Partida Rol por web

Gracias Monarca - digo regresando lo a su pokeball - Sin temor, vamos de nuevo, Marquesa Electrotela - si Misty quería movimiento de agua eso le iba a dar - Emperador, Escaldar a Golduck

Golduck no fue capaz de reaccionar pues se había quedado enredado en la electrotela que Galvantula había lanzado sobre él, y una vez más el pokémon de tipo eléctrico lanzó una fuerte descarga sobre él y lo dejó fuera de combate. Starmie también recibió parte del daño y ahora fue ella la que quedó enredada.

Ahora que Starmie estaba sola en el combate, Misty lo tuvo claro. ¡Ha llegado la hora de hacer surf! Acaba con los dos pokémon de golpe! Le dijo la entrenadora a la líder. Empoleon estaba lejos de su posición y Galvántula no era un pokémon muy resistente, así que ambos rivales recibieron un duro golpe, aunque la peor parte se la llevó el pokémon bicho que quedó completamente debilitado.

Ahora solo quedaban Starmie y Empoleon, por suerte para Misty y a menos que Empoleon conociera un ataque que le alcanzara, tendría la oportunidad de crear de nuevo una ola gigante y Empoleon solo podría moverse para alcanzarla en el siguiente asalto. Aunque quizá, para entonces, ya sería demasiado tarde para Azura.

Azura se preocupo de haber perdido a Galvantula ya que había hecho de mucha ayuda - Gracias Marquesa, regresa - se acomodo el cabello azulado - Emperador acercate a Starmie tenemos que actuar rápido 

Azura no le dio tiempo a dar la orden a su Empoleon cuando Misty ya estaba ordenando a su Starmie que lanzara un nuevo surf sobre todo el campo de batalla. La gigantesca ola volvió a pasar por encima al pokémon de acero dejándolo gravemente herido. Aún así, Empoleon se puso en pie para acercarse un poco más a Starmie. La aspirante estaba dispuesta a darlo todo por conseguir la medalla Cascada y Misty se quedó sorprendida al ver que Empoleon se resistía a caer bajo su poder de agua.

Escaldar Empoleon! - la situación era difícil para la señorita Azura pero esperaba tener un poco de suerte y que sus movimientos de agua también lograrán un daño considerable

Ambos pokémon estaban dentro de la piscina del campo de batalla disfrutando del agua que caía del techo. Starmie empezó a nadar a gran velocidad para crear una gigantesca ola al tiempo que Empoleon empezaba a concentrar energía para calentar el agua de la piscina en la que se encontraban. Su cuerpo de acero era capaz de resistir mejor la temperatura del agua que Starmie y ésta notó como le iba debilitando poco a poco.

Finalmente la gigantesca ola cayó sobre Empoleon dejándolo gravemente herido, al tiempo que Starmie no podía aguantar el calor y caía desmayada. 

Azura y Misty contuvieron el aliento impresionadas por lo que acababa de pasar ¿Había sido un empate? Pero antes de que ninguna de las dos entrenadoras pudiera decir nada, Empoleon salió de la piscina a duras penas. 

¡Azura había ganado a una de las líderes más poderosas! ¡Se había hecho con la medalla Cascada!

Eso último había Sido impactante para la peliazul - Muy bien hecho Emperador!! - gritó entusiasmada - Gracias Misty y bien batallado - Azura estaba orgullosa por este nuevo triunfo y no cualquier triunfo, si no, una victoria contra una super entrenadora

El gimnasio Celeste era uno de los más conocidos de todo el mundo y su entrenadora lo era aún más, pues su belleza competía directamente con su dureza en los combates. Misty era una de las mejores entrenadoras de tipo agua y poseía un equipo de pokémon de lo más poderosos. 

Al aspirante no le resultó muy complicado llegar a Ciudad Celeste y tampoco era muy complicado encontrar el lugar donde obtendría su medalla, pues la verdad era que toda la ciudad parecía girar entorno a ese lugar. Misty y su gimnasio era la mayor atracción lo cuál aumentaban las visitas y el dinero que gastaban los turistas hacía que la economía aumentaba. Por eso había una estatua de oro macizo situada en la puerta del gimnasio. Ahí Misty era tratada casi como una reina o una semidiosa.

