Partida Rol por web

Ya habían pasado un par de horas desde que Etsuko puso a descargar los videos de las cámaras de seguridad hasta ahora, así que evidentemente ya habían unos cinco videos descargados, aun no eran todos, pero por lo menos ya tenía algo que revisar. Solo para revisar por encima, Etsuko abrió uno de los videos y lo fue adelantando repetidamente. El video que abrió duraba 6 horas exactas, desde las 12AM hasta las 06PM. De seguro todos los videos deben durar lo mismo. Este video era de el día anterior al tiroteo, la calidad de video no era la mejor, pero era lo suficientemente buena como para ver nitidamente algunos rostros de las personas que caminaban por la calle. Al parecer, no habia nada interesante en la grabación que Etsuko revisó, solo se veía gente caminar por la calle y una que otra vez aparecía ella o alguno de los demas del grupo, pero nada mas halla de eso.

Por otra parte, el brazo de Jack parecía seguir funcionando correctamente, aunque una herida de bala no sana tan rápidamente. Aparte del dolor, el trozo de gasa que cubría la herida tenia una gran mancha roja, pero no era lo suficientemente grande como para mojar toda la gasa. En algún momento del día la herida se tuvo que haber vuelto a abrir, al fin y al cabo, Jack ha estado usando su brazo, cosa que no debería estar haciendo. Por suerte la herida no se habia abierto demasiado, era nada mas algo superficial, aun no estaba sangrando lo suficiente como para manchar su camisa. Lo mejor seria cambiar la gasa y limpiar la herida de nuevo para evitar alguna complicación al vestirse.

Al quitarme la camisa para cambiarme y revisarme la herida noté que tenía un poco de sangre, no lo suficiente como para preocuparme pero si algo notable, intenté recordar que movimiento había hecho para abrirla nuevamente pero sinceramente no me importaba, la herida de bala era el menor de mis problemas en este momento. Necesitaba ya ese maldito café.

    Etzuko ¿Aquí hay alguna gasa o algo parecido? Necesito cambiarme la que tengo.    Me acerco a ella para mostrarle que tenía la herida abierta, también necesitaba alcohol y un trapo limpio o un poco de algodón pero era más importante hacer el cambio de gasa.    Es más, ayúdame a cambiarme la gasa y a limpiarme la herida, yo te diré que hacer.

Aunque sabía medianamente como hacerlo debido a mi tiempo en las calles no estaba en condiciones de hacerlo, necesitaba mi taza de café y a Dante, especialmente a Dante, pero por ahora era más fácil conseguir ese maldito café.

No eran los videos que necesitaba, era sólo los minutos antes y nada que no supiera, después de todo, había estado observando las cámaras en su tablet. Eso le hizo pensar en que debía recuperar su dispositivo o mejor, intentar entrar a ella de manera remota, así que usando esa anticuada máquina, comenzó a buscar la forma de entrar en sus computadores de manera remota, así como en su tablet.* 

Jack la interrumpe, algo mal humorada, levantó la cabeza y lo vio sin camisa y con la venda de su brazo con manchas rojas. Lo miró por nos segundos donde no reaccionó, estaba analizando que era lo correcto hacer, así que mecánicamente fue hacia el mueble del baño en donde estaba el botiquín que habían traído, volviendo con la cajita y con las manos lavadas. 

— dime que hacer — le dijo, su sin muchos miramientos o nerviosismo, ejecutó cada una de las instrucciones de su amiga, con esa frialdad pasmosa que siempre la caracterizaba, ya cuando estaba vendado la herida, ahí recién lo miró con aquellos ojos vacío — en estos días me di cuenta que realmente me preocupa que algo les pase a ustedes... intenta no morir, por favor Jack — le susurró, bajando la mirada y cubriendo la herida. 

