Partida Rol por web

Disparo con ballesta a uno de lis kobolds viendo al jefe demasiado lejos y cubierto para intentar atinarle... -Muere kobold!-

Tras sufrir el fortuito ataque de uno de los kobols intento lanzar mis espadazos a uno de ellos para ir acabando con alguno

El combate comenzó y los proyectiles surcan el aire en ambas direcciones, el grupo invasor dispara al líder de los asaltantes y el líder intenta contestar el fuego sin suerte. Mientras debajo los kobolds avanzan sin decisión, el miedo les hace temblar las rodillas obviamente obligados a batirse en un combate que no quieren.

Uno de ellos en un molinete ridículo con su espada demasiado corta como para tenerla en cuenta acierta un corte superficial sobre Falanar, este le contesta con un corte que lo mata en el acto. El kobold que está a un costado mira como su compañero murió de un corte y abre los ojos aun más hasta el punto que parecieran que van a caerse al suelo.

Detrás de ese defensor los gritos ahora mucho más cerca se ve que los causaba, unos seis kobolds pertrechados de igual manera que los demás avanzan decididos a defender su guarida con el mismo ímpetu que sus compañeros.

Después de un tiempo que no pueden precisar la vista vuelve a estar enfocada, esos sonidos lejanos que les costaba discernir y no podían saber que los producía se fueron aclarando. El equilibrio aun errático les hace darse cuenta de que correr no es una posibilidad sin riesgos, se incorporan sosteniéndose de las paredes unos instantes y tras mirarse entre si giran ambos el rostro hacia la misma dirección, un túnel que se proyecta y sonidos de combate sumados a gritos de dolor.

Escucho los ruidos de batalla y pronto tomo mi espada bastarda entre manos y le hablo Altair. -Vamos! Parece que la fiesta empezo sin nosotros! Demonos prisa...- aparte sabia que la fuerza de ellos dos era elemental para defender al grupo de amenazas, desconocidos al fin, pero con un trabajo en común hacia Randamis y si los diesmaban sería mas dificil lograr el objetivo o salir con vida.

Viendo que la vía diplomática no funcionaba, Ivan decidió continuar atacando con la esperanza de que los diminutos monstruos se batieran en retirada.

Altair recoge su espada del suelo, se vuelve a acomodar el escudo y sacude su cabeza con un insulto en los labios. 

Maldita sea, parece que llevase un mes inconsciente, esos asquerosos kobolds van a probar el acero.

Le da a Bronas una palmada en la espalda y sale disparado al combate junto a él.

No me gusta tener que matar a ninguna criatura que no lo merezca pero, si queremos llegar hasta el pequeño ser alado que da las órdenes, hemos de abrirnos camino. - ¡Torm, guía mi mano! -

Una pequeña marabunta de kobolds se lanza sobre el grupo repartiéndose de manera desordenada y como les daba su limitada inteligencia. Uno fue contra Kan gritando desaforado y pasando de largo, a su costado otros dos más pero contra Sateru avanzan con toda la fiereza que una criatura de medio metro de altura puede imbuir. Una pasa de largo quedando un par de pasos por fuera de la cueva y la otra también corría la misma suerte hasta que se chocó con Sateru, pero con tan mala suerte para el mago que lo primero que impactó contra su cuerpo fue la diminuta espada corta que el kobold sostenía.

Los otros tres, van directo contra Iván que lo ven atacando a su líder. Gritan desaforádamente haciendo remolinos con sus brazos buscando acabar con el agresor. Si uno se pusiera desde lejos para apreciar las técnicas de combate de los kobolds se pondría a reírse con gusto pero estando inmerso en el combate la cuestión era otra. Esos remolinos pasan cerca y cada vez más cerca, Iván retrocede un par de pasos hasta que se topa contra una pared, se recrimina a si mismo por quedar encerrado literalmente entre la espada y la pared. Busca alejarse del lugar y no puede, escucha que las diminutas espadas cortas repiquetean contra la roca y suspira un instante, pero en ese suspiro de calma siente que dos de las armas si entran por suerte un poco en sus piernas haciendo sendos cortes.