Segundos después de cruzar el umbral y de atravesar un pasillo, el aspirante sintió un fuerte olor a productos de piscina y a humedad. Cuando abrió las puertas del campo de batalla pudo contemplar una piscina olímpica con escasas plataformas situadas. Ese lugar iba a ser el campo de batalla, por lo que los pokémon de tipo agua tendrían prioridad, al igual que su movimiento. Además, si se dedicaban a bucear, sería muy difícil verlos y por lo tanto con mayor dificultad a la hora de golpearlos.

Bienvenido a mi gimnasio. Se presentó una hermosa chica. La realidad era que la estatua de fuera no se podía comprar con ella en realidad. Misty era mucho más guapa, y la escultura de oro macizo más bien parecía realizada por un escultor novato. Como imagino que ya sabrás, yo soy Misty y poseo la medalla Cascada. Solo te la entregaré en caso de que me derrotes. Entonces chasqueó las manos y una fuerte lluvia comenzó a brotar del techo del estadio. 

¿Es tu octava medalla? ¿Verdad? Pues las reglas del combate son muy sencillas, podemos hacer dos cambios y ganará el que logre derrotar a tres pokémon del adversario. Así que vamos a empezar con...

En ese momento sacó un gigantesco Gyarados, si aquel pokémon ya de por si era grande, esa variedad era aún mayor. ...mi gigantesco Gyarados. Si lo derrotas a él y al resto, la medalla Cascada será tuya. Y si te derroto yo, tendrás que dar media vuelta y nunca más volver. ¿Entendido?

Encontrar el gimnasio celeste no fue una odisea como si lo había sido con algún otro. Sin embargo, el aura que desprendía aquel lugar imponía. Que la líder tuviera una estatua en su honor indicaba lo respetada e importante que era para la ciudad, aquello intimidó un poco al joven Tarako.

El muchacho entró al gimnasio sonriente como siempre y como ya se lo esperaba no le llamó la atención el olor a cloro. Se esperaba un terreno de batalla así, así que cuando vio la piscina se encogió de hombros. Sabía de antemano que iba a ser una difícil rival, sin embargo, no se esperaba que en verdad fuera tan bella.

Con un poco de vergüenza el joven pelirrojo contestó a la joven. Mi nombre es Tarako. Mostró la sonrisa habitual en él, pero no la misma confianza, la chica le impresionaba. Entendido. Dijo al escuchar la reglas.

Independientemente de la aparición de Gyarados, Tarako llevaba decidido con que pokémon iba a comenzar el combate. Así que agarró la pokéball y la lanzó al aire. ¡Adelante Jewel! Dijo el joven. Un Starmie apareció y el chico esperaba que sorprendiera a Misty, pues era uno de sus pokémon más famosos.

En este terreno te sentirás cómodo, pero por ahora sitúate en una plataforma y ¡sorpréndelos con tu rayo! Ordenó el muchacho. Tarako no quería que al estar en el agua, pudiera afectarle su propio ataque de algún modo.

Misty sonrió al ver el Starmie de Tarako. ¡Qué bonita dijo impresionada! ¡Y qué rápida! Dijo ahora molesta al ver como su Gyarados caía bajo el ataque sin poder absolutamente nada por él.

Estoy acostumbrada a tener que hacer frente a pokémon de tipo eléctrico con Gyarados, pero contra un pokémon de tipo agua con semejante movimiento es posible que lo tenga más complicado.

En ese momento, la líder de tipo agua tanteó su cinturón para sacar una nueva pokéball:

¡Kingdra!

Acabar con Gyarados tan pronto sorprendió al muchacho, que desplegó una brillante sonrisa. No se confió a pesar de ello, pues sabía que Misty era un dura rival. Y encuanto vio a su siguiente pokémon supo que había hecho bien, pues lo complicaba todo.