Mientras le daba las instrucciones a Etzuko la miraba atentamente, me dolía fuertemente la cabeza y me sentía lento, torpe y con un gran cansancio, así que apoyé mi cabeza en su hombro, sabía que no le gustaba mucho el contacto físico pero sinceramente no me importaba, estaba demasiado cansado.

    Tranquila, no moriré, ni ninguno de nosotros.    Le respondí susurrando también ¿Dónde estará ese maldito café?.   Después de recibir un disparo te vuelves muy consciente de tu mortalidad.

Sonreí un poco y solté un suspiro, tras unos de segundos en silencio recordé un momento similar que no terminó bien.   Aunque si ese café que pedí no llega rápido terminaré saltando por la ventana.   Medio bromeé para intentar aliviar un poco el ambiente, las cosas del pasado deberían quedarse enterradas.

Hubo un silencio entre los dos cuando Jack lanzó la broma del café, Etzuko meditó su estaba siendo sincero o no de ella, si realmente se lanzaría por aquella ventana. Ladeó la cabeza por un instante, era más factible que tuviera un ataque de pánico, así que tomó la mano de él y la puso sobre su cabeza, y la movió como si le estuviera haciendo cariño, era su Dante, se lo había dicho. 

    es más factible que tengas un ataque de pánico antes de saltar por esa ventana... pam pam...     hizo el sino de las caricias, y bajó esa mirada vacía, no quería sentirse unida realmente a una persona, pero si lo había hecho con este grupo de inadaptados. 

    siento no ser de mayor utilidad para que estes mejor, Jack, los videos no son suficientes y no creo que pueda bajar todo antes de que pase un nuevo día... soy una inútil sin una computadora, lo siento de nuevo     sus ojos se llenan de lágrimas y ahora era ella quien luchaba por no caer en una crisis de angustia, pero estaría bien, se dijo así misma. Encogió sus hombros, y lanzó una mirada a esas ropas. 

    ¿vamos al local? quizás pueda encontrar mis computadoras... o a Dante     seguía con la mirada baja y los ojos humedecidos por lágrimas que se resistían por caer. 

Solté una pequeña risa cuando Etzuko puso mi mano en su cabeza.   Gracias.   La acaricié un poco más la cabeza para luego sonreír un poco, apreciaba el gesto.

Cuando sus ojos se llenaron de lagrimas le di un abrazo y le acaricie un poco el pelo.   No eres una inútil, tu valor no se determina solo por tu habilidad en la computadora, eres un miembro irreemplazable de este grupo, ninguno de nosotros necesita demostrar su valía a los demás, somos una familia.   Intenté darle unas palabras de aliento pero no me sentía lo suficientemente bien como para tener muy en claro que decir, pero esperaba que el mensaje se entendiera.

Después de consolarla me dirigí hacia la ropa y le puse en la cabeza el cambio de ropa que usaría ella.   Ve a cambiarte, yo haré lo mismo y saldremos de una vez, también intenta caminar con la ropa en la cabeza sin que se caiga, no sabes lo importante que es este paso.   La última parte la dije con una seriedad fingida, aunque ciertamente era importante para mis planes a futuro.

Cuando alargó sus manos hacia el cuerpo delgado de la chica, esta tuvo como una primera reacción el de echarse para atrás, como primera reacción, pero no fue lo suficientemente rápida ni repulsiva como para escapar de sus brazos. La sintió tensarse cuando la sujetó, sus manos rodearon su espalda, estaba muy delgada, nunca había sido buena para comer, pero tampoco es que se saltase las comidas, pero ahora podías sentir las formas de sus huesos. Su cuerpo estaba reaccionando  al estrés vivido aunque ella no parecía hacerlo. También la sintió relajarse y recargarse un poco más en él, aceptando su contacto físico, abandonando sus naturales ganas de huir. Olía dulce, a goma de masticar de fresas, su cabello olía a eso. 

