el viaje pero vamos directo al grano ¿Qué quieren los Balcort con nosotros?.   Le pregunté al momento de bajarme de la camioneta, poco me interesaba donde estábamos, de todas formas no podíamos hacer nada, además de que necesitaba mucho descansar un par de días, estaba muy cansando y se me notaba por la voz y mi postura.

Hasta cierto punto se hizo inútil intentar determinar dónde estaban, buscó sentir aromas o ruidos que se le hicieran familiares, encontrando solo el aroma a puerto, pero en una ciudad como en la que estaban, no era mucha información aunque, por el trayecto y el tiempo tomado, realmente estaban en el territorio de la mafia. Era una chica lista y esperó que alguno de los chicos la felicitara por eso, así que al bajar de la furgoneta buscó la mirada de Jack para esperar su aprobación, no encontrando nada en su rostro. Se encogió de hombros, lo había escuchado silbar, debía buscar a Dante, aún así debió haberla felicitado por ser tan lista. Etzuko no podía ser tan perceptiva como para darse cuenta del estado emocional de su amigo, pero si se daba cuenta de su hombro herido y de la sangre que seguía escurriendo. Olor a sangre, eso la estremeció y le hizo recordar lo vivido...

— ¿pueden atender nuestras heridas o pasaremos de inmediato a la tortura y demás cosas? — realmente no estaba buscando ser insolente o sarcástica aunque podría deducirse que sí, pero por la expresión en su rostro, realmente lo estaba preguntando en serio todo aquello. Claro, si los curaban; los querían vivos, pero si desean solo su información, poco importaba si los atendían si igual terminarían en el fondo Del Mar.

Me quede en silencio con la respuesta de Midori mientras una sola frase me daba vueltas en la cabeza, ¿porque no intentas hacer que lo entienda? Pero no le dije absolutamente nada más, en lugar de eso me limite a ponerme cómodo para el resto del viaje ya que tampoco teníamos muchas mas opciones, de momento tan solo podíamos limitarnos a dejarnos llevar por la corriente y tratar de salir lo mejor parados. Estaba inquieto, era algo habitual en mi pero esta situación lo empeoraba no paraba de cambiar la postura, pasar la mirada de un sitio a otro y de vez en cuando soltaba algún bufido, al menos cuando el motor se detuvo por primer vez me calme un poco aparentemente ya que me quede inmóvil con la mirada clavada en la puerta y no la moví hasta que estas se abrieron, momento en el que cual recuperé un buen agarre de la escopeta que llevaba al ver como el lugar estaba lleno de gente armada. Baje detrás de Jack y Etzuko para ponerme a un lado del chico mas preocupado por el entorno que la conversación con quien nos había traído aunque eso no evitaba que estuviera atento a lo que dijera.

Por mi parte no quise decir nada ya que suficiente me parecía la pregunta de Jack y la "petición" de Etzu.

Notó que Katsuo quería decirle algo, pero por suerte lo guardó para sí. Midori agradeció eso y todo el camino cerró los ojos, aparentando que dormía. Era mejor así. No tener que mirar alrededor para buscar relajarse y permanecer sereno cuando se enfrentaran a lo que fuera que aquellos que los habían rescatado tenían pensado para ellos.

La camioneta se detuvo por fin en lo que parecía un puerto que de seguro pertenecía a la familia que Jack había mencionado. Pensó en ayudarle a bajar al pelinegro, pero al parecer lo hizo tarde. Buscó la manera de rasgar sus ropas y hacerle un torniquete improvisado a Jack, rodeando con cuidado la herida para evitar más sangrado. Después de eso, se paró allí con las manos en los bolsillos y su usual rostro estoico. Las palabras de Jack representaban más o menos lo que este pensaba y las palabras de Etzuko eran solo un típico "Etzuko". Midori suspiró, pensando que tal vez eso sería lo que les costaría la vida. Realmente esperaba que ellos supieran a quiénes habían rescatado y comprendieran un poco de cómo se comportaba Etzuko.

Cuando Kat salió de la furgoneta con la escopeta en mano, algunos de los hombres armados apuntaron hacia el, pero no todos, solo unos dos o tres que probablemente eran los mas paranoicos, los demas se quedaron mirando a los chicos sin hacer ningún gesto. Al escuchar las palabras de Etsuko, el conductor de la furgoneta bufo un poco dejando salir una pequeña sonrisa.