Continuo atacando a los kobolds para ftrenarlos pero mis virotes viajan lejos sin acertar a las pequeñas creiaturas que logran esquivar exitosamente mis disparos...

Todo parecía un caos, y mas con el estilo de lucha de aquellos Kobolds.

JAJAJA, rio mientras sigo lanzando espadazos a todo lo que tengo cerca, pequeñas criaturas deberías de temernos más a nosotros que a vuestro alado líder. Caeréis una a una, y vuelvo a soltar una risotada, mientras continuo luchando, JAJAJA

El grupo si bien está produciendo sus primeras bajas también recibe varias heridas que van haciendo mermar las fuerzas de los atacantes. El líder no está preocupado por su gente, sigue dando órdenes desde su seguridad en lo alto de la cueva mientras que los kobolds van cayendo con cada espadazo.

Iván con un certero disparo de ballesta lograr acabar con otro defensor pero la respuesta no se tardó en hacerse llegar, Dourg ve que uno de los suyos ataca a Sateru, el único que lo sigue atacando y al ver sangre en las ropas del mago busca de acabarlo con un piedrazo. Retrocede en su cornisa y se asoma con un gran peñasco que balancea sobre su cabeza, espera que se separen los suyos un instante, no porque no quiera lastimarlos, sino porque le tapan parte del objetivo y no quiere desperdiciar la oportunidad. Los kobolds dan ese hueco y Dorug lanza el peñasco que impacta de lleno sobre la humanidad del mago que cae seco contra la dura roca quedando inconsciente.

Todo el grupo de aventureros se da vuelta para ver a su compañero caer sólo por un instante dado que tienen que seguir combatiendo pero sabiendo que esto es en serio. Que lo mismo les puede pasar al resto en cualquier momento. Siguen defendiéndose y esperando salir airosos hasta que escuchan gritos por detrás, se sorprenden al igual que los kobolds que retroceden un par de pasos al ver a dos figuras ataviadas con armas y armaduras entrando a la cueva. Son Altair y Bronas que entran en el momento justo para ayudar al resto de los compañeros que todavía sigue en pie.

Ivan apunto esta vez al jefe, al Dorug. Puede que si mataba al lider el resto de kobolds se desmoralizaran y huyeran. 

Me avalanzo hacia un pequeño Kobolds con mi poderosa espada bastarda... -Aaaaahhhh-

El guerrero vio su oportunidad de entrar en el medio de la refriega, los kobolds al verlo abalanzarse sobre ellos retrocedieron tanto por la rudeza del recién llegado como su fiereza.

De nuevo tengo la oportunidad de atacar, y lo hago casi con reticencia. Si bien los kobolds son asociados al mal, siempre me dio la sensación de que lo eran más por su incompetencia, estupidez y bajos instintos que por verdaderos deseos de ser malignos.

- ¡Apartaos! ¡Marchaos de aquí! ¡No queremos haceros daño!

Con la llegada de los dos combatientes los kobolds se la pensaron en serio, ya dos fornidos guerreros y uno de los mismos con un rostro que daba miedo de lo fiero les hizo temblar tanto las rodillas que era inentendible como no se quebraban. Empezaron a retroceder de manera desordenada pero el urd desde las alturas les grito algo que les hizo quedarse un instante viéndose entre ellos. Algo les dijo que les hizo pensarse el escapar y volver a encarar a la amenaza, gritaron y corrieron de un modo aun más desordenado y arremetieron contra el que chocaban.

Varios kobolds terminaron enfrentándose contra dos de los agresores y en esa nueva oleada de remolinos de dagas casi para sorpresa de los guerreros les impactaron sin poder entender como lo lograron. Dos dagas lastimaron a Ghius y otro a Bronas que lo miró con desprecio por parecerle algo menos que un insecto incluso.

-Atras atras...- grita a los kobolds ensarsados en combate disparando e intentando aullentarles sin éxito alguno...

Había que seguir atacando a esas criaturas, que por más amenazas que las dijéramos, seguían temiendo más a su lieder que a nosotros.

Y mientras sigo soltando espadazos con mis cimitarras a los kobolds, lanzo una mirada al ser que parece su líder.

JAJAJA, dentro de poco temerán mas a nuestras espadas que a tus palabras pequeño ser.