aún apoyada en su pecho, suspiró entrecerrando los ojos. Sabía que habían sentimientos que le eran difíciles de identificar pero qué estaban ahí. Sonrió y cuando se separó, frunció sus labios y puso su mano para sostener la ropa sobre su cabeza.

    no lo sé, ¿por qué es importante?     preguntó, aunque si se puso de pie y caminó hacia el baño con la ropa en la cabeza, sin que esta se cayese. No estaba segura que fuese realmente algo más que la hacker del grupo, a pesar de que Jack se lo dijera, y no era porque no se lo demostrasen sino porque ella misma no había encontrado la forma de hacerse realmente parte del grupo, estaba ahí, pero darse cuenta que le había sido cómoda el abrazo de su amigo y que esos sentimientos se revolvieron en su interior, sacándola de esa neutralidad tan propia de ella, la hizo sonreír, aunque Jack no podría ver ese gesto. 

Ya vestida con el cambio de ropa, parecía un chiquillo demasiado delgado, su cabello lo había ocultado bajo una gorra, y estaba atándose los zapatos cuando su amigo salió con su muda de ropa. 

    vamos..    murmuró, bajado un poco su mentón y ocultando sus ojos vacíos y grises bajo la sombra de la visera. 

Tal vez esa conversación habia sido necesaria para los dos. Preocupaciones y ansiedades se aclararon y cosas que se tenían que decir se dijeron. Tal vez esto serviría para calmar a ambos de alguna manera o tal vez no, pero de seguro esta charla fue para mejor.

No sabían de donde los los demas habían sacado esa ropa, pero sin duda no le prestaron mucha atención a la hora de elegir quien usaría quien. Jack habia terminado con unos pantalones azules no muy diferentes a los que ya tenia y una franela verde. La combinación de colores no era la mejor, pero por suerte también habia una gabardina negra que podía usar para ocultar la horrenda franela. También estaban los lentes y el bastón, que de verdad no eran algo que combinaban con la imagen del Jack que todos conocían. Jack termino viéndose un tanto extraño, no habia nada completamente malo en el si no se le veía la franela, pero al mismo tiempo habia algo extraño.

En cambio, Etsuko si se veía mejor de cierta forma. Su disfraz consistía de unos jeans grises y estrechos que se adherían a sus piernas, una franela rosada, una chaqueta roja y una gorra negra. Parecía una jovencita rebelde mas que otra cosa, y su expresión fría habitual no terminaba de cuadrar con ese estilo al igual que el color de su cabello no cuadraba con el rosado y el rojo de sus ropas.

Una vez listos se dirigieron fuera del hotel. No se encontraron a ninguno de los empleados del hotel que los ven con preocupación a cada rato por el camino, quien sabe donde estarán metidos esta vez. En cierta forma fue mejor de así, ya nadie que sepa como se ven tendría que verlos vestidos de esa forma. ¿Como habrán reaccionado Kat y Midori si los hubiesen visto?

Durante el camino a la parada del bus no pudieron evitar preguntarse como estarían sus dos amigos. ¿Habrán encontrado algo en el apartamento de Brown? ¿Estarán bien? Tal vez no seria una mala idea enviar un mensaje al teléfono de Kat o algo por el estilo. Solo para revisar no estaría mal.

El transporte no tardó en llegar. La camioneta se lleno rápidamente de gente y no tardaron en ponerse en camino a el otro extremo de la ciudad. Fue una sensación extraña, apenas al llegar a la zona roja eran como las 2:30 de la tarde, pero ya se podía ver negocios cerrando, y todas las ventanas de los edificios estaban abiertas. Hasta ahora no habían tenido idea de que tan peligrosa estaba la situación entre las mafias, pero aparentemente estaba mucho mas tensa de lo que creían si es que incluso los ciudadanos normales se ven afectados hasta este nivel.

