Partida Rol por web

Le sonrío al pirata bonachón y le doy las gracias con un besito en su mejilla. Me recuesto en el catre que me ha indicado y rápidamente, comienzo a dormirme.

- Gracias..., le digo entre dientes mientras el sueño me vence.

Todos dormís plácidamente en el barco.

¡¿Que no lo estallaremos?! joder.. pues yo me pensaba que sí. - dice decepcionado por las palabras de su compañero.. - bueno, nos podríamos infiltrar en su navío perfectamente.. aunque me voy a adaptar a vuestros planes, así que vosotros decidís.. ¡pero vámos ya! - dicho eso emprende la marcha hacia nuestro barco. - vamos a necesitar pólvora igualmente, ¿no? pues vamos al barco a cojerla y pensamos que hacer por el camino..

Vargo empieza a caminar hacia el puerto.

Lo demás dudan un momento, pero deciden seguirle.

Jajajaja, depnde de para qué, querido Markus. Rió mientras se levantaba y volvía a su asiento.

Baaaah, no digas eso hombre. Tres días te pasarán volando, y tendrás tiempo de averiguar todo lo que quieras sobre esa tal Pillmore... Le guiñó el ojo y bebió otro trago de su jarra. Además, igualmente nos sevirán para poder reparar el barco.

Mientras camino al lado de Vargo y de Josef, voy cavilando tratando de pulir el posible plan.
Finalmente, digo.
Bueno. Creo yo que el lugar adecuado para colocar esa carga y causar el máximo daño posible, seria en la articulación del timón del navío de Jacob.
De este modo, podemos lograr hacer una vía de agua o bien, destrozar el gobierno de la nave. En cualquier caso, sera una bonita explosion.
Miro de reojo a mis compañeros y añado.
Si, no lo puedo evitar. Me gustan las explosiones.
Entre tanto, mientras hablo, llegamos hasta los muelles del puerto. Y allí, a nuestra derecha, se encuentra, amarrado por proa, nuestra nave. Y al verla, una sonrisa aparece en mi rostro.
Bueno compañeros, cuando queráis, empezamos el asunto.

Jack, Peter y Vargo suben a su navío en busqueda de los elementos necesarios para el sabotaje.

En la bodega tenéis barriles de polvora. Algunos grandes y después unos pocos pequeños de un kilo.

Embarcamos a través de la pasarela de la amura de estribor. Y de inmediato, nos dirigimos a la escotilla de acceso a la bodega. Situada, entre el palo mayor y el trinquete.
Tras abrirla, bajamos por la escalerilla y ya en la segunda cubierta, nos dirigimos hacia la popa del barco. Abrimos una recia puerta de roble remachada por clavijas de bronce y aparecemos en la santa barbara de nuestro buque.
Me adelanto entonces y examino su interior.
Y en uno de los costados de la sala, apilados unos encima de otros, veo unos pocos barriles de pólvora granulada.
Con cuidado agarro uno de los barriles y lo abro. Examino la pólvora de su interior y me cercioro de que esta convenientemente seca.
Abro entonces uno de los barriles mas grandes y vierto, con cuidado y lentamente, la mitad del contenido del barril de un kilo en el otro barril. Cierro este y sopeso el mas pequeño. Asiento satisfecho y, a continuación, agarro unos trozos de lona seca que hay en el suelo. Voy metiendo la lona con cuidado ejerciendo la presión justa para comprimir la pólvora y hecho esto, agarro la tapa del barril. Con la punta de mi afilado sable, perforo un agujero en la madera.
Apenas tiene un centímetro de diámetro. Y hecho esto. busco en una de las cajas de la santa barbara, el ultimo elemento. Una mecha.
Examino varios rollos hasta dar dar con uno del grosor necesario. Corto con mi sable unos tres palmos de mecha y la paso por el agujero que he hecho en el barril.
Hecho esto, coloco la tapa en su sitio y voy introduciendo la mecha hasta que noto que llega a la lona que cure la pólvora. con un giro lento de la muñeca sigo introduciendo la mecha hasta que noto que la resistencia cede. La mecha ha llegado hasta la pólvora. Aseguro entonces la tapa del barril y girándome hacia Vargo y Josef digo.
Yo ya he terminado. Teniendo en cuenta la cantidad de mecha y el grosor de la misma, creo que tendremos unos tres minutos para alejarnos antes de que el regalo estalle. Y cuando estemos colocándolo, que no se moje.
Me encamino entonces hacia la puerta de la santa barbara con el barril debajo del brazo izquierdo y añado.
¿Nos vamos?.

Bueno.. tres minutos són muchos sabiendo que esto petará, así que.. no problem. - sonríe a Vries mientras ve que sale y lo sigue haca el navío enemigo.