- Je… Te equivocas de mafia. Siganme, este no es lugar para hablar. Ademas, hay que sacarle la bala a su amigo ¿no?

El chico hablaba fría y calmadamente. Se notaba que sabia que tenia todo bajo control. Después de hablar, le dio la espalda a los chicos y comenzó a caminar. Ya que no tenían mas opción aparente, los chicos lo siguieron. Por el camino, todo el grupo pudo sentir las miradas agresivas de casi todas las personas en el almacén y pudieron ver mas de un arma apuntando hacia ellos, aun así, nadie hacia ni decía nada, excepto por el conductor de la furgoneta. Mientras caminaba le pidió a uno de los hombres armados que llamara a alguien. El hombre armado asintió y salió caminando del almacén.

El chico los guio hasta una habitación que estaba al fondo del almacén. Los hombres armados los dejaron de seguir. Al entrar pudieron ver que se trataba de un quirofano improvisado. Constaba de una mesa de madera con un colchón sobre esta. Al rededor de la mesa habían varias sillas y bancos con cajas llenas de herramientas medicas. Dentro de la sala, fumando sobre el colchón, estaba un hombre de edad media. Aunque por su atuendo no lo parecía, este hombre es un doctor, que, por la naturaleza de sus empleadores, esta especializado en sacar balas.

Al verlos entrar se bajo de la mesa sin mayor apuro, pero entonces, cuando vio Jack con el hombro Pseudo-vendado con un trozo de tela, supo que era lo que tenia que hacer. Se puso a rebuscar entre las cajas que tenia cerca y saco un par de guantes de latex y una mascarilla. Mientras buscaba entre sus cosas por mas utensilios, habló en voz alta.

 - Francis, ¿quienes son estos? -Antes de que su compañero pudiese contestar se dio la vuelta y siguió hablando- El herido -señaló a Jack- Acuéstate allí.

- ¿Te acuerdas de los chicos entrometidos del bar del viejo Brown? Son ellos.

El doctor se quedo quieto mirando con cuidado al grupo mientras esperaba que Jack se echara sobre el colchón la mesa. Entonces, de la nada, una sonrisa de confianza se pintó en su rostro.

- Entonces te fue bien ¿he?

El conductor de la furgoneta, (quien aparentemente se llamaba Francis) no contestó, y solamente se puso a caminar hacia una de las esquinas de la habitación, donde había una silla, la cual agarro por el respaldadero y para arrastrarla hasta el centro de la habitación. Durante el camino volvió a hablar con el doctor.

- Mark esta muerto, pero si, se podría decir que me fue bien... Por cierto, ¿donde esta Edward? Lo necesito aqui.

Ante esta nueva pregunta, el doctor solo se encogió de hombros y no dijo mas nada.

Una vez puso la silla allí, se sentó, saco un cigarrillo y se puso a fumar. La situación se quedó tal y como estaba por unos cuantos segundos. El doctor esperando a Jack y este tipo, Francis, fumando sentado frente a ellos. Nadie hablaba, tal vez era porque Francis y el doctor estaban esperando a este tal "Edward" o tal vez porque estaban esperando a que alguno de los chicos actuara primero.

Fue imposible no notar las miradas sobre mi y el nerviosismo de los pocos que me apuntaban, se notaba en comparación con el resto que eran mas novatos o les faltaban agallas. Los otros también me vigilaban pero mas disimuladamente, eso era entendible teniendo en cuenta la situación. El chaval que nos trajo por otro lado se mostraba completamente tranquilo, lo cual en realidad me gustaba, en cuanto comenzó a caminar le seguí el ritmo sin pensármelo. A nuestro paso la hostilidad era evidente pero por alguna razón sentía que estábamos seguros hasta tal punto que me tome un pequeño gusto al pasar relativamente cerca de uno que nos apuntaba- Oye, baja eso anda... Vas a hacerle daño a alguien... -le dije en referencia al arma e hice un gesto hacia la mía que la llevaba apuntando al suelo sin preocupación- Como yo -entonces una sonrisa apareció en mi rostro junto a una pequeña risa- Es una broma, estáis todos muy tensos aquí ¿eh? -a veces mi sentido del humor estaba desubicado y otras veces era algo que solo un enfermo podría encontrar divertido