La camioneta no pasaba frente a donde quedaba el bar de Brown. Lo mas cerca que los podía dejar era un par de cuadras mas lejos, pero en cierta forma eso les convenía. Edward les habia dicho que eran pocas las personas que estaban buscándolos a ellos en especifico, pero aun así, tomar precauciones no tendría nada de malo.

El bus alcanzo la parada que mas les convenía y ambos bajaron. Tenían varios lugares a los cuales podían ir en busca de información, no estaban cortos de opciones, para empezar podían ir al bar de Brown, también podían visitar al dueño del almacén de donde Brown sacaba su mercancía, preguntar a los mercaderes locales, etc, pero al mismo tiempo, estaban en la zona mas peligrosa de la ciudad, sobretodo para las personas que estaban involucradas en toda esta guerra de mafias que se estaba desatando en esta parte de la ciudad, como era el caso de ellos dos les gustase o no.

Tras la charla con Etzuko me sentía levemente mejor, menos irritable pero todavía me dolía la cabeza, aunque después de ver el completo crimen a la humanidad que era la selección de ropa que nos habían traído la idea de saltar por la ventana era más atrayente, aunque quizás lanzar al maldito señor trajeado sería más prometedor.   Estamos en Norcorea y la policía de la moda nos estaría disparando en este instante.   Yo no era alguien extremadamente exigente con la ropa que usaba, no me preocupaba mucho por eso, pero esta combinación de colores y distintos estilos de ropa estoy completamente seguro que podrían contar como crímenes de guerra.

Me cambié rápidamente y me puse los lentes de sol, tenía que ir con los ojos completamente cerrados para irme acostumbrando a fingir ser un ciego, el bastón lo extendí y probé un poco a caminar con el, ciertamente era difícil ser ciego, menos mal que tendría a Etzuko para guiarme y aun podría usar mis ojos.

   Admiro a los ciegos.   Dije en voz alta, realmente no a nadie en especifico, solo un pensamiento al aire. Tras ese momento de reflexión saqué mi teléfono y rece a todos los dioses que conocía, incluso a Santa Claus y al conejo de pascua para que la maldita señal de esta ciudad sirviera de algo y me permitiera enviarle un mensaje a Kat

Hiere mis sentimientos que hayas creído que Etzu y yo nos hayamos escapado sin avisarles unu, creí que era más evidente que solo no quería ver tu feo rostro por unos minutos.

Ya nos cambiamos y estamos saliendo, si estás con Sr. Pistola de Juguete dile que para la próxima que escoja ropa que no parezca sacada de artículos perdidos.

El resto del camino lo pase en silencio, no quería hablar ya que todavía me dolía la cabeza como el infierno y necesitaba reunir la mayor cantidad de concentración que me quedara para idear un plan de acción una vez llegásemos ¿Ir al bar? Seria muy evidente y muy estúpido, estaría extremadamente vigilado y con el simple hecho de acercarnos ya era sospechoso ¿Al almacén donde conseguía sus cosas? Una opción valida pero no como para ser el primer lugar.

   Etzu.   Le puse la mano en el hombro y deje que me guiara.   Nuestra primera parada será el café de Iris, necesito 5 litros de café ahora mismo.

El café de Iris no estaba muy lejos de donde estábamos, solo unas 3 o 4 cuadras caminando y llegábamos, no podíamos perder el tiempo pero ya empezaba a sentirme realmente enfermo, era ir a un café o yo desplomarme en mitad de la calle y esperaba que Etzuko pudiera entender eso.

La joven recogió un rizo pálido que caía por la gorra que se había puesto, girándose hacia su compañero. sus labios dibujaron la mueca de una suave sonrisa, antes de decirle que no era cierto de que estuvieran en Norcorea y que que aún así le gustaba, aunque no aclaró si se refería a la ropa o a otra cosa, porque se puso delante de él, para que la siguiera. También le dijo que podría llevar los ojos abiertos, no necesitaba llevarlos cerrados, pero el chico insistió en eso, lo que lo hacia eventualmente inútil en lo que iban a hacer.