¡Qué gran elección! Apuntilló el joven sorprendido. dudó por un momento sobre que hacer, pero la opciones eran excasas en un campo de batalla así y contra un pokémon semejante. Al final optó por continuar con su estrategia inicial. ¡Starmie! ¡Otro rayo!

Starmie y Kingdra lanzaron sendos rayos tras las órdenes de sus entrenadores. Ambos impactaron el uno contra el otro y generaron una fuerte explosión que causó varias olas en la piscina. Aquello había herido a ambos pokémon, pero no había sido suficiente para dejar fuera de combate a ninguno, por lo que aún poseían una segunda oportunidad para volver a intentarlo.

A Tarako no le estaba gustando tener a Kingdra como oponente, su tipo Dragón le había complicado la batalla.

Volvió a dudar sobre cambiar de estrategia, las dudas le presionaron tanto que tuvo que sacudir su cabeza para centrarse. Jewel era su mejor opción en este campo de batalla y confiaba en él plenamente, tan sólo esperaba que pudiera aguantar otra embestida de Kingdra. 

En el último momento el muchacho pelirrojo tuvo una idea. ¡Jewel! Salta a una plataforma y usa Rayo hielo. Con suerte se congelará parte del campo de batalla. De ser así podrían cambiar las condiciones del terreno y ponerse menos ventajosas para Misty.

El agua seguía cayendo por encima de los pokémon potenciando sus movimientos de tipo agua. Aunque ninguno de los dos aprovechó esa ventaja. Tarako decidió cambiar de estrategia confiando en que el frió de su rayo congelase el campo de batalla. Logró dañar a Kingdra, aunque logró sobreponerse, pero la piscina aunque había bajado su temperatura, quedó lejos de congelarse.

Kingdra también aprovechó para descargar un nuevo y potente rayo que impactó de nuevo sobre Starmie, pero éste logró aguantar el impacto y aún mantenerse en pie. Aunque la gema de su cuerpo comenzó a parpadear como signo de mal estar.

Cuando el campo de batalla no se congeló Tarako se llevó una decepción. Sin embargo, al ver a Jewel aguantar el ataque de Kingdra una sonrisa volvió a brotar en su cara. No deberían quedarle muchas fuerzas tampoco a él.

¡No Jewel! ¡Aguanta un poco más! Animó a su pokémon cuando vio la velocidad de parpadeo de su joya. La estrategia de mantenerlo los dos últimos ataques no serviría de mucho si no aguantaba ahora.

Hasta ahora Jewel había sido más veloz que Kingra, sin embargo, tratándose de Misty, el muchacho no se fiaba de que no pudiera esconder alguna as bajo la manga. Aún así poco más podía hacer que intentarlo. ¡Remátalo Jewel! ¡Rayo hielo de nuevo!

Antes de que Starmie acabase con su Kingdra, Misty lo devolvió a su pokéball y negó varias veces con la cabeza. Me he resistido a aceptar la derrota, pero estaba claro que tu Starmie es muy poderosa para mis pokémon. Su combinación de velocidad y ataque lo hacen un pokémon muy complicado de abatir, y aunque lo he dejado gravemente herido, aún te quedan dos pokémon que a mi me resultarán imposibles de vencer. La entrenadora sonrió satisfecha pues parecía orgullosa de haber perdido contra un entrenador como Tarako. 

Desde luego que te mereces todas y cada una de las medallas que posees, así que ha llegado la hora de que te haga entrega de tu nueva medalla Cascada. ¡Enhorabuena!

¡Esta es tu última medalla! ¡Así que ha llegado de enfrentarte al Alto Mando!

Cuando Misty devolvió a Kingdra a su pokébal pegó un saltó de alegría por la victoria y salió disparado para felicitar a Jewel por el gran esfuerzo realizado. Eres Genial Jewel. La animó abrazándola y sosteniéndola para que no cayera desfallecida después de semejante esfuerzo. Con la otra mano cogió su pokéball y la tocó con ella. Ahora toma un merecido descanso.