El barco de Jaboc está amarrado unos cuatro barcos más alla del vuestro. Camináis por el puerto, como si estuvieséis paseando, sin llamar la atención, sin levantar la voz, dejando el barril de polvora oculto entre vosotros. La noche ayuda a que seáis invisibles a los ojos de la poca gente que veis en el puerto. ( o por lo menos, nadie presta atención a tres piratas en un puerto pirata )

Llegáis a unos metros del barco de Jacob, y podéis ver que al parecer, no hay nadie que lo vigile. Sin embargo, en ese momento divisáis una tenue luz rojiza sobre su cubierta. Seguramente sea uno de los hombres de Jacob fumando un puro en la cubierta.

Varias cuerdas ascienden desde el muelle hasta el barco y algunas están colgando del muelle hasta llegar al agua.

Ya frente al buque de Jacob. Examino la situación con detenimiento. Nos hallamos parados a la sombra de la fachada de unos almacenes y, desde allí, todos podemos ver el brillo de una brasa.
Parece que hay algún tripulante de guardia.
En voz baja, para que solo puedan oirme mis compañeros, digo.
Esto quizá sea un problema mas difícil de lo que creía. Uno de nosotros puede encargarse de colocar el regalito mientras los otros dos, tratamos de atraer la atención del guardia.
bajo un poco mas la voz y añado.
Y el que se infiltre, ha de ser el mas silencioso de nosotros. ¿estáis de acuerdo?.
Y otra cosa. Recordad que yo llevo un mechero de yesca encima. El que vaya a poner el barril, que lo lleve, que tendría su gracia colocar la bomba y olvidar el mechero para prender la mecha.
Y dicho esto, sonrio levemente.

Vaya vaya.. sigilo eeeeh.. me parece que yo soy vuestro hombre.. jejeje.. - ríe en voz baja. - dime, ¿que tengo que hacer?

Lo primero que hago al oír a Vargo, es sacar el mechero de uno de mis bolsillos y dárselo. Después, miro el barco de Jacob y digo.
Intentemos que sea rápido y facil. Un objetivo asequible.
Miro a Vargo y digo.
Al estar la pólvora compactada, sera una explosión bastante potente. Hubiéramos podido hacerle una buena vía de agua al barco de este imbécil. Pero quizá, sea demasiado difícil que te cueles en las entrañas de la nave.
Vuelvo a mirar al barco.
Creo que sera mejor, que coloques la bomba en la base de uno de los mástiles. Eso inutilizará el barco de Jacob durante bastante tiempo. Por supuesto, creo que habrá potencia suficiente para partirlo. Y quizá, de propina, te lleves al guardia por delante.
Coloca el paquete en la base del primer mástil. El trinquete. Es mas delgado que el palo mayor y te pilla bastante cerca.
Le paso entonces el barril a Vargo y ya con las manos libres, compruebo las cargas de mis pistolas.
Suerte. Y como hayan problemas, asaltaremos esta bañera y desollaremos al que haga falta. Eso no lo dudes compañero.
Y no puedo evitar sonreír ante la agradable perspectiva que se nos presenta.

Uno de los estibadores del puerto entra a la taberna. Muchas mujeres se giran al verlo llegar. Se escuchan los murmullos de ellas cuando pasa por su lado. Sin embargo, él parece no inmutarse y se dirige lentamente hacia la barra, donde el tabernero le sirve un ron.

Me seco el sudor y me quito las manchas de mi cara con un trapo, mientras cojo la jarra que me entrega Bill y me la bebo de un trago. Un poco de ron cae por las comisuras de mis labios, mientras apoyo con fuerza la jarra sobre la barra y automáticamente, Bill me pone otra.

- Uff. Que sed que tenía... -, digo mientras paso mi brazo por mi boca, limpiándola de ron.

- Maldita sea... -, digo entre dientes cuando pierdo cuatro monedas en el juego.

Esas eran para darle de comer a mis niños... maldición...

- Voy otra vez con dos monedas. -, digo mientras apuesto otra vez en otro juego.

Mi mirada pasa por todas las personas de la taberna, pero hay una de ellas que me llama mucho la atención. Es... no, no puede ser... hace mucho tiempo que no la veo por aquí... ¿Podría ser...?

Decido acercarme a la mesa con mi jarra para verla mejor y por fin me doy cuenta que es ella...

- Hola, Capitana... ¿me recordáis? -, le digo con una sonrisa.

¿Hm? Mery alzó la mirada, dejando la jarra lentamente sobre la mesa. Tú.... Fuerza la vista y se pone de pie, caminando hacia él. ¿Tú eres...? Le toma la cara y lo examina de cerca ¿Quién eres tu?

Jajaja.. me hierve la sangre, jajaja.. - ríe aunque hace lo posible por aguantarse.. - vale. - dice ya un poco más calmado - es pan mojado con vino. - una vez ha terminado la gilipollez de frase, coje el barril, el mechero y poco a poco se encamina haci el barco evitando ser detectado.

- ¿Es que ya no recordáis al que repara vuestro barco cada vez que fondeáis en el puerto? -, le digo mientras bebo un sorbo de ron. - El ron está haciendo mellas en tu memoria, Mery Red. Soy Peter, el mecánico, ¿no me recuerdas? -