Ya cuando caminaban por la calle, miraba a todos lados, esperando encontrar a Dante, pero Jack estaba con ganas de café, la joven se encogió de hombros, y se giró un poco hacia él.

— de acuerdo, vamos... ¿te escribió Kat? ¿Qué dijo? — consultó, buscando ahora el café, y también estaba buscando a otros gatos callejeros, había una leyenda urbana que dice que si le cuentas a los gatos callejeros que tu gato se ha perdido y lo describes, ellos pueden encontrarlo. 

— ¿Cuándo nos podremos ir? — preguntó, mordisqueando el labio inferior, mostrando al fin nervios e incomodidad por lo que estaba viviendo. 

   No sé si Kat habrá respondido, si quieres puedes revisar.   Le respondo a Etzuko mientras meto la mano en mi bolsillo y se lo paso, no había pensado en que tener un teléfono táctil podría ser perjudicial para mi disfraz pero siempre podía alegar que era de Etzuko y no mío.

Luego caí en cuenta de algo muy importante, si lograron descubrir algo de información de nosotros y el viejo entonces podrían descubrir nuestros números de teléfono y con eso podrían saber nuestra ubicación, puede que ya lo hayan hecho aunque si es así ya habrían venido a por nosotros.   Etzuko ¿Cómo haces para rastrear la ubicación de alguien por su teléfono?.

Como hayan estado siguiendo nuestros pasos muy probablemente nos estén esperando en algún lugar para una emboscada, por suerte decidimos no ir inmediatamente hacía el bar, hice a Etzuko caminar un poco más rápido al café, no quedaba mucho ya que podía verlo a la distancia así que quería llegar rápido porque teníamos que resolver ese problema rápido.

Cuando entramos al café de Iris caminé directamente hacia la caja registradora para hablar con ella, además de pedirle mucho café.

En la parada en la que ambos se habían bajado del bus, el café de Iris quedaba un poco mas lejos que el Bar de Brown, pero apenas tardarían unos diez minutos y poco mas caminando para llegar. Caminar por la calle nunca habia sido tan estresante. A pesar de que Francis les habia dicho que, incluso en la Royal Room, muy pocas personas los deberían estar buscando precisamente a ellos, cada paso que daban en la calle estaba lleno de ansiedad. No podían evitar sospechar de cada persona que pasaba junto a ellos, no podían evitar mirar dos veces cada callejón al que se acercaban. Habia poca gente en la calle a pesar de la hora que era, pero cada persona que aparecía tras una esquina era un potencial peligro, y las mirada de los pocos transeúntes que repararon en ellos pesaban mas que nunca. Definitivamente pudieron haber estado mas tranquilos durante el recorrido, pero sentirse así era algo que no podían evitar. De un momento a otro, Jack y Etsuko terminaron por llegar el familiar edificio en el que se encontraba el café de Iris. Nada habia ocurrido durante el trayecto, estaban sanos y salvos.

Normalmente el café de Iris tiene mas clientes a estas horas, pero hoy habia poca gente. Definitivamente esta parte de la ciudad estaba siendo afectada por la disputa de las dos mafias. Todo el ambiente es silencioso y hay una especie de tensión en el aire, un pesar que afecta a todos, a los involucrados, a los inocentes e incluso a los mas ingenuos, nadie era una excepción y la clientela de hoy reflejaba esa pesadumbre perfectamente. Solo habia alrededor de siete u ocho personas dispersas en las mesas del café, solo una tenia a un par de chicas que de seguro vinieron a tomar o comer algo. El resto de las mesas estaban ocupadas por personas mas adultas sentadas en solitario, algunos con miradas oscuras, otros con miradas tensas y uno de ellos estaba hablando por teléfono. En ese estado del café, Jack se acerco a la caja. Como siempre, Iris era la persona que estaba atendiendo. Por su mirada se notaba que estaba un tanto frustrada, con esta clientela de seguro debía estar preocupada por su negocio. Estaba contando algo de dinero tras la caja que guardó rápidamente cuando se percato de que alguien se acercaba. En un principio no reconoció a Jack, pero tampoco le tomo mas de un corto instante ver a través del “disfraz” que se suponía debía ocultar su identidad.