Tarako recogió su medalla con una sonrisa de oreja a oreja. Se sentía verdaderamente orgulloso de su trayectoria, Ash, Gladio y Misty, ni en sus mejores sueños lo hubiera imaginado. Muchas gracias. Dijo agradecido. Daré todo lo que tengo para lograr derrotarlos.

El joven pelirrojo se despidió de Misty sonriente, pero a la vez concentrado. La determinación se había apoderado de él, ahora no era momento de flaquear, debía derrotar al Alto Mando.

El gimnasio Celeste era uno de los más conocidos de todo el mundo y su entrenadora lo era aún más, pues su belleza competía directamente con su dureza en los combates. Misty era una de las mejores entrenadoras de tipo agua y poseía un equipo de pokémon de lo más poderosos. 

Al aspirante no le resultó muy complicado llegar a Ciudad Celeste y tampoco era muy complicado encontrar el lugar donde obtendría su medalla, pues la verdad era que toda la ciudad parecía girar entorno a ese lugar. Misty y su gimnasio era la mayor atracción lo cuál aumentaban las visitas y el dinero que gastaban los turistas hacía que la economía aumentaba. Por eso había una estatua de oro macizo situada en la puerta del gimnasio. Ahí Misty era tratada casi como una reina o una semidiosa.

Segundos después de cruzar el umbral y de atravesar un pasillo, el aspirante sintió un fuerte olor a productos de piscina y a humedad. Cuando abrió las puertas del campo de batalla pudo contemplar una piscina olímpica con escasas plataformas situadas. Ese lugar iba a ser el campo de batalla, por lo que los pokémon de tipo agua tendrían prioridad, al igual que su movimiento. Además, si se dedicaban a bucear, sería muy difícil verlos y por lo tanto con mayor dificultad a la hora de golpearlos.

Bienvenido a mi gimnasio. Se presentó una hermosa chica. La realidad era que la estatua de fuera no se podía comprar con ella en realidad. Misty era mucho más guapa, y la escultura de oro macizo más bien parecía realizada por un escultor novato. Como imagino que ya sabrás, yo soy Misty y poseo la medalla Cascada. Solo te la entregaré en caso de que me derrotes. Entonces chasqueó las manos y una fuerte lluvia comenzó a brotar del techo del estadio. 

¿Es tu quinta medalla? ¿Verdad? Pues las reglas del combate son muy sencillas, podemos hacer un cambio y ganará el que logre derrotar a tres pokémon del adversario. Así que vamos a empezar con...

En ese momento sacó un gigantesco Gyarados, si aquel pokémon ya de por si era grande, esa variedad era aún mayor. ...mi gigantesco Gyarados. Si lo derrotas a él y al resto, la medalla Cascada será tuya. Y si te derroto yo, tendrás que dar media vuelta y nunca más volver. ¿Entendido?

El chico de cabello verde quedo sorprendido por la belleza de la líder, pero quedo aún más impactado al ver a aquel poderoso y gigantesco Pokémon, sería una batalla muy difícil de ganar, y además la chica puso dos condiciones tras la derrota, una vuelta al gimnasio era un ejercicio intenso, pero aceptable, sin embargo jamás volver era algo drástico, pero tampoco tenía mucho interés en volver ahí, su corazón seguía con su amor imposible, de acuerdo, será como dices, tomando una Pokéball susurro, espero que logres resistir, ¡adelante Konami!, el retador conocía muy bien el aterrador poder de un Gyarados, y tenía varias posibilidades de enfrentar a todos sus compañeros, su mejor apuesta era la resistencia de su compañera Vaporeon, ¡Acua aro!, la criatura marina se sumergió en la piscina para esconderse y preparándose a crear un velo protector.

El combate daba comienzo entre el imponente Gyarados y la resistente Vaporeon. ¡Adelante, Gyarados, encaja como tú sabes un impresionante bote! Y así fue como el pokémon dio un buen salto para salir de la vista de Vaporeon y escondiéndose entre las nubes.

Mientras tanto, Kenryu le ordenó a su compañera que se cubriese de una hermoso campo de agua que le sanase de las próximas heridas que pudiera recibir.