Acabamos por llegar a una especie de quirofano, desde luego este almacén debía ser un buen lugar para esta mafia. En cuanto estuvimos dentro me hice con una silla para sentarme al revés, con la escopeta que llevaba sobre mis piernas. Nuestro "guía" y el "doc" tuvieron una pequeña charla sobre nosotros y ese tal Edward, me pude mantener callado hasta que el silencio reino en el lugar, momento en el cual mi naturaleza ya me hacía difícil no decir nada- Entonces vamos a estar sin saber que pasa hasta que os salga de los cojones contarnos algo ¿verdad? Al menos podríais haber traído música en ese caso.

Apenas escucho que ese niñato petirrojo se calla entro a la habitación, venia siguiéndolos de hace rato pero estaba analizando al grupito a ver que me habían traído -Un poco de respeto, eh chaval que nosotros no somos tus amigos- dije engruesando un poco la voz a propósito y pateando la silla en la que estaba el pavo este, le di la ultima calada a mi cigarrillo y apague la colilla con la suela de mis mocasines.

Salude al resto del grupo con mi sombrero y me pasee para arregostarme en la pared preventivamente cerca de Francis -Ya es hora de que vayas dando ordenes no Frank- Dije con una enorme sonrisa en mi rostro

Seguí al chico más que nada por inercia, mi mente ya estaba algo nublada y mis extremidades hormigueaban, me apoyé en Midori que era quien tenía más cerca para no caerme al momento de caminar y solo podía pensar en donde estaría Dante ¿Me habrá escuchado? ¿Estará bien? Estaba tan metido en mis pensamientos que no noté cuando entramos en la habitación hasta que nos detuvimos, sin pensarlo mucho me senté donde aquel tipo señalo y me acosté cerrando los ojos soltando un suspiro cansado.

   Kat, despiertame cuando aparezca Dante.   Dije sin importarme el hombre que acababa de entrar, eso era un problema para el Jack del futuro, ahora solo quería descansar como unos 2 días.

Después del torniquete improvisado, los guiaron a un lugar que podía considerarse "un quirófano". O al menos por los implementos porque en una bodega era poco probable encontrar esterilización y esas cosas de hospitales. Midori siguió de cerca a Jack y aunque no cambiaba su estoica expresión, se le veía atento a su amigo. Incluso lo tomó firmemente de la cintura cuando este se le acercó, ya que Midori era el más bajo de los chicos.

Una vez llegaron al lugar, lo dejó que se sentaran donde indicaban y cuando aquel hombre del sombrero pateó el asiento de Katsuo, Midori gruñó. Como reflejo, empezó a hacer sonar sus nudillos pero no dijo nada. No era tan tonto como para iniciar una pelea allí, aunque sí que observaba a quienes estaban alrededor y también el lugar.

- No son nuestros amigos, pero al parecer tenemos un enemigo en común. ¿Es eso? ¿El enemigo de mi enemigo es mi amigo? - se cruzó de brazos quedándose cerca de las chicas, hablando con su usual voz seria y carente de emociones mientras miraba el entorno con atención.

La respuesta que le daba el chico no pilló por sorpresa a Etzuko, aunque le hubiera bastado que le dijera sí o no, algo rápido, así que sólo asintió con su cabeza, dando cuenta que a pesar de no ser lo que le preguntó, se sentía conforme. Acompañó a Jack pero cuando llegaron donde el médico, se quedó más atrás, algo de lo que le había dicho la había dejado más callada de lo normal.

— quiero ir a buscar a Dante — y quizás el resto de las cosas dejadas en el bar, es decir, sabía que habían hablado sobre eso y habían sido muy claro en sus argumentos, pero eso no significaba el dejar a un integrante del grupo, pero a pesar de que estaba decidida, tuvo algo de criterio y no se había dado la media vuelta, sino que esperaba que le dijeran algo, como “esta bien, o te ayudamos o cualquier cosa de esas”, el ser asperger no te hace necesariamente estúpida, sin contar que necesitaba lavarse.

Necesitaba un baño, más en ese segundo que las sensaciones e imágenes la asaltaron, mordiéndose el labio inferior con fuerza.