- J-… ¡Jack! -Dijo con un tono de voz y una expresión que hacia parecer que acabase de ver un fantasma- ¡¿E-estas bien?! ¿Que haces aquí?

Cuando Iris alzo la voz de esa forma, algunos de los clientes alzaron la mirada hacia la caja, pero rápidamente perdieron interés. Desde su punto de vista, sea lo que sea que estuviese pasando en la caja no era de su incumbencia.

Cuando le entrega el móvil, la joven lo enciende, aunque antes, parece revisar algo a su alrededor, pero luego mira la pantalla, y ve si su compañero había dado señales de vida. Jack, por su parte, se ponía nervioso, decidido a perderlos, pero Etzuko seguía muy normal, casi como si nada estuviera pasando y para ella era claro, si los siguieran, lo harían desde la salida del hotel, y si los encontraran los que mataron a su amigo, ya los hubieran acribillado. Así que era mejor seguir actuando, sabiendo que la otra opción es quedarse encerrados en el hotel, esperando que no los maten.

— hackeo las antenas... cada una de ellas ha triangulado nuestra ubicación, no es muy dificil, también puedo infiltrar estos móviles, es muy sencillo... por eso ocupo de este tipo — le muestra un teléfono sencillo, bastante antiguo, pero nada de teléfono inteligente — con estos móviles, tienes tu vida en manos de cualquier demente como yo... — esperaba que eso lo tranquilizara, pero no, la hizo dar vueltas a pesar de que estadísticamente era poco probable que les hicieran algo, de momento a lo menos, y que consideraba una pérdida de tiempo ir a ese café, pero que entendía que necesitaba café, después de todo, era una adicción. En pocas palabras, le dijo que era un adicto y que si los mataban, sería por eso.

Ya en el local, la joven se sentó en una de las mesas cercanas a la ventana una vez que se dio cuenta que había sido descubierto su amigo, así que no necesitaba hacer de lazarillo. Había sido un juego algo aburrido, ahora que lo pensaba, sentir su mano en su hombro todo el tiempo, había sido muy incómodo. 

Escuché a Etzuko con atención y asentí con la cabeza, habría que conseguir uno de esos teléfonos para cada uno de nosotros, tendría que preguntarle a Francis.   ¿Qué crees que Onosuke podría hacer si tiene tus cosas?.   Le pregunté aunque en verdad no esperaba una respuesta, mas bien no quería una respuesta.

Al llegar al café y ver que nuestro intento de disfraz no funcionó suspiré y me quité los lentes, miré a Iris con seriedad.   En este momento estoy muerto así que necesito 2 cosas de ti ¿Podemos hablar en un lugar más privado?.   Tras decir eso miro en dirección a Etzuko y le hago un gesto para que se acerque.   También necesito café, todo el que puedas darme, por favor.   Nunca le había comentado de que tenía una fuerte adicción al café pero tampoco es que haya intentado ocultar.

Esperando su respuesta miré a nuestro alrededor intentado fijarme en las personas que todavía estaban en el café, la paranoia de que algún miembro de Onosuke nos estuviera vigilando me estaba enloqueciendo, sabía muy bien que cuando estás acechando a alguien primero tienes que dejarlo consumir por su paranoia, además si desde hace tiempo sabían nuestra ubicación y ellos creían que sabíamos algo del objeto que tenía el viejo ¿No sería lo más inteligente simplemente dejar que lo encontráramos por ellos y luego asesinarnos para obtenerlo? A veces agradecía ser un paranoico conspirativo.

En un principio, Iris sonrió en su sorpresa al ver a Jack frente a ella, pero cuando el chico le dijo que en ese momento estaba muerto con tal seriedad, pareció captar la situación rápidamente.

- Dame un segundo -Le dijo a Jack al mismo tiempo que le hacia una seña para que esperara- ¡Mili! -Llamó a su compañera de trabajo- Necesito que me cubras un segundo.

Iris fue a hablar un segundo con su compañera de trabajo y dejo a Jack parado frente a la caja registradora por un par de minutos mientras convencía a su compañera de hacerle el favor de tomar su puesto en la caja por un rato mientras ella iba y hablaba con Jack. La negociación pareció terminar exitosa y regreso con Jack.

- Ven, vamos a la cocina, allí no hay nadie y te puedo preparar un café. -Le en voz baja y acercando su cara con una sonrisa bastante a la de el desde su lado del mostrador.

Al parecer Iris aun no se habia percatado de que Etsuko también estaba allí. O bien era por culpa de que Etsuko no se ha acercado al mostrador, o bien porque estaba tan centrada en Jack que simplemente estaba ignorando todo lo demas.

Asentí con la cabeza a Iris y la seguí a la cocina, esperaba que Etzuko nos siguiera también y si no podía quedarse a vigilar si alguien nos seguía a la cocina.

   Si puedes darme 5 litros de café realmente te lo agradecería y me salvarías la vida.   El olor de café y el ambiente me estaba enloqueciendo.   Por cierto ¿No has visto a Dante? Tengo un tiempo sin verlo y realmente estoy preocupado por él.

A pesar de que nunca me separaba de Dante no era raro que no supiera donde está después de todo no puedes controlar a un gato, en esos momentos simplemente esperaba un poco y terminaba encontrándome pero con la situación actual no contaba con que apareciera, aunque quería que solo fuese así, necesito a Dante para ser funcional.

Como Jack la había reprendido por haberse entrometido con la vendedora de la tienda, la joven hacker se quedó en la misma silla donde se había sentado antes, con sus manos cruzadas delante de ella y sosteniendo su cabeza, mientras miraba hacia afuera. Su expresión anodina era signo que no le era de interés alguno el estar en ese sitio, pero como su compañero había insistido con la taza de café, hacia accedido. Por otro lado, estaba pendiente de la calle, por eso se había quedado sentada en aquel lugar, esperando encontrar a Dante. 

Iris guió a Jack hacia la cocina sin reparar en ti de alguna forma. Por un momento te sentiste como si tu existencia fue completamente ignorada tanto por Iris como por Jack, aunque tal vez eso no eran mas que imaginaciones tuyas, si, tenían que serlo.

Desde donde estabas sentada podías ver claramente hacia la calle gracias a la gran ventana que estaba justo junto a tu asiento. La ausencia de personas caminando por allí a pesar de la ahora seguía dando esa sensación extraña que habían sentido tu y y Jack desde que se bajaron del bus hace un rato, y ahora que estabas sola, pesaba aun mas en el ambiente. Todo se sentía pesado, desde las voces de los demas clientes hasta el caminar de las pocas personas que pasaban frente al café, el ambiente era desesperante de cierta forma, cada persona que pasaba frente al café te daba una sensación de ansiedad, era como si pudieses sentir las preocupación y el miedo de todas las personas que pasaban frente al café, se veía en sus ojos, cualquiera podría percatarse de eso si se fijaba por un segundo en las personas que caminaban por allí. Todos se veían igual todos excepto dos personas, y no podría ser nada mas que mala fortuna el hecho de que reconociste al instante a esas dos personas.

De entre todas las personas que viste en la calle, las únicas dos que no tenían esa aura de pesadumbre eran nada mas y nada menos que dos de los personajes que atacaron al bar de Brown hace tres días, y tampoco eran unos de los secuaces cualquiera de Onosuke, si no que se traba de la chica del parche que le rompio la cabeza a Kat y el pelirrojo que casi le rompe un brazo a Midori. ¿Porque rayos estaban allí? ¿Los habían estado siguiendo? No, ya llevabas un rato allí sentada, si los hubiesen estado siguiendo hubiesen llegado mas rápido, ademas, ambos parecían estar caminando bastante relajados, incluso podías ver como la chica iba hablando mientras caminaba ¿Era una coincidencia? Tal vez estaban simplemente de paso, si, de seguro era eso, al fin y al cabo ¿Cuales eran las posibilidades de que los hallan encontrado? Aun así, parecían estar dirigiéndose hacia el café... No, eso no podía ser, nadie debería estar enterados de donde estaban tu y Jack ¡Ni siquiera Kat y Midori lo sabían! Pero con forme el pelirrojo y la chica se acercaban al café se volvió evidente que iban a entrar, iban directamente hacia la puerta. ¿Que podías hacer? ¿Llamabas a Jack y a Iris? ¿Te quedabas allí sentada y esperabas a ver que ocurría? Quien sabe, era posible que el “Disfraz” que les dejo Edward funcionase para algo… Aunque también puede que no.

- No, no he visto a Dante. -Dijo Iris un tanto desorientada por tu repentina pregunta- ¿Se te escapo de nuevo?

Iris te guió hacia la cocina aun sin percatarse de Etsuko, o bien el disfraz que Edward les dejó habia funcionado bien, o simplemente Iris no se habia fijado en que habías entrado acompañado de alguien, sea cual sea el caso, lo cierto es que Etsuko se quedó sentada junto a una de las ventanas desde la que podía ver hacia la calle, si alguien poco deseable para ustedes dos entraba por allí, ella se daría cuenta.

Una vez en la cocina, Iris, siendo la persona considerada que era, no tardó en hacer algo al respecto sobre tus suplicas de café. Lo primero que hizo al entrar a la cocina fue buscar un poco de café instantáneo y encender la maquina para prepararte una taza mientras. La cocina era pequeña, mas pequeña incluso que la del bar del viejo, pero tenia espacio suficiente como para una mesa, un par de sillas, una nevera y una despensa. Dentro de la cocina los lentes cromados comenzaron a molestarte, lo único que iluminaba el ambiente eran un par de bombillos, así que lo único que estaban haciendo los lentes era entorpecer tu visión.

- Jack… -Comenzó a hablar Iris mientras preparaba tu taza de café. Podías notar que habia un poco de inseguridad en su voz- ¿P-puedo preguntar que ocurrió en el bar en estos días? Lo único que se es que hubo un tiroteo o algo así y que al día siguiente el local del Señor Brown amaneció incendiado, todos ustedes habían desaparecido y entonces comenzó todo este desastre en la ciudad… -Iris dejo salir un suspiro a la vez que terminaba de preparar la taza de café y la ponía frente a ti- Me tenias preocupada, ¿Sabes? ¿Que fue lo que paso?

Comenzó a determinar las posibilidades, obviamente lo primero que pensó es que los habían atrapado y que los estaban siguiendo, pero se acercaban con tanta tranquilidad, que era imposible. Se fijó en sus movimientos, en sus expresiones, no era buena determinando las emociones, pero si podía determinar patrones y esta gente parecía  relajada. Entornó sus ojos y de manera rápida, se levantó y se fue directo a la puerta por donde había entrado su amigo. No esperaba encontrarlo en alguna situación comprometedora, y aunque si fuese así, no le importaría mucho. 

Abrió la puerta, y buscó a su amigo rápidamente, sin esperar nada.

— debemos irnos, vienen los del bar, no creo que nos estén buscando, pero debemos irnos ahora — cierra la puerta tras de sí, evidentemente no confiaba en el disfraz que traían, o mejor dicho, no quería arriesgarse.